LA NARRATIVA EN PROSA EN LA EDAD MEDIA El creador de la prosa castellana fue Alfonso X el Sabio (1221-1284), si bien su obra no puede clasificarse exactamente como narrativa. Bajo la dirección del rey, sabios traductores (Escuela de Traductores de Toledo) de las tres religiones que convivían en la Península prepararon textos históricos (Crónica general, General estoria), jurídicos (Las siete partidas) y científicos (Libros del saber de astronomía, Tablas alfonsíes). A Alfonso X se debe el primer intento de regularización ortográfica del castellano, al que convirtió en lengua de cultura. El continuador de esta labor, ya en el siglo XIV1, será Don Juan Manuel, quien consigue que la prosa castellana de ficción alcance su madurez literaria. La narrativa en prosa en el siglo XIV: Don Juan Manuel. Sobrino del rey Alfonso X el Sabio y nieto de Fernando III el Santo, Don Juan Manuel (1282-1348) es el más importante prosista de la literatura castellana medieval. Participó activamente en la política y en los conflictos guerreros de su época, aunque con poco acierto. Se dedicó también a la caza y a la literatura, sus dos grandes aficiones. Así pues, es considerado como un representante de la nueva aristocracia culta y cortesana por su conjunción de “armas y letras” (precedente del “cortesano” renacentista). Don Juan Manuel es el primer autor obsesionado por preservar su obra de los errores de los copistas, corrigió escrupulosamente sus manuscritos y los depositó en el monasterio de Peñafiel; desgraciadamente, estos originales fueron destruidos en un incendio. Escribió numerosas obras, entre las conservadas destaca: El Conde Lucanor o Libro de Patronio. Estructura y temática de El Conde Lucanor o Libro de Patronio. El Conde Lucanor se compone, principalmente, de una colección de unos cincuenta cuentos o “ejemplos” que plantean problemas de carácter práctico, relacionados con cómo mantener o acrecentar la honra, la hacienda o el estado (posición social). Cada uno de ellos presenta idéntica estructura: a) El Conde Lucanor pide consejo a su ayo Patronio sobre un problema que le preocupa; b) Patronio, para resolver sus dudas, relata una historia, de la que se deriva una enseñanza; c) el conde pone en práctica el consejo satisfactoriamente; d) el autor remata el cuento con una moraleja en verso. Técnica y estilo. El carácter didáctico de la obra, que aconseja actuar con rectitud, prudencia y sentido práctico, se conjuga con la amenidad (“enseñar deleitando”). Aunque se inspire en diversas fuentes, no traduce, sino que reelabora dotando su obra de un carácter personal, 1 En el siglo XIII se escriben los primeros cuentos en castellano, si bien se trata de simples traducciones de relatos de origen oriental, que por su propósito didáctico fueron denominados enxiemplos. manifiesta su conciencia de autoría y pretende crear su propio estilo literario, cuyas notas son la sencillez, la claridad y la elegancia; su objetivo es decirlo todo de manera exacta e inequívoca y con la mayor brevedad posible. La narrativa en prosa en el siglo XV A lo largo de este siglo, la prosa alcanza una gran importancia y adopta manifestaciones muy diversas (biografías, crónicas históricas, literatura de viajes, obras doctrinales…), sin embargo, triunfa especialmente la literatura de ficción con géneros como la novela sentimental y los libros de caballerías. Novela sentimental: narración epistolar de ambiente cortesano y aristocrático en la que los protagonistas viven una apasionada historia de amor con final desdichado. La obra más destacada es Cárcel de amor de Diego de San Pedro. Libros (o novelas) de caballerías: género derivado de las leyendas del ciclo bretón, se trata de novelas de carácter idealista, de evasión y entretenimiento, basadas en el amor y la aventura. El protagonista, un caballero andante, vive numerosas e increíbles aventuras y lucha por la justicia, por la defensa de los desvalidos y por el amor de su dama. Alcanzarán su máxima popularidad en el siglo XVI. Amadís de Gaula, la más famosa de las novelas de caballerías en castellano2, aparece en el siglo XIV, sin embargo será Garci Rodríguez de Montalvo quien le dará su forma definitiva a principios del siglo XVI. 2 En catalán hay cabe destacar Tirant lo Blanc del valenciano Joanot Martorell, publicada en 1490.