INCURSIONES Luis Miguel Morayta Mendoza (coord.), Los la urbanización acelerada del espacio rural, parentesco, el matrimonio, la ayuda mutua pueblos nahuas de Morelos. Atlas etnográfico. así como la identidad o adscripción étnica en la parcela o el ritual. La fuerza como un Tohuaxca, togente. Lo nuestro, nuestra gente, de lo que Morayta ha denominado “tradi- elemento vital de la constitución de perso- México, Gobierno del Estado de Morelos/inah ción nahua en Morelos”, que constituye el na o lo humano circula en dichas relacio- (Divulgación), 2011. eje discursivo de los 13 capítulos que inte- nes y se proyecta en el ámbito macro de la gran el atlas. comunidad. Este principio de reciprocidad Juan José Atilano Flores La obra proporciona un panorama de la define el sentido de las prácticas festivas y complejidad que caracteriza la etnicidad en rituales en torno al matrimonio, el cultivo Hace ya más de 10 años que el Instituto la entidad. El paisaje de la tradición nahua del maíz y el temporal, los muertos, la salud Nacional de Antropología e Historia (inah), en Morelos es dibujado por un conjunto de y la enfermedad. a través de la Coordinación Nacional de An- descripciones y análisis sobre lo que los Esta especificidad del ser nahua en Mo- tropología, puso en marcha el Proyecto Na- relos ha coexistido en el espacio y tiempo cional Etnografía de las Regiones Indígenas regional; dota de singularidad cultural las de México en el Nuevo Milenio. Este proyec- prácticas rituales y construye alteridad con to se planteó, como parte de sus objetivos, el “otro”: el mestizo, el hacendado, el inmi- generar un conocimiento contemporáneo grante urbano, el jornalero agrícola. La dife- de la diversidad cultural que caracteriza rencia entre lo afín o alterno requiere de la a nuestro país y darlo a conocer en obras elaboración de marcas o referentes identi- regionales a un amplio público. Los atlas tarios. Así, el ser nahua en Morelos implica etnográficos de los pueblos indígenas de participar de la peregrinación de Tetelcingo México que dieron origen a la serie Divulga- al santuario de Chalma, practicar las danzas ción, en la colección Etnografía de los Pue- de los chinelos, tetelzingas, Cuauhtémoc y blos Indígenas de México, son el resultado la madre tetelcinga, vaqueros, cuentepecos, de este esfuerzo colectivo y constituyen la cañeros y aztecas, cuyos argumentos sinte- cristalización de un trabajo sistemático, el tizan las relaciones simétricas o asimétricas cual pone a disposición de investigadores, de los nahuas con los “otros”. funcionarios y estudiantes un conocimien- Ser parte de togente implica compartir to erudito sobre las configuraciones étnico- una ritualidad cuyo sustrato es un orden regionales, distribuidas a lo largo y ancho particular de lo existente. Así, por ejemplo, del territorio nacional. las prácticas de los graniceros o pedidores de lluvia, quienes peregrinan al Divino Ros- Los pueblos nahuas de Morelos. Atlas etnográfico. Tohuaxca, togente, Lo nuestro, autores denominan “sedimentos de los na- tro del Popocatépetl (centro de la Tierra), nuestra gente, coordinado por el maestro hua”: el pasado prehispánico reelaborado con el fin de solicitarle buen temporal para Miguel Morayta Mendoza, es el sexto volu- por los pueblos nativos, con el objetivo de la milpa, o bien la creencia en los “aires” men publicado en esta serie, y en él colabo- refirmar su etnicidad; la comunalidad que como entidades anímicas que provocan la ra más de una veintena de especialistas que caracteriza la vida ritual y festiva, así co- enfermedad, son parte de ese saber que só- escriben estudios básicos, recuadros etno- mo los principios de respeto y reciprocidad, lo nuestra gente posee. gráficos y ensayos sobre la tradición nahua condensados en las categorías de tequitl A la comprensión desde el “punto de en Morelos. Ante los diversos procesos his- (trabajo) y chicahualiztli (fuerza), que son vista nativo” de las categorías trabajo y tóricos por los que han transitado las co- las vetas de una rica reflexión antropológi- fuerza, o aquellas referidas a entidades munidades nahuas de Morelos, destacan la ca sobre la pregunta ¿qué es ser indígena anímicas como los “aires”, se agrega la polarización social entre la burguesía agra- en Morelos? mirada del “otro” sobre lo nahua. En este ria (hacendados) y los indígenas, la campe- Las expresiones tohuaxca, togente (lo sentido los autores dedican varios estudios sinización y pérdida de la lengua náhuatl, nuestro, nuestra gente) son, en sí, catego- y ensayos al imaginario de lo indio en el la reconfiguración étnica del estado como rías nativas que estructuran las relaciones espacio urbano de ciudades como Cuerna- producto de la