TEXTO 1 ¡Dios vehemente de una raza de acero, automóvil ebrio de

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TEXTO 1
¡Dios vehemente de una raza de acero,
automóvil ebrio de espacio,
que piafas de angustia, con el freno en los dientes estridentes!
¡Oh formidable monstruo japonés de ojos de fragua,
nutrido de llamas y aceites minerales,
hambriento de horizontes y presas siderales
tu corazón se expande en su taf-taf diabólico
y tus recios pneumáticos se hinchen para las danzas
que bailen por las blancas carreteras del mundo.
Suelto, por fin, tus bridas metálicas.., ¡Te lanzas
con embriaguez el Infinito liberador!
(…)
¡Llanuras tenebrosas Yo os paso el gran galope
de este monstruo enloquecido... Estrellas, Estrellas mías,
¿oís sus pasos, el estrépito de sus ladridos
y el estertor sin fin de sus pulmones de cobre?
¡Acepto con Vosotras la apuesta,... Estrellas mías ...!
¡Más pronto!... ¡Todavía más pronto
¡Sin una tregua¡ ¡Sin ningún reposo
¡Soltad los frenos!... ¡Qué! ¿no podéis?...
¡Rompedlos!... ¡Pronto!
¡Que el pulso del motor centuplique su impulso!
iHurral ¡no más contacto con nuestra tierra inmunda!
¡Por fin me aparto de ella y vuelo serenamente
por la escintilante plenitud
de los Astros que tiemblan en su gran lecho azul!
(“La canción del automóvil”, Marinetti)
Orientaciones sobre el texto:
Contenido y forma.
Localización del texto y elementos típicos del Futurismo.
Animalización y uso de mayúsculas.
TEXTO 2
Abril es el mes más cruel: engendra
Lilas de la tierra muerta, mezcla
Memoria y deseo, con lluvia de primavera
Sacude raíces soñolientas.
Calor nos dio el invierno, cubriendo
La tierra con el olvido de la nieve, nutriendo
Una pequeña vida con tubérculos secos.
En el Starnbergersee1 nos sorprendió el verano
Con un aguacero; nos detuvimos en la columnata
Y bajo el sol seguimos hacia el Hofgarten2
Y tomamos café y hablamos durante una hora.
Bin gar keine Russin, stamm‛ aus Litauen,
Echt deutsch.3
Cuando niños, parando en casa de mi primo
El archiduque, él me paseó en trineo
Y tuve miedo. Marie, me dijo,
Marie, cógete fuerte, y nos deslizamos.
La libertad se siente en las montañas.
Leo gran parte de la noche, y en el invierno voy al sur.
¿Cuáles raíces aprietan, qué ramas crecen
En estos pedregales? Hijo de hombre,
No puedes decirlo, adivinarlo; tú sólo conoces
Una pila de imágenes rotas, donde el sol bate,
El árbol muerto no cobija, el grillo no consuela
Y la piedra seca no da sonido de agua. Sólo
Hay sombra bajo esta roca roja
(Ven bajo la sombra de esta roca roja),
Y yo te mostraré algo diferente
De tu sombra que a zancadas te sigue en la mañana
O de tu sombra que en la tarde se levanta para verse
contigo.
En un puñado de polvo te mostraré el espanto.
Frisch weht der Wind Der Heimat zu.
Mein Irisch Kind,
Wo weilest du?4
“Hace un año me diste jacintos por primera vez,
Me llamaban la niña de los jacintos.”
—Mas cuando del jardín de jacintos regresábamos
tarde,
Tus brazos llenos y húmedos tus cabellos,
no pude Hablar ni ver, no estaba vivo
Ni muerto, no sabía nada,
Mirando en el corazón de la luz; el silencio.
Oed‛ und leer das Meer.5
Madame Sosostris, famosa clarividente,
Tenía un fuerte resfriado y, sin embargo,
Se le conoce como la más sabia mujer de Europa,
Con un pérfido paquete de barajas. Aquí, dijo ella,
Está su carta, el Marino Fenicio ahogado
(Estas perlas fueron sus ojos. ¡Mire!),
Aquí está Belladonna, la Dama de las Rocas,
Señora de las situaciones.
Aquí está el hombre de los tres bastos, aquí la
Rueda,
Aquí el comerciante tuerto, y esta carta
En blanco es algo que él carga en su espalda
Y que me está prohibido ver. No encuentro
Al Ahorcado. Tema la muerte por agua.
Veo multitudes que caminan en círculo.
Gracias. Si ve usted a la querida Mrs. Equitone,
Dígale que yo misma llevaré el horóscopo:
Hay que tener mucho cuidado en estos días.
Ciudad Irreal,
Bajo la parda niebla de un amanecer de invierno,
Sobre el Puente de Londres fluía tal multitud,
Que jamás pensé que fueran tantos los que la
muerte ha quebrantado.
