IPyE: Psicología y Educación. Vol. 3 Núm. 6. Julio-Diciembre 2009. pp. 20-46 H ISTORIA EXTRASITUACIONAL Y AJUSTE TRANSITUACIONAL Ricardo Pérez-Almonacid1 Ana Lucía Suro Soto CENTRO DE ESTUDIOS E INVESTIGACIONES EN COMPORTAMIENTO UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA Resumen Se evaluó la relación entre tres tipos de historia funcional con segmentos lingüísticos y el desempeño en pruebas de ajuste transituacional. Se propuso un paradigma experimental sensible a las particularidades de las historias como mediador, mediado y observador episódico del mediado, las cuales conformaron cada una un grupo experimental de 5 participantes. Los tres grupos estuvieron acoplados, de modo que se obtuvieron 5 tríos de datos. Las pruebas transituacionales se organizaron según la inclusividad categorial y la abstracción demandada. Los resultados indican que sí hubo diferencias entre los grupos, aunque no en todos los casos pudo predicarse una organización sustitutiva. Se discute el papel de la variabilidad en el entrenamiento, la estrecha relación entre la formulación de atribuciones y el cambio sustitutivo, así como la diferencia entre historia episódica y aptitud funcional. Palabras clave: Sustitución contingencial, historia extrasituacional, ajuste transituacional, abstracción, atribuciones, categorías. 1 PERSONAL ACADÉMICO DE LA UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA. E-MAIL: rperezalmonacid@gmail.com 20 Historia extrasituacional y ajuste transituacional Abstract The relationship among three types of functional history with linguistic segments and the performance in a transituational adjustment test was evaluated. In order to this, an experimental paradigm sensible to histories as mediator, mediated and episodic observer was proposed, in which, each one constituted a experimental group with 5 participants. The groups were coupled, so 5 trios of data were obtained. The transituational test was organized according to the categorical inclusivity and the demanded abstraction. The results shows differences among the groups, although the substitutive organization it isn’t predicated in every case. It is discussed the role of variability in training, the close relation between the formulation of attributions and substitutive change, and the difference between episodic history and functional aptitude. Key words: Contingency substitution, extrasituational history, transituational adjustment, abstraction, attributions, categories. INTRODUCCIÓN L a sustitución contingencial es el cambio en las propiedades funcionales de un sistema contingencial en virtud de la conducta lingüística (Ribes y López, 1985). Asume dos modalidades: a) como sustitución extrasituacional, en la que el cambio se da por medio del tránsito reversible de las propiedades funcionales de un sistema contingencial a otro (Ribes, 2004), siendo éste uno de carácter episódico, y aquél la conducta lingüística misma. Se entiende entonces, que el sistema contingencial episódico (es decir, una situación o circunstancia con cierta arquitectura categorial), (Ribes, 2006) puede implicar conducta organizada según propiedades funcionales fisicoquímicas, ecológicas y/o convencionales diversas, pero que tras la integración de un segmento lingüístico, se reorganiza parcial o completamente de modo que prevalecen ahora nuevas propiedades funcionales convencionales en la estructuración de la conducta; b) como sustitución transituacional, en la que el cambio se da por medio de la fusión (Ribes, 2007) de las propiedades funcionales convencionales de dos sistemas contingenciales no episódicos (arquitecturas categoriales abstraídas lingüísticamente, especialmente en el modo escrito), (Ribes, 2004; Ribes-Iñesta y Zaragoza, 2009), en función de un segmento lingüístico adicional que funge como otro sistema categorial abstraído y que determina el tipo de relación resultante de la integración de ambos sistemas categoriales. La relación entre ambas modalidades de sustitución se evidencia en la forma en que la sustitución transituacional incluye a la extrasituacional. Según Ribes y López (1985), esta inclusión consiste en que los segmentos lingüísticos cuyas propiedades funcionales se integran en la sustitución transituacional, tienen algún tipo de histori2 cidad extrasituacional . Ésta puede ser directa, cuando el segmento lingüístico ha participado en la organización extrasituacional; indirecta, cuando el segmento lingüístico ha adquirido su funcionalidad por medio de una traducción de una o más etapas con un segmento con historia directa; o potencial, cuando el segmento no ha 2 Ribes y López (1985) denominaron a ésta, historia referencial, y en conjunto, las dos modalidades de sustitución eran referencial y no referencial, respectivamente. dado que la referencia es sólo una posibilidad de conducta lingüística mediadora de las dos organizaciones (también puede ser una opinión, un refrán, etc.), en este documento se seguirán utilizando los adjetivos ya introducidos. 21 IPyE: Psicología y Educación. Vol. 3 Núm. 6. Julio-Diciembre 2009 participado en el episodio extrasituacional ni ha adquirido funcionalidad por traducción pero podría adquirirla de forma directa o indirecta. En esta categoría se incluyen casos en donde no ha habido historia, o ésta se ha estructurado en niveles no sustitutivos (cf. Ribes y López, 1985, p. 214). El estudio de la organización transituacional incluye explorar cómo ésta tiene lugar según la historicidad de los segmentos lingüísticos que median y que son mediados. Ése es el objetivo del presente estudio. En una dirección semejante, Arroyo, Morales, Silva, Camacho, Canales y Carpio (2008) evaluaron diferentes tipos de historias funcionales sobre una tarea de ajuste lector, encontrando que de forma general, todos los participantes, independientemente de la funcionalidad en la que se estructuró su comportamiento, respondieron mejor a preguntas que no demandaban ni extra ni transituacionalidad. Además, que las respuestas ante las preguntas que sí demandaban estos niveles, se veían favorecidas cuando el entrenamiento había promovido una organización extrasituacional mas no encontraron el efecto cuando promovió un nivel transituacional. Los autores concluyen que a mayor complejidad funcional del entrenamiento mejor ajuste lector, con excepción del caso en el que el entrenamiento se estructuró transituacionalmente. En la misma vía, Arroyo y Mares (2009), tras exponer la inconsistencia en los hallazgos relacionados con la relación entre la historia funcional y el desempeño en pruebas, plantean un estudio bajo la hipótesis de que la correspondencia entre mayor nivel funcional entrenado y mejor desempeño en pruebas, se debe a la presencia conjunta del evento situacional y la expresión lingüística relevante, pues según reportan, en los estudios en los que no se observa tal correspondencia, las tareas 22 sólo incluían expresiones lingüísticas. Así, diseñaron un procedimiento en el que diferentes grupos organizados según diversos niveles funcionales, entraban en contacto con eventos y expresiones lingüísticas. Los resultados obtenidos estuvieron en la dirección esperada, lo cual sugiere que la promoción de las organizaciones sustitutivas incluye el contacto con el evento sobre el cual se hace un enunciado lingüístico. En aquellos estudios, la predicación de que la conducta se estructuró en un nivel extrasituacional se hizo basada sólo en la presentación de textos que incluían referentes ausentes (Arroyo et al., 2008) o en el contacto de una persona con eventos ausentes por medio de una instrucción (Arroyo y Mares, 2009). A su vez, la afirmación de la estructuración transituacional de la conducta se hizo basada en una tarea de identificación de fórmulas o en una de identificación de lo que un texto ejemplificaba, respectivamente. Sin embargo, es posible que tales predicaciones no se sustenten, pues están basadas en criterios morfológicos como son el contenido de un texto y su generalidad, y en la identificación de la mediación mas no del desligamiento funcional, el cual corresponde a las contingencias de función definitorias de cada nivel funcional (Ribes, 2004). Así, sólo puede predicarse que tuvo lugar un nivel funcional una vez satisfechos sus criterios y no que tendrá lugar con la mera exposición de un sujeto a un arreglo procedimental o al contenido de un texto. Como alternativa, se propone que para estudiar la relación entre la historia extrasituacional y el ajuste transituacional, es necesario desarrollar un procedimiento experimental que permita al menos lograr lo siguiente: 1) Explicitación de las posibilidades reactivas en las que se puede desarrollar una Historia extrasituacional y ajuste transituacional historia extrasituacional directa: como mediador, mediado y observador episódico. 2) Verificación del cambio de comportamiento por parte del mediado en términos del comportamiento lingüístico del mediador. Esto implica mínimo bifuncionalidad de la situación: que pueda ser “vista” por lo menos de dos formas diferentes. ción que estructure de una forma diferente la circunstancia conductual de otra persona; como mediado, quien se expondrá a una circunstancia inicialmente y luego volverá a hacerlo en función de la atribución del mediador; como observador episódico del mediado, quien a diferencia de éste, no podrá operar sobre la circunstancia pero sí tendrá acceso al proceso del mediado. 