"EL DUELO" En medio del desierto desolado, en un duelo feroz y animalado, tu espada y mi espada, enfrentadas, se lanzaron al aire, desafiantes en una danza feroz y alucinada en el ruedo pasional de la estocada. Era el día y la hora señalada… No hubo testigos…en aquella morada. Éramos vos y yo, con nuestro ayer en las espaldas. Éramos vos y yo, con las espadas. El silencio crujió ante la herida de sangre, fuerza, dolor y encrucijada. El halo del destino iba anunciando los rumores de muerte sentenciada. Y las dagas fueron águilas sangrantes picoteando nuestras fibras al desnudo sin defensa, expuestas…sin escudos. Espadas en el aire, riña punzante… El aire rasguña las entrañas. Espadas en el aire, agudo baile… donde la tierra danzante se desgaja… Fue un dolor sentir que penetraba mi filosa arma en tu cuerpo y sentí el desgarro del grito silencioso cuando entró en mi carne el frío de tu acero. Fue la extensión de tu mano la que llegó hasta mi pecho. Fue la extensión de mi brazo la que te quitó el aliento. No hubo condenas, ni juez, ni veredicto. El viento del desierto ha borrado la historia de los pechos encontrados. Tu corazón y el mío han sido sepultados Y yacen descalzos, desnudos, solitarios. en túmulos de arena, separados. Carlos Alberto Boaglio