DISINCRONÍA A los niños con sobredotación les distingue la velocidad de su maduración intelectual, es decir, el progreso realizado por unidad de tiempo, pero con frecuencia tienen formas de desarrollo psicol´ñogico y social que son específicas de ellos y que les pueden ocasionar serios problemas. Existe un distanciamiento entre el nivel intelectual y la capacidad lectora precoz y frecuentes dificultades en la escritura. En términos generales existe una disincronía entre el desarrollo intelectual y el desarrollo psicológico. *Disincronía inteligencia-psicomotricidad: los niños superdotados presentan estadísticamente un ligero adelanto sobre los niños de capacidad normal, para andar y hablar más precozmente, aún con excepciones. En el plano psicomotriz no ocurre lo mismo. En ocasiones aprenden a leer antes de los cinco años pero en una frecuencia significativa tienen problemas al escribir. En su edad escolar pueden mostrar grandes dotes para la ciencia o las matemáticas pero son mediocres en ortografía y expresión escrita (con mayor frecuencia en los niños que en las niñas). *Disincronía lenguaje-razonamiento: la capacidad de razonamiento va por delante de la capacidad del lenguaje en el SD. En las lecciones, la rápida comprensión del niño SD le impulsa a creer que sabe la lección sólo por lo que entiende. Sin embargo, cuando se le pide que la explique, puede hacerlo peor que un niño menos dotado, cuyos mayores esfuerzos de atención y memoria le recompensarán con mejores notas y con la aprobación del profesor. Los niños SD parecen estar dispuestos a hacer poco uso de su memoria y a realizar el esfuerzo necesario para retener sus aprendizajes escolares. Esta es la trampa de la facilidad. *Disincronía inteligencia –afectividad: la inteligencia y la afectividad no se desarrollan de forma paralela en los SD. A veces utilizan su buena capacidad para enmascarar su inmadurez emocional, aunque ésta puede sobresalir en otros momentos, como por ejemplo a la hora de acostarse, apareciendo, a menudo ansiedades y miedos que no puede evitar. Para el niño su inteligencia le provoca ansiedad y es incapaz de procesar toda la información que tiene dentro. La Disincronía social resulta del desfase entre la norma interna del desarrollo del niño precoz y la norma social adecuada a la mayor parte de los niños. La consecuencia más evidente se sitúa respecto a los sistemas educativos donde se desea que todos los alumnos se eduquen dentro de una norma única. A menudo no sólo la escuela sino los padres y otros niños piden al niño precoz un comportamiento “normal” para su edad y le incitan a regresar hacia la norma. El primero y más evidente aspecto de la disincronía social se encuentra en la disincronía entre la velocidad de su desarrollo mental y la del resto de la clase dentro de una progresión escolar estandarizada. Los padres y otros niños esperan que el niño SD se comporte de acuerdo a su edad. Los padres suelen ser los primeros que reconocen la sobredotación de sus hijos, pero esto no implica su deseo de fomentarla, ya que los padres también experimentan los problemas causados por la disincronía entre el desarrollo intelectual y afectivo del niño superdotado. La disincronía entre su edad cronológica y la edad mental implica que tendrá unos amigos del mismo nivel de capacidad intelectual. La mayoría de las veces elegirán niños más mayores y más “interesantes” o bien adultos, para los juegos de interior y conversación. Para los juegos de exterior, generalmente elegirán amigos de interior y conversación. Para los juegos de exterior, generalmente elegirán a niños de su misma edad. Sin embargo, si un niño puede encontrar a uno o más amigos de su misma capacidad llega a ser más feliz, un resultado poco probable con la presente estructura de educación. Todas esas disincronías constituyen la situación normal pero difícil de los niños superdotados. Podemos obrar para que no caigan en algunas trampas de la disincronía social, ofreciéndoles una escuela menos rígida.