3) Control de la historia de los segmentos lingüísticos mediados en la prueba de ajuste transituacional, y que el segmento mediador sea la respuesta del participante y no la inferencia de lo que pudo haber hecho. La justificación de la inclusión de esta modalidad reside en la necesidad de evidenciar el componente suplementario del mediado contrastando su ejecución con quien participa en la misma circunstancia pero que no ve alterado su comportamiento. 4) Control de las arquitecturas categoriales que fungen como medio de contacto convencional para toda interacción humana (Ribes, 2006). Esto permite que se estructure la sustitución contingencial según las propiedades funcionales de sistemas de diversa molaridad (relaciones géneroespecie) y no sólo en términos de la generalidad de un enunciado. Además, esto permitiría diferenciar las categorías episódicas de las abstraídas; en el caso de la sustitución transituacional éstas, las abstraídas, son tanto la situación, como el medio de contacto y el sistema reactivo. Dado que el mediador estructura el nuevo sistema contingencial con su comportamiento lingüístico y éste resulta de una exposición variable retroalimentada que le permite abstraer propiedades atribuibles, podría esperarse que su desempeño en las pruebas de ajuste transituacional sea mejor que el de los demás con las otras modalidades históricas, precisamente por el alcance funcional que puede lograr su conducta. Además, podría esperarse que el desempeño del mediado sea mejor que el del observador, dada su implicación en la actualización congruente del episodio. 5) Registro del comportamiento momento a momento y reconstrucción de las trayectorias categoriales que permitan predicar el cambio con respecto a un momento previo. Además, medición de diferentes grados de abstracción en las pruebas transituacionales, según la variabilidad de los dominios de la tarea y sus categorías. Se delimitó el objetivo del estudio a verificar la relación entre la historia extrasituacional directa y el ajuste transituacional. Para esto, se definieron tres modalidades de historia extrasituacional directa: como mediador, lo cual implica que éste formule una atribu- MÉTODO Participantes Participaron voluntariamente 15 estudiantes de la carrera de psicología de una universidad privada en Guadalajara, México; 13 mujeres y 2 hombres con edades entre 18 y 20 años, quienes recibieron puntos de calificación a cambio de su colaboración. Escenario 23 IPyE: Psicología y Educación. Vol. 3 Núm. 6. Julio-Diciembre 2009 El experimento se llevó a cabo en cubículos individuales del Laboratorio de Conducta Humana del Centro de Estudios e Investigaciones en Comportamiento, con iluminación adecuada, aislamiento de ruido y ventilación artificial. Los cubículos estaban equipados con un escritorio, dos sillas y una computadora personal. Instrumentos Se utilizaron computadoras personales para cada participante, en las cuales se presentó un programa desarrollado ex profeso en Visual Basic 2008 Express Edition. Además, hojas de papel y plumas. Entrenamiento. La tarea se diseñó controlando dominio, subdominios y categorías, que constituyen las dimensiones posibilitadoras del ajuste. El dominio elegido fueron las prácticas culturales; los subdominios fueron prácticas culturales de la sociedad 1 y prácticas culturales de la sociedad 2. Las categorías relevantes en este dominio fueron clase social y trabajo, alimentación, educación y tradiciones nupciales. Cada categoría a su vez, estaba instanciada por tres situaciones típicas descritas; por ejemplo, en la categoría alimentación, las situaciones de una sociedad eran la hora de la cena, la comida con un invitado formal y la comida con varios invitados. Cada situación incluía un enunciado en el que se indicaba al participante que eligiera de entre cuatro opciones de respuesta, dos que correspondieran con lo que harían dos miembros de esa sociedad particular. La razón por la cual se solicitó la elección de dos personajes es que de esta forma los participantes tendrían mayores oportunidades de abstraer los atributos relevantes de cada sociedad. La primera elección correspondería al personaje que representaba el participante y la segunda, a otro personaje de la misma sociedad; la elección de estos dos personajes, era considerada como la respuesta correcta. El criterio de logro era la consis- 24 tencia del patrón de elección con dos de estos personajes en cada subdominio. Se programó que tras cada elección del mediador, apareciera en la parte inferior de la pantalla en color rojo, un enunciado informándole la adecuación de su respuesta. El enunciado especificaba si cada personaje hacía parte de la sociedad respectiva; y así mismo, especificaba si era el personaje que representaba el participante o el otro personaje de la sociedad. Cada ensayo, entonces, correspondía a una situación de una categoría y de una sociedad particular. Un ejemplo de lo que un participante observaba en cada ensayo, cómo era el enunciado y qué tipo de retroalimentación recibía si pertenecía al grupo de mediadores (Ver Figura 1). Para el caso del mediado, el ensayo era igual con la excepción de que no recibía retroalimentación. Los ítems que conformaban las 24 situaciones (3 de cada una de las 4 categorías, de las 2 sociedades) se sometieron a un proceso de validación por jueces, que incluía: a) aspectos formales, que incluían ortografía, sintaxis, adecuación léxica y homogeneidad en la longitud de cada ítem; b) diferencialidad de los ítems, que hacía referencia a que los ítems de una misma situación fueran diferentes entre los cuatro personajes; c) correspondencia, que evaluaba que cada ítem representara una posible situación de cada una de las cuatro categorías; y d) consistencia, evaluaba que los tres ítems correspondientes a un mismo personaje dentro de una misma categoría, fueran identificables como acciones atribuibles a ese mismo personaje y no a varios. El promedio general de las calificaciones de los tres jurados promediadas según cada situación, fue de 2.6 sobre 3, con un rango entre 2.2 y 3. En cada ítem se hicieron los cambios sugeridos por los jueces, asumiendo con esto que se estarían corrigien- Historia extrasituacional y ajuste transituacional do los errores que en un caso u otro, disminuyeron el puntaje. Prueba. Se diseñó un cuestionario de 12 preguntas, cada una con 4 opciones de respuesta, que se presentaron una a una en la pantalla de la computadora. Cada una de las opciones de respuesta fungió como segmento lingüístico mediador de ítems o grupos de éstos que habían aparecido en el entrenamiento y que, por tanto, se esperaba que correspondieran a los segmentos lingüísticos mediados. Esto permitió suponer que dada la estructuración extrasituacional, los ítems de la tarea adquirirían la funcionalidad de interés en el estudio. Las preguntas se organizaron de acuerdo a cuatro niveles de inclusividad categorial, entendida como el alcance funcional respecto a los dominios y categorías de la tarea, de tal modo que el menor nivel de inclusividad es el que cubre una categoría y un subdominio, y el mayor nivel es el que cubre los dos subdominios y varias categorías. A cada nivel le correspondieron 3 preguntas y a cada pregunta cuatro opciones de respuesta, las cuales se diseñaron de acuerdo a su generalidad (entendida como mayor inclusividad) y a su corrección. De este modo, las cuatro opciones correspondían a una opción correcta general, una opción correcta particular, una opción incorrecta general y una opción incorrecta particular. La razón de esta clasificación fue el control del sesgo hacia la elección de preguntas generales (pues no era suficiente con elegir una de este tipo, sino que además tenía que ser correcta) y además, para registrar el patrón de elección respecto a la generalidad o particularidad, dadas dos alternativas correctas que se diferencian en ese aspecto. Se aleatorizaron sus posiciones y se procuró una extensión homogénea. Esta prueba aplicada como postprueba indicaba el grado de inclusividad categorial en el que se estructuraba la sustitución transituacional. Se consideró que esto podría predicarse cuando se registrara un patrón de elección de las opciones correctas generales, pues sólo tales opciones permitían relacionar los enunciados mediados según diversas relaciones de equivalencia, diferencia, inclusividad, etc.; así, sólo se predicaría cuando hubiese consistencia, adecuación y generalidad en las opciones elegidas. La elección de las opciones correctas particulares sólo indicaría la identificación de enunciados pertinentes a un criterio pero no bastaría para afirmar mediación de segmentos lingüísticos según una sintaxis entre éstos (Ver Figura 2). El instrumento se sometió a dos estudios piloto con participantes de nivel licenciatura de primeros semestres, estudiantes de posgrado y doctores en