U.D. 1.- El pensamiento griego. 7. ÉTICA: FIN, FELICIDAD Y VIRTUD La ética era considerada por Aristóteles una ciencia práctica, es decir, una ciencia que establece normas que orientan el comportamiento humano, lo que se debe hacer. La ética, la política o la economía son ciencias prácticas. A. ¿QUÉ TIPO DE SABER ES LA ÉTICA? El objeto de la ética, dice Aristóteles, consiste en la filosofía de las cosas humanas. No parte, como Platón, de una «metafísica del bien», de una idea del bien en sí. Por el contrario, su propósito principal no es estudiar y pensar el bien en sí, sino ayudar a ser bueno. Lo que busca, por tanto, es orientar la acción moral o praxis del ser humano para llegar a ser bueno. De hecho, afirmará Aristóteles que: «El presente estudio no es teórico como los otros, pues investigamos no para saber qué es la virtud, sino para ser buenos, ya que de otra manera ningún beneficio sacaríamos de ella» (ARISTÓTELES: Ética a Nicómaco, II, p. 2). Pero ser bueno, y por tanto, pleno, significa ser feliz. El fin de la vida del ser humano, y el fin de la ética, es por tanto la felicidad. La ética de Aristóteles es una ética de la felicidad, una ética eudemonológica. B. ÉTICA Y POLÍTICA Pero también, ya desde las primeras páginas de la Ética a Nicómaco, queda patente que el referente último de Aristóteles no es, sobre todo, el individuo, sino la pólis, la comunidad humana. Afirma Aristóteles en su Política que el ser humano, por ser un animal que tiene lógos, es decir, un ser capaz de hablar, dialogar y razonar, es esencialmente un animal comunitario (zóon politikón), un ser sociable. Pero, además de esta razón principal, también es un ser sociable porque necesita de los demás, pues no se basta a sí mismo para vivir. Por eso, la ética se refiere en última instancia a la dimensión comunitaria y social del ser humano, que cristaliza en formas de comportamiento habituales, tanto personal como colectivamente. Estas formas de comportamiento habituales son las costumbres, y configuran el carácter personal o colectivo: el ethos. En este sentido, el bien no es, como en Platón, absoluto, sino relativo (o mejor, respectivo) a la pólis. Por eso, para Aristóteles, el bien se dice de muchas maneras, es decir, tiene muchos significados. Muchos serán los bienes respectivos a algo: Para la medicina, la salud. Para la construcción naval, el barco. Para la economía, la riqueza. La mayor parte de los bienes son, pues, respectivos, medios para lograr otros bienes mayores. Pero, sobre todo, el bien que busca el ser humano es aquel que consiste en facilitar la comunicación y hacer posible la convivencia. En este contexto, se entiende que el fin de toda actividad humana esté en la pólis. Por eso, la ciencia suprema será la política. Podría parecer, por tanto, que queda subordinada la ética a la política. Pero también se puede afirmar que la política está al servicio de la felicidad y la plenitud de sus ciudadanos, de modo que la política estaría subordinada en este sentido a la ética. Tema 5: Aristóteles. - 30 - U.D. 1.- El pensamiento griego. C. UNA ÉTICA NATURALISTA La ética de Aristóteles es una ética naturalista, porque su fundamento se encuentra en el ser humano como ser natural, como physis. En esta concepción ética, lo que debe ser deriva del ser, es decir, las normas y leyes morales se derivan y fundamentan en la propia naturaleza del ser humano. Por ser el ser humano como es, debe comportarse de un cierto modo para responder a las «exigencias» de su naturaleza. Por tanto, las normas morales no son meras convenciones (nómos), sino leyes naturales. Que sea la de Aristóteles una ética naturalista significa, además, que está fundamentada en su antropología y en su psicología. La vida moral, al igual que la intelectual, se asienta sobre las funciones vegetativas y