DIPLOMA CIVISMO, CONDUCTAS SOCIALES POSITIVAS Y SOCIALIZACIÓN Aplicaciones de la prosocialidad al desarrollo y educación de las actitudes y las conductas cívicas Mayka Cirera Amores Laboratorio de Investigación Prosocial Aplicada Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación Universidad Autónoma de Barcelona Pilar Escotorín Soza Laboratorio de Investigación Prosocial Aplicada Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación Universidad Autónoma de Barcelona Robert Roche Olivar Laboratorio de Investigación Prosocial Aplicada Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación Universidad Autónoma de Barcelona Barcelona, septiembre de 2008 Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 2 I. LA COOPERACIÓN Y LA PROSOCIALIDAD Mayka Cirera Amores Laboratorio de Investigación Prosocial Aplicada Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación Universidad Autónoma de Barcelona Pilar Escotorín Soza Laboratorio de Investigación Prosocial Aplicada Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación Universidad Autónoma de Barcelona Robert Roche Olivar Laboratorio de Investigación Prosocial Aplicada Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación Universidad Autónoma de Barcelona 1. Qué es la Prosocialidad 1.1 Introducción a la prosocialidad y sus aplicaciones El concepto de prosocialidad, desde la década de los 70 ha sido muy estudiado en niños y jóvenes en edad escolar por los grandes beneficios que comporta para su desarrollo personal e interpersonal (Eisenberg & Mussen, 1989); no obstante también es un concepto que constituye un aporte para comprender y operativizar una mejora en la calidad de vida y en las relaciones entre los adultos (Caprara, 2006). En esta línea no es sorprendente que se hable de prosocialidad para generar altos niveles de cohesión grupal, participación y motivación también en ámbitos que por sus particulares características, podrían parecer más complejos, como el caso de las organizaciones (Brief & Motowidlo, 1986) o en la propia cultura cívica de una ciudad (García et al., 1988) 1.2 Origen del concepto Prosocialidad La Prosocialidad es un concepto surgido, básicamente, de la psicología como un antónimo del concepto “antisocial”, que estudia y demuestra los factores y beneficios que las acciones de ayuda, solidaridad, del dar y compartir y cooperación, tienen para todas las personas, grupos, sociedades que se implican en ellas como autores o receptores. Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 3 La mayoría de los autores lo utiliza como adjetivo (lo prosocial); Robert Roche empezó a utilizar el sustantivo Prosocialidad para referirse a éste no sólo para calificar acciones, sino también para denominar un modelo de pensamiento. Los primeros antecedentes del estudio de la prosocialidad se originan en 1908, por McDougal, quien argumentaba que los comportamientos prosociales son el resultado de “tiernas emociones” creadas por el instinto parental (Penner et al., 2005). Sin embargo, la atención de los científicos para estudiar los comportamientos prosociales es más reciente, surgido a partir del caso de Katherine “Kitty” Genovese en 1964, una joven brutalmente asesinada ante la indiferencia de sus vecinos. A partir de entonces, el estudio de la prosocialidad se desarrolló desde diferentes perspectivas, enfocándose más o en los procesos biológicos, motivacionales, cognitivos, o los procesos sociales implicados (Penner et al, 2005) A nivel interpersonal, por ejemplo, a muchos autores les ha interesado examinar cuándo la gente ayuda a los demás, las motivaciones de por qué la gente ayuda o simplemente por qué hay gente que no ayuda. Sólo recientemente los científicos han comenzado a incluir la idea de los comportamientos organizacionales en el entorno laboral (organizaciones) donde se ha demostrado tienen importantes implicaciones para el clima del grupo. La línea de trabajo que venimos desarrollando desde 1984 en el Laboratorio de Investigación Prosocial Aplicada (LIPA) de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) se centra no tanto en las motivaciones, sino más bien en la optimización de los comportamientos prosociales: cómo hacer para facilitar que los comportamientos prosociales sucedan en todos los contextos en los que nos movemos, se propicien, aumenten en calidad y frecuencia.¿Es posible anticipar escenarios y diseñar una acción prosocial antes de realizarla?¿Cómo aplicar la prosocialidad en entornos competitivos, complejos, en situaciones de estado de ánimo bajo o con personas consideradas adversarias, o simplemente antipáticas? Para obtener más información y contactarse con otros docentes que están desarrollando programas de prosocialidad podéis suscribiros al yahoo Group sobre prosocialidad: con el navegador (Explorer o Netscape) ir al sitio siguiente: http://es.groups.yahoo.com. Si no se dispone ya de una dirección yahoo, solicitarla. Para ello seguir los pasos que te indican en REGISTRADME. Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 4 1.3 ¿Cómo definimos prosocialidad en LIPA? En LIPA, de modo novedoso respecto a la definición anglosajona de la bibliografía internacional que no especifica este punto, se presenta como criterio último y funcional de toda acción prosocial, la aceptación o satisfacción del receptor de la misma. Este elemento es central para superar la connotación muy presente en el altruismo tradicional que miraba a satisfacer, a veces, sólo la propia motivación del autor, a veces orientada al heroísmo, cuando no al súper-hombre bueno. El acento puesto en el receptor y sus circunstancias, actualiza de modo post-moderno las habilidades, capacidades, motivaciones y actitudes de quien actúa de modo prosocial que, en cambio, deben ser orientadas, en su excelencia, al bien específico del otro, a la generación de reciprocidad, bienestar; armonía relacional, grupal y colectiva. Definimos acciones prosociales como: “Aquellos comportamientos que sin la búsqueda de recompensas materiales favorecen - a otras personas o grupos según el criterio de éstos, - a metas sociales objetivamente positivas y que aumentan la probabilidad de generar una reciprocidad positiva de calidad en las relaciones interpersonales o sociales consecuentes, mejorando la identidad, autonomía, creatividad e iniciativa de los individuos o grupos implicados (Roche, 1991) 1.4 ¿Cuándo se puede calificar una acción como prosocial? Un elemento a destacar en esta definición es que las acciones prosociales, incluso realizadas con acuerdo del receptor, deben responder a ciertos estándares de calidad como son salvaguardar la identidad, autonomía, creatividad e iniciativa de los individuos o grupos implicados. Estas condiciones o requisitos ponen una cuestión crítica, por ejemplo, a una acción deseada por un receptor y percibida por éste como beneficiosa, pero si hay indicadores objetivos de que dicha acción, en realidad, lo daña, no sería prosocial, desde nuestra perspectiva. Para Roche hay una amplia gama de acciones en la interacción humana que se considerarían como comportamientos prosociales y, por tanto, no sólo las de ayuda física. El autor elaboró una propuesta de diversas categorías de acciones prosociales (Roche, 1995) entre las cuales está naturalmente la ayuda física, el servicio físico, la ayuda verbal, el consuelo verbal, pero también las acciones de dar y compartir, la confirmación y valorización positiva del otro, escucha profunda, empatía, solidaridad y Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 5 presencia positiva y unidad. Cada una, con una definición operativa acotada. Lo prosocial para este autor a diferencia de los anteriores está vinculado a acciones verbales y no verbales, presenciales y no presenciales que además de pretender beneficiar a otro, lo benefician efectivamente. 1. 5 Acciones, conductas, actitudes prosociales El sentido de lo prosocial desde esta perspectiva, no se centra sólo en acciones o conductas, sino también en actitudes. Roche diferencia claramente los tres términos (Escotorin, 2007): las actitudes estarían más en la frontera de lo interior, las conductas son aquello externalizable y por ende medible, observable y cuantificable. No obstante, son las actitudes las que marcan una frontera entre lo interior y lo exterior: “las actitudes, dentro de un esquema de abstracción-concreción a tres niveles (valores, actitudes y conductas) serían el eslabón que en un plano inclinado mediaría los valores en su proceso de conversión en conductas. Las actitudes concretarían y casi visualizarían internamente a los valores para disponerlos más cognitiva y memorísticamente como disponibilidad para la actuación, es decir como un repertorio de patrones de conducta anticipado que, llegada la ocasión y dependiendo de muchos otros factores, se ejecutarían y actuarían, ya de forma visible y objetivable para un observador externo: serían ya las conductas” (Roche, citado en Escotorín, 2007) Hablar de prosocialidad para el autor es asumir que existen no solo las conductas, sino también las actitudes prosociales. Por otra parte, cuando hablamos de acciones prosociales, estamos hablando de “cuestiones sociales” que no necesariamente se aplican sólo en el nivel interpersonal, sino por ejemplo a nivel social y político organizacional donde está todo por desarrollar. 