Análisis de la Conducta. Como un tipo de validez de criterio, se comparó la media del desempeño entre estudiantes de licenciatura y doctores, aceptando la diferencia por medio de una prueba U de Mann-Whitney (p_value = 0.04). Además, se calculó el índice de discriminabilidad y el de dificultad de cada ítem. El primero en el primer piloto fue de 0.4 y el de dificultad promedio fue de 0.5; esto permitió hacer correcciones a los ítems con peores índices y aplicarlos de nuevo. La segunda aplicación arrojó un índice de discriminabilidad de 0.7 y el de dificultad fue de 0.2. Dado que el primer índice resultaba especialmente útil para los propósitos de la prueba, se utilizó esta versión para el cuestionario final. Diseño y procedimiento El diseño (Ver Tabla 1) constó de tres grupos experimentales conformados por cinco participantes cada uno. Los grupos se distinguieron en función de su historia en un episodio sustitutivo extrasituacional; esto 25 IPyE: Psicología y Educación. Vol. 3 Núm. 6. Julio-Diciembre 2009 fue, una historia como mediadores episódicos (grupo 1), como mediados episódicos (grupo 2) y como observadores episódicos (grupo 3). Los participantes fueron asignados a cada grupo experimental conforme a su disponibilidad horaria para participar. El único aspecto adicional que decidió la pertenencia a los grupos fue el acople entre éstos, de modo que los primeros participantes disponibles fueron mediadores y los siguientes fueron convocados en parejas para que se complementara el par mediado-observador. El experimento se llevó a cabo en una sola sesión con una duración promedio de una hora y media por participante. Se les informó el propósito del estudio y la confidencialidad de sus datos. Preprueba. Todos los participantes se expusieron a una fase de pre prueba en la que se registraron las respuestas correctas particulares y generales del cuestionario de prueba. El objetivo fue registrar el patrón de elección respecto a la generalidadparticularidad de las respuestas elegidas. Si la tendencia era elegir ya sea opciones generales o particulares, entonces la probabilidad de escoger la correcta de uno de los dos niveles es de 0.5; si se adopta como criterio que elija la opción general correcta o la particular, su probabilidad de elección al azar es de 0.25, por lo que este valor sirve como umbral de decisión. Las instrucciones que recibieron los participantes de los tres grupos fueron las siguientes: A continuación leerás una serie de enunciados respecto a las costumbres de dos sociedades que más adelante conocerás. Tu tarea consiste en seleccionar la opción que consideres podría ser la correcta. Puedes adivinar si es necesario. Para elegir una opción haz click con el botón izquierdo del ratón sobre tu opción elegida y luego da click sobre el botón [>]. 26 Entrenamiento El grupo 1 (mediador) debía elegir dos opciones de respuesta correspondientes a los dos personajes miembros del subdominio. El programa brindó retroalimentación por su ejecución y al final de las doce situaciones repitió aquellas en las que no había acertado. Las instrucciones para este grupo fueron las siguientes: A continuación aparecerán cuatro opciones con descripciones de personajes en distintas situaciones. El juego consiste en seleccionar a los dos personajes que pertenecen a la SOCIEDAD 1: el primero que elijas debe ser el que tú creas que es tu personaje y lo que creas que estará haciendo. El segundo que elijas debe ser el otro personaje que tú creas que pertenece a esta sociedad. Cuando hayas hecho tus dos elecciones el programa retroalimentará tus respuestas ayudándote a aprender cuáles son los personajes correctos. Ganas si tienes todas las opciones correctas. Si te equivocas, se te presentarán nuevamente los ítems incorrectos. Al final del entrenamiento en cada subdominio, a los participantes del grupo 1 se les entregó papel y pluma para que describieran para otra persona las características principales de su personaje en esa sociedad. Nótese que esta descripción no es una instrucción sobre las acciones específicas que tendrá que llevar a cabo el mediado en cada situación sino una atribución de características. Las instrucciones que recibieron fueron las siguientes: Describe para una persona que va a comenzar el juego, cuáles son las principales características de tu personaje en esta sociedad, de modo que él pueda identificar en la primera elección qué decisiones tomaría tu personaje. Historia extrasituacional y ajuste transituacional Se analizó la correspondencia entre lo escrito y el desempeño de ambos participantes y su precisión. Con ésta se hace referencia a la inclusión de palabras o frases distintivas de un personaje, como por ejemplo “camellos” en relación al jeque de la sociedad 1. A estas frases y/o palabras se les denomina marcadores de trayectoria, dado que fungen como claves de elección para las situaciones sucesivas en las que se encuentran los personajes. El grupo 2 (mediado) se expuso en dos momentos distintos a la misma tarea sin retroalimentación. La instrucción recibida en la primera exposición a la tarea fue la siguiente: A continuación vas a imaginar que eres un personaje de la SOCIEDAD 1, deberás seleccionar lo que creas que esté haciendo este personaje en cada situación según lo que consideres que sería apropiado. El programa registró su elección en cada situación. Al terminar las doce situaciones de cada subdominio recibieron una hoja con las caracterizaciones escritas por los participantes acoplados del grupo 1. Luego se expusieron al mismo subdominio, recibiendo las siguientes instrucciones: Tu tarea consiste en seleccionar a los dos personajes que pertenecen a la SOCIEDAD 1 según lo que te ha contado tu compañero. La primera elección que hagas debe ser sobre lo que tú creas que es tu personaje y según lo que creas que estará haciendo. El segundo que elijas debe ser el otro personaje que tú creas que pertenece a esta sociedad. Esta segunda oportunidad permitiría comparar el patrón de elecciones de la primera con el de la segunda, con la única diferencia de la mediación lingüística ofrecida por la caracterización del mediador. Así, ésta selecciona la funcionalidad relevante en términos de “ver” la situación según el rol de un personaje con respecto al cual el patrón de elecciones se vuelve congruente. El grupo 3 (observador) sólo observó la ejecución de un mediado en los dos subdominios, pero no tuvo vinculación instrumental. Se les instruyó que ambos participantes (observador y mediado) tendrían que leer cada opción de elección así como las caracterizaciones hechas por el mediador pero que el observador no tendría injerencia explícita en la elección del mediado. Para garantizar esto, su interacción fue supervisada por los investigadores. Postprueba. Se aplicó el mismo cuestionario aplicado en la preprueba, con las mismas condiciones de ésta. Se consideró que en esta ocasión, a diferencia de la primera, sí constituía un indicador de ajuste transituacional por la mediación explícita de los ítems de entrenamiento en un grado mayor o menor de agregación. El principal indicador del ajuste extrasituacional es el cambio en el patrón de elecciones del mediado en función de la atribución del mediador, lo cual integra dos datos: por un lado, el cambio per se y por el otro, que el cambio corresponda a la atribución. Para tal efecto, se calcularon dos índices: uno de cambio conductual del mediado (ICAM) y otro de correspondencia (ICOR). Su formulación es la siguiente: ICAM= Donde, Xi = Porcentaje de desempeño del mediado en el personajei antes de la caracterización. Yi = Porcentaje de desempeño del mediado en el personajei después de la caracterización. 27 IPyE: Psicología y Educación. Vol. 3 Núm. 6. Julio-Diciembre 2009 ICOR= Donde, Xi = Porcentaje de desempeño del mediador en el personajei, en su última fase de entrenamiento. Yi = Porcentaje de desempeño del mediado en el personajei después de la caracterización. El factor 0.5 se introdujo como una estrategia de estandarización considerando el rango posible de resultados. El valor absoluto de la sumatoria de diferencias se justifica porque interesaba la magnitud de la diferencia y no su dirección. La sustracción de la unidad en el índice de correspondencia, se debe a un ajuste para que un resultado de 1 pueda ser interpretado como de mayor correspondencia. Dado que ICOR sólo permite afirmar las semejanzas en las distribuciones porcentuales de ambos participantes pero no es sensible a la congruencia respecto al criterio establecido, se calculó un índice de ajuste (IA) que integra este parámetro. Su formulación es la siguiente: presentado de nuevo las situaciones en donde la elección fue incorrecta), se calculó un índice de la sensibilidad de la elección del mediador a la retroalimentación (ISR), el cual informa sobre el grado en que tal patrón de elecciones corresponde con el criterio establecido, por lo menos del primer personaje de la sociedad 1. Su formulación es así: ISR= Donde, Xi = Porcentaje de aciertos en la primera elección del personajei de la sociedad 1, durante la fase 1. Yi = Porcentaje de aciertos en la primera elección del