1 El itinerario intelectual de la conversión del Cardenal Newman P. MIGUEL GONZALEZ J.H. Newman nace en 1801 nace en Londres, hasta los 42 años vive en la comunión anglicana como un creyente de sólidas convicciones y de gran prestigio intelectual. A lo 44 años, considerándose ya viejo, se convierte al catolicismo, y muere a los 88 años, siendo cardenal. La conversión de Newman ciertamente causó revuelo en el mundo anglicano de su tiempo, y es que: ¿cómo podía explicarse que un anglicano absolutamente seguro de que el romanismo era una seria desviación del cristianismo, que había luchado por la renovación de la vida de la Iglesia anglicana y que afirmaba sin dudas que la confesión anglicana era la verdadera Iglesia de Cristo, tomará un giro tan grande y repentino? El rasgo que caracteriza la conversión del autor de la Gramática del Asentimiento no pasa por una gracia iluminativa extraordinario (como ocurre, pe, con André Frossad), ni es una conversión marcadamente moral (un giro de una vida desordenada y sin sentido hacia la paz, alegría y recitad que da la plenitud de la vida en Cristo). Ciertamente la gracia y el cambio moral –en cuanto cambio de sentido de vidaestán presentes en la conversión de Newman, pero, si habría que describir su conversión en lo peculiar que tiene, es que ella pasa por una evolución intelectual que remecerá decisivamente las convicciones de nuestro cardenal. De otro modo, la conversión de Newman tiene un recorrido intelectual ligado esencialmente a la adhesión y fidelidad a la verdad, que en último término, proviene de Dios. A grandes rasgos describiremos aquí ese recorrido intelectual como los elementos del pensamiento newmaniano que entran en juego. Para eso hemos de establecer algunas etapas del proceso de conversión, con los elementos teológicos e intelectuales que se hallan en juego. Estas etapas son: las bases intelectuales del Newman anglicano, Primeras dudas y crisis, y la conversión previa remoción de los obstáculos intelectuales que la impedían. a) Bases intelectuales de Newman anglicano. En 1838, como nuestro autor lo señala en su Apología, se hallaba en la cumbre del mundo anglicano. Como líder del movimiento tractiano, había alcanzado fama y, por supuesto, rechazo luchando por renovar intelectual y espiritualmente a la Iglesia anglicana. Interesa aquí destacar –por lo que nos toca a nosotros- algunos principios claves del autor de la Apología. Estos, descritos brevemente, son: 2 -El sistema de la Vía media. La Vía media es un sistema teológico impulsado por Newman en el cual se asienta a la comunión anglicana como la que se halla en la verdad de la revelación, situada entre dos extremos y corrupciones, los reformadores protestantes y el romanismo. Es importante señalar que la Vía Media representa la idea de que sólo la Iglesia anglicana posee plenamente la verdad y, por ello, es la legítima continuación de la Iglesia antigua. El sistema teológico lo impulsa por dos motivos: tener un sistema sólido que fundamentará al anglicanismo frente a las otras dos confesiones cristianas, y renovar intelectual y pastoralmente al anglicanismo. - La visión de la Iglesia Católica. Tal visión es - El principio de la obediencia a la conciencia moral. - El principio de la antigüedad. - El principio dogmático. b) Primeras dudas y crisis. Será en el apogeo de su ministerio como pastor anglicano y como líder del movimiento tractiano, cuando surjan las primeras dudas, las que no lo dejarán en paz. Estas son la cuestión monoficista, la polémica en torno a la afirmación agustiniana “judicus securus orbe terrarum” y la cuestión del obispado de Jerusalén. Estudiando el monofisismo Newman ve el anglicanismo y su teoría de la Vía media en el monofisismo moderado, ya que éste se autocomprendía como el medio entre dos extremos (el monofisismo moderado y la posesión romana representada por León Magno), se apoyaba en la antigüedad (los Padres) y criticaba como un error la posición romana. Newman dirá que su Vía Media había quedado fulminada. También le llama la atención el rol que juega el Papa, defensor de la ortodoxia como cabeza de la Iglesia. La semejanza con el papado moderno era inevitable. Es la primera fisura en Newman, por un quiebre de una posición intelectual que no resiste algo central en el pensamiento de nuestro autor: la prueba por medio de la historia. Un par de años después volverá a sufrir el mismo colapso estudiando la herejía arriana, hay tres posiciones, una es la semiarriana, la que se cree hallar en la verdad entre dos extremos, y Roma es la posición ortodoxa que aparece defendiendo la verdad. Aquí Newman percibe algo fundamental de su pensamiento, los dogmas cambian, y ¿si ese cambio obedece a una evolución, aun desarrollo paulatino? Y en esta percepción es central la perspectiva histórica en el estudio de los dogmas, algo que Newman desarrolla desde su primera obra, los Arrianos del siglo IV. Él mismo afirma que… 3 La sentencia agustiniana surge en un debate con el futuro cardenal Magning, el cual utiliza la afirmación que el santo de Hipona utiliza contra los donatista, para hacer ver que es la confesión anglicana la que se encuentra en el error: está carece de la nota de la universalidad, que si posee la Iglesia romana. Es esta la confesión extendida por todo el mundo que cuando por todo el orbe proclama una verdad no puede equivocarse. En estás circunstancias interiores se hallaba cuando ocurren dos hechos que gatillaron la crisis que lo llevarán a la duda real sobre la confesión anglicana y a plantearse seriamente sobre si la verdadera Iglesia de Cristo se hallaba en Roma. El primero de esos es la condenación del tracto 90. Habrá que decir que a está altura la visión de la Iglesia romana en Newman ha variado, a tal punto que comienza aparece la idea de buscar la unidad con Roma. Se empieza a desarrollar la veta ecuménica en Newman, sin ceder al principio dogmático, y a la fidelidad a la verdad. Entre 1839 y 1843 veremos en sus cartas el desarrollo de la idea de la unión anglo-católica. c) La remoción del obstáculo que impedía la conversión. Después de la condena del tracto 90 Newman se retira a Litlemore, y allí – sumido en intensa actividad, hace sus retractaciones. Newman en su retiro lleva una intensa vida pastoral, ascética y espiritual (de estas últimas son un testigo privilegiado su “escritos autobiográficos”). Newman ha seguido variando su postura intelectual frente a la Iglesia Romana. Ahora como una presunción probable (una probabilidad antecedente) la tiene como aquella verdadera Iglesia fundada por Cristo, verdadera depositaria de la catolicidad, y continuadora de la Iglesia de los padres. El cardenal inglés volcará todo su bagaje teológico a demostrar tal presunción utilizando su conocido método de las probabilidades antecedentes y utilizando la historia como fuente probatoria. Básicamente debe mostrar que los dogmas modernos del romanismo no son añadidos desviados a la verdad del evangelio expresada dogmáticamente por la Iglesia, pero, a la vez, deberá, además y una mostrado esto, explicar el hecho de los dogmas modernos presentes en la Iglesia post-patrística y medieval.