¿La música se puede considerar un lenguaje?

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Excusas
para no
pensar
LOS LECTORES PREGUNTAN
A EDUARDO PUNSET
¿La música se
puede considerar
un lenguaje?
E
s fantástico que la
ciencia empiece a
estudiar la raigambre
social de la música.
¿Hay algo que se pegue más
que una buena melodía? Lo
único que sabemos a ciencia
cierta de ella –y ha estado con
nosotros desde los orígenes de
las primeras tribus humanas–
es su universalidad. Parisienses
y cameruneses, mayores de
edad y niños, todos parecen
emocionarse con tonos y
tiempos parecidos. No me
digan que no resulta increíble
que unos y otros coincidan en
hurgar en cierta armonía, en
un acorde, fruto de darle a una
octava, mientras interpretan
como discordia, o en todo caso
como una señal de tristeza,
una melodía demasiado lenta.
Lo único que conocemos de
la música es su universalidad...
y que se trata de un evento
social. Yo no conozco nada
que pueda mantener unido
a un colectivo durante tanto
tiempo; tal vez la religión o el
credo político. Ahora bien, lo
curioso es que tanto la religión
como la política van a menos,
mientras las melodías van a más.
Justamente, quizá sea esta
falta de utilidad concreta de
la música lo que la hace tan
XLSEMANAL 17 DE MARZO DE 2013
querida por todo el mundo. El
lenguaje parecería seguirla en
cantidad de devotos, aunque
por razones muy distintas:
todas las personas se precian
de poder hablar y transmitir
un pensamiento a los demás.
A los neurólogos del futuro
les corresponde detectar si
la diferencia entre el lenguaje
musical y el hablado es tan
grande como parece: el
primero no parece transmitir
gran cosa, mientras que el
segundo tiene utilidades:
entenderse, concentrarse y
encaminarse a la consecución
de un objetivo determinado.
¿Pero y si las diferencias
no fueran tan nítidas? En
los laboratorios se está
demostrando con simios y
humanos que los recuerdos son
mucho más frágiles de lo que
se pensaba; la gente tiende a
tergiversarlos con una facilidad
extrema y a decir 'Diego' donde
dijo 'digo'. Además, resulta que
los procesos cognitivos del
cerebro son tan complicados
que ahora sabemos a ciencia
cierta que el inconsciente decide
por nosotros unas milésimas
de segundo antes de que
nosotros resolvamos, de forma
consciente, comer o no hacerlo,
ir a la derecha o a la izquierda,
olvidar una idea o recordarla.
¿Y si resultara que la música
hubiera precedido al lenguaje,
pero que este último hubiera
MARINA CANO
MERITXELL RIBAS ASO. BARCELONA.
"La religión
y la política van
a menos; la
música, a más.
Quizá sea su falta
de utilidad
lo que la hace
tan querida"
conservado la herencia genética
de la primera? Y que ni una ni
otro sirven para gran cosa. Desde
luego, cada vez está más claro
que más y más gente se arrima a
la música, mientras que aumenta
continuamente el número de
los que desconfían del lenguaje.
Yo siempre digo que un idioma
no sirve para entenderse –eso
hay que dejárselo al cuerpo
y al movimiento–, sino para
engañarnos unos a otros; para
hacer creer a los demás lo
que queremos que crean.
Algún científico por ahí en el
mundo me intentaba convencer
de que, al contrario de lo que
decía el filósofo griego Platón,
el pensamiento no era lo más
importante, sino el movimiento.
Que el cuerpo había conseguido
tales argucias y adelantos que
el lenguaje o el pensamiento
solo se necesitaban para
poder acompasarlos, para
instrumentarlos. ¿Se han parado
a pensar mis lectores en lo
inverosímil que resulta –por favor,
que me corrijan los matemáticos–
la teoría del equilibrio de
los animales bípedos, como
nosotros? Ni Dios sabe todavía
qué es lo que nos permite andar
con solo dos piernas sin perder
el equilibrio, teniendo que sortear
–como nos toca hacer– tantos
vericuetos y curvas enrevesadas.
Ya no digamos lo que
hacen algunos músicos con
el juego mágico de sus dedos
interpretando al piano una de
las piezas de Mozart. ¿Se han
fijado en cómo mueven de
memoria sus dedos sin que les
tiemble el pulso y respetando
siempre la melodía que nos
embelesa? A lo mejor lo único
que importa es, justamente, lo
que nos embelesa: sentir que
formamos parte de la manada,
empatizar con los demás. A lo
mejor la música sirve para algo
y el resto, para casi nada. Q
Si quiere participar en la sección, envíe sus preguntas a
xlsemanal@tallerdeeditores.com o a XLSemanal. Excusas para no
pensar. Calle Juan Ignacio Luca de Tena, 7. 1.ª. 28027 Madrid.
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