personajei de la sociedad 1, durante la fase 2. Zi = Porcentaje de aciertos ideal en la primera elección del personajei en la sociedad 1. En todos los índices anteriores, la escala va de 0 a 1, siendo 1 un indicador de mayor magnitud en cada una de las medidas. IA= ICOR Donde, ICOR = Índice de correspondencia anterior. MR = Suma de porcentajes de acierto del mediador en los dos personajes criterio. MD = Suma de porcentajes de acierto del mediado en los dos personajes criterio. Finalmente, dado que la calidad del ajuste entre el desempeño del mediado y el del mediador es probablemente mayor en tanto las elecciones de éste correspondan con los personajes criterio, y que el mediador tuvo dos fases de entrenamiento (ambas con retroalimentación y la segunda sólo 28 RESULTADOS El principal hallazgo del estudio es que sí se presentaron diferencias entre las tres modalidades de historia extrasituacional respecto al desempeño en una prueba sensible al ajuste transituacional. Sin embargo, a pesar de tales diferencias, sólo dos parejas mostraron un ajuste extrasituacional y su desempeño no satisfizo los requisitos para afirmar un ajuste transituacional en prueba. En primer lugar se expondrá cómo se verificó lo primero y en seguida, se desarrollarán los resultados alrededor de las principales regularidades extraídas. Historia extrasituacional y ajuste transituacional 1. Solamente se puede predicar la participación en un episodio sustitutivo extrasituacional en el desempeño de las parejas 2 y 5. La Figura 3 representa cada elección de los mediadores en ambas sociedades y en cada categoría. El panel izquierdo corresponde a la primera fase y el derecho a la segunda, en donde sólo se repitieron las situaciones cuya elección fue incorrecta en la fase 1. Los números del 1 al 4 corresponden a cada personaje; la primera elección (cuadrado negro) se consideraba correcta si se hacía sobre el 1 y la segunda (cuadrado gris) sobre el 4. Se muestra el porcentaje de la primera elección para cada personaje (%E1, número de cuadrados negros sobre número total de cuadrados), en la segunda elección (%E2, número de cuadrados grises sobre número total de cuadrados) y el porcentaje de aciertos en la elección de ambos personajes criterio en cada sociedad, sin importar el orden de elección (%S). Las letras “C” del panel derecho corresponden a las situaciones que no se presentaron en la fase 2 porque habían sido correctamente respondidas en la fase 1 (Ver Figura 3). La Figura 4 muestra el mismo registro del desempeño de los mediados, con la excepción de que los paneles se separan por la lectura de la atribución del mediador, y que en el primero (izquierda), el mediado sólo hizo una elección de personaje (Ver Figura 4). La Tabla 2 reproduce las caracterizaciones escritas por los mediadores (Ver Tabla 2); la Tabla 3 resume los índices de sensibilidad a la retroalimentación y el índice de cambio del mediado (Ver Tabla 3); la Tabla 4 presenta los índices de correspondencia y el índice de ajuste (Ver Tabla 4). Sólo los mediadores de las parejas 2 y 5 cambiaron con su caracterización la forma de responder de sus respectivos mediados, lo cual se observa en las Figuras 3 y 4, y se sintetiza en los índices de cambio obtenidos por los mediados 2 y 5 (Ver Tabla 3), especialmente en el número 2. Para ambas parejas, se identificó sustitución extrasituacional ajustada al criterio respecto a la sociedad 1 y parcial respecto a la sociedad 2, puesto que en este último caso la dirección del cambio no fue congruente con el criterio. Los índices de ajuste muestran menores valores en la sociedad 2 respecto a la sociedad 1, excepto en la segunda elección de la sociedad 2 para la pareja 5 (Ver Tabla 4). En la pareja 2 se observan los mayores índices de ajuste así como en su mediado el mayor índice de cambio (Ver Tablas 4 y 3 respectivamente). En específico, las primeras elecciones del mediador correspondieron mayoritariamente al personaje 1 y las segundas al personaje 4 (Ver Figura 3). Por su parte, el mediado 2 eligió inicialmente al personaje 2 de la sociedad 1 respondiendo a su propio criterio y como efecto de la caracterización, cambió a la elección de los personajes correctos de dicha sociedad (Ver Figura 4). Así mismo, cambió su patrón tras la caracterización en la sociedad 2, aunque en esta ocasión su primera elección correspondió al del personaje 4 (Ver Figura 4). La pareja 5 obtuvo los segundos mejores índices de cambio y de ajuste (Ver Tablas 3 y 4 respectivamente). El mediador mostró cierta consistencia en la elección de los personajes correctos de la sociedad 1 pero en la sociedad 2 eligió como primer personaje al número 4 (Ver Figura 3). El mediado 5 se ajustó con mayor consistencia al personaje correcto propio (1) de la sociedad 1 tras la lectura de la caracterización; y de manera semejante a su mediador, eligió como propio (E1) al segundo personaje correcto (4) de la sociedad 2 (Ver Figura 4). El resto de los mediadores no produjo un cambio en la respuesta de los mediados en 29 IPyE: Psicología y Educación. Vol. 3 Núm. 6. Julio-Diciembre 2009 dirección a los personajes criterio como efecto de lo caracterizado, por lo que no se predica la actualización del episodio sustitutivo extrasituacional. En la Figura 4 se observa que los mediados no exitosos, después de la caracterización persistieron en la trayectoria del mismo personaje que venían eligiendo (Ver Figura 4), lo cual se refleja en sus bajos índices de cambio (ver Tabla 3). Entrenamiento 2. Los mediadores de episodios sustitutivos actualizados mostraron mayor consistencia en la elección de los personajes correctos. Sólo los mediadores exitosos mostraron una mayor consistencia en la elección de los personajes criterio en la segunda exposición a los ítems incorrectos. El mediador 2 obtuvo el más alto índice de sensibilidad a la retroalimentación para ambas elecciones de la sociedad 1 y en la elección del segundo personaje de la sociedad 2 (Ver Tabla 3). Por su parte, el mediador 5 obtuvo el segundo mejor índice en la sociedad 2 (Ver Tabla 3). Sin embargo, ninguno de estos mediadores alcanzó un desempeño del 100%. El resto de los mediadores dispersó sus elecciones en los cuatro personajes, obteniendo valores muy bajos en los personajes criterio (Ver Figura 3). Lo anterior se refleja en los bajos índices de sensibilidad a la retroalimentación obtenidos por los mediadores no exitosos (Ver Tabla 3). La elección dispersa de los mediadores contrasta con la consistencia de las elecciones de los mediados antes de la atribución, aunque no necesariamente correspondieran con los personajes correctos (Ver Figura 4). 3. La precisión de la caracterización se relacionó con la consistencia en la elección 30 del mediador y con el cambio conductual del mediado hacia los personajes criterio. Se observó que las caracterizaciones más precisas fueron elaboradas por los mediadores 2 y 5 (Ver Tabla 2), quienes habían mostrado una mayor consistencia en las trayectorias elegidas durante el entrenamiento (Ver Figura 3) y mayores índices de sensibilidad a la retroalimentación (Ver Tabla 3). Se observa también congruencia por lo menos parcial entre el desempeño de los mediados 2 y 5 y las caracterizaciones respectivas (Ver Tabla 2 y Figura 4). El mediador 2 elaboró una caracterización cuyos marcadores de trayectoria eran aplicables en su mayoría a los dos personajes de la sociedad 1 (Ver Tabla 2). Su respectivo mediado distribuyó sus elecciones entres las dos trayectorias correctas (1 y 4) de la sociedad 1 después de la caracterización (Ver Figura 4). En la sociedad 2, este mediador también obtuvo un alto porcentaje de aciertos aunque fue más consistente en la trayectoria del personaje 4 como segunda elección (Ver Figura 3). A diferencia de la caracterización elaborada para la sociedad 1, la de la sociedad 2 no era aplicable a las dos trayectorias correctas aunque combinaba marcadores pertinentes para ambas (Ver Tabla 2). Su mediado, después de la atribución de la sociedad 2, eligió la trayectoria 4 como primera elección, y en la segunda fue consistente con la misma trayectoria que había seguido antes de la caracterización (personaje 2), lo cual corresponde con el hecho de que el índice de ajuste a la sociedad 2 no fue tan alto como el de la sociedad 1 (Ver Tabla 4). Respecto a la pareja 5, el mediador fue consistente con las trayectorias criterio de la sociedad 1 (Ver Figura 3) y elaboró una caracterización más corta que la elaborada por el mediador 2, aunque con claros marcadores pertinentes a su primera elección. El mediado tras la caracterización fue con- Historia extrasituacional y ajuste transituacional sistente en la trayectoria 1 como primera elección (Ver Figura 4), y como segunda elección se mantuvo en la previamente elegida, por lo que el ajuste global en la sociedad 1 fue bajo (Ver Tabla 4). Respecto a la sociedad 2, el mediador eligió con mayor consistencia las trayectorias correctas, aunque de manera invertida; es decir, su primera elección fue en mayor medida consistente con el personaje 4 y la segunda con el 1. La caracterización que elaboró para esta sociedad también fue corta pero