rinitis y sinusitis

Anuncio
RINITIS Y SINUSITIS
Pinilla García I, García Loria J, Páez García P, Panadero Carlavilla FJ.
RINITIS
La rinitis se define como la inflamación de la mucosa nasal y se caracteriza por uno o más
de los siguientes síntomas: congestión nasal, rinorrea, estornudo o prurito. Con frecuencia
se acompaña de síntomas oculares, óticos o faríngeos.
Existen diversas causas de rinitis, tanto en el niño como en el adulto.
ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN:
• Rinitis alérgica
o Según la duración:
Intermitente: síntomas < 4 días a la semana o < 4 semanas.
Persistente: síntomas > 4 días a la semana o > 4 semanas.
o Según la gravedad de los síntomas y la posible merma de la calidad de vida del
enfermo:
Leve: sueño normal; actividades diarias, deporte y ocio normales;
trabajo y actividad escolar normales; no existen síntomas molestos.
Moderada/ grave (uno o más puntos): sueño anormal; interferencia en
las actividades diarias, deporte, ocio; interferencia en el trabajo y
escuela; síntomas molestos.
• Rinitis no alérgica
o Infecciosas:
Agudas
Crónicas
o No infecciosas:
NARES
Rinitis atrófica
Poliposis nasal
Rinitis ocupacional
Mastocitosis nasal
RINITIS ALÉRGICA
Aproximadamente el 50% de las rinitis son de origen alérgico, y en éstas los síntomas son
el resultado de una respuesta inmunitaria mediada por IgE específica frente a alérgenos
tales como: pólenes, ácaros del polvo, hongos y epitelio de animales. La respuesta
inmunitaria provoca la liberación de una serie de mecanismos de inflamación, así como la
activación celular en la mucosa nasal.
La prevalencia va en aumento tanto en la edad adulta como en la pediátrica. Los síntomas
de la rinitis alérgica aparecen en el 80% de los casos antes de los 18 años. Los factores de
riesgo con los que se relacionan son:
- Historia familiar de alergia
- Nivel socioeconómico alto
- Zonas de polución ambiental
-Nacimiento en meses de polinización
-Introducción precoz de la lactancia artificial y alimentos
-Exposición a alérgenos domésticos como ácaros o animales durante el primer año de vida
Diagnóstico:
Se basa en la clínica y en una buena exploración física. Fundamentalmente se deben realizar
pruebas cutáneas frente a alérgenos y determinación de IgE sérica específica y total. Las
pruebas de imagen nos aportan poca información.
Tratamiento de la rinitis alérgica
El manejo terapéutico de la rinitis alérgica comprende:
-La evitación del alérgeno
-El tratamiento farmacológico
-La inmunoterapia específica
-La educación del paciente
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO:
- Anticolinérgicos tópicos (administración nasal): El único ampliamente utilizado en
la rinitis alérgica es el bromuro de ipratropio, que produce una mejoría de la rinorrea.
Se usa exclusivamente por vía tópica por medio de un aerosol presurizado o
pulverizador de bomba acuosa a dosis diarias de 120 a 320 mg. Su uso no está sólo
limitado al tratamiento de la rinitis alérgica sino que también se usa en el tratamiento de
otras rinitis que cursen con moderada o intensa hidrorrea, aconsejándose su uso incluso
en el catarro nasal común. Su comienzo de acción es rápido, entre 15 y 30 minutos tras
su aplicación, y mantiene el efecto varias horas. Sus efectos adversos más importantes
son la sequedad de mucosas y la retención urinaria, observándose también cefalea,
irritación, quemazón y obstrucción nasal. No se han realizado estudios en embarazadas
que confirmen su seguridad, si bien en el asma se considera que puede utilizarse como
tratamiento de segunda línea asociándolo a broncodilatadores beta-agonistas.
- Agonistas alfa-adrenérgicos: En la actualidad se usan tanto por vía tópica como por
vía oral. Los derivados imidazólicos son los que se usan preferentemente por vía tópica,
siendo los más empleados la oximetazolina, la nafazolina y la xilometazolina. Por vía
oral se usan fundamentalmente le efedrina, pseudoefedrina y la fenilpropanolamina.