1.6 Clases de acciones prosociales 1) Ayuda física Conducta no verbal que procura asistencia a otras personas para cumplir un determinado objetivo, y que cuenta con la aprobación de las mismas. 2) Servicio físico Conducta que elimina la necesidad a los receptores de la acción de intervenir físicamente en el cumplimiento de una tarea o cometido, y que concluye con la aprobación o satisfacción de éstos Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 6 3) Dar Entregar objetos, alimentos o posesiones a otros perdiendo su propiedad o uso. 4) Ayuda verbal Explicación o instrucción verbal o compartir ideas o experiencias vitales, que son útiles y deseables para otras personas o grupos en la consecución de un objetivo 5) Consuelo verbal Expresiones verbales para reducir tristeza de personas apenadas o en apuros y aumentar su ánimo. 6) Confirmación y valorización positiva del otro Expresiones verbales para confirmar el valor de otras personas o aumentar la autoestima de las mismas, incluso ante terceros. (Interpretar positivamente conductas de otros, disculpar, interceder, mediante palabras de simpatía, alabanza o elogio). 7) Escucha profunda Conductas metaverbales y actitudes de atención que expresan acogida paciente pero activamente orientada a los contenidos expresados por el interlocutor en una conversación 8) Empatía Conductas verbales que, partiendo de un vaciado voluntario de contenidos propios, expresan comprensión cognitiva de los pensamientos del interlocutor o emoción de estar experimentando sentimientos similares a los de éste 9) Solidaridad Conductas físicas o verbales que expresan aceptación voluntaria de compartir las consecuencias, especialmente penosas, de la condición, estatus, situación o fortuna desgraciadas de otras personas, grupos o países. Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 7 10) Presencia positiva y unidad Presencia personal que expresa actitudes de proximidad psicológica, atención, escucha profunda, empatía, disponibilidad para el servicio, la ayuda y la solidaridad para con otras personas y que contribuye al clima psicológico de bienestar, paz, concordia, reciprocidad y unidad en un grupo o reunión de dos o más personas 1.7 ¿Qué diferencia una acción prosocial de una acción de ayuda cualquiera? Acciones que procuran mantener la Creatividad e iniciativa autonomía dignidad autoestima de la persona, grupo o país al que se pretende ayudar Acciones que promueven la dependencia, anulación de la identidad, iniciativa o creatividad, subvaloración del otro. Ejemplo de la diferencia entre una actitud prosocial y una antisocial: Un profesor tiene problemas para avanzar en su temario del curso. El grupo de alumnos es inquieto y, a pesar de que no tienen problemas de conducta, les cuesta seguir el ritmo de las clases. Un colega se encuentra con él en la sala de profesores y, al verle preocupado, se acerca para interesarse por lo que le pasa. Al conocer la situación responde ofreciendo su ayuda de este modo: ”Si te fuera útil yo me puedo quedar contigo un rato estructurando las próximas clases. Si lo prefieres lo podemos hacer en otro momento. Quizás solo haya que modificar un poco el método para conseguir que se involucren más con la asignatura…” “Tu no te preocupes que ya me encargo yo de organizarte las próximas clases. Lo que te hace falta es imponer más disciplina, sino ya se sabe, los jóvenes necesitan un temario más estructurado…” Ejemplo de acción prosocial hacia un colectivo de personas Después del fatídica catástrofe ocasionada por el Tsunami en 2005, las organizaciones de la India se pusieron en acción para reconstruir los poblados que habían quedado completamente afectados. Antes de hacerlo, personas relevantes en el mundo de la economía y la política del país (el equipo LIPA tuvo oportunidad de entrevistar al alcalde de Mumbay Mr. Dilip Pattel y la expresidenta de la bolsa Mrs. Dina Metha), visitaron la zona y preguntaron a los Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 8 habitantes qué necesitaban para reconstruir su entorno. Cada pueblo hizo una lista adecuada a sus prioridades: casas más resistentes, comida, ropa, escuelas, bicicletas para ir a la escuela, iglesias, semillas para plantar, etc. A pesar de que todavía continúa la necesidad de ayuda, todos los pueblos obtuvieron los mínimos que habían pedido para reempezar de nuevo. 2. Diferencias entre prosocialidad y cooperación 2.1 La cooperación y la Prosocialidad Todos los programas de optimización del comportamiento con niños y adolescentes, prevén en la actualidad, las conductas cooperativas. Los diseños educativos escolares, por ejemplo, conocen muy bien que la eficacia y rendimiento tanto colectivos como individuales se ven favorecidos por la convergencia de intereses y acciones. Del mismo modo y desde una estricta perspectiva conductual se contempla el comportamiento prosocial como un potente factor para la extinción de la agresividad o violencia, dado que puede considerarse como respuesta alternativa e incompatible con éstas. En el ángulo puramente intraindividual, la salida del yo hacia el otro que provoca el descentramiento de sí mismo, es una buena prevención de las patologías neuróticas y obsesivas. Por otra parte, los padres, cada vez más, expresan demandas de una educación cívica para sus hijos. Reclaman lo que antes se denominaba "normas de urbanidad" o "buenos modales y comportamientos". Lo cierto es que éstos constituían unas verdaderas etiquetas o "normas sociales" muy al servicio de los adultos, mediante el autoritarismo y el formalismo, es decir desprovistas de autenticidad y coherencia. Hoy lo interpretaríamos como unos hábitos faltos de motivación y actitudes adecuadas u óptimas. El barrido de estas normas que supuso la contestación contracultural a partir del 68, ha permitido ir recuperando ahora los nuevos "códigos de conductas para la interacción social" bien justificados por la psicología, depurados lógicamente de los elementos inadecuados. Un fenómeno análogo está ocurriendo en el campo social, en donde la pluralidad y democracia en la asunción de valores, ha dejado un profundo vacío para el entendimiento y la relación colectiva. Por ello se habla, incluso a nivel político, de la necesidad de un "rearme moral" y "rearme cívico". Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 9 2.2 ¿Pero cómo construir un civismo, sin actitudes básicas comunes? Con ser ya mucho, ¿son suficientes las actitudes neutrales de respeto, no violencia, el no "hacer mal a nadie"? Algunos especialistas en una educación de vanguardia hablan de colaboración, de cooperación. Late debajo la noción de que debemos ayudarnos los unos a los otros bajo la condición del intercambio: "yo hago si tu haces", "entre todos podremos más", que están presentes en todos los esquemas optimizadores y terapéuticos, incluidos aquellos aplicados a las relaciones privilegiadas como de pareja, bajo la forma de contratos terapéuticos. Entendemos que si bien estos esquemas son útiles y necesarios, son incompletos para dinamizar un tejido social verdaderamente creativo y optimizador. La potencia del comportamiento prosocial está precisamente en esa capacidad generativa presente en su iniciación. La ayuda, el servicio, el confortar, el compartir, precisa iniciadores. De alguien que esté convencido que hay que dar el primer paso. Y para ello, lejos de las interpretaciones de que estos sujetos tienen el riesgo de ser objeto de "abuso" por parte de los demás, y por tanto caracterizados como débiles o sumisos, hay que decir, inversamente, que precisan de unas características de personalidad asertivas, de creatividad, de iniciativa. El auto-control, la creatividad y la asertividad -todos ellos elementos principales en una educación integral de la personalidad- son necesarios para llevar adelante incluso la prosocialidad. El auto-sacrificio, la asunción de costos personales, no pueden vivirse en el sentido de la sumisión absoluta al otro. El sujeto debe saber cuándo y cómo va a trabajar e invertir costes en favor del otro; ha de ser libre y asertivo para tal empeño. La acción prosocial no debe surgir producto de la debilidad, la insuficiencia o el dominio o la imposición del otro. Hoy conocemos a partir de los estudios sociométricos que los adolescentes más aceptados por sus compañeros son aquéllos considerados como más amables, generosos, interesados en los demás, empáticos, aparte de otras características. Pero todas estas características que definen la prosocialidad no sólo no agotan, sino que, en nuestra opinión, serían insuficientes para gestar una verdadera y genuina prosocialidad que descansa precisamente, como afirmamos en nuestra definición, en la capacidad de generar la reciprocidad. Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 10 Es pues este elemento de la reciprocidad generada a partir de la prosocialidad la que puede, paradójicamente, construir una cooperación que categorizaríamos como la más alta prosocialidad. Es decir, en una hipotética jerarquía cualitativa de prosocialidad, la cooperación producto de una reciprocidad prosocial, se situaría muy por encima de la "prosocialidad individual", producto de un acrecentamiento del "yo capaz", del "yo bueno", "yo asceta", "yo héroe". Algo más que la pura cooperación. Es cierto que cuando nos introducimos específicamente en la prosocialidad, hemos de definirla con algo más que la pura cooperación en la que se da puntualmente una distribución tanto de beneficios como de costos. En efecto, la prosocialidad en sentido estricto requiere la ausencia de recompensas exteriores anticipadas o simplemente previstas. No es el objetivo de estos capítulos entrar en el terreno de las motivaciones para estas conductas y mucho menos en su enjuiciamiento ético. Sí, en cambio, queremos afirmar que la experiencia educativa orientada a estos comportamientos prosociales, se ha considerado como uno de los caminos con más potencial tanto para cuidar la salud mental del propio individuo como para disminuir la agresividad y la violencia y mejorar sensiblemente las relaciones sociales. 3. Beneficios de la prosocialidad. Influencia sobre las emociones personales y colectivas. 3.1 Beneficios de la prosocialidad Resumiendo pues lo dicho hasta ahora, podemos sintetizar los beneficios y ventajas de las acciones prosociales en tres niveles: 1. beneficios para el receptor, 2. beneficios para todos los integrantes de una colectividad, grupo, comunidad o país y 3. beneficios para el propio autor. Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 11 En cuanto al primer nivel o ámbito del receptor interpersonal, la argumentación es muy sencilla: las acciones prosociales benefician a otras personas por definición; si no fuera así, dejarían de poderse considerar y denominar como tales. Reparemos, pues, en la gran importancia que tienen: cuantas más acciones prosociales se ejecuten, cuantas más personas se impliquen como autoras, más receptores beneficiados. Receptores realmente beneficiados porque son éstos - su criterio - lo que determinan como prosociales esas acciones recibidas. Recordemos que no es suficiente que haya intencionalidad de beneficiar en el autor, para que realmente lo consiga. En el segundo nivel o ámbito, el de los grupos, colectividades, comunidades o países, debemos recordar que el origen del estudio de la prosocialidad partió tanto de la psicología social como de la del desarrollo, cuando la sociedad y por tanto los estímulos que ésta dio a la investigación en esas disciplinas, reparó en la importancia de las acciones prosociales como preventivas de la violencia. Los estudios posteriores de las décadas de los años 80, 90 se dedicaron a profundizar en este potencial, focalizando su atención en la producción de programas aplicables a la educación escolar y extraescolar. Pero no sólo, la experimentación y sus posibles beneficios alcanzó ámbitos de la vida adulta para conocer si no sólo podían constituir unos modos de prevenir la violencia o contribuir a la solución de conflictos, allá donde la convivencia está amenazada, sino para mejorar el clima grupal, social, organizacional. Casuística muy específica y límite lo significó la aplicación de programas en prisiones. La conclusión es que por su carácter incompatible con las actitudes y comportamientos violentos, las actitudes y acciones prosociales producen una “positivización” de las cogniciones y emociones en el autor que permean los tiempos inmediatamente siguientes a esa ejecución, con una latencia importante, de modo que podemos afirmar que simultáneamente e inmediatamente después a la ejecución de comportamientos prosociales no existe o disminuye notablemente la probabilidad de que surjan comportamientos antagónicos como los violentos. En tercer lugar hemos citado los beneficios que se están descubriendo para los propios autores. A ello dedicaremos el apartado siguiente. Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 12 3.2 Beneficios para los autores Una cuestión interesante, como hemos mencionado anteriormente, es la de penetrar en los efectos de los comportamientos prosociales precisamente en sus autores. Para ello hemos recurrido al ámbito de la salud mental, como estado teórico funcional óptimo de la persona. ¿El autor de la acción prosocial puede obtener beneficios puntuales o duraderos para su salud mental? Las emociones ocuparían un lugar importante entre los componentes de esta salud mental y podrían constituir uno de los campos donde podría producirse este beneficio. Así pues, nos preguntaríamos por la posible incidencia de la prosocialidad en las emociones. Estamos investigando cómo los comportamientos prosociales podrían incidir en algunas de las emociones más relevantes de entre las quince que distingue Lazarus (Lazarus, 1993): el enfado y la ira; estados de ánimo positivos y optimismo; la preocupación, la ansiedad y e estrés; la empatía; la culpa; la envidia (desarrollado en detalle en http://www.prosocialidad.org/castellano/salud.html) Una emoción interesante a tratar: El enfado y la ira. En estas emociones hay una gran activación fisiológica. Esta activación tiene su expresión en una respuesta emocional de grado elevado. Podríamos referirnos a ella como una respuesta inmediata, a flor de piel, contundente. Para justificar el hecho de descargar el enfado sobre alguien se crea un monólogo interno que proporciona argumentos para justificar el hecho. Se inicia una cadena de pensamientos hostiles que favorecen el aumento de la activación fisiológica, que puede llevar a la ira y desencadenar con facilidad una violencia contra la otra persona. La persona con arranques frecuentes de enfado y de ira por las activaciones fisiológicas extremas adolece de una mayor vulnerabilidad en su salud mental y física. En todo caso, desde la perspectiva social y comunitaria, tal persona supone un subsistema de riesgo para la convivencia. La persona habituada a realizar conductas prosociales probablemente accederá a una forma más eficaz de control del enfado, posiblemente a través de varias vías. La atención frecuente a las necesidades de los demás que se traduzca en la generación de acciones prosociales, es incompatible, al menos temporal y puntualmente, con la Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 13 generación de actos violentos hacia los demás. Un hábito en este sentido, tenderá por consistencia a una percepción benévola de la globalidad del otro, del receptor, a interpretar menos negativamente las acciones de los demás, con lo que disminuirán las percepciones de “estímulos agresores en el interlocutor”. Otra vía es la del descentramiento empático. Se trata del descentramiento progresivo del propio espacio psíquico, de la capacidad de situarse en el punto de vista del otro (toma de perspectiva), la cual es bastante habitual en las personas que realizan frecuentemente acciones prosociales. Esta capacidad permite una mayor comprensión del estímulo y de la situación que ha provocado el enfado y proporciona información sobre las razones del otro, hecho que permite una reconsideración de la situación, pudiendo disminuir, inhibir o frenar el enfado inmediato y a medio término. Quizás la otra vía de control del enfado sea todavía más efectiva. Se trata de un autocontrol basado en lo cognitivo como contenido significante en relación a los valores. Las actitudes de heteroestima hacia los demás, fundadas en un valor que sea fundamental para la persona, como pueden serlo las de tipo ideológico o religioso, trabajan en el mundo interno de los significados de la conducta. 3.3 Otros beneficios en lo social Consideramos que las acciones prosociales tienen otras consecuencias positivas en lo social. La funcionalidad de los resultados las hacen creíbles desde una perspectiva científica. (Sobre los beneficios de la prosocialidad, también se pueden bajar algunos textos disponibles en http://www.prosocialidad.org/castellano/bajar_doc.html). Desarrollamos a continuación algunos de los beneficios identificados en nuestro trabajo a partir de la metodología PAR (Participatory Action Research: Investigación Acción Participativa) o Alimento de la dignidad de la persona y del respeto vital de los derechos humanos o Control positivo de las emociones negativas o Enriquecimiento de la capacidad de iniciativa, creatividad o Producción de significado. En las actuaciones prosociales los autores experimentan como una fuente inagotable de significado que no depende de los estímulos externos. Son capaces de auto recompensarse al ver los resultados Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 14 obtenidos en las personas receptoras. En nuestros trabajos de aplicación con una muestra de aprox. 850 acciones prosociales documentadas en 140 sujetos hemos constatado este fenómeno. o Facilitadora de una verdadera comunicación empática. o En sintonía con las grandes religiones. o Moderadora de la ambición y el poder. o Inhibidora de la violencia. La acción prosocial, radicada en una motivación cultivada de atención positiva al otro, quizás sea la única fuerza capaz de “reeditar de nuevo” en una interacción contradictoria o conflictiva. En la dinámica de los gestos y acciones, por ejemplo, se traducirá en no responder con violencia ante otra violencia, sino aplicar acciones alternativas fruto de una inteligente creatividad. o Paradigma del don. o Promotora de la reciprocidad y de nuevos círculos de positividad. o Operadora de transformación social. 