TEMA 5. LA PROSA MEDIEVAL 1. La prosa anterior a Alfonso X Las primeras manifestaciones de la prosa romance aparecen con notable retraso respecto a la poesía. Las muestras más tempranas datan de finales del siglo XII y del reinado de Fernando III el Santo (1217-1252), pero no alcanzarán categoría literaria hasta Alfonso X. Los escritos más antiguos son documentos históricos y jurídicos breves carentes de estructura narrativa (se reducen a una mera enumeración de hechos). Pero el siglo XII es importante porque ve el nacimiento de la Escuela de Traductores de Toledo gracias a la labor del arzobispo don Raimundo que, aprovechando la coyuntura que hacía convivir en armonía a cristianos, musulmanes y judíos tras la conquista de Toledo (1085), favoreció diferentes proyectos de traducción cultural. Este proceso de traducción que se llevaba a cabo consistía en verter al latín la obra original empleando como paso intermedio el castellano. El principal mérito de la Escuela de Traductores consistió en poner al alcance de la cultura occidental un número considerable de obras árabes, hebreas e hindúes. En el siglo XII nacen también las colecciones de cuentos (como Disciplina clericalis). Se trata de un tipo de literatura que planteaba la educación religiosa de las masas y utilizaba los exempla por su función amena y didáctica. De esta orientación inicial se pasará con el tiempo a una orientación profana, aunque manteniendo siempre el tono moralizante. Las colecciones de cuentos más importantes fueron el Calila e Dimna y el Sendebar o Libro de los engaños de las mujeres. 2. Alfonso X el Sabio 2.1. Nota biográfica. Nació en Toledo en 1221. Era hijo de Fernando III de Castilla (conocido como “el Santo”) y de Beatriz de Suabia. De joven participó en la Reconquista de Andalucía y tomó Murcia (1240).Ocupó el trono desde 1252 hasta 1284, fecha de su muerte. Su mayor aspiración fue conseguir la corona de emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, lo que le llevó a no ahorrar esfuerzos y a comprometer todas las finanzas del reino. 2.2. Importancia de Alfonso X para la lengua y la literatura. Con Alfonso X el castellano alcanza su consagración definitiva como lengua de cultura, pues a partir de su reinado todos los documentos que salgan de la Cancillería Real estarán escritos en castellano. Esto supone la creación de la prosa romance. Por otra parte, dio un impulso notable a la Escuela de Traductores a través de las traducciones de obras originales hebreas o árabes al castellano (y no al latín, como en épocas anteriores) y las redacciones de trabajos originales. Salvo las Cantigas de Santa María, escritas en gallego, el rey Alfonso X no componía personalmente sus obras, sino que era el director del equipo de expertos y el supervisor del resultado de su trabajo. La escuela alfonsí iniciaba su labor recopilando las fuentes latinas, árabes y judías que necesitaba para cada obra; a continuación, las trasladaba al castellano. Generalmente, la traducción la llevaban a cabo dos personas: un colaborador que conocía el idioma del libro lo leía en alto traduciendo simultáneamente, mientras que otro lo copiaba ya en castellano. Más tarde 1 se revisaba el estilo, corrigiendo las grafías, eliminando las repeticiones y cuidando la unión de unas fuentes con otras dentro del mismo libro. Las consecuencias de este empeño tan universal serán inmensas y afectarán a distintos ámbitos: el castellano se transforma para cumplir su nueva función de lengua oficial y literaria. Por otro lado, la cultura griega penetra en Castilla a través de los libros árabes y facilita el renacimiento del siglo XIII. Además, al poner el saber al alcance de quienes desconocen el latín, se favoreció la secularización de la cultura. 