Los de uso tópico son eficaces para la congestión porque producen vasoconstricción,
reducción del edema, pero no ejercen efecto sobre la respuesta nasal al antígeno. Su uso
prolongado puede provocar congestión de rebote y originar una rinitis medicamentosa
(uso máximo 3-4 días consecutivos). Tiene un inicio de acción a los 10 minutos tras su
aplicación por medio de pulverización tópica nasal, manteniendo su efecto entre 6 y 12
horas. Debe evitarse el uso de estos preparados en embarazadas, mayores de 60 años,
hipertensos, pacientes con cardiopatías, hipertiroidismo, hipertrofia prostática,
glaucoma, trastornos psiquiátricos y en pacientes tratados con IMAO o con betabloqueantes.
- Estabilizadores mastocitarios: El cromoglicato sódico inhibe la reacción IgEalergeno, disminuyendo la liberación de histamina y de otros mediadores de los
mastocitos. Son activos en las reacciones de fase temprana y tardía de la rinitis. Su
efecto es preventivo. Debe usarse 4 veces al día. Son menos efectivos que otros
fármacos como los corticoides nasales, pero presentan un excelente perfil de seguridad.
Es la medicación más segura en la edad pediátrica y en embarazadas.
- Corticoides tópicos intranasales: Se consideran el grupo farmacológico más eficaz
en el tratamiento de la rinitis alérgica. Son efectivos para la mayoría de los síntomas de
rinitis: congestión (indicación principal), rinorrea y estornudos, aunque menos para el
prurito. Atenúan tanto las reacciones de fase temprana como tardía si se utilizan
profilácticamente. Los glucocorticoides tópicos basan fundamentalmente su acción
antiinflamatoria en el caso de la rinitis alérgica, en la propia inhibición de los diversos
mecanismos inmunológicos responsables de dicho proceso inflamatorio. Disminuyen el
número de mastocitos y eosinófilos en la capa superficial de la mucosa (disminución de
-
-
-
-
la infiltración celular secundaria a la inflamación); disminuyen la hiperreactividad la
permeabilidad vascular, así como también actúan inhibiendo los mediadores de los
mastocitos. Su uso tópico disminuye los efectos secundarios sistémicos. Presentan el
inconveniente de un inicio de acción lento, ya que precisan de al menos 12 h para
iniciar su efecto. Deben usarse como mínimo 7 días para alcanzar su máxima eficacia.
Su uso debe ser regular y no a demanda. Se recomienda iniciar con una dosis cada
12horas y una vez controlados los síntomas, reducir la dosis a la mínima posible, es
decir, una sola aplicación al día. El inicio del tratamiento antes de la estación polínica
consigue controlar mejor los síntomas que la instauración del tratamiento una vez
iniciada la polinización y de ahí que se les atribuya un efecto profiláctico en este tipo de
rinitis. Su asociación con antihistamínicos orales consigue un mejor control de los
síntomas en pacientes con rinitis alérgica estacional y perenne de carácter moderado y
grave. Como efectos secundarios locales pueden aparecer costras, sequedad nasal,
sangrado ocasional y excepcionalmente perforación septal. También se han descrito
raramente afonías y candidiasis orofaríngea ya que tras la inhalación nasal parte del
corticoide puede alcanzar la orofaringe y las cuerdas vocales. Se recomienda usarlos con
precaución en niños que además de rinitis tengan asma y, por tanto también se
encuentran con tratamiento con corticoides inhalados. En cuanto a su uso durante la
gestación, no se han publicado estudios que demuestren seguridad en estas
circunstancias. En gestantes asmáticas ha usado la beclometasona y la budesonida sin
que se observen efectos teratógenos, aunque no existen estudios concluyentes en este
aspecto. En el mercado se encuentran disponibles: dipropionato de beclometasona,
acetónido de triamcinolona, furoato de mometasona, budesonida, propionato de
fluticasona. Carecen de efectos sistémicos y salvo el dipropionato de beclometasona, no
tienen efecto sobre el eje hipotálamo-hipofisario ni sobre el proceso de crecimiento en
los niños.
