Coparticipación federal de impuestos durante el año 2012: Tierra del Fuego recibió ingresos por habitante equivalentes a 7 veces los que recibió Buenos Aires Autores: Nadin Argañaraz Ariel Barraud Valentina Bulgarelli Informe Económico Nº 203 Córdoba, 4 de Febrero de 2013 Juan Cruz Varela 2255 (5009) Ciudad de Córdoba www.iaraf.org ‐ Tel. (0351) 4815037 / 4825661 / 4824859‐ e‐mail: contacto@iaraf.org ISSN 2250‐7329 Claves En un país federal se requiere un mecanismo que distribuya los recursos fiscales entre los diferentes niveles de gobierno, de modo que se garantice la provisión de bienes y servicios públicos de una manera equitativa a lo largo del territorio. El sistema vigente en Argentina es el de Coparticipación Federal de Impuestos, que consiste en la concentración de la recaudación de los impuestos más importantes por parte de la Nación, y su posterior distribución entre las Provincias. En la práctica, el sistema actual de Argentina adolece de un orden esquemático, constituyendo un complejo esquema de transferencias con importantes disparidades regionales. Mientras que cada ciudadano de la provincia de Tierra del Fuego recibió durante 2012 $14.959, la provincia de Buenos Aires obtuvo ingresos 7 veces menores ($2.103). Si se agrupan a las provincias en función del nivel de ingreso per cápita y de la densidad poblacional, se observan fuertes diferencias intragrupos, difíciles de explicar objetivamente. Sin lugar a dudas, es indispensable que en algún momento se debata en el país el reparto de fondos existente, de manera integral. Esto implica que las necesidades económicas o fiscales de cualquiera de cada una de las 25 partes involucradas en la discusión (la Nación, las Provincias y la CABA), no debieran buscar ser resueltas a través de soluciones individuales, ya que se da en el marco de lo que en economía se denomina un “juego de suma cero” (lo que gana un actor necesariamente lo pierde otro). Resulta evidente la dificultad de obtener el suficiente consenso para lograr corregir el estado actual de la situación. Pero año tras año se hacen más ineludibles las señales de la necesidad, ya no de una reforma, sino de un nuevo marco regulatorio integral para la generación y reparto intergubernamental de los recursos en nuestro país, que incorpore todo lo necesario para que la misma gane en eficiencia, equidad y transparencia. 1 Coparticipación federal de impuestos durante el año 2012: Tierra del Fuego recibió ingresos por habitante equivalentes a 7 veces los que recibió Buenos Aires 1. La necesidad de un sistema de coparticipación En un país federal como el argentino, para garantizar la provisión de bienes y servicios públicos de una manera equitativa en todo el territorio, se requiere de un mecanismo que distribuya los recursos fiscales entre los diferentes niveles de gobierno (Nación, Provincia y Municipios). Puesto que existen regiones “ricas” y regiones “pobres”, las capacidades para generar recursos que tienen cada una de ellas no son homogéneas, y surge la necesidad de un sistema de transferencias que permita equiparar la prestación de bienes públicos a lo largo del país. El mecanismo de distribución automática de recursos entre gobiernos se conoce en nuestro país como la Coparticipación Federal de Impuestos, y consiste en que la Nación concentra la recaudación de los impuestos más importantes y luego los distribuye entre las Provincias bajo diferentes criterios. En primer lugar, es necesario distinguir entre la distribución primaria y la distribución secundaria de los recursos. La primera tiene que ver con cómo se realiza el reparto entre la Nación y el conjunto de provincias, es decir qué porcentaje del total de impuestos nacionales recaudados se queda el nivel superior de gobierno y cuánto va para el consolidado provincial. Por su parte, la distribución secundaria hace referencia a cómo se distribuye entre las jurisdicciones provinciales esta última masa de recursos, esto es, qué porcentaje de fondos le corresponde a cada provincia. Respecto a la distribución secundaria de recursos, es importante destacar que el reparto de fondos puede realizarse fundamentalmente bajo dos criterios: ‐ Un criterio devolutivo, mediante el cual se asignan fondos a las jurisdicciones según cuál haya sido el aporte de cada una de ellas a la generación de la masa de recursos 2 totales, esto es, cuánto aportó cada provincia a la recaudación nacional de impuestos. ‐ Un criterio distributivo, con el que se trata de