con marcadores suficientes en dirección a la trayectoria 4 (Ver Tabla 2). El mediado, de manera semejante al mediador, fue en general consistente con la trayectoria del personaje 4 como primera elección y con la del 1 como segunda. Los mediadores con baja consistencia en la trayectoria de un personaje, es decir con elecciones dispersas, elaboraron caracterizaciones ambiguas o correspondientes con varias posibles trayectorias. Esta ambigüedad se relacionó con la persistencia de la conducta de los mediados en sus elecciones previas a la caracterización (Ver Tabla 2 y Figura 4). Los mediadores no exitosos obtuvieron porcentajes bajos de elección en las trayectorias correctas (Ver Figura 3) y no mejoraron ni con la retroalimentación ni con la corrección de errores provista en el entrenamiento; esto se representa en sus bajos índices de sensibilidad a la retroalimentación (Ver Tabla 3). Estos mismos mediadores elaboraron caracterizaciones ambiguas (Ver Tabla 2). Los mediados fueron en general consistentes con una trayectoria antes de la caracterización aunque no necesariamente la considerada como criterio. Los mediados que recibieron una caracterización ambigua no cambiaron la tendencia en su forma de responder (Ver Tabla 2 y Figura 4). Dicha persistencia se refleja en los bajos índices de cambio obtenidos por estos mediados (Ver Tabla 3). Prueba de ajuste transituacional La Figura 5 muestra los porcentajes de aciertos en la pre prueba y en la post prueba (prueba de ajuste transituacional) para los tres grupos. Dado que para cada ítem había dos opciones correctas, se calculó por separado el porcentaje de aciertos en opciones correctas generales y en las correctas particulares para cada nivel de inclusividad categorial. La línea horizontal inferior indica el umbral de elecciones azarosas (25%) de una opción correcta general o particular, interpretación que aplica en el caso de la post prueba; la superior indica el porcentaje mínimo considerado como acierto (66.6%, 2 de 3 preguntas). Las principales conclusiones que se extraen son las siguientes: Sí hubo un efecto del tipo de historia extrasituacional sobre el desempeño en pruebas de ajuste transituacional. En la prueba de ajuste extrasituacional se observaron las siguientes diferencias entre mediadores, mediados y observadores episódicos como efecto del entrenamiento: a) Los mediadores mostraron una tendencia a elegir opciones particulares. Como se había mencionado, predicar tal ajuste implicaba consistencia, adecuación y generalidad en las opciones elegidas; de acuerdo con esto, no se estructuró un ajuste transituacional en el caso de los mediadores. Éstos, independientemente de que hayan participado o no en episodios extrasituacionales, presentaron aciertos sistemáticamente en opciones particulares, con sólo una excepción en las preguntas de menor nivel de inclusividad categorial (mediador 4). 3 de 5 mediadores presentaron aciertos en las preguntas de menor nivel de inclusividad (intradominio), aunque la mis- 31 IPyE: Psicología y Educación. Vol. 3 Núm. 6. Julio-Diciembre 2009 ma proporción acertó en la tipología de mayor nivel (Ver Figura 5). Los datos de la preprueba indicaron una mayor tendencia a escoger las opciones generales, lo cual contrasta claramente con la tendencia de esta postprueba. Se verificó la normalidad en la distribución de los índices y de los porcentajes totales en la prueba, por medio de una prueba Kolgomorov-Smirnov que arrojó niveles de significancia entre 0.20 y 0.95. Se encontró un coeficiente de correlación de Pearson de 0.4 entre el total de particulares correctas y el índice de ajuste pero con alto p_value (0.43), lo cual sugiere no tenerlo en cuenta; entre las generales correctas y el mismo índice, no se halló correlación (0.04). En el caso de los mediadores, sólo se encontró una correlación positiva alta (0.85) con un p_value de 0.06 entre el promedio del índice de sensibilidad a la retroalimentación y el total de particulares correctas en la prueba. b) Los mediados mostraron mejores desempeños en la prueba de ajuste transituacional que los mediadores. Se observó en 4 de los 5 mediados una mayor tendencia a elegir opciones generales en la postprueba pero ninguno con un nivel de adecuación lo suficientemente consistente como para predicar sustitución transituacional. A diferencia de los mediadores, no se observó una tendencia en función de los niveles de inclusividad (Ver Figura 5). El mediado 2 se diferencia del resto por haber obtenido un alto porcentaje de opciones correctas particulares en esta prueba (Ver Figura 5). Dicho participante obtuvo los mejores índices de cambio y de ajuste en el entrenamiento, y completó un episodio sustitutivo extrasituacional. El mediado 5, quien también completó el episodio, no sobresalió por elegir opciones particulares sino generales en los niveles intermedios de inclusividad categorial (Ver Figura 5). 32 Recuérdese que el mediado 5 respondió a una atribución más general en el entrenamiento a diferencia del mediado 2, quién respondió a una atribución más detallada y particular. El cálculo del coeficiente de correlación de Pearson entre los índices de ajuste y cambio, y los porcentajes de acierto de los mediados, revela una fuerte relación positiva y significativa entre ambos índices promediados (0.88, p_valor 0.04, en el caso del índice de ajuste, y 0.95, p_valor 0.01 en el índice de cambio) y los porcentajes totales en las opciones correctas particulares. No así en las correctas generales, con las que la relación tiende a ser negativa pero con baja significancia. c) No se observó una tendencia en las elecciones de los observadores en la prueba de ajuste transituacional. En el grupo de observadores no se observó un patrón de elección entre opciones particulares y generales, entre sujetos e intrasujeto (Ver Figura 5). Así mismo, entre los observadores que presenciaron la actualización de un episodio sustitutivo extrasituacional (observadores 2 y 5) no se observó un patrón de elecciones semejante entre ellos. Para el observador 2 el porcentaje de aciertos en la prueba de ajuste transituacional fue regular aunque se observa un aumento en la tendencia a elegir opciones concretas. El observador 5 obtuvo un porcentaje de aciertos muy bajo y sin tendencia por opciones particulares o generales. Tampoco se observó semejanza en el desempeño de los observadores 2 y 5 con el desempeño de los mediados con los que estuvieron acoplados. El cálculo del coeficiente de correlación de Pearson del promedio del índice de ajuste de los participantes acoplados y el de cambio del mediado acoplado, con los porcentajes de aciertos de los observadores, reve- Historia extrasituacional y ajuste transituacional la una asociación positiva de la siguiente forma: 0.9, con un p_valor de 0.03 entre el índice de cambio y el porcentaje total de correctas particulares; y 0.8 con un p_valor de 0.07, entre el índice de ajuste y el mismo porcentaje. CONCLUSIONES El objetivo del estudio fue verificar la relación entre tres modalidades de historia extrasituacional directa (como mediador, mediado y observador episódico) y el desempeño en pruebas de ajuste transituacional. Se esperaba que el mediador sobresaliera en la prueba por su abstracción de las propiedades atribuibles; que el mediado tuviera el segundo mejor desempeño, dado que no abstrae de la forma como lo hace el mediador pero completa el episodio actualizando la sustitución; y que el observador tuviera el peor desempeño. Los resultados indican que aunque sí hubo diferencias entre las tres modalidades en la prueba, el desempeño en prueba no se estructuró en un nivel sustitutivo transituacional y aun así las diferencias no se presentaron todas en la dirección esperada. Se comenzará con la discusión de la insuficiencia del entrenamiento, su relación con las caracterizaciones formuladas y su efecto en el desempeño de los mediados y los observadores; se concluirá con las implicaciones teóricas y metodológicas del estudio. 