Corticoides orales: No deben usarse nunca como primera elección terapéutica.
Alcanzan todas las estructuras nasales, los senos paranasales, donde los corticoides
tópicos tiene pocos efectos. Su uso debe quedar reservado en ciclos cortos para los
casos graves que no responden a otros tratamientos. En la actualidad se pauta en la
rinitis perenne y en la poliposis nasal.
Antihistamínicos orales: Están indicados en casos de rinitis leve o moderada.
Disminuyen el prurito nasal, los estornudos, la hidrorrea, pero son poco efectivos sobre
la obstrucción nasal. Los más seguros son los no sedativos de segunda generación
(cetiricina, loratadina, ebastina, fexofenadina). Provocan alivio rápido: comienzan a
actuar a los 30 minutos. Pueden usarse de forma continua o profilácticamente. Su uso
prolongado puede originar tolerancia. Si los síntomas son muy intensos se puede
prescribir preparados que asocian antihistamínico con pseudoefedrina, siempre que no
exista contraindicación y en períodos cortos.
Antihistamínicos tópicos (administración nasal): Acción local evitando los efectos
sistémicos de los antihistamínicos. Por ejemplo la azelastina o levocabastina. Tienen un
comienzo de acción más rápido que los orales. Tienen el inconveniente de que precisan
al menos de dos administraciones al día para obtener un nivel aceptable de efecto
terapéutico. Para los niños la azelastina ha demostrado eficacia.
Antagonistas de los leucotrienos: Inhiben la reacción de fase tardía y actúan sobre la
congestión. Se debe emplear en pacientes que presentes rinitis y asma alérgica.
INMUNOTERAPIA
La inmunoterapia específica subcutánea está indicada en la rinitis alérgica cuando existe
sensibilización demostrada mediada por IgE a antígeno único o grupo muy reducido de
antígenos, y los pacientes no son controlados con farmacoterapia, no la toleran o la
rechazan. Se ha evidenciado su eficacia en sensibilizaciones a polen, ácaros y determinados
epitelios. Es efectiva si se administra de forma adecuada. Requiere que sea administrada por
personal cualificado con posterior monitorización de 30 minutos. La terapia sublingual y
nasal presenta las mismas indicaciones, además de poder ser útiles en aquellas situaciones
en las que se rechaza la inmunoterapia subcutánea. En niños se acepta el inicio de la
inmunoterapia a partir de los cinco años. Esta terapia no está exenta de riesgos, con
posibilidad extrema de una reacción anafiláctica.
CIRUGÍA
El lugar de la cirugía se limita a la corrección de las deformidades anatómicas y en caso de
obstrucción persistente no controlada, a realización de cirugía sobre los cornetes, aunque
su eficacia en éste caso es dudosa. No hay ensayos clínicos randomizados de tratamiento
quirúrgico de la rinitis alérgica.
En caso de acompañarse de sinusitis crónica también será necesaria la cirugía.
Manejo terapéutico
-
Rinitis alérgica intermitente leve: antihistamínicos orales o tópicos y descongestivos
nasales u orales.
Rinitis alérgica intermitente moderada o grave: antihistamínicos orales o tópicos,
descongestivos nasales u orales y corticoides tópicos nasales.
Rinitis persistente leve: antihistamínicos orales o tópicos, descongestivos nasales u
orales y corticoides tópicos nasales.
Rinitis persistente moderada o grave: primera opción los corticoides tópicos. Si
presenta intensa obstrucción añadir corticoides orales a ciclos cortos o anticongestivos
nasales durante no más de 10 días.
RINITIS NO ALÉRGICAS
Inflamación del revestimiento interno de la nariz, caracterizada por la aparición de síntomas
nasales agudos o crónicos, no mediado por IgE, con anomalías estructurales o
enfermedades sistémicas.
Diagnóstico
- Clínico: rinorrea, estornudos, prurito nasal, congestión y drenaje retronasal.
- Laboratorio: tanto las pruebas cutáneas frente a aeroalérgenos como la determinación
de IgE específica frente a alérgenos en sospecha deberán ser negativas, par poder
hablar de una rinitis NO alérgica.