sensitivas del alma, y sobre las condiciones impuestas por el cuerpo, que es inseparable del alma. Todo lo anterior indica que el fin del ser humano es la plenitud de su substancia, de su naturaleza. Y esto implica que los bienes son tal si llevan al ser humano a su plenitud, y el bien supremo es la felicidad. Para conseguirlo, necesita vivir de un determinado modo, pues para Aristóteles la felicidad no es un estado, sino un tipo de vida (bíos) que exige adquirir ciertos hábitos de comportamiento, las virtudes. Por tanto, para comprender cabalmente la ética de Aristóteles, debemos precisar qué entiende por fin, bien, felicidad y virtud. D. FIN, BIEN, FELICIDAD Y VIRTUD Fin (télos). Constata Aristóteles que «todo arte y toda investigación, igual que toda acción y toda deliberación consciente, tienden hacia algún fin» (Ética a Nicómaco, I, p. 1).Y eso que se persigue como fin es el bien para la persona, en tanto que culminación, realización o cumplimiento de lo perseguido con ese arte, investigación, acción o elección. De este modo, nos sitúa Aristóteles no en el ámbito de un bien abstracto, sino en el ámbito concreto de la praxis. Como todo lo que hacemos está orientado a su plenitud, hacia lo mejor, lo que constituye un fin de la acción se identifica, pues, con el bien. La finalidad es lo que proporciona al ser humano un sentido a sus actos. Y lo que todo ser humano busca, en el fondo, es un sentido absoluto para sus actos, es decir, algo que se busque por sí mismo y no en vistas a otra cosa. El ser humano quiere conocer el fin de su vida, lo que es absolutamente bueno para su vida. Sin embargo, lo que interesa no es sólo llegar a dicho bien absoluto, sino el recorrido hasta conseguirlo, es decir, una buena vida (eû zên). Por ello, télos o «fin» significa tanto la meta de la búsqueda de un fin para la persona (su plenitud), como el recorrido hecho para conseguirlo. Este camino recorrido en función de ese fin supone energía, actividad, enérgeia. Y esto supone un irse haciendo pleno, un estar en camino de su propio ser (en plenitud). Y como el ser humano es un ser social, esa finalidad se debe concretar en la pólis. Bien (agathós). Lo que el hombre persigue como su fin es el bien. El bien tiene que ver con el comportamiento del ser humano, con lo que éste considera como útil o conveniente para sí y para la pólis respecto de su plena realización. Tema 5: Aristóteles. - 31 - U.D. 1.- El pensamiento griego. En este sentido, diferencia entre bienes relativos o útiles, que se buscan para conseguir otros, y el bien supremo. Éste consiste en «una actividad conforme a la virtud, y si las virtudes son varias, conforme con la mejor y la más perfecta, y además en una vida entera» (Ética a Nicómaco, I, 7). Se trata, por tanto, de la actividad de todo humano en busca de su perfección (pues la palabra «virtud» hace referencia a la excelencia en la actividad de algo en relación a su finalidad, en hacer aquello que se debe hacer de modo perfecto). En conclusión, este bien supremo, esta actividad de acuerdo con la virtud más perfecta, personal y comunitariamente, es la felicidad. Felicidad (eudaimonía). Aristóteles no quiere nociones abstractas en el ámbito de la filosofía práctica. Por eso, centra su búsqueda en el fin que persigue el ser humano concreto, en su bien, en lo que todos persiguen en último término. Y eso que todos persiguen es la felicidad. Y en que la felicidad es un bien que se busca por sí mismo, dice Aristóteles, todos están de acuerdo, como también están de acuerdo en afirmar que consiste en llevar un cierto modo de vida. Pero a la hora de precisar qué significa esta felicidad ya no hay tanto acuerdo: Para unos será una vida útil, de placeres (bíos apolaustikós). Para otros una vida de honores y riquezas (bíos politikós). Para otros una vida de