TEMA 8. REALISMO Y NATURALISMO 3. Comentario Pepita Jiménez1 1. Localización Pepita Jiménez fue escrita por el escritor cordobés Juan Valera en 1875. El fragmento no corresponde a la versión original sino a una adaptación, de la que además se han suprimido algunos pasajes, como demuestran los puntos suspensivos entre corchetes. El autor pertenece al Realismo, movimiento literario desarrollado en la segunda mitad del siglo XIX que tiene como objetivo reflejar la realidad con gran verosimilitud, como si fuera un espejo. Valera puso en práctica en sus obras estos principios, pero a menudo eliminaba de la realidad aquellos aspectos más sórdidos y desagradables como demuestran sus palabras: “Si la realidad es desagradable, el escritor debe mentir para consuelo de sus lectores”2 El texto en prosa corresponde al género narrativo, concretamente a la novela y en la línea de otros escritores de la época, el nombre de la protagonista femenina da título a la obra3. 2. Argumentalmente se cuentan los diferentes estados emocionales y debates internos por los que pasa el seminarista Don Luis después de haber conocido a la prometida de su padre y haberse enamorado de ella. El tema se plantea ya en el primer párrafo, es el enfrentamiento entre dos sentimientos contradictorios: el amor a Dios y el amor a una mujer. Esta temática era frecuente en la época, aunque con diferente tratamiento dependiendo de la ideología del autor. Valera se muestra moderado y tolerante ante el conflicto que vive el seminarista, queda muy lejos de otras posturas anticlericales, como la que presenta Clarín en La Regenta. 2. Estructura. Teniendo en cuenta las características del texto (adaptación y fragmentación) podríamos establecer tres partes: - 1ª Resumen del argumento de la novela, corresponde al primer párrafo, no es propiamente la obra. - 2ª Contraposición entre la melancolía del sentimiento amoroso y el deseo de olvido, que ocupa el segundo párrafo. - 3ª Caracterización psicológica y causas de la lucha interior: su vocación y respeto a su padre (tercer y cuarto párrafo). El miedo a la pérdida de su imagen (quinto párrafo). 1 V. Juglar. Lengua castellana y literatura. Cuarto Curso, Barcelona, Vicens Vives. Página 152. http://www.losvargas.org/bricabra/bric0006.html 3 Flaubert escribió Madame Bobary; Tolstoi, Ana Karenin; Leopoldo Alas, La Regenta. En todas estas novelas la protagonista es una mujer que vive un conflicto interno. 2 1 3. En cuanto al estilo podemos decir que, como es frecuente en el Realismo, domina la presencia de un narrador en 3ª persona omnisciente que conoce los pensamientos del personaje: “Don Luis había pasado solo toda la mañana entregado a sus melancólicos sentimientos” (línea 5). A través de este narrador nos adentramos en el estado dubitativo del personaje; sin embargo, hay dos ocasiones en las que el narrador pasa a primera persona del plural y casi con un tono científico implica con este cambio al lector: “Si profundizamos…notaremos” (línea7). Por lo que respecta al léxico, llama la atención la oposición establecida entre dos tipos de palabras enfrentadas en el significado y que dan muestra de ese debate interno que se está librando en D. Luis: Fortaleza: severidad, roca, firme, pertinaz, terco, firmeza, pujanza. Debilidad: melancólico, desvaneciesen, derritiesen, débil... Ambos campos significativos vienen a reforzar el dilema amor humano/amor a Dios. En esta misma línea incide el uso del símil o comparación: “Se derritiesen al calor de una mirada… como la escarcha se derrite con el rayo débil aún del sol matutino” (línea 22). Estas palabras resumen el temor que el joven siente hacia el amor, ese miedo a dejar de ser lo que es, a perder su imagen no solo ante él, sino también ante los demás. La roca firme de sus principios está a punto de ser destruida por los efectos del “sol matutino” (línea 23), metáfora del amor. Como vemos, el peso de la sociedad con sus valores convencionales es también motivo de remordimiento y freno en sus deseos amorosos. Otro importante recurso estilístico que refuerza el tema es el uso de la interrogación retórica con la que concluye el texto, es una larga interrogación que recoge la duda, el estado confuso en el que está inmerso el seminarista. Don Luis siente que no puede faltar a sus obligaciones filiales, espirituales y sociales. 5. En conclusión, podemos decir que en este fragmento aparecen algunos de los temas y tratamientos típicos del Realismo: el amor enfrentado a la religión, la profundización psicológica de los personajes y la lucha entre valores conservadores y otros más liberales. El autor se muestra tolerante ante la situación planteada. Pero el tratamiento que hace del amor permite a la vez vislumbrar otras cuestiones de carácter colectivo, como es el peso de los convencionalismos sociales. 2