- Endoscopia nasal: si esta fuera posible, realizando un frotis nasal para determinar
la
presencia de eosinófilos. En el síndrome NARES, pueden encontrarse eosinófilos en la
mucosa y en las secreciones nasales, siendo la biopsia nasal mejor que el frotis nasal
para encontrar eosinófilos.
- Pruebas de imagen: radiografía simple de senos paranasales ante sospecha de afectación
de los senos, y si ésta no es concluyente o hay sospecha de poliposis nasosinusal o de
sinusitis etmoidal, está indicado la TAC de senos.
Tratamiento
- Resfriado común o coriza: siendo de etiología viral (rinovirus y coronavirus), se trata
con antihistamínicos, anticolinérgicos, antiinflamatorios, descongestivos orales o
nasales tópicos (no sobrepasar 4-7 días de tratamiento), bromuro de ipratropio tópico
(antisecretor) y medidas locales (lavados nasales, humedad ambiental,…). NO están
indicados los antibióticos salvo sospecha de etiología bacteriana. La Rinitis Aguda
Gripal, causada por Mixovirus influenzae se trata igual que el resfriado común pero
-
-
-
-
-
-
-
-
también se puede dar amantadina o zanamivir en fases muy iniciales. Se recomienda
vacunación antigripal en grupos de riesgo. Otra rinitis de menor frecuencia en nuestro
medio es la Gonocócica del Recién Nacido contraída a través del canal del parto.
Debe tratarse con penicilina.
Rinitis Crónica Hipertrófica: suele ser secundaria a virus/bacterias residentes
habituales de la vía respiratoria superior. Se trata con lavados nasales reiterados para
limpiar las secreciones, corticoides tópicos y antibióticos orales en caso de
reagudización. Cirugía sólo en casos graves.
Ocena: consiste en la atrofia de la mucosa nasal y del hueso subyacente de etiología
desconocida. Su tratamiento es paliativo con lavados nasales, vitamina A y gotas
aceitosas.
Rinitis infecciosas crónicas específicas: se tratan según agente etiológico
(tuberculosis, lepra, sífilis,…). El rinoescleroma es una enfermedad granulomatosa
producida por Klebsiella rhinoscleromatis y se asocia a malas condiciones higiénicas.
Tratamiento con fluoroquinolonas (ciprofloxacino).
NARES (antes denominada rinitis intrínseca). El tratamiento debe realizarse con
ciclos de corticoides tópicos intranasales asociados o no con antihistamínicos tópicos o
sistémicos. Se pueden usar vasoconstrictores tópicos nasales u orales en pautas cortas si
los síntomas son muy intensos. Si no responde al tratamiento se puede realizar pauta de
corticoides orales durante un periodo máximo de dos semanas. En casos de hipertrofia
importante de cornetes junto con sintomatología muy intensa está indicada la resección
quirúrgica del cornete inferior.
Poliposis Nasal: se asocia a asma y a fibrosis quística. También puede presentarse en
el seno de una Triada ASA (asma, poliposis e intolerancia a ácido acetilsalicílico). El
tratamiento médico se basa en el empleo de corticoides tópicos nasales y
antihistamínicos y, cuando éste resulta inefectivo, está indicado el tratamiento
quirúrgico (polipectomía) a pesar de la alta tasa de recidivas. Cuando el pólipo se
localiza en la región antrocoanal también está indicada la polipectomía como primera
opción.
Rinitis ocupacional: se produce como consecuencia de la exposición a sustancias
volátiles presentes en el ambiente de trabajo que actúan como irritantes de la mucosa
nasal (p.e. disolventes, sales de platino). La evitación o el cambio de ambiente laboral
son el único tratamiento curativo posible.
Mastocitosis nasal: se detecta la presencia de un infiltrado mastocitario de la mucosa,
sin eosinófilos, siendo su etiología desconocida. El tratamiento se basa en corticoides
tópicos y/o sistémicos.
