Política e información en la política internacional Aliados y enemigos en la geopolítica Por Carlos Eduardo Maldonado (*) En política en general la existencia de amigos es una verdadera rareza, y el énfasis se desplaza del concepto de “amigos”, al de “aliados”. “Amigo” existe en política solo como una expresión retórica. El concepto de “aliado” implica, por lo menos tácitamente, la noción de “enemigo” (o contrincante). Esto mismo sucede, a fortiori, en la política internacional. La política es el dominio por excelencia de las paradojas. Ha trascendido –particularmente en la prensa internacional-, que Estados Unidos ha desarrollado la estrategia de los “Cinco Ojos”, que es el nombre técnico asignado al hecho de que E.U., conjuntamente con Inglaterra, Canadá, Australia y Nueva Zelandia, han desplegado un sistema de espionaje y control, en toda la línea, sobre el mundo entero. O para decirlo mejor, contra el mundo entero. Esta estrategia consiste en que, a simple vista, se trata del trabajo en ciberinteligencia contra Irán, Corea, AlQuaeda y demás objetos de sospecha. Pero más sutilmente, se trata del espionaje hacia Europa, América Latina y Asia, principalmente. De forma paralela, se ha sabido que E.U. obtuvo, a través de un doble agente, los nombres y alias (nickname) de 3500 espías alemanes. Para no mencionar el hecho de que E.U espió el teléfono personal de la Canciller alemana Angela Merkel y su agenda. Alemania, el más caro aliado de E.U. en Europa, dado el hecho de que Alemania es, manifiestamente, la locomotora económica de Europa. Pues bien, de manera general, el espionaje se lleva a cabo por motivos de sospecha, control de información –y por tanto control de acciones-, y ulteriormente con vistas a la neutralización y la eliminación del enemigo. Digámoslo de manera franca: resulta anodino que haya espionaje entre “aliados” y “amigos”, cuando en principio se trataría de acciones contra enemigos reales o potenciales. Cuando hay espionaje, robo y control de información entre “amigos” o “aliados” se quiebra la confianza, y la justificación de acciones semejantes parece a todas luces difícil de justificar. Entre amigos o aliados, lo normal son encuentros frecuentes, diálogo permanente, colaboración en numerosas escalas, consultas a diversos niveles, en fin, mecanismos de reciprocidad y confianza. Muy específicamente, lo que acontece es el intercambio de información. Si lo anterior ha trascendido con respecto a dos grandes potencias como E.U. y Alemania, con tanta mayor facilidad cabe pensar (y especular) lo que sucede en el mismo plano hacia países económica, política e informacionalmente más débiles. Brasil, Argentina, Chile o Colombia, por ejemplo, en el espectro latinoamericano. El discurso político incluye diplomacia, acuerdos, y encuentros binacionales y multilaterales periódicos y regulares. Pero la verdad es que, por debajo, lo que impera es la división, el recelo, la fragmentación, la manipulación y el control para beneficio propio. La información es la forma que tiene la política actual en el mundo de hoy; a nivel nacional e internacional. En el pasado, la política se fundó en conceptos como “fuerza”, “movimiento” o “energía”. Actualmente, la cosa política es el manejo mismo de la información. En torno a ella se realizan tácticas, estrategias, acciones y decisiones: gestión de la información, estrategias de información, seguridad de información. Con todo y el reconocimiento de que la información, literalmente, no pesa nada se puede acumular y distribuir fácilmente. Frente a esto, los actores políticos y los movimientos políticos, en fin, las acciones políticas mismas están catapultados, supeditados y articulados por el manejo de la información misma. Y en ella y con ella, los mecanismos de espionaje. Espionaje humano y técnico. Pero si ello es así, no hay amigos y la amistad no es posible ni compatible con la política. Así las cosas “aliado” es, en realidad, un eufemismo. En los próximos días la Canciller A. Merkel se reunirá en Washington para discutir diversos asuntos. Y con seguridad, sin que sea un asunto público, se discutirán las acciones de espionaje y control de información de E.U. hacia Alemania. Un asunto del que, directa e indirectamente, se siguen numerosos otros asuntos de geopolítica; tales como la situación ante Rusia y Ucrania, la lucha contra el IS y Al-Quaeda, la crisis del medioambiente, en fin, los temas y problemas relativos al calentamiento global y la protección del medioambiente. Lo que parece indicar la estrategia de “Cinco Ojos” es que alguna gran potencia mundial tan solo se interesa, en primer lugar, por sus propios intereses y su beneficio propio. Todo lo demás, según parece, queda supeditado a conveniencias, cambios en las políticas, en fin, riesgo propio. Si ello es así, la fase amable de la política –un área en principio noble-, parece diluirse frente a la sospecha, el recelo, y el total oportunismo. Un problema que pone sobre la mesa la complejidad misma de los temas considerados: política, estrategia internacional, información. (*) Profesor de la Facultad de Ciencia Política y Gobierno de la Universidad del Rosario.