boletín INVIERNO DE 2010 BOLETÍN INFORMATIVO DEL PROGRAMA WOMAN TO WOMAN PROGRAMA DE APOYO DEL HOSPITAL MOUNT SINAI PARA LAS MUJERES QUE PADECEN CÁNCER GINECOLÓGICO DE LA EDITORA “no estás sola…” “PARA SABER QUÉ TE DEPARARÁ EL CAMINO, PREGUNTA A QUIENES YA LO RECORRIERON.”* VALERIE GOLDFEIN Fundadora Coordinadora del programa ARDEN MOULTON VIVIAN PORT Editora VIVIAN PORT FOTOGRAFÍA ALAN MANHEIMER ASISTENTE EDITORIAL KEN ATKATZ COMITÉ ASESOR DEL PROGRAMA DE WOMAN TO WOMAN JAMIE BORIS CARMEL COHEN, MD MARY COSGROVE, MD PETER DOTTINO, MD ANNE BUSH FEELEY, RN VALERIE GOLDFEIN FAITH KATES KOGAN CYNTHIA LEVY SARA PASTERNAK, PHD JENNIFER PECK JAMAL RAHAMAN, MD RUDY SEGNA, MD VIRGINIA WALTHER, LCSW ROBIN ZAREL, LCSW Agradecemos a la Fundación de la Familia Holland por su apoyo a este boletín informativo. UN ESPECIAL AGRADECIMIENTO AL FONDO PARA LA INVESTIGACIÓN DEL CÁNCER DE OVARIO POR SU APOYO. WOMAN TO WOMAN The Mount Sinai Hospital Department of Social Work Services One Gustave L. Levy Place, Box #1252 New York, New York 10029 Tel: 212.241.3793 En nuestro cuarto boletín se incluyen novedades sobre avances en la investigación del cáncer de ovario realizados en la División de Oncología Ginecológica; programas para la comunidad sobre cáncer de mama y cuello de útero del Departamento de Ciencias Oncológicas del Hospital Mount Sinai; y también en una nota menos seria pero igualmente gratificante, información sobre los eventos que se organizaron para recaudar fondos a beneficio de la investigación del cáncer de mama y de Woman to Woman. En el último boletín informamos que el Programa para la investigación del cáncer de ovario del Departamento de Defensa duplicó su presupuesto de US$10 a US$20 millones para el año 2009. En este año de lenta recuperación económica, los fondos siguen siendo cercanos a los del año pasado, aunque con una disminución de US$1.75 millones. La investigación sobre cáncer de mama llevada a cabo en el Instituto Nacional del Cáncer (NCI), donde se adjudica la mayor parte de los fondos federales destinados a la investigación, recibió US$100 millones, menos del 2% del presupuesto total de US$5,100.0 millones del NCI para el año 2009. Por ese motivo, la filantropía privada es esencial para la investigación del cáncer de ovario, el tipo de cáncer ginecológico menos frecuente y más letal. En el caso del cáncer uterino, los fondos destinados a la investigación también son limitados: el presupuesto del NCI para el año 2008 le adjudicó sólo US$17 millones, si bien es uno de los diez tipos de cáncer más frecuente y la octava causa de muerte en la mujer (la Sociedad Americana del Cáncer calculó unos 42.000 casos nuevos y 7.400 muertes en el año 2009). Hace cuarenta años, el cáncer de cuello de útero era la principal causa de muerte por cáncer en las mujeres en los EE.UU. Año tras año, se estima que se diagnosticarán 12.000 casos y aproximadamente 4.000 mujeres morirán por la enfermedad, aunque existen diferencias significativas en las estadísticas entre la población caucásica y los grupos minoritarios. Esa discrepancia se analiza en este boletín en el artículo sobre programas de alcance comunitario que se desarrollan en Harlem y East Harlem. La inversión del NCI para la investigación de cáncer de cuello de útero alcanza alrededor de US$80 millones. Lamentablemente, la prevalencia del cáncer de cuello de útero es sumamente elevada en los países en vías de desarrollo debido a la falta de buena atención médica, lo cual también incluye la realización de la prueba de Papanicolaou. No obstante, la disminución de los índices generales de muerte por cáncer de cuello de útero en los EE.UU en los últimos cuarenta años demuestra claramente el efecto beneficioso de realizar una prueba de detección precisa. Esa disminución nos llena de esperanza y nos da fe en las investigaciones actuales sobre el cáncer de ovario. La mujer debe conocer cuáles son los signos y síntomas del cáncer de ovario. La ley sobre educación y concientización sobre el cáncer ginecológico — la ley de Johanna — recibió