Exhalaban suspiros ocasionales y breves
Y cada hombre fijaba los ojos en sus pies.
Fluían colina arriba y bajaban por King William Street,
Hacia donde Saint Mary Woolnoth decía las horas
Con un sonido muerto al final de la novena campanada.
Allí vi a un conocido, y le detuve, llamándole:¡Stetson!
¡Tú que estuviste conmigo en las naves en Mylae!
¿Aquel cadáver que plantaste el año pasado en tujardín,
Ha comenzado a brotar? ¿Florecerá este año
O ha perturbado su lecho la escarcha repentina?
¡Oh, aleja de ahí al Perro, que es amigo de los hombres,
O con sus garras lo desenterrará!
¡Tú, hypocrite lecteur —mon semblable, mon frère!’
(“El entierro de los muertos”, de La tierra baldía, Thomas Stearns Eliot)
1 Lugar montañoso junto al mar.
2 Jardín posterior.
3 “No soy rusa, mi estirpe es lituana; (soy) alemana verdadera.”
4 “Fresco sopla el viento / en la tierra natal. / Mi niño irlandés, / ¿dónde estás?”
5 “Vacío y desierto, el mar.”
ORIENTACIONES para el comentario:
Localización del texto: autor y obra.
Las referencias a acontecimientos de la historia reciente.
Los personajes.
TEXTO 3
(…)No quiero ligaduras de astro ni de viento
Ligaduras de luna buenas son para el mar y las mujeres
Dadme mis violines de vértigo insumiso
Mi libertad de música escapada
No hay peligro en la noche pequeña encrucijada
Ni enigma sobre el alma
La palabra electrizada de sangre y corazón
Es el gran paracaídas y el pararrayos de Dios
Habitante de tu destino
Pegado a tu camino como roca
Viene la hora del sortilegio resignado
Abre la mano de tu espíritu
El magnético dedo
En donde el anillo de la serenidad adolescente
Se posará cantando como el canario pródigo
Largos años ausente
Silencio
Se oye el pulso del mundo como nunca pálido
La tierra acaba de alumbrar un árbol.
(Altazor, Vicente Huidobro)
ORIENTACIONES PARA EL COMENTARIO
Localización del texto: autor, obra y movimiento literario.
El tema y sus relaciones con la poesía del siglo XX.
TEXTO 4
RUEGO al cielo que el lector, animado y momentáneamente tan feroz como lo que lee,
encuentre, sin desorientarse, su camino abrupto y salvaje, a través de las desoladas
ciénagas de estas páginas sombrías y llenas de veneno, pues, a no ser que aporte a su
lectura una lógica rigurosa y una tensión espiritual semejante al menos a su
desconfianza, las emanaciones mortales de este libro impregnarán su alma lo mismo
que hace el agua con el azúcar. No es bueno que todo el mundo lea las páginas que van
a seguir; sólo algunos podrán saborear este fruto amargo sin peligro. En consecuencia,
alma tímida, antes de que penetres más en semejantes landas inexploradas, dirige tus
pasos hacia atrás y no hacia adelante, de igual manera que los ojos de un hijo se
apartan respetuosamente de la augusta contemplación del rostro materno; o, mejor,
como durante el invierno, en la lejanía, un ángulo de grullas friolentas y meditabundas
vuela velozmente a través del silencio, con todas las velas desplegadas, hacia un punto
determinado del horizonte, de donde, súbitamente, parte un viento extraño y
poderoso, precursor de la tempestad. La grulla más vieja, formando ella sola la
vanguardia, al ver esto mueve la cabeza, y, consecuentemente, hace restallar también
el pico, como una persona razonable, que no está contenta (yo tampoco lo estaría en
su lugar), mientras su viejo cuello desprovisto de plumas, contemporáneo de tres
generaciones de grullas, se agita en ondulaciones coléricas que presagian la tormenta,
cada vez más próxima. Después de haber mirado numerosas veces, con sangre fría, a
todos los lados, con ojos que encierran la experiencia, prudentemente, la primera (pues
ella tiene el privilegio de mostrar las plumas de su cola a las otras grullas, inferiores en
inteligencia), con su grito vigilante de melancólico centinela que hace retroceder al
enemigo común, gira con flexibilidad la punta de la figura geométrica (es tal vez un
triángulo, aunque no se vea el tercer lado, lo que forman en el espacio esas curiosas
aves de paso), sea a babor, sea a estribor, como un hábil capitán, y, maniobrando con
alas que no parecen mayores que las de un gorrión, porque no es necia, emprende así
otro camino más seguro y filosófico.
Lector, quizás desees que invoque al odio en el comienzo de esta obra.