actividad racional (bíos theoretikós). Según Aristóteles, sólo esta última da la felicidad, pues es la única adecuada a la naturaleza del ser humano: ser racional. De estas tres, Aristóteles opta por la tercera porque la actividad racional, también llamada actividad contemplativa, es la que realmente le reporta felicidad, ya que la felicidad consiste en la plena realización del ser humano, en vivir según el fin para el que el ser humano está hecho, para su propia función. ¿Qué es lo que define al ser humano? ¿Cuál es su función propia? Si el ser humano es el ser que tiene logos, el ejercicio de este logos será su función propia. La felicidad consiste en el tipo de vida adecuado al ser que posee logos. Éste será el tipo de vida supremo, porque depende de la parte más noble de la persona (el entendimiento o razón) y se ocupa de las cosas más nobles y altas (del ser en cuanto ser). Además, es ésta una actividad que se busca por sí misma. Pero la vida racional debe permitir dominar las pasiones y conseguir una relación amable con el mundo natural y social. Por eso, la vida racional debe ser virtuosa. De esta manera, la vida feliz consiste en vivir bien y obrar bien. Desde este sentido global, los demás bienes cobran su valor, y permiten al ser humano elegir entre bienes con vistas a su propio bien integral. Virtud (areté). Define también Aristóteles la felicidad como: «Actividad de una vida perfecta conforme a una virtud perfecta». ¿Qué papel desempeñan las virtudes en esta ética? Recordemos que Aristóteles distingue tres clases de alma: vegetativa, sensitiva y racional. Cada una tiene sus funciones propias. La virtud consiste en cumplir de la mejor manera posible cada tipo de alma con sus funciones propias. Pero como lo peculiar del ser humano es el alma racional, la virtud del ser humano consiste en vivir según la razón. Tema 5: Aristóteles. - 32 - U.D. 1.- El pensamiento griego. Por otra parte, como el alma racional también abarca a todas las funciones de los demás tipos de alma (vegetativa y sensitiva), le es necesario al ser humano adquirir también otras virtudes. Así, Aristóteles clasifica las virtudes en: Virtudes intelectuales o dianoéticas. Virtudes éticas o virtudes del carácter. Serán virtudes dianoéticas: La sabiduría, como hábito que permite saber qué es bueno y malo. No se debe confundir la sabiduría con la sapiencia, que es la forma suprema de conocimiento. La prudencia, que es la virtud que nos permite deliberar sobre lo más conveniente en cada momento para el conjunto de la vida. Son virtudes éticas: La fortaleza: capacidad de resistir con ánimo las dificultades y de acometer grandes proyectos. La templanza: facultad de dominio de los deseos corporales. La generosidad: capacidad de dar más allá de lo debido. La justicia: disposición de dar a cada uno lo suyo o igualdad proporcional. La amistad: consistente en aquella aptitud para mantener una relación en la que haya benevolencia, beneficencia, confidencia y confianza. Y del mismo modo la amabilidad, el buen humor, el pudor, la modestia o la justa indignación. La felicidad no es algo que dependa básicamente de la suerte o fortuna, sino que es posible «labrar» la propia felicidad mediante la adquisición de virtudes. Por ello hay que concluir que la felicidad supone un cierto entrenamiento o ejercicio (áscesis) para lograr la virtud. Por eso, todas las virtudes, en cuanto disposiciones permanentes del alma, se adquieren mediante la repetición de actos hasta que se crea un hábito. El hábito virtuoso es el que está en el justo medio entre dos extremos. Por eso, cada virtud está en el justo medio entre dos vicios, uno por defecto y otro por exceso. Por ejemplo, la generosidad se encuentra en el justo medio entre la prodigalidad y la avaricia. Al ser humano no le es dado elegir qué es lo bueno o el fin, sino si quiere o no realizarlo. De modo que la realización del acto que dará lugar al hábito depende de la deliberación sobre cómo realizarlo y de la voluntad de realizarlo. Por eso, dice Aristóteles: Tema 5: Aristóteles. - 33 - U.D. 1.