repartir fondos entre las provincias en función de las necesidades sociales de cada una de ellas. El objetivo es poder igualar la prestación de bienes y servicios públicos entre provincias. Un sistema ideal sería uno que combine estos criterios, de modo que el reparto de fondos sea equitativo entre los ciudadanos de todo el país, pero a la vez se minimicen las distorsiones en la asignación de recursos productivos. El sistema actual de coparticipación en Argentina, si bien fue concebido originalmente para responder a ambos criterios, adolece en la práctica de un orden esquemático, constituyendo un complejo esquema de transferencias que da lugar a importantes distorsiones y disparidades. 2. Coparticipación por habitante: un claro ejemplo de las disparidades en el “efecto redistributivo” Los envíos a provincias en concepto de Coparticipación y Leyes Especiales que se acumularon durante 2012 superaron los $170.211 millones, lo que implicó un crecimiento de 26,9% en relación al año anterior1. No obstante, un análisis relevante es el de la coparticipación en términos per cápita enviadas a las provincias argentinas, con el fin de analizar las diferencias que existen entre las jurisdicciones, como se observa en el Gráfico 1 para el año 2012. 1 Cabe aclarar que en este informe no se incluyen las transferencias del Fondo Federal Solidario (FFS), que si bien se realizan de manera automática, no forman parte del sistema legal de coparticipación. Asimismo, tampoco se incluyen las transferencias desde el nivel federal a las provincias que se realizaron de manera no automática o discrecional (en este último caso la información oficial disponible no permite la desagregación de los envíos por jurisdicción). 3 Mientras que en la provincia de Tierra del Fuego, que es la que más recursos por habitante obtuvo, se verificó que en 2012 cada ciudadano recibió en promedio $14.959 por este concepto, en la provincia de Buenos Aires sus habitantes recibieron ingresos 7 veces menores ($2.103 per cápita), mientras que en otros casos las diferencias también fueron importantes, como por ejemplo Mendoza (3,82 veces menos) y Córdoba (3,46 veces menos). Gráfico 1: Coparticipación per cápita por provincias‐ Año 2012 16.000 14.959 14.000 11.343 10.745 10.664 12.000 10.000 9.316 8.987 8.097 8.000 7.749 7.745 7.619 7.024 6.749 6.272 6.106 6.000 5.846 5.279 5.199 5.067 5.062 4.540 4.317 4.000 3.916 2.103 2.000 C.A.B.A. Bs As Mendoza Cordoba Santa Fe Misiones Salta Tucuman Neuquen Chubut Corrientes Entre Rios Jujuy Rio Negro San Juan Sgo. Del Est Chaco San Luis La Pampa La Rioja Formosa Santa Cruz Trra del Fgo 0 Catamarca 1.073 Fuente: IARAF en base a datos del Ministerio de Economía de la Nación. En el siguiente gráfico se observa el índice de las transferencias por coparticipación per cápita recibidas durante 2012 en las distintas jurisdicciones subnacionales. Para la construcción del mismo, se utilizan los ingresos por coparticipación per cápita de Tierra de Fuego como base. La elección de esta provincia se debe a que es la jurisdicción que recibió los mayores envíos de fondos por habitante. Se puede observar que el ranking es encabezado por las provincias sureñas de Tierra del Fuego y Santa Cruz, seguido por Catamarca y Formosa. En último lugar se encuentra CABA con 93 puntos menos que la jurisdicción que lidera la lista. Le sigue Buenos Aires y las provincias de Mendoza, Córdoba y Santa Fe. 4 Gráfico 2: Coparticipación per cápita por provincias‐ Año 2012 Índice base: Tierra del Fuego = 100 100 100 90 76 80 72 71 70 62 60 60 54 52 52 51 50 47 45 40 42 41 39 35 35 34 34 30 30 29 26 20 14 Bs As Mendoza Cordoba Santa Fe Misiones Salta Tucuman Neuquen Chubut Corrientes Entre Rios Jujuy Rio Negro San Juan Sgo. Del Est Chaco San Luis La Pampa La Rioja Formosa Catamarca Santa Cruz Trra Del Fgo 0 C.A.B.A. 7 10 Fuente: IARAF en base a datos del Ministerio de Economía de la Nación. Para visualizar las disparidades entre las regiones, es necesario agrupar a las 24 jurisdicciones en función del ingreso (producto bruto) y de la densidad poblacional (habitantes por km2 de superficie). Así, se obtienen cuatro grupos homogéneos: ‐ Altos ingresos y alta densidad poblacional: conformado por Buenos Aires, Córdoba, CABA, Mendoza y Santa Fe. ‐ Altos ingresos y baja densidad: Chubut, La Pampa, Neuquén, Río Negro, San Luis, Santa Cruz y Tierra del Fuego. ‐ Bajos ingresos y alta densidad: Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, Misiones y Tucumán. ‐ Bajos ingresos y baja densidad: Catamarca, Formosa, La Rioja, Salta, San Juan, Santiago del Estero. 