migración e inmigración y sociales en los pueblos; dotan de sentido el vaca y Tepoztlán. INCURSIONES 101 El nutrido material iconográfico del atlas y formó una familia, ha sido recreada hasta complejo panteón y las formas de interpre- da cuenta de esta construcción; la indiani- nuestros días como la historia de un héroe tación de los hechos. El autor se inclina a dad morelense se expresa, por ejemplo, en del mestizaje. considerar que los mayas recurren a la fór- las representaciones del mito del Tepozte- Ambos españoles naufragaron en la mula mesoamericana de reinterpretar las co en los murales del centro de la ciudad península de Yucatán y aprendieron a profecías para hacerlas congruentes con los de Tepoztlán, así como en los monumen- conocer la cultura indígena, pero des- acontecimientos. Así, el regreso de Kukul- tos a Cuauhtémoc y la madre tetelzinga en de experiencias previas disímbolas. Esa cán pudo coincidir con la presencia de los Cuernavaca. En este imaginario domina el disparidad de formaciones conlleva una españoles. sustrato prehispánico y la singularidad ét- disparidad de actitudes: la de Jerónimo Los tres apartados que complementan nica, expresada a partir de la indumentaria Aguilar como seminarista y la de Gonzalo esta primera parte se titulan “El naufragio femenina, en particular de las mujeres de y la suerte de los sobrevivientes”, “Los tres Tetelzingo, quienes constituyen el estereo- viajes a Mesoamérica de: Hernández, Gri- tipo de lo nahua en Morelos. jalva y Cortés” y “Aguilar y Guerrero ante Finalmente, Los pueblos nahuas de More- Cortés”. En ellos el autor narra, con el apo- los, como bien señala Morayta, es una obra yo de cronistas, los principales eventos de en que el lector hallará un espejo donde sus este encuentro. lectores se encuentren con el mundo indí- Si bien en la primera parte del libro Bar- gena y reconozcan, por un lado, “lo que les jau no sólo narra, sino que nos presenta es afín”, y por otro, “la legitimidad de ser una serie de reflexiones respecto a la inter- diferente”. En este sentido, su lectura cons- pretación de los hechos, se puede decir que tituye una interacción entre lo que es propio la segunda es más reflexiva que narrativa. a los pueblos indios de Morelos y lo que les Es en los tres apartados que cierran el libro ha sido ajeno y los ha obligado a reinven- donde se hace un recuento de las novelas tarse como pueblos nahuas. históricas que refieren a la vida de los náufragos y la heroicidad de Gonzalo Guerrero, los poemas que aluden a su existencia ••• y, actualmente, a su mención en el himno Luis Barjau, Náufragos españoles en tierra ma- del estado de Quintana Roo y los murales ya. Reconstrucción del inicio de la invasión, de edificios públicos. ¿Estamos frente a un México, inah, 2011. 102 imaginario auténtico de los mayas? ¿GonGuerrero como marino, que a decir de Bar- zalo Guerrero es una construcción, desde E l etnólogo y poeta Luis Barjau elige un jau “son prototípicas: la del cristiano que las instituciones oficiales, para fraguar una tema fundamental para reflexionar sobre resiste y persiste en su afán de dominio, identidad en una entidad estatal joven co- la compleja naturaleza del enfrentamien- bajo la bandera católica de la evangeliza- mo Quintana Roo? to de dos mundos: el español y el indíge- ción de los indios y la del converso que se Se trata de un libro escrito como fruto na. A partir de la historia de los primeros subsume en la extrañeza de la cultura lo- de una honda investigación etnohistórica españoles en pisar el territorio de lo que cal, creando la perspectiva psicosocial del que retoma las principales fuentes escri- sería México, Jerónimo de Aguilar y Gon- mestizaje” (p. 111). tas para la reconstrucción de los hechos, zalo Guerrero, el autor reflexiona sobre El texto se divide en dos partes. En la sin dejar de lado las interpretaciones ar- los procesos de identidad y los arquetipos primera nos presenta cinco apartados, que queológicas, las fuentes literarias y los que representa cada uno de ellos en el comienzan con “La España del siglo xvi”, ritos contemporáneos que pueden ser imaginario de la península yucateca. Sin donde nos muestra cuáles eran sus móvi- considerados como eco de esos primeros embargo, la fama de Jerónimo ha sido la les, qué valores culturales los hermanaban, encuentros con los españoles. Por último, de un colaborador con los conquistado- cuáles sus principales temores y expectati- no hay que dejar de lado que está escrito res, mientras que la de Gonzalo Guerrero, vas. En el siguiente apartado toca el turno en una prosa fluida, clara, elocuente y muy quien casó con la hija de un cacique maya a “El mundo maya”, donde se expone el disfrutable. DIARIO DE CAMPO