US$6.8 millones para el año 2010, un aumento de sólo el 0,2% respecto de 2009. Esa ley autoriza el desarrollo de una campaña nacional en los medios de comunicación para crear conciencia acerca de todos los tipos de cáncer ginecológico. La campaña es sumamente necesaria: en una encuesta reciente realizada por la Coalición nacional contra el cáncer de ovario, el 83% de las mujeres manifestó que sus médicos no les habían mencionado los síntomas, y el 63% de los estadounidenses cree — erróneamente — que se puede diagnosticar con una prueba de Papanicolaou. Woman to Woman envía un mensaje personal a todos los médicos que leen este boletín. ENCARECIDAMENTE LES PEDIMOS que colaboren para educar a las mujeres acerca de los distintos tipos de cáncer ginecológico, especialmente el cáncer de ovario. Cáncer de ovario: rompamos el silencio — es el lema de la Coalición nacional contra el cáncer de ovario. Llame al 1-888-OVARIAN para solicitar señaladores donde se mencionan los síntomas. ■ *Proverbio Chino Todos los materiales © Mount Sinai Hospital 2010 | BOLETÍN | 1 entrevista con el doctor JOHN MARTIGNETTI, MD-PhD Cambiar la historia del cáncer de ovario es el desafío personal del Dr. John Martignetti, ¡y qué afortunados somos! El Dr. Martignetti lleva 20 años trabajando en la investigación del cáncer y otras enfermedades (de próstata, hígado, mama, pulmón, huesos), pero actualmente se dedica a encontrar un camino hacia los descubrimientos genéticos relacionado con el cáncer de ovario. “SE SABE MUY POCO SOBRE EL ORIGEN GENÉTICO Y LOS DETONANTES DEL CÁNCER DE OVARIO,” comenta. “Con el advenimiento de las tecnologías de próxima generación, hemos logrado poner en marcha un plan para cambiar la historia de esta enfermedad, especialmente a través de la secuencia y análisis de esos tumores. Al mismo tiempo, es necesario construir un marco para que los científicos avancen un paso más con sus hallazgos, y poder ayudar a la mujer con cáncer de ovario, y mejor aún, a la mujer antes de que se le manifieste el cáncer de ovario.” “Los tumores se decodifican, base a base,” comenta el Dr. Martignetti. Es todo un desafío dado que cada célula tumoral consta de 3 mil millones de bases de ADN para decodificar, y que solamente un pequeño cambio puede marcar la diferencia entre normal y canceroso. Su equipo de investigadores junto con la División de Oncología Ginecológica están trabajando con el fin de comprender cuáles son los mensajes que se alteran/modifican y que “secuestran” una célula normal para convertirla en forma lenta pero eficaz en una célula cancerosa. “Analizando la mayor cantidad posible de tumores, intentamos encontrar las causas que pueden tener en común varias mujeres o las específicas de cada una mujer”, comenta. La infraestructura científica y los estudios iniciales fueron posibles gracias a un subsidio de US$1 millón que el Fondo para la Investigación del Cáncer de Ovario (OCRF) otorgó a los Dres. Martignetti y Dottino para establecer el grupo de investigación “Ovarian Cancer Translational Research Group”. Las contribuciones filantrópicas generosas, en particular las de la familia Ruttenberg y de la familia de Michael y Sally Gordon, permitieron que el grupo del Dr. Martignetti realizara un completo análisis de secuencia tumoral en mujeres tratadas en el Mount Sinai que concedieron permiso para tal investigación. Con la intención de hallar marcadores para la prevención y detección precoz, el equipo está buscando diferentes tipos de firma en base a los datos del tumor. Por ejemplo, analizando las 2 | BOLETÍN | similitudes y diferencias entre los tumores y vinculándolos con la información biográfica como edad y estadificación tumoral, se logran identificar moléculas que secretan los tumores que podrían ser detectadas en una muestra de sangre para señalar los estadios más precoces o la respuesta del tumor a diferentes tratamientos. El equipo ya ha identificado la primera prueba de sangre y avanza hacia la validación de estos hallazgos en grupos de datos más numerosos. Algunos de los resultados