1. El entrenamiento fue insuficientemente variable. La pregunta de investigación planteada sólo se puede responder al garantizar que de hecho se estructure la sustitución extrasituacional, para así poder estudiar el efecto de la funcionalidad adquirida por los segmentos lingüísticos sobre la prueba posterior. La razón por la cual 3 de los 5 mediados no actualizaron el episodio no exige mayor interpretación: si el mediador no se ajustó al criterio ni atribuyó lo relevante, no habría razón para esperar que lo hicieran, ni tampoco que tuvieran un mejor desempeño en la prueba. El análisis entonces recae en las razones por las cuales los mediadores no se ajustaron al criterio ni caracterizaran lo relevante. Una opción de respuesta es que el entrenamiento fue insuficiente, ya que el logro esperado, la abstracción de propiedades atribuibles relevantes, requiere suficiente variabilidad de las instancias de tales propiedades (Green, 1956; Ribes, 2000), y quizás éste no fue el caso en el estudio. La dispersión de las elecciones (Ver Figura 3), podría sugerir que las opciones no fueron suficientemente discriminables entre sí, de modo que se abstrajera un “perfil” de los personajes de las sociedades; además, dado que los personajes compartían atributos, es de esperarse una menor discriminabilidad según lo reportado por Green (1956). Sin embargo, si éste hubiera sido el caso, los mediados no hubieran mostrado la consistencia en la elección congruente con un personaje antes de leer la caracterización del mediador, lo cual indica que de hecho sí eran suficientemente discriminables. La diferencia en la consistencia entre mediadores y mediados puede deberse a que los mediados en esta primera fase sólo tenían que elegir según un personaje mientras que el mediador tenía que hacerlo según dos, lo cual aumenta la complejidad de la discriminación. La demanda de doble elección congruente con los atributos de una sociedad según los define el investigador, contrasta respecto a la consistencia en las trayectorias elegidas para quien tuvo la demanda de una sola elección congruente con los atributos de un personaje cualquiera. Según esto, una alternativa podría ser 33 IPyE: Psicología y Educación. Vol. 3 Núm. 6. Julio-Diciembre 2009 aumentar el número de situaciones a las que se expone el mediador, con el costo de la extensión del procedimiento. U otra podría ser que se expusiera a las mismas condiciones del mediado y que atribuyera respecto al personaje que identificó consistentemente, lo cual implicaría que el acierto en la prueba de ajuste transituacional sería condicional al criterio al que cada cual se ajustó. 2. El desempeño de los mediadores correspondió con sus caracterizaciones. Éstas se diferenciaron entre caracterizaciones de actividad y de disposiciones (atribuciones). A pesar de lo discutido en el apartado anterior, dos participantes (uno mejor que otro) eligieron de forma relativamente consistente con el criterio, lo cual permite discutir los hallazgos relevantes para la pregunta planteada. Al comparar la Figura 3 y la Tabla 2, se observa una relación entre el desempeño de los mediadores y sus respectivas caracterizaciones. Específicamente, elecciones dispersas se relacionan con caracterizaciones imprecisas mientras que elecciones más consistentes se asocian con precisas. La imprecisión de la caracterización (vgr. “…la persona tiene que educar a los hijos”) implica la inclusión de términos que no señalan un curso de acción respecto a los personajes, pues lo caracterizado es común a todos ellos. En el caso de los mediadores que se ajustaron al criterio, se encuentran caracterizaciones precisas, es decir, que incluyen marcadores de trayectoria como “tiene camellos”, “es humilde”, “come cacao”, etc. Sin embargo, tal y como se observa en la Tabla 2, los marcadores incluidos en las caracterizaciones de ambos mediadores (2 y 5) son de dos tipos. Las dos del mediador 2 y la primera del mediador 5, describen 34 actividades puntuales del personaje respectivo: “X vive”, “su actividad es”, “X educará”, “Su alimentación se basa en”, “X tiene que ir a”, “su hábitat es”, etc. En cambio, la segunda del mediador 5 no incluye actividades sino disposiciones: “Son humildes y respetan mucho sus tradiciones”. En un sentido mejor definido, este tipo de caracterización es una atribución, y es relevante por lo que aporta tanto para la comprensión de la conducta del mediador como del mediado. Respecto a lo primero, la atribución es una integración de atributos de actividades dado que en el entrenamiento nunca apareció tal predicación. Las disposiciones atribuidas fungen como “rasgos centrales” usando la expresión de Asch (1946), respecto de los cuales se integran “rasgos periféricos”, como las actividades. Según el autor, esta integración tiene lugar en la medida en que se interactúa con la otra persona, lo cual obviamente no tuvo lugar en el estudio. De hecho, la literatura psicológica tradicional, que ha abordado algunos aspectos relacionados en la forma de “categorización social” y “estereotipos”, muestra cómo las atribuciones formuladas sobre otra persona están afectadas por las características físicas percibidas (Fiske, 1998). Esto se relaciona con lo reportado por Arroyo y Mares (2009) sobre la conveniencia de incluir el evento que dispone perceptualmente lo que un enunciado refiere para promover logros de mayor alcance funcional. De este modo, entonces, una posible razón por la cual fueron escasas las atribuciones por parte de los mediadores fue la limitada interacción con los personajes, no sólo en términos de la extensión del entrenamiento sino de rasgos perceptuales suyos y de sus situaciones, que aportaran a la integración de una atribución. Se considera que la instrucción que recibió el mediador para caracterizar no promueve necesariamente la formulación de atribuciones, pues se le Historia extrasituacional y ajuste transituacional pidió que lo que escribiera fuera útil para que el mediado pudiera identificar desde la primera elección qué haría el personaje, lo cual permite varios tipos de caracterizaciones. El estudio de las condiciones que promueven atribuciones es un capítulo aparte y de interés privilegiado para el estudio en sí mismo de la sustitución extrasituacional. En este lugar, el asunto se dirige a la segunda razón por la cual la distinción entre caracterizaciones es relevante, y es por su efecto sobre el cambio conductual del mediado y su relación con el desempeño en pruebas. 3. El tipo de caracterización condicionó la naturaleza del cambio de los mediados. Los dos tipos de caracterización identificados (atributiva e informativa) son útiles para ilustrar lo que puede ser un cambio selector que hace parte de un episodio sustitutivo de un cambio sólo selector, respectivamente. Este último es un cambio en la elección de una opción en función de una propiedad funcional de la misma situación seleccionada por otro segmento estimulativo; al contrario, el cambio selector como componente de una sustitución extrasituacional es un cambio en la elección de una opción en función de una propiedad funcional que no hace parte de la situación, seleccionada por otro segmento estimulativo de carácter lingüístico. Una información de actividad como “…cuando su hija tiene que casarse, [él] tiene que ir al mercado a esperar que alguien la escoja”, escrita por el mediador 2, funciona como selector de la opción: “Tu hija irá al mercado para ser elegida por el padre de algún varón disponible para casarse. La sencillez de sus prendas indicará también el tipo de candidatos que podrán desposarla.”. En este caso, las propiedades funcionales aparentes tanto del segmento selector como de la opción seleccionada coinciden, aunque parcialmente, y tal coin- cidencia morfológica es suficiente para dar cuenta de la elección; éste sería un caso de cambio sólo selector. Lo interesante es que tal información completa (ver Tabla 2, mediador 2) permitía la elección precisa en dos de las tres situaciones, y el comportamiento del mediado 2 lo confirma (ver Figura 4, elecciones en la categoría Tradiciones Nupciales de la sociedad 2). Pero la tercera situación no era cubierta explícitamente por la atribución sino que tenía que contestarse en términos de ésta, que ya no ofrecía coincidencias morfológicas con las opciones disponibles. Éste es un caso de cambio selector como componente de un episodio sustitutivo extrasituacional, pues las propiedades funcionales aparentes de la situación no bastan para hacer la elección y la opción correcta está definida por propiedades atribuidas que no hacen parte originalmente de la situación presente de elección. Es por esto que el cambio del mediado 2 fue parcialmente sustitutivo, pues en algunas instancias de elección se explica por las propiedades aparentes de la atribución. Un análisis semejante puede hacerse con la primera caracterización del mediador 5, y por consiguiente, puede concluirse que el cambio del mediado 5 respecto a la primera sociedad, fue parcialmente sustitutivo. Sin embargo, la atribución del personaje de la segunda sociedad: (“Son humildes y respetan mucho sus tradiciones”) y el respectivo cambio del mediado, permiten concluir que su cambio fue completamente sustitutivo. Es decir, en ninguna situación de elección hubo coincidencias morfológicas con la atribución, y sin embargo ésta fue suficiente para que el mediado “viera” las situaciones en términos del personaje 4 principalmente, después de que las elecciones por éste habían correspondido sólo al 8%. De hecho, el índice de cambio del mediado 5 tras leer esta atribución, es incluso mayor que el de la sociedad 1, reducido sólo porque el cambio se limitó a uno de los perso- 35 IPyE: Psicología y Educación. Vol. 3 Núm. 6. Julio-Diciembre 2009 najes. No obstante, aunque una atribución sin coincidencias morfológicas con componentes de la situación del mediado puede favorecer el cambio sustitutivo, es posible que otro tipo de comportamiento lingüístico vinculado con eventos particulares también puedan promoverlo pero garantizando su independencia morfológica de componentes de la situación, lo cual no sucedía en este caso por la naturaleza verbal de las situaciones de elección. Tendría que someterse a verificación empírica, cómo se da esta relación de promoción de cambio con diferentes tipos de comportamiento lingüístico y bajo el parámetro de la correspondencia morfológica (Ribes y López, 1985) asumiendo diferentes valores. Según todo lo anterior, la predicación de historia extrasituacional no es homogénea para todos los segmentos lingüísticos que participan en el episodio, tanto del mediador como del mediado, y por tanto, la relación entre tal historia y otro desempeño no se recoge en una afirmación simple. De hecho, el análisis se complica cuando se reconocen roles diferenciales de los segmentos lingüísticos participantes en el episodio, y aunque a todos se les predica la misma historia funcional, éste puede diferir dependiendo de si el segmento fue respuesta mediadora (atribución), o situación de mediación (opciones de respuesta), y de las relaciones de traducción que se establecen entre tales segmentos. 