(CANTO PRIMERO, ISIDORE DUCASSE, CONDE DE LAUTREAMONT)
TEXTO 5
IV
¿Es acaso necesaria la poesía? Yo sé que aquellos que más
fuerte gritan en su contra sin saberlo le destinan y preparan una
perfección confortable; -a eso le llaman futuro higiénico.
Se prevé el aniquilamiento (siempre próximo) del arte. Aquí
deseamos un arte más arte. Higiene se vuelve pureza diosmío
diosmío.
¿Acaso ya no debe creer uno en las palabras? ¿Desde cuándo
expresan lo contrario de lo que el órgano que las emite piensa y
quiere? (piensa, quiere y desea pensar).
He aquí el gran secreto:
El pensamiento se hace en la boca.
Todavía me parezco muy simpático.
Tristan Tzara
Un gran filósofo canadiense ha dicho: El pensamiento y el
pasado también son muy simpáticos.
(Manifiesto sobre el amor débil, Tristan Tzara)
TEXTO 6
Y la muerte no tendrá señorío.
Desnudos los muertos se habrán confundido
con el hombre del viento y la luna poniente;
cuando sus huesos estén roídos y sean polvo los limpios,
tendrán estrellas a sus codos y a sus pies;
aunque se vuelvan locos serán cuerdos,
aunque se hundan en el mar saldrán de nuevo,
aunque los amantes se pierdan quedará el amor;
y la muerte no tendrá señorío.
Y la muerte no tendrá señorío.
Bajo las ondulaciones del mar
los que yacen tendidos no moriran aterrados;
retorciéndose en el potro cuando los nervios ceden,
amarrados a una rueda, aún no se romperán;
la fe en sus manos se partirá en dos,
y los penetrarán los daños unicornes;
rotos todos los cabos ya no crujirán más;
y la muerte no tendrá señorío.
Y la muerte no tendrá señorío.
Aunque las gaviotas no griten más en su oído
ni las olas estallen ruidosas en las costas;
aunque no broten flores donde antes brotaron ni levanten
ya más la cabeza al golpe de la lluvia;
aunque estén locos y muertos como clavos,
las cabezas de los cadáveres martillearan margaritas;
estallarán al sol hasta que el sol estalle,
y la muerte no tendrá señorío. "
(Dylan Thomas)
ORIENTACIONES PARA EL COMENTARIO
Las ideas en el poema: contrastes entre lo sombrío y el vitalismo.
http://elespejogotico.blogspot.com.es/2011/11/y-muerte-dominio-audio-poema-dylan.html
TEXTO 7
Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Posidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Posidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.
Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.
Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano, y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.
Acude a muchas ciudades del Egipto
para aprender, y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.
Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ellas, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.
(Regreso a Ítaca, K. Kavafis)
ORIENTACIONES PARA EL COMENTARIO
La unión de lo clásico y lo contemporáneo, de lo épico y lo personal.
Interpretación del mito.
TEXTO 8
PESSOA Y sus heterónimos.
http://atlasdepoesia.blogcindario.com/2006/08/00153-poemas-de-fernando-pessoa.html
TEXTO 9
Ahora que lo preguntas, la mayor parte de los días no puedo recordar.
Camino vestida, sin marcas de ese viaje.
Luego la casi innombrable lascivia regresa.
Ni siquiera entonces tengo nada contra la vida.
Conozco bien las hojas de hierba que mencionas,
los muebles que has puesto al sol.
Pero los suicidas poseen un lenguaje especial.
Al igual que carpinteros, quieren saber con qué herramientas.
Nunca preguntan por qué construir.
En dos ocasiones me he expresado con tanta sencillez,
he poseído al enemigo, comido al enemigo,
he aceptado su destreza, su magia.
De este modo, grave y pensativa,
más tibia que el aceite o el agua,
he descansado, babeando por el agujero de mi boca.
No se me ocurrió exponer mi cuerpo a la aguja.
Hasta la córnea y la orina sobrante se perdieron.
Los suicidas ya han traicionado el cuerpo.
Nacidos sin vida, no siempre mueren,
pero deslumbrados, no pueden olvidar una droga tan dulce
que hasta los niños mirarían con una sonrisa.
¡Empujar toda esa vida bajo tu lengua!
que, por sí misma, se convierte en pasión.
La muerte es un hueso triste, lleno de golpes, dirías,
y a pesar de todo ella me espera, año tras año,
para reparar delicadamente una vieja herida,
para liberar mi aliento de su dañina prisión.
Balanceándose allí, a veces se encuentran los suicidas,
rabiosos ante el fruto, una luna inflada,
Dejando el pan que confundieron con un beso
Dejando la página del libro abierto descuidadamente
Algo sin decir, el teléfono descolgado
Y el amor, cualquiera que haya sido, una infección.
(“Deseando morir”, por Anne Sexton)
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