Modelo de análisis y justificación de un documento sobre el tema El Sexenio Revolucionario (1868-74): Los intentos democratizadores: La obra de Antonio Gisbert, pintor que curiosamente fue Director del Museo del Prado entre 1868 y 1873, muestra de una forma clara la soledad de Amadeo de Saboya ante el cadáver de Prim, su mentor. Podríamos decir que esta imagen es premonitoria de lo que va a ser el reinado de Amadeo I. No olvidemos que este reinado va a suponer el fracaso del primer experimento político de monarquía constitucional en España. La obra está fechada en 1870, pero esta imagen no pudo darse en este año, porque curiosamente Amadeo de Saboya Duque de Aosta, aunque fue elegido por las Cortes el 16 de noviembre de 1870, no llegó a España hasta el día 30 de diciembre, tres días después de que Prim hubiese sufrido el atentado. Amadeo I llegó al puerto de Cartagena el día 30 y de ahí se trasladó a Madrid donde veló el cadáver de Prim el día 2 de enero de 1871 en la Basílica de Nuestra Señora de Atocha. Como podemos ver, las fechas no cuadran, por lo tanto lo que decíamos antes de que lo que el autor refleja era algo premonitorio, probablemente no fue así, Gisbert, ya sabía de la soledad de Amadeo I y así la reflejó.Continuando con el análisis, la imagen muestra a Amadeo I junto al cadáver de Prim, a quien se creía asesinado en un atentado en la calle del Turco por un anarquista (también se habla de un republicano), decíamos creía, porque estudios recientes realizados por la Doctora en Medicina Legal y Forense Mª del Mar Robledo, de la Universidad Camilo José Cela, vienen a confirmar que Prim fue estrangulado después del atentado, y que en su desaparición estuvieron implicados, presumiblemente el General Serrano, Regente, (de acuerdo con la Constitución de 1869) y el Duque de Montpensieur, cuñado de Isabel II y pretendiente al trono tras la marcha de ésta, al ser derrotado su ejército en la batalla del Puente de Alcolea en 1868. Amadeo I, nunca logró hacerse popular en España a pesar de sus cualidades personales ni encontró apoyo. En el fondo podríamos decir que salvo Prim, cuyo cadáver vela en la imagen, enmarcado el Rey entre el féretro y cuatro cirios, nadie creyó en el hijo del Rey Víctor Manuel, artífice de la unificación italiana. Este encuadre que diseña el pintor destaca la soledad del Rey, a la que ya hemos hecho alusión, que se ve observado en la distancia por altos cargos militares y de la iglesia. Su reinado fue corto y estuvo plagado por toda clase de conflictos políticos, sociales separatistas… e incluso se encontró con una insurrección carlista en el País Vasco. Todo ello llevó a que Amadeo I, Duque de Aosta, renunciara al trono español y regrese a Italia. Su renuncia al trono bien puede ser justificada porque le faltó el apoyo de Prim, hombre que había mantenido unido el Partido Progresista y a la coalición gobernante, lo que llevó al fracaso de esta Monarquía Constitucional y a que el mismo día de su renuncia, el 11 de febrero de 1873, el Senado y el Congreso reunidos en Asamblea Nacional proclame la República. La Iª Republica, fue un experimento que se mostrará inviable, entre otros muchas razones por la propia división interna de los republicanos y porque no tenía un programa de gobierno firme. Esto llevó a tener una corta vida, no llegó a dos años, tuviese cuatro presidentes, una guerra carlista, problemas separatistas o cantonales… esto propiciará la Restauración de la dinastía Borbón en la persona de Alfonso XII, hijo de Isabel II. La Restauración puso fin a esos seis años de inestabilidad y de ensayos de gobierno que conocemos como Sexenio Revolucionario y cierra el paréntesis a intentos democratizadores.