4. Prosocialidad: empatía, reciprocidad, unidad y cooperación prosocial 4.1 Prosocialidad y empatía La vinculación de los conceptos “Prosocialidad, reciprocidad, unidad, cooperación prosocial”, más que una enumeración, corresponden para LIPA a una opción tanto léxica como sintáctica. Son términos relacionados, que forman un bloque único de significado con el fin de evidenciar la vinculación que existe entre la prosocialidad y la empatía. La empatía significa receptividad y acogida del otro. Y en la medida en que el que escucha pueda comprender por unos momentos, intensamente, lo que el otro piensa, siente y desea, establece una sintonía vital con él. Esto significa mucho en las interacciones: cuando se consigue esa empatía, además de constituir una verdadera "psicoterapia" mutua, se ponen los cimientos de la auténtica “socialidad” en donde es imposible la presencia de todo germen de violencia o agresividad y aparece potenciadora la unidad, construyendo lazos duraderos de cooperación, de solidaridad, de amistad. Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 15 Démonos cuenta que gracias a ese esfuerzo del que escucha, el hablante percibe no la "diferencia", la lejanía, el contraste sino la semejanza, la proximidad, el deseo del consenso. Acogida espontánea. Esta actitud debe manifestarse no solamente por las palabras sino por los aspectos no verbales de la comunicación: expresiones faciales, tono de voz. Para que sea posible esta acogida, es preciso que la persona que escucha en estos momentos esté totalmente abierto al otro, dejando a parte totalmente sus problemas personales. Esto supone muchas veces un gran ejercicio de autocontrol, especialmente en aquellos casos en que uno está dominado por insatisfacciones o preocupaciones. Esta actitud produce en el otro una gran seguridad y confianza al darse cuenta que quien le escucha tiene un interés real por ayudarle. Es fundamental, pues, ejercitar de modo decidido y frecuente esta experiencia tratando de establecer una fuerte empatía, penetrando, sin juzgar, en el otro. Podría pensarse que acogida significa sumisión o dependencia. Nada más lejos de la realidad. La auténtica acogida es algo muy activo pues supone capacidad de contención del otro y de su circunstancia con lo que al recibir, entender, comprender se ensancha el yo y la autoconsciencia del "self" del autor. Cuando nos convencemos de esto, de que en el esfuerzo de descentramiento del yo, de la aparente pérdida del yo, no sólo no hay pérdida sino que hay un enriquecimiento de la propia consciencia y seguridad, probablemente preferiremos disponernos a ser los primeros en escuchar, dejando, por tanto, de estar impulsados a hablar, a reaccionar, a aparecer. 4.2 Amistad y reciprocidad Una de las interacciones interpersonales que mejor describen la reciprocidad es la amistad. De todos modos no es frecuente en los estudios sobre la amistad abordarla desde la perspectiva de la prosocialidad. Probablemente porque inicialmente no queda incluida demasiado en la definición de prosocialidad por los motivos que analizamos. La amistad puede verse, desde luego, como un intercambio recíproco, continuado y constante, de beneficios. Por ello parece difícil incluir esta relación entre las conductas prosociales. Pero también es cierto que las relaciones de amistad no siempre significan Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 16 conductas interesadas o con expectativas de contra-cambio. O mejor, la noción verdadera de amistad no supone un pacto "contractual" en sentido estricto, mediante el cual van a intercambiarse recursos, por ejemplo, con una clara negociación en cuanto al peso y la importancia de sus beneficios así como de los costos involucrados, como sucede en las transacciones comerciales. La diferencia radica en que en la verdadera amistad se da habitualmente un tipo de actitud y de conducta orientada al bien del otro, no controladas precisamente por la previsión o expectativa de su "devolución". Se han realizado estudios interesantes en este ámbito, en muestras de niños de de preescolar, tercero y sexto de básica (Berndt, 1981), donde aparecen las conductas prosociales como uno de los ocho comportamientos más esperados de un amigo. Así incluso podríamos afirmar que cierto grado de conductas prosociales son elementos imprescindibles para que se dé la amistad. 4.3 Empatía social y sensibilización hacia la complejidad de los actos humanos Una de las dimensiones que caracterizan la noción de prosocialidad y que la diferencian del altruismo entendido en un nivel solamente individual o interpersonal es precisamente su objetivo social, su finalización o destino social. El altruismo o prosocialidad interpersonal, podríamos afirmar, es más comprensible que la prosocialidad colectiva o social, debido a la aparición más concreta, determinada y personalizada del receptor. Se precisa alcanzar un nivel de mayor abstracción en el sujeto para configurar un objetivo y destino compuesto de una pluralidad de elementos o personas no siempre homogéneos. Por otra parte, es probablemente más difícil anticipar consecuencias morales internas agradables, a tales acciones, ya que es menos probable que el sujeto las haya experimentado, al contrario de la situación de la prosocialidad interpersonal en donde, muchas veces, experimenta agradecimiento o reciprocidad del receptor. En cualquier caso, será necesario haber experimentado este tipo de experiencias interpersonales para elaborar cognitivamente una generalización adecuada para abrazar también a colectivos de personas o a metas sociales óptimas. Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 17 La realidad es que históricamente, en la evolución de la humanidad, hallaríamos, probablemente, una mayor presencia de la prosocialidad interpersonal o intragrupo que de prosocialidad hacia unos colectivos o metas sociales. ¿De qué modo podemos facilitar ese paso, esa generalización de lo individual o interpersonal a lo colectivo y social? Si, como hemos visto, la prosocialidad interpersonal va muy asociada o incluso es dependiente de la empatía interpersonal, deducimos hipotéticamente que ésta en su dimensión social será también crucial para desarrollar y profundizar la prosocialidad hacia lo colectivo o social. Para ello debemos resaltar la consideración y dignidad no sólo para con el "otro", sino con respecto a las colectividades y el entorno. Se tratará de estimular unas actitudes que, por extensión, también podemos denominar empáticas, y que consistirán en percibir las necesidades de la sociedad incluida toda su complejidad y "sintonizar" con ellas en el sentido de sentirse interpelados personalmente respecto a la contribución que cada uno puede prestar. 4.4 Algunas propuestas para trabajar desde el rol educativo Temas principales y representativos a trabajar. Comprensión de la diferencia "desde dentro" de cualquier persona. Comprensión de la diferencia "desde dentro" de cualquier persona. "Ponerse en la piel del otro" en el dialogo interpersonal. Sentir con y como tú Pensar con y como tú Verificación de lo comprendido (feedback) Liberación de prejuicios sobre el otro: Intentar percibir siempre "nuevo" al otro. Liberación de contenidos o afectos anteriores a la interacción presente: "vaciado" para escuchar a fondo al otro. Ejercitar estas actitudes en las relaciones interpersonales cotidianas. Practicarlas también con personas: con deficiencias en la ancianidad Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 18 de otras culturas o etnias Pautas educativas para el educador (e) (f) (e) = escuela (f) = familia buscar espacios y tiempo para conversar con el niño y tratar de comprender la "diferencia", a ser posible en lugares distintos a los habituales. (e) (f) examinar las interacciones antecedentes de una relación con un niño difícil para saber si nos hemos puesto "en su piel" (e) (f) tratar de experimentar si somos capaces de ver "nuevo" (1º paso atribución) a un niño difícil. (e) (f) comprobar efectos de un diálogo interpersonal con un niño difícil, habiéndonos liberado de las cosas en mente o por hacer, aparentemente mas importantes. 5. El diseño personal de la cooperación prosocial. La puesta en práctica de la prosocialidad 5.1 Tecnología laboratorio prosocial en ámbitos personales Progresivamente la psicología se está empeñando más en estudiar procesos de desarrollo positivo y óptimo para la salud mental del individuo y para el mantenimiento y mejora de las relaciones interpersonales y sociales. En esta dirección y desde 1982 estamos trabajando al explorar el potencial de las actitudes y comportamientos prosociales (Roche, 1999; Roche, 1997; Roche, 1995) Después de trabajar en la elaboración de programas sistemáticos para ese aprendizaje en todos los ciclos de la escuela, tanto en nuestro país como en Eslovaquia (Lencz, 1994), en Italia, Argentina, México y dentro de la asignatura Optimización Prosocial de nuestra Facultad desde hace diez años, hemos emprendido con decisión un proyecto de prácticas que permitan acercar al alumno de segundo ciclo de la carrera a un conocimiento de la prosocialidad que le implique personalmente, como vía para permitir un aprendizaje crítico de la misma tanto en su vertiente teórica como aplicada. En concreto, se trata de ofrecer a los alumnos una ocasión sistemática para experimentar los efectos de las conductas prosociales en sus relaciones interpersonales y profesionales. Se hipotetiza que esta experiencia puede aumentar y optimizar la calidad Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 19 de esas relaciones hasta el punto de hacer más improbable la aparición de disputas, enemistades u hostilidades, producto de una inadecuada gestión de los conflictos. A tal efecto las clases prácticas se constituyen para tutorizar al alumno en la planificación de su propio Laboratorio Prosocial. 