Rinitis idiopática: cuando predomina la obstrucción se denomina vasomotora y
colinérgica cuando predomina la hipersecreción nasal. Estos cuadros aparecen debido
a una disfunción vascular o neurogénica de la mucosa nasal, condicionando una
hiperrespuesta de la mucosa nasal a estímulos inespecíficos (olores, aire acondicionado,
cambios de temperatura, contaminación...). El tratamiento se fundamenta en el uso de
descongestionantes orales o tópicos (en periodos no superiores a 7 días por el riesgo de
desarrollar rinitis medicamentosa), anticolinérgicos tópicos, corticoides tópicos y
antihistamínicos. El tratamiento es quirúrgico si no hay respuesta al tratamiento
médico, resultando muy eficaz (turbinectomía, radiofrecuencia,…)
Rinitis iatrogénica: puede ser de rebote (abuso de vasoconstrictores tópicos), por el
sobreuso de medicación sistémica (antidepresivos, betabloqueantes, antihipertensivos,
parasimpaticomiméticos) o por abuso de drogas inhaladas (tabaco, cocaína) que
producen atrofia y congestión de la mucosa.
Otras rinitis: Son menos frecuentes que las anteriores. Entre ellas, pueden citarse la
rinitis gustatoria, producida por estimulación (tras la ingesta de alimentos como
picantes, vinagre, especias,…) de los receptores parasimpáticos nasales y sensitivos de
la orofaringe; la rinitis hormonal, que aparece asociada a cambios hormonales (ciclo
menstrual, pubertad, anticonceptivos, gestación, hipotiroidismo, acromegalia). El
tratamiento de ésta última es etiológico. Se ha visto empeoramiento con el aumento en
los niveles de estrógenos.
SINUSITIS
La sinusitis es la enfermedad resultante de la inflamación de la mucosa de uno o más senos
paranasales, con la presencia o no de derrame en su interior. Generalmente se acompaña de
inflamación de las fosas nasales, constituyendo la rinosinusitis. Es una de las infecciones
más frecuentes del tracto respiratorio en la edad pediátrica y en los adultos.
CLASIFICACIÓN
• Sinusitis. Aguda: duración de síntomas menor a 4 semanas
• Sinusitis Subaguda: duración de síntoma entre 4 y 12 semanas
• Sinusitis Crónica: signos y síntomas por más de 12 semanas
• Sinusitis Aguda recurrente: 4 o más episodios en un año con resolución completa entre
éstos.
ETIOLOGÍA
• Vírica (la más frecuente): Rhinovirus, parainfluenza, influenza…
• Bacteriana adquirida en la comunidad: Streptococcus pneumoniae; Haemophilus
influenzae, Moraxella catarrhalis…
• Nosocomial (en caso de sondaje nasogástrico, intubación…): Staphylococcus aureus,
Pseudomona y otros Gram negativo, Cándida albicans.
CLÍNICA Y DIAGNÓSTICO
Generalmente existe un proceso de infección de vías altas previo. La clínica se caracteriza
por la persistencia de síntomas de infección respiratoria, con congestión nasal, secreción
nasal purulenta, dolor facial, fiebre, dolor dentario maxilar e hinchazón facial. Puede existir
cefalea frontal o maxilar que típicamente empeora con la movilización cefálica, hiposmia,
tos,etc.
El diagnóstico es fundamentalmente clínico. En general el uso de la radiología de senos no
está indicado. EL TAC se reserva para el diagnóstico y seguimiento de complicaciones. La
punción sinusal es la técnica que supone el “patrón oro”, pero debido a su invasividad no
se practica habitualmente.
TRATAMIENTO:
Hasta el 70% de los pacientes resuelven la sintomatología espontáneamente. Se ha
demostrado que el uso de antibióticos reduce el tiempo de enfermedad y produce más
rápida resolución de síntomas.
Las medidas no farmacológicas incluyen los lavados con solución salina nasal, una
hidratación adecuada, evitar la exposición al humo del tabaco y el aire acondicionado, y
educar al paciente para mejorar la adherencia al tratamiento.
Tratamiento farmacológico
- Sintomático: El Paracetamol es efectivo para aliviar el dolor y la fiebre, siendo el
ibuprofeno una alternativa.