2.3. Obra. La obra alfonsí es muy extensa y abarca variados temas, por lo que puede clasificarse de la siguiente manera: - - Obras legales: responden a la necesidad de legislar. La obra más importante fue el Código de las Siete Partidas, completa recopilación de las leyes de la época en las que utiliza fuentes muy diversas y que constituye a la vez un testimonio de las costumbres de la Castilla del siglo XIII. Obras científicas: en su mayor parte son traducciones del árabe de tratados de astronomía o astrología. Destacan entre ellas: Libros del saber de astronomía, y el Lapidario, que trata de las propiedades mágicas de las piedras. Obras de entretenimiento: Libros de ajedrez, dados y tablas, tratados de juegos traducidos del árabe. Obras históricas: dos obras inacabadas, debido probablemente a la magnitud de la empresa. Se trata de Estoria de España, donde utiliza todo tipo de fuentes que recogen distintos aspectos de la historia de España (entre ellas los cantares de gesta); y la Grande e General Estoria, que pretendía ser un tratado exhaustivo de historia universal y que queda inconclusa al llegar a los padres de la Virgen. 3. Prosa posterior a Alfonso X 3.1. Siglo XIV. 3.1.1. Introducción La llegada de Sancho IV al trono (1284-1295) estuvo motivada, en parte, por el rechazo de un sector de la alta sociedad castellana a la política de Alfonso X y a su admiración por la cultura árabe y judía. Con Sancho IV la corte se convirtió en asiento de un nuevo modelo cultural, lo que no significó que el entramado literario y cultural que había propiciado el rey Sabio desapareciera, sino que se ajustó al nuevo marco ideológico con el que el nuevo monarca quería identificarse. Triunfará entonces el cultivo de la razón (frente a la búsqueda del saber) y la defensa del cristianismo se llevará a los textos. Otros factores, como la demanda de libros y los adelantos técnicos (aparición del papel), propiciaron un incremento significativo de la producción prosística. Aumentan también las composiciones literarias originales y surgen grandes personalidades literarias: el infante don Juan Manuel, Juan Ruiz, Pero López de Ayala, Sem Tob. 3.1.2. Prosa de ficción. En el siglo XIV nace y se desarrolla la prosa de ficción, lo que demuestra que la lengua castellana ya había alcanzado un grado de madurez considerable que le permitía albergar contenidos más amplios y variados. 2 Distinguimos tres grupos temáticos dentro de la prosa de ficción: - - Ciclo artúrico: procede de Francia y se nutre de la leyenda surgida en torno a la figura del rey Arturo; de este material, que presenta un mundo idealizado basado en la aventura, quedan en castellano algunos restos, pero sin duda la obra más importante fue El caballero Zifar, escrito probablemente por Ferrand Martínez, clérigo de Toledo. Ciclo troyano: tiene como referente principal el sitio y la destrucción de Troya; presta a la Edad Media dos de sus temas predilectos: el amor cortés, a través de los amores de Paris y Helena; y la caída de la grandeza (la ruina de la todopoderosa Troya). Obras de aventuras varias: presentan una diversidad temática que abarca tanto obras derivadas de la épica francesa, como de las leyendas hagiográficas o de la Antigüedad Clásica. Pero la cumbre prosística está representada por don Juan Manuel, al que dedicamos un epígrafe aparte. 3.1.3. El Infante don Juan Manuel y El Conde Lucanor. El infante don Juan Manuel nació en Escalona (Toledo) en 1282. Era sobrino del rey Alfonso X el Sabio y nieto de Fernando III el Santo y, por tanto, pertenecía a la alta nobleza. Participó activamente en las intrigas cortesanas contra Alfonso XI, aunque más tarde se reconcilió con él y lo ayudó en la victoria del Salado (1340) contra los musulmanes. Murió en Peñafiel en 1348. Fue de este modo uno de los primeros caballeros que compaginó la carrera de armas con la labor de escritor. Además de su obra más lograda y conocida, El Conde Lucanor, escribió otros libros, algunos de ellos perdidos. Destacan entre los más significativos: - El Libro del caballero y del escudero, que narra cómo un anciano caballero instruye a un joven escudero sobre la orden de caballería. El