Identificación de víctimas gracias a la base de datos ICSE de INTERPOL – Casos concretos En 2010 unos policías alemanes descubrieron una serie de imágenes que denominaron “GB-Cheerleader”, y las dieron a conocer registrándolas en la base de datos ICSE. Después de que otros nueve países e INTERPOL aportaran información, la víctima pudo ser identificada -gracias en parte a la falda de uniforme escolar que llevaba-: se trataba de una niña de Liverpool de 10 años, que pudo ser rescatada de los abusos continuados que venía sufriendo. En 2012, unos expertos estadounidenses en identificación de víctimas se incautaron de unas imágenes que introdujeron en la base de datos ICSE. Otras imágenes de la misma víctima, que habían sido encontradas en Internet y también en varios sitios web en las que estaban en venta, fueron añadidas a esta base de datos por investigadores de Australia y Dinamarca. Al analizarlas, se encontraron pistas de que estas imágenes habían sido grabadas en Georgia, y además se contaba con información que apuntaba a que el agresor residía en Israel. En abril de 2013, un israelí de origen georgiano que se había desplazado en varias ocasiones a Georgia para abusar de una niña de 11 años fue detenido. La madre de la menor también fue detenida por su presunta implicación en la producción de las imágenes. Una red internacional de abuso de menores fue desmantelada después de que el servicio estadounidense de inmigración y control de aduanas registrara en la base de datos ICSE unas imágenes del abuso sexual de un infante de 18 meses, lo que condujo a la identificación de un hombre que se encontraba en los Países Bajos. Pocos días después de que las imágenes fueran registradas en la base de datos, un policía neerlandés especializado que formaba parte de la red de INTERPOL de identificación de víctimas reconoció en la fotografía un animal de peluche que era el conejito Miffy, un personaje holandés de cuentos infantiles. Gracias al peluche, y también a otros elementos de la imagen, la Policía Nacional de los Países Bajos pudo determinar que el abuso sexual se había cometido en su país. Hizo un llamamiento público que llevó a la identificación y la detención de Robert Mikelsons, un hombre que desde entonces ha sido condenado a 18 años de privación de libertad por abuso de más de 60 niños en dos guarderías de Ámsterdam y en varias casas en las que trabajó como niñero. Las investigaciones ulteriores realizadas en todo el mundo han llevado por el momento al rescate de unos 140 niños objeto de abuso sexual y a la detención de cerca de 40 delincuentes sexuales procedentes de todas las regiones del planeta, muchos de los cuales habían abusado de más de una víctima.