MEMORIAS DE UN NIÑO DE MENS Capítulo 1: Flánagan (el comienzo) Era una tarde nublada de Junio, en la vieja mansión Cantillana había una niña enfrente de las enormes puertas de hierro mohoso y algo oxidado por la intemperie y el paso de los años. La niña abrió la puerta. Un olor a cerrado salió despedido a esa fría tarde. Pero no detuvo a la niña, que entró despacio y en silencio. De repente una voz temblorosa inundó la casa: -¡VETE! ¡No vuelvas jamás por aquí! La niña, asustada por esa voz que no venía de ninguna parte, y al mismo tiempo estaba en todos los sitios, salió corriendo apresuradamente cerrando de un portazo la gran puerta. Al día siguiente Martina les contó a sus tres amigos lo que le pasara la tarde anterior. Antonio, uno de ellos no la creyó y dijo que estaba contando un cuento para asustarlos, pero Flánagan y Kabil, que soñaban con ser investigadores de sucesos paranormales la defendieron diciendo: -Antonio, todo es verdad hasta que no se demuestre lo contrario. Antonio respondió: -¡Dejaos de tonterías de fantasmas! Vamos a esa mansión y lo comprobamos. ¡Fin de la discusión! Más tarde, ese mismo día, cuando el sol solo era una mancha en el horizonte, Martina, Flánagan, Kabil y Antonio partieron hacia la vieja mansión. Al llegar, Martina les informó sobre lo que hizo al entrar. Cogieron sus linternas y se adentraron por las distintas habitaciones. Antonio fue al sótano, al salir llamó a sus compañeros: -¡Chicoooos!¡Chicooooos! Se reunieron los cuatro en el gran salón y Antonio les dijo que debían irse de esa casa, un mal muy profundo acechaba en esa mansión. Sin saber muy bien por qué decidieron hacerle caso y se fueron. Se dispersaron por el mundo, pero no perdieron el contacto. Ese recuerdo de la expedición nunca se les olvidaría. Mucho menos a Antonio, solo él sabía el oscuro secreto que escondía la vieja mansión. Nicolás Pose 2º A