5.2 Ámbitos Personales La actuación en este primer ámbito es real, es decir, el alumno debe diseñar, aplicar y experimentar un plan de acción consistente en la ejecución de un número determinado de acciones prosociales (que oscilan entre 5 y 10 debidamente seleccionadas entre un listado (o Inventario) de entre 20 y 40 conductas prosociales previamente elaborado por el propio alumno, de acuerdo con las 10 categorías o clases de acciones prosociales. Los destinatarios pueden ser personas o colectivos, siempre dentro del ámbito de las relaciones personales del alumno, y generalmente son: familia, pareja, amigos, desconocidos o voluntariado. Algunas variables para seleccionar las conductas diana a ejecutar son: a) Que, por lo menos, una acción sea dirigida a alguna persona con la que haya dificultad de relación, ya sea por no existir una simpatía espontánea, ya sea por alguna experiencia desagradable con ella, ya sea porque existe un alejamiento más o menos querido o bien por existir un conflicto latente. b) Y que otra acción, entre las 5 mínimas, sea propuesta, presentada, motivada para que la realice otra persona hacia un tercero. Es decir, el operador de la acción no realiza directamente la acción sino que promueve y estimula a otro operador para que lo haga, pero siempre promoviendo que sean la iniciativa y la creatividad de éste las que rijan esa acción. c) Por último, se propone que una de las acciones se realice en un día con bajo estado de ánimo. Esta alternativa es un vía eficaz y sencilla para experimentar la influencia de la prosocialidad en las emociones negativas. El diseño del plan de acción (PROPLAN) comprende un calendario de aplicación y un registro o ficha. Desde el año 2000 se han ido aplicando este tipo de prácticas. Las han realizado, pues, unos 1000 alumnos (unos 140 cada curso). Cada uno de ellos ha presentado un Informe sobre las mismas. Todo ello totaliza unas 5000 acciones prosociales aproximadamente. Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 20 Estamos tratando de elaborar una síntesis de los resultados con una metodología PAR (Participatory Action Research) que nos permita identificar cantidad de acciones, duración, frecuencia, coste, tipos de reacción en el receptor, y consecuencias en el autor, según categorías identificadas con la participación de los propios alumnos. La continuidad de este Programa supondría buscar una metodología que nos permitiese conocer consecuencias humanas y sociales de cada una de estas experiencias y por lo tanto de la incidencia global que cabría atribuir al citado Programa. 5.3 Características de las prácticas propuestas por LIPA El objetivo de estas prácticas es hacer una experiencia de laboratorio aplicado, para trabajar desde la sensibilización cognitiva a la aplicación en los contextos reales en que se desempeñan las personas. Trabajar de este modo permite: - Un aprendizaje en el momento del diseño previo, pues se visualizan de manera clara las prioridades personales a ser optimizadas, también se visualizan los focos donde quizás hay más dificultades para implementar la prosocialidad. - Anticipar posibles escenarios futuros, incluso situaciones de complejidad, lo que favorece la generación de soluciones alternativas más creativas que transformen los conflictos en soluciones satisfactorias. - Una sensibilización al menos cognitiva sobre las áreas a optimizar, lo que puede favorecer una posterior traducción de este diseño a actitudes y comportamientos. - una optimización prosocial del comportamiento de manera sostenible, pues un diseño previo se basa no sólo en su factibilidad y deseabilidad de ser aplicado de manera puntual, sino también en su posible replicabilidad. 5.4 Diseño de un plan de acciones prosociales: PROPLAN I. Realizar un inventario de entre 20 y 40 acciones prosociales (completar la tabla) II. Selección de 5 a 10 acciones para poner en práctica. Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 21 Las acciones no deben ser genéricas, sino observables, operativizables, ojalá medibles. Primer peldaño del PROPLAN. Ejemplo hecho por un universitario,a TIPO DE ACCIÓN Familia Amistades Vecindario Ayuda Física Ayudar a mamá con los paquetes del supermercado cuando tiene mucho peso Lavar los platos después de comer Regalar a mi hermana pequeña aquella chaqueta que tanto le gusta Responder con interés a una pregunta de mi hermano pequeño sobre sus deberes escolares Dar ánimos a mi padre cuando tuvo un día difícil en el trabajo Preguntar a mis hermanos su opinión respecto a algún tema Ayudar a mi compañero discapacitado a subir al metro cuando no puede Lavar el coche de un amigo Dar mi bocata a quien no tiene merienda Ofrecer ayuda a mi vecina para subir las escaleras con el cochecito de su bebé Enseñar amigo funciona software un cómo un Explicar al jardinero nuevo de la finca dónde se guardan los materiales Tranquilizar a un amigo antes de un examen difícil Dar consuelo a algún vecino que esté afectado por algún problema. Mostrar agrado por alguna prenda de vestir que lleve otra persona Cuando preparamos exámenes,intentar no moverme con ansiedad cuando mis compañeros exponen, pues se ponen nerviosos Mostrarse alegre ante una buena noticia de un amigo Tener en cuenta las opiniones de todos los vecinos en las reuniones y toma de decisiones. Acompañar médico a amigo problemas al algún en Acoger a un vecino en tu casa cuando éste no puede entrar en la suya porque se ha dejado las llaves, le han robado, están reformando su casa,... incorporar en mi grupo, a personas (compañeros) que estén aislados o solos Asumir el cargo de presidente u otros cargos que se establezcan en la comunidad. Servicio Físico Dar o compartir Ayuda Verbal Consuelo Verbal Confirmación del Otro Escucha Profunda Empatía Solidaridad Presencia Positiva… Dejar la actividad que estoy realizando para escuchar atentamente cuando alguien de mi familia me habla Ponerme en el lugar de mis padres cuando toman una decisión que no entiendo Quedarme hasta muy tarde acompañando a mi hermana mientras intenta recuperar un archivo importante perdido en su PC Propiciar un buen clima en la familia a Cortar el césped de la vecina anciana Donar sangre para una vecina que será operada Detenerme para escuchar a mi vecina cuando me pregunta algo Comunicar experiencias personales similares con otros vecinos 5.5 La ficha personal de registro y seguimiento III. Después de elaborar los dos primeros peldaños del PROPLAN, el alumno escoge un número determinado de acciones prosociales que realizará en su ámbito personal. Cada Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 22 una de las acciones seleccionadas se describe y analiza en la siguiente Ficha personal de registro y seguimiento. FICHA REGISTRO ACCION PROSOCIAL (ejemplo de una estudiante de licenciatura en psicología) Título: Acompañar a uma amiga em momentos difíciles 1. NOMBRE AUTOR de la acción (o 4 dígitos finales DNI) ----------- Fecha abril 2008 Mail o teléfono de contacto: -----------2. ANTECEDENTES (indicios percibidos por autor de la necesidad ) Amiga triste y angustiada 3. TIPO: (señalar aquéllas de las 10 categorías implicadas) Solidaridad y empatía. 4. DESCRIPCION ACCION: (descripción muy concreta de la conducta) Quedarme con ella aunque esto me suponga no salir de marcha con mi novio y otros amigos 5. VARIABLES EN EL AUTOR: Humor, (Bajo, normal, alto) Me mostré muy alegre ya que quería animarla a ella Anonimato (sí o no) Coste para el autor: (Evaluar de 0 a 10) El coste fue de 9 puesto que no es tan fácil renunciar a otros planes. 6. VARIABLES EN EL RECEPTOR: Tipo de vínculo y características La receptora es amiga mía desde la infancia. 7. VARIABLES DE LA ACCION: Duración: (En horas o minutos) Frecuencia: (veces) el fin de semana 8. CONSECUENCIAS EN RECEPTOR: Pensamientos verbalizados. Sentimientos verbalizados Conductas observadas Ella empezó a ser nuevamente más sociable, dinámica y activa 9. CONSECUENCIAS EN EL AMBITO en otras personas implicadas, clima grupal Algunos amigos se solidarizaron regresando a casa más pronto de lo habitual 10. CONSECUENCIAS EN EL AUTOR: Pensamientos. Sentimientos, Intenciones o propósitos Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 23 Conductas Si tuviera que hacerlo de nuevo lo haría sin dudarlo puesto que gracias a ello, nuestra amistad se ha consolidado mucho más. 11. OBSERVACIONES Lo más importante es que conseguí que todos los amigos la apoyaran 5.6 Autoevaluación y programación de nuevos objetivos IV. Una vez realizadas las primeras acciones prosociales seleccionadas, y una vez evaluadas éstas, y experimentados sus beneficios tanto para el autor como para el receptor, es posible continuar con el programa de optimización personal retomando la tabla realizada en el primer peldaño. Se pueden elegir como continuación del proceso, aquellas acciones escritas inicialmente que no habían sido seleccionadas para su realización. También es posible elegir acciones para ser aplicadas en ámbitos más complejos, o bien, se puede actualizar la tabla con más acciones o más columnas con nuevos destinatarios. 