5 A nivel promedio se puede advertir cómo, para las jurisdicciones de alta densidad, el grupo de bajos ingresos recibe por coparticipación per cápita prácticamente el doble que el grupo de altos ingresos, lo cual resultaría lógico desde el punto de vista del criterio redistributivo de recursos. Por el contrario, para el caso de las jurisdicciones de baja densidad, ambos grupos reciben en promedio prácticamente el mismo monto. Incluso, en el año 2012 los grupos de altos recursos recibieron fondos por habitante superiores a los de bajos ingresos en más de $250 por habitante. Gráfico 3: Coparticipación per cápita por grupo de provincias‐ Año 2012 8.791 9.000 8.526 8.000 7.000 6.190 6.000 5.000 4.000 3.190 3.000 2.000 1.000 0 Altos Ingresos ‐ Altos Ingresos ‐ Bajos Ingresos ‐ Bajos ingresos ‐ Alta densidad Baja densidad Alta densidad Baja densidad Fuente: IARAF en base a datos del Ministerio de Economía de la Nación. Por último se analizan las diferencias entre la distribución de recursos per cápita dentro de cada uno de estos grupos. En primer lugar se puede advertir que en 2012 el grupo relativamente más homogéneo en cuanto a los fondos recibidos fue el de Bajos ingresos y Alta densidad, en el que la provincia de Chaco es la que más obtuvo ($7.749) y Misiones la que menos ($5.062). En el resto de los grupos se evidencian disparidades que resultaron más importantes. En el grupo de Bajos ingresos y Baja densidad, por ejemplo, un habitante de la Provincia de Catamarca o Formosa recibió, en promedio, más del doble que uno que reside en Salta, siendo que estas jurisdicciones poseen características económicas y poblacionales similares. Del mismo modo, un ciudadano de Tierra del Fuego recibió fondos por coparticipación ($14.959) que son equivalentes a casi tres veces los que recibió uno de Chubut ($5.846) o Neuquén ($5.279). 6 Gráfico 4: Coparticipación per cápita por provincias‐ Año 2012 Altos Ingresos‐ Alta densidad 5.000 4.540 4.317 4.500 11.343 12.000 3.500 8.987 10.000 3.000 2.500 2.000 8.097 7.024 8.000 2.103 5.846 6.000 1.500 14.959 14.000 3.916 4.000 Altos Ingresos‐ Baja densidad 16.000 5.279 4.000 1.073 1.000 2.000 500 0 0 Buenos Aires CABA Córdoba Mendoza Bajos Ingresos‐ Alta densidad 9.000 Chubut Neuquén La Pampa Río Negro San Luis Santa Fe 12.000 7.749 8.000 7.000 6.106 6.272 6.000 5.062 5.199 10.664 9.316 8.000 5.000 6.000 4.000 4.000 3.000 Tierra del Fuego Bajos Ingresos‐ Baja densidad 10.745 10.000 6.749 Santa Cruz 7.619 7.745 San Juan Santiago del Estero 5.067 2.000 2.000 0 1.000 Catamarca 0 Chaco Corrientes Entre Ríos Jujuy Misiones Formosa La Rioja Salta Tucumán Fuente: IARAF en base a datos del Ministerio de Economía de la Nación. 3. La necesidad de una renovación integral Estas diferencias intragrupos muestran que, si bien el sistema actual de coparticipación posee algunas características redistributivas, claramente evidencia disparidades difíciles de explicar de manera objetiva. Sin lugar a dudas, es indispensable que en algún momento se debata en el país el reparto de fondos existente, considerando en el análisis todos los fondos que bajan desde la Nación a las Provincias. Esta integralidad del debate implica que las necesidades económicas o fiscales de cualquiera de cada una de las 25 partes involucradas en la discusión (la Nación, las Provincias y la CABA), no debieran buscar ser resueltas a través de soluciones 7 individuales, ya que la discusión siempre se da en el marco de lo que en economía se denomina un “juego de suma cero”: si por ejemplo sólo se cambiase la distribución primaria en favor de las provincias, lo que éstas puedan obtener de recursos extra será resignado por el nivel nacional. Asimismo, cualquier planteo de reformas exclusivamente en la distribución secundaria conllevará la existencia de provincias “ganadoras” a expensas de otras que resultarán “perdedoras” con la modificación. Resulta evidente por lo anterior la dificultad de obtener el suficiente consenso por parte de todos los actores involucrados para lograr corregir el estado actual de la situación. Pero también año tras año se hacen más ineludibles las señales de la necesidad, ya no de una reforma, sino de un nuevo marco regulatorio integral para la generación y reparto intergubernamental de los recursos en nuestro país, que incorpore todo lo necesario para que la misma gane en eficiencia, equidad y transparencia. 8