Remodelación neurovascular después de la isquemia cerebral: terapia con cél·lulas endoteliales progenitoras Anna Morancho Laboratorio de Investigación Neurovascular, Institut de Recerca Hospital Vall d’Hebron La patología isquémica cerebral sigue siendo una de las causas más importantes de muerte e incapacidad. Las terapias neuroreparadoras a largo plazo tienen que centrarse en los dos fenómenos esenciales para la recuperación del ictus: restablecer el flujo sanguíneo cerebral y promover la neuroregeneración, potenciando la angiogénesis y la neurogénesis en el cerebro isquémico. Tradicionalmente, la formación de nuevos vasos sanguíneos se creía mediada exclusivamente por la vasculogénesis embriogénica seguida por el brote de células endoteliales de vasos preexistentes durante la angiogénesis. Esta idea cambió cuando Asahara demostró la existencia de células hematopoyéticas progenitoras CD34+ derivadas de médula ósea circulantes en sangre con características endoteliales. Esas células, denominadas células endoteliales progenitoras (EPCs), son capaces de diferenciarse, ex vivo, en células con fenotipo endotelial. Desde entonces, múltiples estudios usando modelos de angiogénesis in vitro e in vivo han demostrado su papel como una alternativa en terapia celular para aumentar las respuestas angiovasculogénicas. En nuestro estudio quisimos demostrar que terapias con EPCs y sus factores de secreción potencian la neuro-angiogénesis en un modelo de isquemia cerebral en ratón. Se empleó un modelo de isquemia cerebral permanente mediante oclusión de la arteria cerebral media. El estudio por resonancia magnética (RM) incluyendo secuencias T2WI, DTI y T2map se realizó 24h y 2 semanas post-isquemia. Las EPCs se mantuvieron 24h en medio basal para obtener medios condicionados (MC). Tras la primera RM se randomizaron los animales a un tratamiento: vehículo, EPCs o MC. También se realizó un grupo sham no isquémico. Tras la segunda RM se obtuvieron los cerebros para determinar la densidad capilar (CD31), neuroblastos (DCX), neuronas (NeuN) y organización axonal (NF y MAP2). Las EPCs secretaron factores de crecimiento. El estudio de RM mostró un tamaño de infarto (T2WI) y gravedad (ADC,FA,T2map) similar en los grupos de tratamiento. A las dos semanas la pérdida de tejido cerebral fue menor en el grupo de EPCs respecto al vehículo (19% y 24%, p=0.1). En las zonas perinfarto se detectó un incremento en la anisotropía fraccional indicando cambios estructurales de las columnas neuronales en los grupos EPCs y MC (p<0.05) acompañado de un incremento de capilares que no se produjo en el grupo vehículo (p<0.05). En estos mismos grupos el número de neuronas no cambió pero se identificaron más neuroblastos en la zona subventricular y giro dentado. Por lo tanto, el tratamiento con EPCs o sus factores de secreción mejora la respuesta neuro-angiogénica tras la isquemia cerebral.