4. Las diferencias en las caracterizaciones se vinculan con el desempeño de los mediados en prueba pero no con el de los mediadores ni los observadores. Las diferencias observadas en las pruebas entre los tres grupos, indican que las variables de control ciertamente son diferentes. En el caso de los mediadores, la correla- 36 ción entre sus elecciones particulares y su sensibilidad a la retroalimentación puede sugerir cómo su patrón conductual en prueba estuvo orientado por elecciones aisladas durante el entrenamiento. Es decir, que respondieron la prueba identificando expresiones que ya habían sido encontradas en el entrenamiento y frente a cuya elección, se informó su pertinencia o no con el criterio. Esto se asocia con el escaso nivel de integración que reflejaron las caracterizaciones de los mediadores, pues ya sea que hubiesen sido precisas o imprecisas, no sobresalieron por el ofrecimiento de un perfil consistente de los personajes. La excepción de la atribución identificada en el mediador 5 para la segunda sociedad, no fue sin embargo suficiente para ofrecer tal perfil. En este grupo entonces, la caracterización al parecer no marcó una diferencia en su tendencia de elecciones, pues no sirvió como formulación de un criterio abstracto. Sin embargo, esta afirmación no podría generalizarse sin someter a prueba empírica el efecto de la escritura o elección de una caracterización de diversos tipos sobre pruebas semejantes a las usadas en el estudio. Estos hallazgos con los mediadores son consistentes con dos tipos de evidencia: el primero de la tendencia de los sujetos a describir con base en instancias y no en modalidades o relaciones (Ribes, Moreno y Martínez, 1995; Moreno, Ribes y Martínez, 1994); y el segundo, con el hecho de que el efecto de las descripciones es evidente cuando se formulan después del entrenamiento y antes de la prueba pero siempre y cuando éste no presente un mayor nivel de dificultad (Ribes, Cabrera y Barrera, 1997), lo cual claramente no fue el caso de este estudio. Sin embargo, tendría que evaluarse si las descripciones tradicionales del paradigma de igualación a la muestra cumplen roles funcionales semejantes a las caracterizaciones que se trabajaron en este estudio, y las particularidades que ofrece la Historia extrasituacional y ajuste transituacional prueba de ajuste transituacional utilizada en contraste con las pruebas de transferencia. En el caso de los mediados, la interpretación puede ser engañosa dada la facilidad con la que muestran elecciones generales, lo cual podría dar la impresión de desempeños abstractos. La alternativa más parsimoniosa es asociar esas elecciones con la vaguedad de las atribuciones de la mayoría de los mediadores, de modo que ante la ausencia de precisión en la atribución no habría por qué esperar que el mediado escogiera siquiera las opciones particulares. Sólo en el caso en que esto ocurre (mediado 2), se corresponde con una caracterización igualmente precisa y particular, lo cual apoya la interpretación. Eventualmente en el caso del mediado 5, en el que se observa un desempeño más orientado hacia elecciones generales, podría pensarse en una mediación transituacional parcial dado su historia de cambio y la atribución recibida. Sin embargo, la semejanza de su desempeño total con la de otros mediados, no permite afirmar esto con certeza y es preferible la interpretación menos optimista. En todo caso, no deja de ser interesante la clara relación entre la naturaleza de la caracterización y la tendencia de elección en los mediados, lo cual abre un horizonte de investigación que puede ser fructífero. Dado que allí recayó gran parte del peso de los resultados del mediado, y es una incógnita respecto al desempeño del mediador, es quizás una tarea previa a la solución satisfactoria de la pregunta planteada en este estudio. El desempeño general de los observadores revela solamente que las variables de las que fueron función sus elecciones no fueron controladas. Esto es pertinente para los estudios orientados hacia los modos lingüísticos pasivos, pues sugiere que observar no fue suficiente para estructurar una mediación transituacional posterior. Pero además, indica que incluso en este caso la caracterización no se vinculó funcionalmente con el desempeño como tienden a mostrar los mediados de forma más consistente. Así, aunque observadores del episodio, estos participantes no hicieron parte de él, lo cual apoya la naturaleza actuativa del cambio selector que se espera en el mediado y la necesidad de garantizarla metodológicamente. 5. La historia episódica es diferente de la aptitud funcional. Los hallazgos del estudio aportan al esclarecimiento de la distinción entre historia episódica y aptitud funcional. Posiblemente las relaciones de inclusividad funcional propuestas por Ribes y López (1985) pueden verse en diferentes modalidades. Una de éstas, que fue por la que se optó en este estudio, fue ver tal inclusividad en una modalidad histórica; es decir, el segmento incluido en la mediación transituacional tiene una funcionalidad adquirida y se puede evaluar cómo tal mediación depende de ésta. Sin embargo, otra opción de abordar la inclusividad responde a una perspectiva evolutiva en tanto se interesa en el dominio de competencias particulares integradas en diferentes niveles funcionales y cómo tal dominio afecta el desarrollo de ésta u otras competencias. De hecho, es probable que este segundo sentido esté en la base de la distinción fundamental entre sustitución extra y transituacional, pues apunta a que el alcance de la aptitud de estructurar aquélla es condición sine qua non de la estructuración de ésta. Esta opción evolutiva del estudio de la relación entre ambas funciones, lleva a una pregunta medular y es por aquello que define la aptitud funcional del mediador. Si, como se vio en este estudio, se puede es- 37 IPyE: Psicología y Educación. Vol. 3 Núm. 6. Julio-Diciembre 2009 tructurar un episodio sustitutivo aun cuando éste no formuló una atribución abstracta, es porque una cosa es tener la aptitud de estructurar el episodio (disposición) y otra es que éste se estructure por la relación del comportamiento de dos sujetos (logro), uno de ellos por lo menos en un nivel selector (cambio selector participante del episodio sustitutivo). Si al contrario, sólo pudiera predicarse la actualización del episodio si el comportamiento lingüístico del mediador es de cierto tipo, entonces se podría caer de nuevo en un sesgo morfológico; o si se predica sólo si su comportamiento tiene además otras características, éstas tendrían que ser especificadas. Esto refleja entonces que el campo está abierto para una discusión teórica y una indagación empírica fértiles. 6. Fortalezas y problemas identificados en el estudio. La propuesta experimental fue sensible a los conceptos y parámetros que fundamentan la sustitución contingencial; permitió la identificación de procesos moleculares que hacen parte de los procesos micro y macromolares de interés (cf. Ribes, 2007), y la correspondiente posibilidad de medidas de diferente grado de molaridad; y ofreció una mayor validez ecológica respecto a la complejidad y variedad contingencial de las prácticas sociales, comparada con otros paradigmas tradicionales. Sin embargo, algunas debilidades evidentes fueron la dificultad de controlar un mayor número de variables al estudiar procesos molares que subsumen a otros de menor molaridad; la dificultad que ofrece el uso de material textual para que tuviera lugar mayor variabilidad en el entrenamiento sin afectar la extensión del procedimiento y la consecuente fatiga; y el escaso control de competencias lectoras de entrada, que pueden estar en la base de algunos desempeños. Se plantea la necesidad de desarrollar alternativas 38 experimentales que compensen estas desventajas e integren las ventajas identificadas. REFERENCIAS Arroyo, R. y Mares, G. (2009). Efectos del tipo funcional de entrenamiento sobre el ajuste lector. Revista Mexicana de Análisis de la Conducta, 35, 1, 19-35. Arroyo, R.; Morales, G.; Silva, H.; Camacho, I.; Canales, C.; y Carpio, C. (2008). Análisis funcional del conocimiento previo: sus efectos sobre el ajuste lector. Acta Colombiana de Psicología, 11, 2, 55-64. Asch, S. E. (1946). Forming impressions of personality. The Journal of Abnormal and Social Psychology, 41, 3, 258290. Fiske, S. T. (1998). Stereotypes, prejudice, and discrimination. En D. T. Gilbert, S. T. Fiske, y G. Lindzey (eds.), Handbook of social psychology (4 ed., Vol. 2, pp. 357-411). New York: McGraw-Hill. Green, E. J. (1956). Stimulus-variability and operant discrimination in human subjects. The American Journal of Psychology, 69, 2, 269-273. 