-
-
-
-
-
Mucolíticos: Una de las características de la rinosinusitis es la producción de
secreciones espesas y por tanto el uso de mucolíticos puede disminuir la viscosidad de
las secreciones facilitando su expulsión. Sin embargo no existen pruebas irrefutables
de la eficacia clínica de estos fármacos. El mantenimiento de una buena hidratación
sigue siendo lo más recomendable.
Descongestionantes: Los descongestionantes nasales son agonistas adrenérgicos alfa
1 o alfa 2 que producen vasoconstricción de los sinusoides de la mucosa nasal.
Disminuyen el edema nasal, mejoran la ventilación de las cavidades paranasales y
facilitan el drenaje sinusal. Se pueden administrar de forma tópica y/o sistémica. Los
de uso tópico tienen un inicio de acción rápido y se diferencian entre sí por la
duración del efecto. Aunque no hay ensayos clínicos controlados se incluyen muy a
menudo en el tratamiento de la sinusitis (nivel de evidencia D) . La fenilefrina y el
clorhidrato del oximetazolina son los más usados. No deberían usarse más de una
semana ya que pueden producir un “efecto rebote” provocando una congestion tras la
retirada del fármaco. Los descongestionantes sistémicos tienen un efecto
vasoconstrictor menor que los de uso tópico y no producen la congestión de rebote.
Los más usados son la pseudoefedrina y la fenilpropanolamina. Esta última se ha
relacionado con ictus hemorrágicos, por lo que está desaconsejado su uso.
Antihistamínicos: Los antihistamínicos no han demostrado ser eficaces en el manejo
de la sinusitis aguda. Incluso pueden aumentar la viscosidad de las secreciones y
dificultar el drenaje de las mismas. No deben ser utilizados para tratar la sinusitis aguda
(nivel de evidencia D). En caso de sinusitis crónica con evidente componente alérgico
puede considerarse.
Corticoides: Los corticoides orales no han probado su beneficio en el tratamiento, a
pesar de que en teoría tendría efecto sobre la mucosa inflamada y el drenaje por tanto
de la cavidad. Sus efectos secundarios limitarían además su potencial beneficio. El uso
de corticoides intranasales es controvertido. Puesto que los corticoides toman un
tiempo largo para actuar, un episodio de sinusitis aguda puede resolverse antes de que
se noten sus efectos beneficiosos. Hay evidencias en recientes estudios de su
beneficio en caso de sinusitis recurrentes o en reagudizaciones de sinusitis crónica
cuando se añade al tratamiento antibiótico (nivel de evidencia B). Pueden ser
beneficiosos en casos de sinusitis crónica con patología alérgica (nivel de evidencia B).
Antibióticos: La antibioterapia sólo debería utilizarse en el caso de sinusitis
persistentes o graves. Las recientes recomendaciones indican que la antibioterapia
puede conseguir una curación más rápida de la sinusitis bacteriana en niños y evitar
complicaciones (C). Generalmente el tratamiento antibiótico se instaura de forma
empírica (D). La diferenciación entre sinusitis vírica y bacteriana se determina por la
duración e intensidad de los síntomas.
o La Amoxicilina es el antibiótico de elección. Siempre habrá que considerar
las posibles resistencias y el uso reciente de antibióticos en el paciente. La
dosis utilizada es de 500 mgs/3 veces al día o 875mgrs tres veces día.
Puede considerarse la Amoxicilina a altas dosis 3/4 grs. día debido a la
posibilidad de resistencia intermedia del neumococo. No existe consenso
sobre la duración de la antibioterapia (10,14, 21 ó 28 días) pero se sugiere
continuar hasta 7 días después de la mejoría de los síntomas (C).
o En la sinusitis maxilar moderada o en individuos inmunodeprimidos y en
la sinusitis frontal o esfenoidal se deben emplear fluorquinolonas activas
frente a S. pneumoniae: Moxifloxacino 400 mg/día o levofloxacino 500
mg/día. Como alternativa se empleará Amoxicilina-ácido clavulánico
875/125 /8h (en especial en niños) o telitromicina 800 mg/d. El
ciprofloxacino no cubre adecuadamente el Streptococcus pneumoniae y no
debería ser usado rutinariamente en el manejo de la sinusitis aguda. En
caso de alergia a betalactámicos utilizaremos macrólidos y nuevas
quinolonas (levofloxacino y moxifloxacino), teniendo en cuenta el
aumento de resistencias que se registran a los primeros. Los pacientes que
no mejoran a una segunda tanda de antibióticos orales o con
complicaciones, está indicada la antibioterapia iv (cefotaxima o ceftriaxona)
y remitir a ORL para posible aspiración de seno maxilar (C).
