News unión europea Ámbito del principio iura novit curia en la aplicación de un Derecho nacional por el Tribunal General Manuel Medina Ortega Profesor honorífico de Derecho internacional y Relaciones internacionales de la Universidad Complutense de Madrid El caso Club Gourmet se refiere a un litigio en materia de marcas entre la conocida empresa española de grandes superficies “El Corte inglés” y la cadena de restauración “Groupe Chez Gerard Restaurants Ltd.” con domicilio social en Londres. El Grupo Gerard había solicitado ante la Oficina de Armonización del Mercado Interior (OAMI) el registro de la marca “Club Gourmet” para una serie de productos pertenecientes a las clases 16, 21, 29, 30, 32 y 33 del Arreglo de Niza, que incluían, entre otros, productos de papelería, instrumental de cocina, diversas clases de alimentos, infusiones, aguas, zumos y bebidas alcohólicas. El Corte Inglés formuló oposición contra esta solicitud de marca invocando cuatro marcas españolas anteriores. Tras la desestimación por la Sala Segunda de la OAMI de una de las marcas y la renuncia por la empresa española a otras tres marcas (en realidad, solicitudes de marcas), la oposición quedó reducida a una marca española figurativa anterior en la que aparece la expresión “Club del Gourmet” seguida de “En…” y acompañada de una banderita triangular con la expresión “El Corte inglés” inserta en ella. El Reglamento de marcas comunitario 207/2009 permite, en su artículo 8.1.b), que el titular de una marca nacional anterior idéntica o similar pueda oponerse al registro de una marca comunitaria por ser los productos que ambas marcas designan idénticos o similares y exista riesgo de confusión por parte del público en el que esté protegida la marca anterior. La División de Oposición de la OAMI desestimó la oposición y la Primera Sala de Recurso de la OAMI rechazó el recurso de El Corte Inglés al respecto. En particular, la OAMI consideró que la descripción de los servicios amparados por la marca anterior como “una frase publicitaria” no permitía realizar una comparación con los productos contemplados por la marca solicitada, al no designar un producto ni un servicio. El Corte Inglés basó su argumentación en el recurso ante el Tribunal General que la OAMI estaba obligada a tener en cuenta de oficio el Derecho español, que permitiría la protección de la marca anterior española en este caso. La respuesta del Tribunal General a este respecto fue contundente: “En principio, para las instituciones de la Unión la determinación y la interpretación de las normas de Derecho nacional, en la medida en que sean indispensables a su actividad, pertenecen al ámbito de la verificación de los hechos y no al de la aplicación del Derecho”. Las instituciones de la Unión se limitan a aplicar el Derecho comunitario. Aunque el demandante, sobre la base del artículo 65, apartado 2, del Reglamento 207/20091 sobre la marca comunitaria, puede basar su recurso sobre la base de la vulneración tanto de las normas de Derecho nacional como las del Derecho comunitario, “sólo este último se encuadra en la UNIÓN EUROPEA 27 ® CISS grupo Wolters Kluwer 75 MAYO 2013 Una publicación realizada por Deloitte, en colaboración con CISS esfera jurídica, a la que se aplica el principio iura novit curia, mientras que el primero se sitúa en el plano de la carga de la alegación y de la prueba de los hechos, de modo que su contenido debe, en su caso, documentarse mediante la presentación de pruebas” (apdo. 35). El precedente jurisprudencial más inmediato para esta sentencia se encuentra en la Sentencia Edwin2. Ahora bien, esta Sentencia, sobre la base de una referencia al artículo 52, apartado 2, del anterior Reglamento sobre la marca comunitaria3 se limitaba a decir que la norma nacional se aplicaba sobre la base de una “remisión efectuada por una disposición del Derecho de la Unión”. El artículo 52, apartado 2, del Reglamento 40/1994, distingue los supuestos en que el derecho anterior está protegido por la normativa comunitaria “o” por el Derecho nacional. Cuando se trata de un derecho anterior protegido en el ámbito jurídico nacional, el artículo 37 del Reglamento 2868/1995 de la Comisión, de ejecución del Reglamento 40/1994, establece que “incumbe al solicitante proporcionar los datos que acrediten que, en virtud de la legislación nacional vigente, está legitimado para reivindicar tal derecho”, y esto obligaría, no sólo a presentar a la OAMI “los datos que demuestren que cumple los requisitos exigidos, conforme a la legislación nacional que solicita que se aplique, para que pueda prohibirse el uso de una marca comunitaria en virtud de un derecho anterior, sino también los datos que determinan el contenido de dicha legislación”. EL DERECHO NACIONAL SÓLO PUEDE SER CONTROLADO COMO “HECHO”, CON LA CONSIGUIENTE OBLIGACIÓN DE LAS PARTES INTERESADAS DE APORTAR LAS PRUEBAS La Abogada General, Julianne Kokott, también partía en el asunto Edwin de que el principio iura novit curia no se aplica al Derecho nacional, que debería “documentarse mediante presentación de pruebas y que debe apreciarse a partir de las alegaciones de las partes, sin que recaiga sobre el órgano jurisdiccional mayor deber de aclaración de los hechos” (punto 56). En conclusión, la sentencia que reseñamos sigue la línea fijada por la jurisprudencia anterior de la Unión de que el Derecho nacional —al menos en el ámbito del Derecho de marcas— sólo puede ser controlado como “hecho”, con la consiguiente obligación de las partes interesadas de aportar las pruebas, sin que los Tribunales de la Unión estén obligados a un conocimiento de oficio. La solución no es muy diferente a la que dan los tribunales nacionales a la aplicación del Derecho extranjero reclamado por sus normas nacionales de conflicto. Podemos, así, decir que, para la Unión Europea, el Derecho de los Estados miembros es un derecho “extranjero”, sometido a las reglas de aportación de la prueba de las partes que pretenden invocarlo. 1 R egl. CE 207/2009, del Consejo, 26 feb. 2009, sobre la marca comunitaria, Diario Oficial de la Unión Europea (DO), L 78, pág. 1. 2 S.5 jul. 2011 en el as. Edwin/OAMI, as.C263/09 P, aún no publicada en la Recopilación de jurisprudencia de los Tribunales de la Unión Europea (Rec.), apdos.47-50. 3 Regl. 40/1994 del Consejo, 20 dic. 1993, DO, 1994, L 11, p. 1, versión modificada por el Regl. CE 422/2004, del Consejo, 19 feb. 2004, DO L 70, pág. 1. Este Reglamento seguía siendo aplicable en el momento de la adopción de la sentencia Edwin. 28 UNIÓN EUROPEA