6. Los inventarios prosociales: un instrumento colectivo de consenso 6.1 Qué es un inventario prosocial Un Inventario de Prosocialidad es una lista de los comportamientos prosociales operativos más deseables y posibles en un contexto o ámbito determinado, elaborado por un investigador, en base al criterio de todas las personas implicadas en el citado ámbito (Roche, 2002) La metodología de los inventarios prosociales en contexto ha demostrado ser una herramienta útil para el diseño de planes de optimización prosocial para cualquier ámbito, donde caben desde comunidades de vecinos, clubes deportivos hasta la vía pública o el espacio del metro o discotecas. También es una excelente herramienta de diagnóstico y evaluación de los niveles de prosocialidad de los grupos o equipos. Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 24 Si bien su implementación adecuada requiere al menos de un grupo representativo de personas motivadas y voluntarias dispuestas a trabajar sistemáticamente en el proceso; una vez definido un inventario representativo del contexto, este listado puede dar origen a cuestionarios (instrumentos) de evaluación para contextos específicos, o constituir información valiosa para configurar planes de acción que fomenten determinados comportamientos en dichos contextos. Su implementación adecuada requiere de un investigador o un facilitador del proceso que acompañe a los participantes sin condicionar el ejercicio, valorando la heterogeneidad del grupo, fomentando la creatividad, empoderando si es necesario a los grupos poco participativos, colaborando en la definición de ideas siempre más claras, operativas y garantizando el anonimato si así fuese necesario. Un Inventario estándar debería recoger entre 40 y 70 comportamientos distribuidos en 10 categorías o clases: por lo que cada categoría tendrá entre 4 y 7 ítems. 6.2 Procedimiento estándar para su elaboración: I. Preparar un guión con la definición del concepto de prosocialidad y de las 10 clases o categorías ya presentadas. II. Entregando este guión, solicitar a una pequeña muestra de personas representativa de todas las implicadas en el ámbito, que escriban en una hoja uno o dos comportamientos prosociales correspondientes a cada categoría o clase. III. El investigador transcribe todos los comportamientos resultantes a una lista acumulativa. IV. El investigador depura y reduce la lista a un máximo de 7 comportamientos por categoría, manteniendo aquellos muy diferentes entre sí y tratando que no se den repeticiones o excesiva semejanza. V. El investigador convierte esta lista en un cuestionario para lo cual, añade dos columnas a la derecha de la lista encabezadas por los títulos: Deseable y Factible en las que cada ítem o comportamiento podrá ser evaluado de 0 a 4 según el grado de deseabilidad o posibilidad que el entrevistado juzgue. En la parte inferior del espacio reservado a cada categoría, dejar algunas líneas en blanco para que el entrevistado pueda añadir, si lo considera necesario, algún comportamiento más. Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 25 VI. El entrevistador someterá el cuestionario a una población mayoritaria del ámbito de que se trate. VII. A partir de los resultados, el investigador seleccionará el Inventario Prosocial final, siempre tratando de integrar los entre 4 y 7 ítems que han obtenido la mayor deseabilidad y factibilidad para cada categoría. En caso de producirse alguna dificultad para escoger según las dos variables, predominará la deseabilidad. Al inventario se le asignará un nombre que contendrá los términos citados seguidos del nombre del ámbito correspondiente: por ejemplo Inventario Prosocial en una Empresa, Inventario Prosocial en un Departamento Comercial, Inventario Prosocial en una Oficina Pública, Inventario Prosocial en un Club Deportivo, etc. VIII. Al pié del Inventario Prosocial irá descrito la fecha del mes, el nombre del investigador, el nombre de la organización y la cantidad de personas que intervinieron en todo el proceso. (sujetos de la muestra). Instrucciones que reciben los participantes: Solicitamos su colaboración para que califique cada uno de los comportamientos de esta lista, según Vd. considere a) qué es deseable, o sea que a Vd. le gustaría que existiera en este lugar y b) qué es factible, o sea que Vd. piensa que es posible que pueda realizarse en ese ambiente. Las puntuaciones serán pues: NADA (0), UN POCO(1), BASTANTE (2), MUY (3), DEL TODO (4) 6.3 Ejemplo de aplicación de un inventario Descripción breve del contexto. Jornada de trabajo durante un fin de semana titulada: Formación inicial en habilidades de liderazgo participativo y prosocial: cómo aplicar valores prosociales en la implementación de la Responsabilidad Social Universitaria (RSU). El proyecto MECESUP (Mejoramiento de la calidad de la educación superior) en Responsabilidad Social Universitaria, de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile (PUCV) convoca a un grupo de estudiantes de diferentes carreras a internarse por un fin de semana para realizar una experiencia formativa que tiene como objetivo “Fortalecer las habilidades sociales y competencias en RSU de los participantes en el programa para facilitar su rol como agentes multiplicadores del proyecto de RSU Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 26 en la PUCV”. (Brundelius & Escotorin, 2008) Realización: a cargo de miembros del equipo LIPA, los días viernes 29, sábado 30 y domingo 31 de agosto de 2008. Participantes: universitarios de 1er, 2º, 3er, 4º,5º y 6º semestre de las carreras de: ingeniería en alimentos, en construcción, educación parvularia, ciencias religiosas, periodismo, educación física. Objetivo del ejercicio: Desarrollar un inventario específico para ser aplicado durante el fin de semana, con el objetivo de “Afianzar la autopercepción como equipo de los participantes, la motivación por el trabajo en conjunto y el compromiso con el proyecto a través del diseño conjunto y participado de planes de optimización prosocial con el equipo y con el entorno” (Brundelius & Escotorin, 2008) Etapas del trabajo realizado. Se inició el trabajo con la metodología de aplicación de inventarios. En este caso, adecuado al contexto del trabajo del fin de semana. Fue un trabajo intenso y realizado con mucha seriedad por parte de los estudiantes quienes luego de conocer la prosocialidad y sus categorías: I. Hicieron un ejercicio personal reflexivo de qué acciones prosociales estarían dispuestos a realizar por sus compañeros en el contexto de este fin de semana y qué acciones les gustaría recibir de sus compañeros. II. Sobre la base de este trabajo previo individual, se hizo la siguiente pregunta en un panel: “¿Qué comportamientos, acciones concretas, observables, medibles,…que sean prosociales estaría dispuesto a realizar o me gustaría que realizaran por mí”. La idea era elaborar una lista inicial como lluvia de ideas. Para ello se aplicó la metodología de la visualización. Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 27 III. Cada participante traspasó a tarjetas las acciones que voluntariamente quería visualizar. Cada uno escribió ejemplos para cada categoría de acciones prosociales, una idea por tarjeta, máximo tres líneas. IV. Cada persona enganchó sus tarjetas en la categoría correspondiente para ser visualizada por el grupo V. Se procedió al análisis de tarjeta por tarjeta para determinar si se trataba o no de acciones prosociales, si había criterios suficientemente observables, medibles en cada caso. Esta etapa es de central importancia, pues es común que las ideas no sean lo suficientemente observables, medibles, u operativas. Es tarea del facilitador ayudar al grupo a visualizar cómo se concreta este aspecto para ese contexto específico. VI. En este ejemplo, apareció una tarjeta que decía “que respeten mi palabra” como una acción prosocial que esa persona se esperaría de su grupo. Sin embargo “el respeto”, un concepto aparentemente claro, incluso un valor que motiva muchos programas de educación cívica ¿cómo se hace operativo? ¿qué es el respeto a fin de cuentas, sino una percepción subjetiva de las expectativas que yo tengo de los otros de acuerdo a mi cultura personal, familiar, nacional, profesional, etc.? ¿Existe un respeto estándar? Aparentemente no, para uno, que su palabra sea respetada es por ejemplo, que cuando habla, las personas dejen sus quehaceres y hagan contacto visual con él o ella; para otra persona, que respeten su palabra puede ser que pidan y escuchen su opinión antes de tomar decisiones y para otro, un signo de respeto a su palabra puede ser que los demás no se rían de él o ella cuando explica alguna idea que el grupo no comprende. Por lo mismo, no es posible generar un programa satisfactorio que implemente “el respeto a…”, si antes no preguntamos al grupo qué comportamientos visibles son signo de respeto para ellos. Esa es la utilidad del inventario, colabora en el aterrizaje de los valores a comportamientos adecuados al contexto cultural específico donde éstos se aplican. VII. Una vez analizada cada acción por el grupo (si es suficientemente operativa, Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 28 observable, medible y además si cumple con los criterios de la prosocialidad), se elaboró de manera participativa