o En las sinusitis agudas de origen dentario y sinusitis crónicas se deben
considerar pautas activas frente a microorganismos anaeróbios de la
orofaringe. De entrada la Amoxicilina/Ácido clavulánico 875/125 /8h o
Moxfiloxacino 400 mg/día. Como alternativa se encuentra la Clindamicina
300 mg/8h o Metronidazol 500mg/12h asociado a Amoxicilina 1g/8h o
Levofloxacino 500mg/día.
o En la sinusitis crónica pueden utilizarse antibióticos durante 21 días (D),
no estando recomendado cursos repetidos de antibióticos. Hay que
considerar el posible beneficio de corticoides nasales (C). Los
antihistamínicos pueden tener interés en caso de claro componente
alérgico.
Tratamiento quirúrgico
Queda limitado a procesos que no ceden con tratamiento médico, en caso de
complicaciones, así como para la corrección de factores locales que favorecen el bloqueo
del complejo ostiomeatal. Las técnicas empleadas comprenden la cirugía endoscópica,
cada vez más usada, y las técnicas externas poco utilizadas actualmente.
Niños
Debe valorarse el riesgo de resistencia a penicilinas en función de: Si ha recibido
antibióticos en los 30 días previos, estancia en guarderías , menor de 2 años, exposición al
humo de tabaco.
- Bajo riesgo: Amoxicilina 50 mg/kg/día durante 7-10 días
- Alto riesgo: Amoxicilina a 90 mg/kg/día o Amoxicilina/Ácido clavulánico
Como segunda línea de tratamiento podría valorarse la cefuroxima, el cefprozil y la
cefpodoxima. Como tercera línea en caso de fallo podría considerarse la clindamicina y la
cefixima. En casos de alergia a penicilinas se utilizan los macrólidos: Eritromicina,
Claritromicina y Azitromicina.
CONCLUSIONES
1.- La rinitis alérgica se define clínicamente como un trastorno sintomático nasal
que se produce por la exposición a alérgenos y debido a la inflamación mediada por
IgE de las membranas nasales
2.- El tratamiento de la rinitis alérgica debe combinar: la evitación de los alergenos
desencadenantes, la farmacoterapia y la inmunoterapia.
3.- El término de rinitis no alérgica puede aplicarse a un grupo heterogéneo de
afecciones, caracterizadas por la aparición de síntomas nasales agudos o crónicos,
en ausencia de un proceso mediado por IgE; existiendo de base anomalías
estructurales o bien enfermedades sistémicas.
4.- La sinusitis es una de las infecciones más frecuentes del tracto respiratorio en la
edad pediátrica y en los adultos. Puede ser de origen viral, bacteriano o nosocomial.
5.- Hasta el 70% de los episodios de sinusitis se resuelven espontáneamente. El
empleo de antibióticos reduce el tiempo de enfermedad y produce una más rápida
resolución de síntomas.
BIBLIOGRAFÍA
1.
2.
3.
4.
5.
ARIA. Guía básica de bolsillo sobre la rinitis alérgica en pacientes ambulatorios. 2006. Buena clasificación de la rinitis alérgica.
Peláez Hernández A, Dávila González IJ. Tratado de Alergología de la SEAIC 2007.. Tomo 1. Manejo terapéutico de la
rinitis alérgica y no alérgica.
Brasó Aznar JV, Jorro Martínez G. Manual de Alergia Clínica. Masson S.A. 2003. Esquema terapéutico conciso de la
rinitis
Diagnóstico y tratamiento Antimicrobiano de la sinusitis. Acta Otorrinolaringológica Esp 2003; 54: 449-62.
Guía clínica fisterra. Tratamiento de la Sinusitis.
Descargar