Libro de los Estados, descripción de la rígida sociedad estamental del siglo XIV. El Conde Lucanor, también conocido como Libro de Patronio, fue escrito probablemente hacia 1335. Tiene como hilo argumental las conversaciones entre dos personajes, el conde Lucanor y su consejero Patronio. Todos los cuentos o ejemplos responden a la misma estructura: - El Conde expone a Patronio un problema que le tiene preocupado. - Patronio le contesta contándole un cuento. - Terminada la narración, Patronio extrae de ella el consejo conveniente. - El Conde aplica el consejo y tiene éxito. - El cuento termina con una moraleja en forma de pareado. Los cuentos, todos de clara intencionalidad didáctica y escritos en un estilo que intenta ser sencillo y escueto, tratan temas relacionados con la ideología social y ética de un noble: la desconfianza hacia los aduladores, la lealtad, las alianzas y traiciones, las malas consecuencias de la ira, la conveniencia de ser astuto y prudente. 3.2. El siglo XV. 3.2.1. Introducción. Durante el siglo XV la prosa se desarrolla de forma notable y se enriquece con asuntos diversos: históricos, filológicos, políticos, didácticos, religiosos y de ficción. La influencia del Humanismo italiano y el interés por las lenguas clásicas hacen que los escritos en prosa presenten rasgos latinizantes (cultismos, hibérbatos, verbos al final de la oración). 3 3.2.2. Prosa histórica y didáctica. Los cambios políticos y sociales de este siglo se reflejan en las numerosas crónicas de los reinados de Juan II, de Enrique IV y de los Reyes Católicos. A este género de la crónica se une uno nuevo, el de la biografía, marcado por el creciente interés por el individuo. La prosa didáctica, por su parte, incluye obras de muy diversa índole: de tema religioso, de tema filosófico-moral, estudios filológicos. La figura de mayor relieve en esta última vertiente es Elio Antonio de Nebrija, autor de la primera gramática de una lengua romance, la Gramática de la lengua castellana, publicada en 1492. Esta obra refleja el interés humanista por valorar las lenguas romances y trata materias de ortografía, acentuación, morfología, sintaxis y métrica. En la literatura didáctica de este siglo encontramos también una serie de obras centradas en la mujer. Algunas muestran una actitud misógina, como el Corbacho, de Alfonso Martínez de Toledo, quien con tono jocoso y muy expresivo reprueba el amor mundano y critica los vicios y defectos de las mujeres. 3.2.3. La prosa de ficción. Dos son los tipos de géneros que destacan en esta época: los libros de caballerías y la novela sentimental. Los libros de caballerías narran las aventuras amorosas y guerreras de un caballero y sitúan la acción en lugares remotos. El libro de caballerías más importante es Amadís de Gaula, una refundición hecha por Garci Rodríguez de Montalvo a finales del siglo XV a partir de un Amadís anterior, del siglo XIV, del que sólo se conservan unos fragmentos. La obra cuenta la historia de su protagonista, un caballero enamorado de la princesa Oriana. El Amadís tuvo un gran éxito y sirvió de modelo a otros libros de caballerías, como El Quijote. Tirant lo Blanch (o Tirante el Blanco), publicado en valenciano en 1490, es otro ejemplo de libro de caballería, pero de carácter más realista, pues reflejaba fielmente lo que era la caballería del siglo XV. A mediados del siglo XV surge un nuevo género de prosa de ficción, la narrativa sentimental. Sus raíces están en la filosofía del amor cortés y en la atención que este siglo prestaba al individuo y a su psicología. Son, pues, relatos donde prima el análisis del sentimiento amoroso sobre las aventuras; por eso su ritmo es lento y hay poca acción. En cuanto a la estructura, son frecuentes la forma autobiográfica y epistolar. Un importante título de este género es Cárcel de amor, de Diego de San Pedro, en el que con estructura epistolar se analizan los sentimientos de sus protagonistas, Leriano y Laureola. 4