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Para identificar cuál personaje eres y qué sería apropiado que hicieras, elige tu primera opción; para identificar qué sería apropiado que otro miembro de tu sociedad hiciera elige tu segunda opción: Trabajas criando una gran cantidad de camellos, corderos y cabras. Trabajas como pastor de un pequeño rebaño de cabras y vendes su leche. Trabajas como obrero para una compañía de extracción de petróleo israelí. Trabajas pescando y tienes grandes habilidades de caza y buceo Incorrecto, el primero que seleccionaste no corresponde a esta sociedad aunque el segundo sí es tu personaje. Figura 1. Ejemplo del tipo de textos que conformaban una situación de elección. En el ejemplo, las opciones seleccionadas se presentan sombreadas. En la parte inferior se presentó la retroalimentación para el grupo 1. En la sociedad 1: El salario como obrero es la fuente primaria de ingreso. El obrero de la petrolera trabajaba todo el día en el pozo. El pastor de camellos era el hombre más rico y poderoso. La riqueza se mide según el tipo y cantidad de ganado. Figura 2. Ejemplo del tipo de textos que conformaban un ítem de la prueba transituacional. En el ejemplo, la opción seleccionada se presenta sombreada y corresponde con la opción correcta general. La opción inferior izquierda corresponde a la correcta particular, la opción superior izquierda a la incorrecta general, y la opción superior derecha a la opción incorrecta particular. 40 Historia extrasituacional y ajuste transituacional Tabla 1. Diseño experimental Mediadores Mediados Observadores Respuesta a cuestionario Historia funcional Fases Entrenamiento Subfase1 Subfase2 Instrumental con retroalimenAtribución tación Instrumental sin retroalimentación Instrumental por Atribución Observación Observación Postprueba Respuesta a cuestionario Preprueba Tabla 2. Transcripción de las atribuciones hechas por los mediadores (Grupo 1). Se muestran tal como las redactaron los participantes Mediador Atribución sobre la sociedad 1 Atribución sobre la sociedad 2 MR1 Pues una persona debe ser con un carácter que se basa en lo natural se preocupa por sobrevivir, que sean sobrevivientes en la vida. Es cuando la persona tiene que educar a los hijos como debe ser o como adaptarse en la sociedad. MR2 El personaje de la tribu vive dentro de una sociedad en donde su actividad, comercial es, la ganadería, (camellos y caballos) Educarán a sus hijos según sus costumbres, cuándo se casan intercambian, dotes de camellos, para asegurar, el futuro del matrimonio y volverlos a introducir en el negocio familiar. Su alimentación se basa en, quesos, la fabricación de vareos lácteos, las mujeres se encargan de eso, mientras que los hombres, alimentarán y se dedicarán al cuidado, de sus camellos, dentro de la sociedad todos desarrollan un mismo estilo de vida. El personaje se dedica a la agricultura y el comercio, de la misma forma educa a sus hijos, tan solo come 2 veces al día cacao, porque es una my buena fuente de energía, cuándo su hija tiene que casarse, tiene que ir al mercado a esperar a que alguien la escoja, ó el hijo tiene que ir a escoger a una mujer al mercado. Se alimentarán de maíz, cacao, chapulines. 41 IPyE: Psicología y Educación. Vol. 3 Núm. 6. Julio-Diciembre 2009 MR3 MR4 MR5 42 Padre de Familia, arraigado a sus costumbres, trabajador selectivo, controlador. A sus hijos los educa fuera de la escuela. Vive en una sociedad donde pagan un dote a los padres de la hija con quien su hijo se quiere casar. Su esposa se dedica a las labores del hogar. Está relacionado con una tribu la cual tiene costumbres precisamente su forma de vivir Es muy machista pero muy inclinada al trabajo en la cual participan todos los miembros de la familia con la importancia de cada uno de sus personajes, también las mujeres están en el rol del trabajo. Su alimentación está basada en proteínas. Su medio de transporte es el camello. Su habitad es el decierto. Se preocupa por la educación de sus hijos, aunque preferiría que siguieran sus pasos. Tradicionalista, Excéntrico. Vive en una casa cómoda con su familia. Es una tribu que solo come lo que su cuerpo le pide o así lo requiere. En cuanto al matrimonio es elegido por un rango mayor no es Un Noviasgo luego a los hijos les dan la oportunidad de Elegir en cuanto su vida. Son humildes y respetan mucho sus tradiciones. Historia extrasituacional y ajuste transituacional Clas. y Tr % E1 %E2 1 17% 2 17% 3 50% 25% 4 17% 17% 1 17% 17% C C 2 0% 50% 3 50% 17% 4 33% 17% 1 0% 2 17% 3 58% 33% 4 25% 8% 1 42% 42% C C C 2 0% 8% C C C C 3 17% 0% C C C 4 42% 50% C C C 1 42% 25% C 2 17% 17% C 3 17% 17% 4 25% 42% 1 25% 33% C 2 0% 25% C 0% 0% 3 67% 17% C 18% 46% 4 8% 25% C 27% 18% 1 17% 33% C 46% 27% 2 17% 33% C 9% 18% 3 33% 17% C 36% 18% 4 33% 17% 9% 36% 1 25% 33% C C 40% 40% 2 33% 8% C C 40% 10% 3 17% 17% C C 10% 10% 4 25% 42% C C 10% 40% 1 33% 8% 58% 8% 2 0% 67% 0% 33% 3 58% 17% 33% 17% 4 8% 8% 8% 42% 1 25% 8% 8% 42% 2 58% 25% 25% 25% 3 8% 33% 8% 8% 4 8% 33% 58% 25% Sociedad 2 Sociedad 1 MR1 Aliment Educac. Tra. Nup Presentación de los ítems incorrectos con retroalimentación Sociedad 1 Presentación 1 de los ítems con retroalimentación Sociedad 2 Mediador %S Clas. y Tr Aliment Educac. Tra. Nup %E1 %E2 33% C 18% 27% 25% C 18% 9% C 36% 27% 27% 36% 0% 10% C C 30% 50% C C 50% 10% C C 20% 30% 33% 83% 8% 25% 0% 0% 0% 17% 17% 75% C n C 57% 14% 17% C 17% % 25 % 8 % Sociedad 2 Sociedad 1 MR2 0% 83% C 0% 0% n C C 14% 14% C C 29% 71% C 30% 50% C 40% 10% C C 0% 0% C C 30% 40% 55% 36% 83 % 71 % Sociedad 2 Sociedad 1 MR3 33% 8% 42 % 33 % Sociedad 2 Sociedad 1 MR4 25% C 33% 17 % 40 % MR5 0% 0% 33 % 33 % Figura 3. Registro de las elecciones de los mediadores (Grupo 1) en los dos subdominios con retroalimentación y segunda presentación de ítems con elecciones incorrectas previas. %E1 = porcentaje de elección 1; %E2 = Porcentaje de elección 2; %S = Porcentaje de elecciones correc- 43 IPyE: Psicología y Educación. Vol. 3 Núm. 6. Julio-Diciembre 2009 tas del subdominio; c= ítems con elecciones correctas en la primera presentación. Mediado Sociedad 2 Sociedad 1 MD1 Presentación de ítems antes de leer la atribución Clas. y Tr Aliment Educac. Tra. Nup Presentación de ítems después de leer la atribución %E1 Clas. y Tr Aliment Educac Tra. Nup %E1 %E2 1 0% 25% 67% 2 83% 58% 25% 3 0% 0% 0% 4 17% 17% 8% 1 17% 33% 50% 2 0% 0% 8% 3 8% 8% 8% 4 75% 58% 33% 1 0% 50% 33% 2 75% 0% 0% 3 8% 8% 17% 4 17% 42% 50% 1 8% 25% 17% 2 92% 8% 67% 3 0% 0% 0% 4 0% 67% 17% 1 17% 17% 50% 2 0% 8% 33% 3 50% 50% 0% 4 33% 25% 17% 1 8% 8% 17% 2 75% 75% 8% 3 8% 8% 75% 4 8% 8% 0% 1 8% 17% 25% 2 17% 8% 8% 3 58% 50% 17% 4 17% 25% 50% 1 17% 8% 17% 2 0% 17% 50% 3 17% 17% 8% 4 67% 58% 17% 1 25% 50% 25% 2 0% 0% 0% 3 42% 25% 58% 4 33% 25% 17% 1 33% 17% 42% 2 17% 17% 8% 3 42% 17% 33% 4 8% 50% 17% % S 17 % 75 % Sociedad 2 Sociedad 1 MD2 75 % 25 % Sociedad 2 Sociedad 1 MD3 25 % 0% Sociedad 2 Sociedad 1 MD4 25 % 8% Sociedad 2 Sociedad 1 MD5 17 % 42 % Figura 4. Registro de las elecciones de los mediados (Grupo 2) en los dos subdominios, antes y después de la atribución. %E1 = porcentaje de elecciones 1; E2 = Porcentaje de elecciones 2; %S 44 Historia extrasituacional y ajuste transituacional = Porcentaje de elecciones correctas del subdominio. Tabla 3. Índice de sensibilidad a la retroalimentación obtenido por los mediadores (Grupo 1), e índice de cambio obtenido por los mediados (Grupo 2) Índice de sensibilidad a la retroalimentación Sociedad 1 Índice de cambio Sociedad 2 Mediador Sociedad 1 Sociedad 2 E1 E1 Mediado E1 E2 E1 E2 MR1 0,16 0,26 0,36 0,16 MD1 0,25 0,17 MR2 0,83 0,73 0,26 0,71 MD 2 0,75 0,84 MR 3 0,49 0,44 0,65 0,43 MD 3 0,08 0,00 MR 4 0,39 0,25 0,29 0,16 MD 4 0,17 0,18 MR 5 0,38 0,37 0,67 0,50 MD 5 0,25 0,42 Nota: E1 = índice respecto a la primera elección; E2= índice respecto a la segunda elección. Remitirse al texto para la explicación de la obtención de los índices. Tabla 4. Índice de correspondencia e índice de ajuste obtenido por cada pareja de mediador y mediado Índice de correspondencia Sociedad 1 Índice de ajuste Sociedad 2 Sociedad 1 Sociedad 2 Pareja E1 E2 E1 E2 E1 E2 E1 E2 1 0,54 0,45 0,29 0,57 0,10 0,21 0,04 0,19 2 0,67 0,75 0,54 0,31 0,62 0,52 0,43 0,09 3 0,50 0,77 0,25 0,63 0,13 0,46 0,02 0,06 4 0,70 0,87 0,45 0,56 0,16 0,41 0,04 0,11 5 0,84 0,42 0,83 0,75 0,41 0,09 0,19 0,30 Nota: E1 = índice respecto a la primera elección; E2= índice respecto a la segunda elección. Remitirse al texto para la explicación de la obtención de los índices. 45 IPyE: Psicología y Educación. Vol. 3 Núm. 6. Julio-Diciembre 2009 Figura 5. Porcentaje de respuestas correctas particulares y generales obtenido por los participantes en la pre y postprueba del cuestionario. 46