- El pensamiento griego. «En nuestro poder se halla la virtud y también el vicio. Porque ahí donde está nuestro poder, el hacer, está también el no hacer» (Ética a Nicómaco, Ill, p. 5). El hombre responsable y que ejerce su libertad será, por tanto, sabio, por cuanto que es autosuficiente, es decir, tiene cierta independencia respecto de los acontecimientos de la fortuna. Por eso, el sabio es el feliz: «El hombre feliz será tal durante toda su vida porque siempre, o sobre todo, obrará y pensará de modo conforme a la virtud, y soportará muy bien las vicisitudes de la fortuna, y en todo y por todo como conviene, no por insensibilidad, sino por generosidad y grandeza de ánimo. Y si las acciones son las señoras de la vida, como decimos, ninguno de los felices puede convertirse en miserable, porque ninguno cometerá acciones odiosas y viles» (ARISTÓTELES: Ética a Nicómaco, I, p. 11). ACTIVIDADES 1. Según Aristóteles, ¿cuáles son los principales tipos de vida que se suele creer que llevan a la felicidad? 2. ¿Qué es la felicidad para Aristóteles? 3. ¿Qué relación existe entre felicidad y virtud para Aristóteles? 4. Explica qué es la virtud y qué tipos de virtud existen. Tema 5: Aristóteles. - 34 - U.D. 1.- El pensamiento griego. 8. POLÍTICA. ÉTICA DE LA POLIS Para Aristóteles, la política es una continuación social de la ética, es la búsqueda del bien supremo para la ciudad (polis) y del mejor gobierno para ella. Por tanto, al igual que la ética, se trata de una ciencia práctica. A. POLÍTICA COMO ÉTICA COMUNITARIA Frente a los sofistas y a los cínicos, Aristóteles defiende el carácter social del ser humano y señala que la ciudad no puede estar regida sólo por leyes convencionales (nómos), sino básicamente por leyes que surgen de la naturaleza social del ser humano. Y es que, según su doctrina, el ser humano es un animal cívico (zóon politikón) gracias a la palabra (logos): «La razón de que el ser humano sea un ser social es que sólo el ser humano posee la palabra. La palabra existe para manifestar lo conveniente y lo dañino, así como lo justo y lo injusto. Y esto es lo propio de los humanos frente a los demás animales: poseer, de modo exclusivo, el sentido de lo bueno y de lo malo, de lo justo y de lo injusto» (Política, I, p. 2). Pero la palabra (logos) se abre a la palabra y a la razón compartida (diálogos). Por eso, la palabra es el fundamento de la comunidad social o política. El ser humano, por tanto, para desarrollarse plenamente, debe hacerlo en comunidad, mediante la relación con los demás. Quien no vive comunitariamente, dice Aristóteles, es un dios o una bestia. B. NIVELES DE LAS SOCIEDADES NATURALES La sociedad humana es un todo complejo que se estructura en varios niveles: Familia. El primer lugar natural de las relaciones comunitarias es la familia, que es la unidad social básica, y en la que el hombre posee autoridad real sobre los hijos y los esclavos, y autoridad democrática sobre la mujer. Aldea. Está formada por un conjunto de familias. Pólis. Como agrupación de varias aldeas, por naturaleza es anterior a la familia y al individuo al ser la ciudad la comunidad perfecta, ya que posee autosuficiencia total, y, aunque tiene su origen en la urgencia de vivir, su fin es vivir bien (es decir, con dignidad de ser humano). De todas maneras, desde el punto de vista de su surgimiento, la ciudad es posterior a la familia y a la aldea. Constituye el fin al que tienden las demás formas de asociación, porque es la realidad que posibilita realmente que las personas puedan llevar una vida plena y digna. No