una lista resumen de acciones donde se unificaron las ideas similares y se concretaron aquellas que aún no eran suficientemente operativas. El análisis de cada tarjeta dio origen a un listado de 38 comportamientos prosociales para el fin de semana. VIII. Los 38 comportamientos fueron evaluados por cada participante de 0 a 4 de acuerdo al grado de deseabilidad y factibilidad. IX. A continuación, cada persona, con la hoja de los resultados personales de evaluación de los 38 comportamientos, se reunieron en grupos de trabajo de a tres personas para elaborar un promedio de puntaje grupal para cada uno de los 38 comportamientos. X. Cada grupo reflejó su promedio en el panel, junto a cada uno de los 38 comportamientos, con una etiqueta autoadhesiva Estructura de la tabla de evaluación utilizada INVENTARIO PROSOCIAL EN UN FIN DE SEMANA DE TRABAJO ENTRE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS Comportamiento, acción Deseable 0 1.Hacer la cama de quien le da “lata” 2. Servir zumo a quien quiera 1 factible 2 • • 3 4 • • • • 0 1 2 • Transcripción del listado (cada etiqueta autoadhesiva representa a tres personas) TRANSCRIPCIÓN Y REGISTRO FOTOGRÁFICO 3 4 •• •• • Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 29 1. Hacer la cama de quien le da “lata” 20. Resaltar cualidades (virtudes) de los otros 2. Servir zumo a quien quiera 21. Pedir opinión a otros y pedir opinión a 3. Retirar los platos de quien terminó quien piensa distinto y luego dar la propia 4. Ayudar a quien ordena 22. Poner atención y concentración cuando 5. Lavar las cosas usadas otros me hablan 6. Llevar los bolsos al autobus 23. Mostrar interés (no verbalmente, hacer 7. Ayudar a las personas de la cocina a preguntas, etc.) en las conversaciones servir los platos 24. Guardar silencio cuando otros hablan 8. Preguntar a las personas de la cocina 25. Respetar el turno de palabra si necesitan ayuda 26. Opinar, aconsejar a quien le sirva, sobre 9. Mantener el orden del entorno experiencias contadas 10. Regalar un documento de interés 27. Hacerse cargo de conocer al otro para el otro 28. Hacer un masaje a quien esté estresado 11. Compartir mis pertenencias 29. Consolar a quien esté triste y lo necesite 12. Invitar una cerveza 30. Formar lazos: incorporar en faceboock, dar 13. Compartir vivencias y teléfonos, mail. conocimientos 31. Propiciar un clima positivo con sonrisas y atención 14. Corroborar a otro compañero cuando explica algo 32. Trabajar en equipo 15. Recibir y dar retroalimentación 33. Participar en las actividades activamente 16. Estudiar, aconsejar, ayudar, aportar con ideas a34. 34. Prestar la ducha a quien no tenga agua caliente quien requiera 35. Hacer duchas cortas 17. Dar una palabra de amor cristiano a quien lo 36. Fumar en lugares que no afecten a los no fumadores quiera 37. Apagar móviles durante la reunión 18. Contar chistes que alegren al otro 38. Ceder mi pan si alguien quedó con mucha hambre 19. Dar un abrazo a quien quiera XI. Después de revisar comportamientos en más conjunto deseables y los más factibles, se eligieron los 16 comportamientos con mayor puntaje en deseabilidad y factibilidad para ser aplicados durante el fin de semana. El grupo determinó una meta de nota 6,0 (un 9 en escala española) como meta para el final del fin de semana. Evaluación de nuestro inventario ¿logramos la meta? Para finalizar se aplicó una autoevaluación que permite al propio grupo evaluar logros, cumplimiento de objetivos, diseño de nuevas metas. Puede ayudar que el facilitador tenga ya elaborada una planilla Excel para anotar los puntajes y elaborar los promedios de manera más eficiente y visualizar los resultados con un cañón retroproyector. Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 30 8 9 14 4 15 16 22 23 24 25 29 30 31 32 33 34 36 Nota como actor percibo Nota de cómo percibí al ¿Cómo evalúo del 1 al 7 la frecuencia y calidad de las (cómo que actué yo) grupo (a los otros) acciones del inventario? preguntar a las personas del servicio si necesitan ayuda mantener orden del entorno corroborar a otro compañero cuando explica algo ayudar a quien ordena recibir y dar retroalimentación estudiar, aconsejar, ayudar, aportar ideas a quien requiera poner atención y concentración cuando otros me hablan Mostrar interés verbal y no verbal en las conversaciones guardar silencio cuando otros hablan respetar turno de palabra consolar a quien esté triste y lo necesite formar lazos: incorporar en faceboock, dar teléfonos y mails propiciar clima positivo con sonrisas y atención trabajar en equipo participar activamente en las actividades prestar la ducha a quien no tenga agua caliente fumar en lugares que no afecten a los no fumadores 7. La Visualización Participativa Prosocial (VPP) 7.1 El método: didáctica para adultos, novedosa, eficiente, participativa. El trabajo en equipo no siempre es sinónimo de participación eficiente de todos los miembros de un grupo. La puesta en común de las ideas puede dificultar una participación activa y equitativa de todos los integrantes en el proceso de toma de decisiones. Por otra parte, un trabajo eficiente en equipo puede beneficiar una mejor gestión del tiempo invertido en reuniones, la mejora de la calidad de los documentos redactados en conjunto, la elaboración de proyectos representativos de la opinión del grupo, la evaluación eficiente tanto de procesos como de resultados, el fomento de la participación, la creatividad individual y colectiva. El líder de un equipo debe ser capaz de trabajar con todos desde el punto en el que se encuentran, evidenciar el conocimiento que surge del propio grupo, hacer circular las experiencias, generar espacios de intercambio, para luego trabajar aquello que puede ser Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 31 optimizado. Para la consecución de estos objetivos, quien forma parte de un equipo de trabajo y que debe interactuar con sus compañeros, requiere no sólo de herramientas prácticas de manejo de grupos, sino también de espacios de trabajo sistemáticos que favorezcan la propia optimización de habilidades y la autorreflexión sobre el sentido existencial de la propia vocación profesional y el impacto social que ésta tiene. 7.2 La facilitación La facilitación, conocida por algunos como método METAPLAN®, evidencia en forma gráfica la complejidad de todos los puntos de vista al interior de un grupo con metodologías simples de visualización y participación que aclaran tanto el mapa de la situación, como las líneas que conducen a una correcta toma de decisiones. Como método didáctico es utilizado por empresas, universidades, profesionales del mundo de la educación, organizaciones sociales, gubernamentales y ONG para la coordinación de equipos, moderación de reuniones, toma de decisiones, redacción y elaboración de proyectos, evaluación, o como método para moderar reuniones y clases en temas específicos. Breve reseña histórica del método. El método fue elaborado y perfeccionado en Alemania por un círculo de profesionales del área de recursos humanos y formación a partir de los años 70. El objetivo era hacer más eficaz el trabajo en equipo y adaptar la formación profesional a las necesidades didácticas de los adultos. Por esta razón el método se basa en la visualización y la participación. En Alemania se aplica tanto en el sector privado como público, como herramienta para la gerencia en temas de planificación, toma de decisiones, control de calidad. También se aplica desde 1980 en el ámbito de la capacitación en gerencia de proyectos. A nivel internacional, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) lo ha utilizado como herramienta de diagnóstico grupal. Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 32 EL método de la facilitación funciona a base de la voluntariedad y tiene las siguientes ventajas: i) Acuerdos claramente definidos, porque se fijan por escrito los resultados ii) El grupo se identifica con los resultados de una reunión, y así aumenta la probabilidad de implementarlos de manera sostenible iii) Fortalece el equipo, se apoya a la cooperación, se reduce la competencia 7.3 Moderación prosocial de reuniones: Visualización Participativa Prosocial (VPP) LIPA, Laboratorio de investigación Prosocial Aplicada, de la UAB ha implementado el método, que denominamos Visualización Participativa Prosocial (VPP) desde hace más de dos años, con excelentes resultados en el ámbito de la formación y diagnóstico grupal a docentes de escuela y universidades, organizaciones, profesionales de diversos ámbitos. Actualmente estamos explorando las posibilidades de este método en la investigación como herramienta para potenciar por ejemplo, conclusiones representativas de un Focus Group donde la falta de anonimato pueda condicionar la libertad de los participante para expresar sus propias opiniones. En la VPP el moderador es una figura que garantiza la participación sólo si está centrado en los otros y no en sí mismo. El moderador es como el director de una coral: la muestra fehaciente de su presencia exitosa, es precisamente su habilidad para desaparecer, para hacer fluir lo mejor de los participantes, en armonía; canalizar las energías del grupo hacia la unidad, conservando y respetando las diferencias; velar porque todos canten en su propio registro y no en uno inadecuado a su propia naturaleza. Como LIPA, hemos