Reflexiones La bendición de dar No soporto más…decía un caballero, todo el mundo me utiliza…las personas que me rodean, solo se beneficien de mi…y cuando necesito yo algo de ellos, nunca están. Con ira e impotencia audaz, se rodea de una coraza de autodefensa… desde hoy…nadie más me utilizara…ahora yo voy a revertir los papeles decía… Pero el tiempo transcurre y la palabra de Dios dice una gran verdad, que el dar está en la naturaleza misma de Dios. Tal como lo expresa 2da. Corintios 8:9: “Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos”.3 Como creyentes cristianos el dar (con generosidad y amor) también está en nuestra naturaleza espiritual recibida de Cristo. Al nacer de nuevo, recibimos la naturaleza de Dios, quien es amor; y el Espíritu Santo, nos capacita para dar con amor y generosidad. ¡Te imaginas si el Señor nos reclamara! El caballero de nuestra reflexión, empezó a sentirse solo y desdichado, sintió que su razón de vivir se había extinguido…no entiendo decía…pensé que cambiando de actitud me iba sentir mejor, pero no es vedad…me siento terrible se decía a sí mismo. Es que habemos personas que fuimos hechos para dar, porque no decir que, el darse a otros es una vocación que viene de Dios. El dar es una vocación ineludible, a la que todo creyente cristiano está llamado, en concordancia con el ejemplo que el Señor Jesús les dejó a sus discípulos. ¿Sabías que dar y recibir son recíprocos? Hay personas que nos rodean, que solo se preocupan de recibir los frutos, pero no les gusta sembrar, como los amigos de nuestro personaje…pero también es cierto que cuando nos damos a otros, somos imitadores de Jesús, Se ha dicho que no hay mejor manera de gozar de los bienes que dándolos. La expresión, “más bienaventurado es dar que recibir”, fue dicha por el hombre más dador que este mundo ha conocido, maestro amante e inigualable Jesús, quien encarnó con su ejemplo el más grande ejemplo de una vida invertida en otros. La vida y ministerio de Jesús fue un constante dar, servir y ayudar a la gente. Y en boca de Jesús, no sólo fue una frase piadosa, una predica retórica, sino una vocación y misión de vida. Cuando Él dijo eso, iba camino a la cruz donde daría su vida por toda la humanidad. Le rodearon tantos y recibieron su amor tantos…pero cuando había que elegir entre el que quitaba, en vez de dar…los que recibieron los favores y la generosidad de él, se olvidaron y gritaron a viva voz a este ¡crucifícale¡ y suéltanos a Barrabas. Y la nobleza más grande en los labios y el corazón de Jesús…! padre perdónales porque no sabe lo que hacen¡ No te canses de dar y hacer el bien a otros…si ellos no valoran tu esfuerzo…no te preocupes…en la memoria de Dios está todo plasmado…hay una bienaventuranza para ti…sigue imitando al maestro por excelencia. No te canses de dar. Autor Pastor José Crespo