toda asociación de humanos constituye, sin más, una comunidad (koinonía). No basta la mera convivencia, estar asociados o convivir en un mismo lugar. Lo que define a la comunidad es el hecho de que persiguen juntos un mismo fin. Pero este fin no puede consistir simplemente en (sobre)vivir, en ayudarse mutuamente a vivir. El fin de la ciudad es más alto: el bien común. Y ésta es una finalidad ética. La búsqueda del bien común traerá consigo la autosuficiencia, el «vivir bien» y la justicia, que son los caminos que llevan a la felicidad. Por eso, cree Aristóteles que sólo en comunidad encuentra el ser humano su forma más plena éticamente. Vivir como ciudadano es, pues, algo connatural al ser humano. Pero para Aristóteles esta vida feliz, comunitaria y virtuosa sólo era patrimonio de los ciudadanos libres, clase de la que estaban excluidos los esclavos, los extranjeros, las Tema 5: Aristóteles. - 35 - U.D. 1.- El pensamiento griego. mujeres, los artesanos, los mercaderes y los labradores. Todos ellos deben dedicar su vida a procurar los bienes a los guerreros y magistrados para que puedan éstos llevar una vida mejor (bíos aristós), que es una vida dedicada a la filosofía, al estudio y a la investigación (lo que exige estar libre de las preocupaciones económicas, laborales y tener tiempo libre). C. FORMAS DE GOBIERNO También para Aristóteles la mejor forma de gobierno es aquella en la que gobiernan los mejores (áristoi) de modo que busquen el mayor bien para la ciudad, es decir, que gobiernen con vistas al interés y bien común. Esto es lo que hace que esta forma de gobierno sea legítima. Frente a ella, están las formas viciadas, ilegítimas, en las que los políticos buscan sus propios intereses particulares por encima de todo. De manera que, según gobierne uno, varios o muchos, describe Aristóteles tres tipos fundamentales de gobierno legítimo (y, paralelamente, las tres formas degradadas correspondientes): Monarquía o gobierno de uno sólo, cuando es el mejor y busca el bien común. Su degradación da lugar a la tiranía, que es la peor de las formas de gobierno, pues el tirano dirige la ciudad a su capricho, con violencia y contra el pueblo (al que no sirve sino que oprime). Aristocracia, en la que los mejores gobernantes son varios. Su degradación da lugar a la oligarquía, en la que varios políticos organizados buscan no el bien de la pólis, sino su bien particular. Democracia, en la que son muchos los que gobiernan. Su degradación da lugar a la demagogia, en la que muchos son los que buscan su bien particular mediante el poder. La concepción teleológica también está presente en política, pues el fin de un buen gobierno siempre será la justicia, la paz y la estabilidad social, que son las condiciones que permitirán una vida tranquila a sus moradores y tener los bienes necesarios para vivir. Es decir, el buen gobierno es el que permite la autarquía gracias a que, al tener lo necesario para vivir, los ciudadanos puedan ocuparse en llevar una vida feliz y virtuosa. TEXTO «La ciudad es la comunidad procedente de varias aldeas, ya que posee la cualidad de la autosuficiencia total y que tiene su origen en la urgencia del vivir, pero subsiste para vivir bien. Así que toda ciudad existe por naturaleza, del mismo modo que las comunidades originarias. La ciudad es la finalidad a la que se dirigen estas comunidades. Está claro que la ciudad es una de las cosas naturales y que el ser humano es, por naturaleza, animal cívico.» ARISTÓTELES: Política, I, p. 2. ACTIVIDADES 1. Define los siguientes términos: «comunidad», «vivir bien», «naturaleza», «ser humano». 2. ¿Qué es una ciudad para Aristóteles? ¿Cuál es su finalidad? 3. ¿Por qué la ciudad es una realidad natural? 4. Explica qué significa que el ser humano sea un «animal cívico». Tema 5: Aristóteles. - 36 -