constatado que los pilares de la moderación (visualización y preguntas) favorecen y potencian nuestra propia metodología ya existente y también el clima prosocial del grupo, los espacios de unidad, el estado de ánimo de las personas pesimistas y la voluntad de participación de quienes están desmotivados. Hemos percibido que la encuesta con tarjetas, además de ser: - un método didáctico para gestionar el tiempo discutiendo por escrito, con reglas claramente definidas; - y de limitar la participación de los líderes dominantes y fortalecer a los tímidos trae beneficios para los participantes por el sólo hecho de visualizar de manera personal las Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 33 propias prioridades en temas que por su complejidad, difícilmente una reunión tradicional propiciará de manera rigurosa y representativa. I) La VPP es más que el mero hecho de redactar ideas en tarjetas y luego categorizarlas en un panel, pues primero, favorece el autodiagnóstico, la autoformación psicológica, ya que: - una persona, al disponerse - por ejemplo - a contestar una pregunta visualizada (p.ej: una pregunta que siempre utilizamos en nuestros workshops es: “cuáles son las dificultades que experimento cuando quiero establecer una comunicación de calidad en mi ámbito personal)”, aplica macrorreglas textuales (Van Dijk, 1984): suprime detalles, generaliza y construye un nuevo texto, breve, representativo de aquella dificultad compleja percibida (de hecho, una tarjeta no puede exceder las tres líneas, hechas con rotulador grueso y debe ser sólo una idea por tarjeta); - además las personas deben escribir pensando en su legibilidad y comprensión (se escribe tanto para sí mismo, como para los otros). II) Como decíamos, el ejercicio de la moderación, tal y como está contemplado en el método original tiene elementos prosociales en el rol o estilo de moderación; sin embargo, en la VPP un moderador, además, aplica la comunicación de calidad prosocial por lo que puede garantizar mucho más la calidad del proceso y el producto: - puede garantizar la participación de todos en la categorización de las ideas si entrena y custodia su propia capacidad empática, su capacidad de valorar positivamente las opiniones de todos, de confirmar la validez de las opiniones de Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 34 todos, de poner en luz a las personas con más baja autoestima; de “vaciarse” de los propios prejuicios; - puede gestionar los conflictos de manera positiva; - puede conducir en modo satisfactorio para las partes, una elaboración conjunta de las decisiones; - puede conducir metacomunicativamente discusiones complejas, ayudando a los participantes, a contrastar significados mutuos; a empoderar a los participantes en las propias opiniones a través de la paráfrasis, cuando las ideas no estuvieran suficientemente desarrolladas o definidas; a generar un clima de escucha y comprensión recíproca; a que el grupo se haga cargo de las propias decisiones, a aumentar la memoria colectiva respecto del proceso. Referencias Berndt, T. (1981). Effects of Friendship on Prosocial Intentions and Behavior. Child Development, 52, 636-643 Brief, A. & Motowidlo, S. (1986). Prosocial Organizational Behaviors. Academy of Management Review, 11, 710-725. Brundelius, M. & Escotorin, P. (2008). Prosocialidad y Comunicación de calidad aplicadas en contextos universitarios de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile. Manuscrito no publicado. Caprara, G. V. (2006). Comportamento prosociale e prosocialità. In G.V.Caprara & S. Bonino (Eds.), Il comportamento prosociale. Aspetti individuali, familiari e sociali (1 ed., pp. 8-22). Trento: Erikson. Eisenberg, N. & Mussen, P. (1989). The roots of prosocial behavior in children. Canada: Cambridge University Press. Escotorin, P. (2007). Diferencias entre Prosocialidad y altruismo. Entrevista a Robert Roche. Manuscrito no publicado. García, A., Martínez, M., & Roche, R. (1988). La prosocialidad y Cataluña. Experiencoa cívica en el campo educativo, social y cultural. Informe, proyecto y perspectivas. Manuscrito no publicado. Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 35 Lazarus, R. S. (1993). From Psychological Stress to the Emotions: a History of Changing Outlooks. Annual Review of Psychology, 44, 1-21. Lencz, L. (1994). The Slovak Ethical Education Project. Cambridge Journal of Education Project, 24, 443-451. Penner, L. A., Dovidio, J. F., Piliavin, J. A., & Schroeder, D. A. (2005). Prosocial Behavior: multilevel perspectives. Annual Review Psychology, 56, 365-392. Roche, R. (1991). Violencia y Prosocialidad: un programa para el descondicionamiento frente a la violencia en la imagen y para la educación de los comportamientos prosociales. In ¿Qué Miras? (pp. 291-313). Valencia: Publicaciones de la Generalitat Valenciana. Roche, R. (1995). Psicologia y Educación para la Prosocialidad. Barcelona: Universitat Autònoma de Barcelona. Roche, R. (1997). Psicología y Educación para la prosocialidad. (1ª ed.) Buenos Aires: Ciudad Nueva. Roche, R. (1999). Desarrollo de la Inteligencia Emocional y Social desde los Valores y Actitudes Prosociales en la Escuela. (1ª ed.) Buenos Aires: Ciudad Nueva. Roche, R. (2002). Cómo elaborar un inventario de prosocialidad. Manuscrito no publicado. Van Dijk, T. (1984). Texto y contexto. Semántica y pragmática del discurso. Madrid: Cátedra. Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 36 PREGUNTAS CAPITULO 1 LA COOPERACIÓN Y LA PROSOCIALIDAD Diploma Civismo, conductas sociales positivas y socialización Mayka Cirera , Pilar Escotorín & Robert Roche = Respuestas Correctas 1. Según Roche, el principal criterio que define una acción, comportamiento o programa como prosocial es… A) que se realice con la intención de beneficiar a otro B) que se cuente con la aprobación del receptor C) que mejore las relaciones de los individuos o grupos implicados 2. ¿Existe alguna diferencia entre altruismo y prosocialidad? A) No hay ninguna diferencia B) Sí, el altruismo se refiere a la motivación inicial del emisor, mientras que la prosocialidad se basa en sus acciones concretas. C) Sí, el altruismo recompensa al emisor, mientras que la prosocialidad no. 3. ¿La prosocialidad puede ser obligada? A) No. En ningún caso B) Sí, en aquellas situaciones donde se requiera urgentemente una mejora de las relaciones interpersonales. C) Sólo en el ámbito familiar y educativo. 4. ¿En qué ámbitos sociales es aplicable la prosocialidad? A) Ámbito familiar y educativo B) Ámbito familiar, educativo y organizacional C) En todos los ámbitos 5. ¿Qué es un Inventario de comportamientos prosociales? A) Una lista de comportamientos prosociales más recomendados en un contexto determinado. B) Una lista de los comportamientos prosociales operativos más deseables y posibles en un contexto o ámbito determinado C) Un listado de los comportamientos prosociales necesarios en un ámbito determinado que deben ser obligados. Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 37 6. ¿Qué diferencia una acción prosocial de una acción de ayuda cualquiera? A) Las acciones prosociales procuran mantener la creatividad e iniciativa, autonomía, dignidad y autoestima de la persona, grupo o país al que se pretende ayudar; y una acción de ayuda que no es prosocial, podría generar dependencia, anulación de la identidad, iniciativa o creatividad e incluso, una subvaloración del otro. B) Las acciones prosociales intentan beneficiar la creatividad e iniciativa, autonomía, dignidad y autoestima de la persona, grupo o país al que se pretende ayudar; en cambio, una acción de ayuda siempre genera dependencia, anulación de la identidad, iniciativa o creatividad e incluso, una subvaloración del otro. C) Las acciones prosociales son realizadas para personas, grupos o países con falta de creatividad e iniciativa, poca autonomía, dignidad no reconocida y baja autoestima, la prosocialidad optimiza estos elementos; en cambio, las acciones de ayuda generan dependencia, anulación de la identidad, iniciativa o creatividad e incluso, una subvaloración del otro 7. Si una acción prosocial supone un coste alto para el emisor… A) Es un motivo suficiente para no realizar la acción B) Indica que al emisor le supone un gran esfuerzo realizarla. C) La acción prosocial pierde valor. 8. ¿El autor de una acción prosocial puede obtener beneficios de esta acción? A) Sí, a nivel psicológico el más beneficiado podría ser el propio autor de la acción. B) Sólo en el caso que cuente con la aprobación del receptor. C) No. En ningún caso 9. ¿Qué es un PROPLAN? A) Es un plan de acción que comprende un calendario de aplicación y un registro o ficha para prosocializar cualquier ámbito B) Es un plan de acción que comprende un calendario de aplicación y un registro o ficha para sistematizar las necesidades del entorno C) Es un plan de acción que comprende un calendario de aplicación y un registro o ficha para visualizar las acciones prosociales más eficaces Aplicaciones de la prosocialidad Cirera, Escotorín & Roche 38 10. La Visualización Participativa Prosocial (VPP) es: A) Un método didáctico que organiza las propuestas de acciones prosociales B) Un método didáctico que permite poner en común todas las ideas de un modo prosocial C) Un método específico para preparar la realización de una acción prosocial.