ya serán presentados en la reunión de la Sociedad de Oncología Ginecológica de este año. Dado el éxito de estas investigaciones y el valioso aporte filantrópico, el equipo ha crecido y ampliado su alcance. Actualmente está investigando objetivos terapéuticos potenciales y marcadores genéticos asociados con la recurrencia de la enfermedad y el riesgo presente incluso antes de que aparezca el tumor. El equipo también está investigando nuevas tecnologías para el secuenciamiento tumoral. “En última instancia, el objetivo consiste en proporcionar la información genética que puede modificar la forma de tratar el cáncer de ovario. Como médicos, necesitamos evolucionar y hacer que la medicina del siglo XXI deje de ser reactiva para pasar a ser predictiva, preventiva y personalizada.” Para estos estudios, los Dres. Dottino y Martignetti también han desarrollado varios grupos de colaboración a nivel nacional e internacional. Entre ellos se incluyen los siguientes grupos: Memorial Sloan Kettering Cancer Center, Nueva York; MD Anderson, Houston, Texas; British Columbia Cancer Agency, Vancouver, Canadá y Mario Negri Research Institute, Milán, Italia. Entre los afiliados al Hospital Mount Sinai se pueden mencionar: Englewood Hospital, Englewood, NJ; Elmhurst Hospital, Queens, NY y White Plains Hospital, White Plains, NY. A la fecha, ya se inscribieron más de 100 mujeres en un estudio en curso que también contempla la toma de muestras de sangre, de fluido ascítico (acumulación anormal de fluido seroso en el abdomen) y de líneas celulares de los tumores.“Los datos recogidos El Dr. Martignetti y su sorprendente equipo. Primera fila: John Martignetti, Hardik Shah, Ravi Sachidanandam. Segunda fila: Olga Camacho-Vanegas, Fei Huang, María Ramírez, Catalina Camacho-Vanegas, Rui Zhang, Nolan Priedigkeit y Estefanía Rodríguez. Tercera fila: Emir Senturk, Rebecca Mosig, Analisa DiFeo, Samantha Cohen y Deep Agnani. No aparecen en la foto: Peter Dottino, Rudy Segna, Carmel Cohen, Mollie Lobl y Li Lin. son muy valiosos y nos dan una visión sin precedentes acerca de la identidad de esas células tumorales. El desafío continúa siendo cómo llevar esta información desde el laboratorio a la cama del paciente”. En concreto, a lo que se refiere el Dr. Martignetti es a un hallazgo realizado junto con otros investigadores del Mount Sinai mientras trabajaban con el gen KLF6, un gen supresor, es decir, que impide que se desarrolle el cáncer. Una variación de este gen hace que las células crezcan y hagan metástasis o se diseminen. Trabajando con ratones a los que se les habían implantado células de tumores de ovario, el grupo del Dr. Martignetti demostró que el tratamiento con ciertos compuestos químicos atacaba esta variación genética y que el índice de supervivencia se triplicaba. Ese trabajo fue publicado recientemente en Cancer Research, y como capítulo de un libro, The Biology of the Kruppel-like Factors (Springer). También se lo analiza en un trabajo de pronta publicación en el Mount Sinai Journal of Medicine, que realizó junto con la Dra. Analisa Difeo. Para que esta investigación fuese un éxito rotundo, fue necesario reunir un amplio equipo de investigación de médicos clínicos, especialistas en ciencias básicas, técnicos y especialistas en bioinformática (expertos en análisis computarizado de datos médicos). Debido a la cantidad increíble de datos y lo novedoso de estos hallazgos, todos ellos deberán trabajar en conjunto y compartir sus conocimientos. Esperan poder traducir los marcadores genéticos que hallen en una prueba de evaluación genética como la que existe para las mutaciones del BRCA 1 y 2. El Dr. Martingnetti está muy entusiasmado con su investigación sobre el cáncer de ovario porque es muy poco lo que se sabe al respecto y, especialmente, porque trabaja con el Dr. Dottino, “quien no nos deja perder de vista nuestros objetivos. Necesitamos el componente clínico, por eso no nos quedamos aislados en el laboratorio. Él entiende la enfermedad a través del tratamiento y la atención a las pacientes, de una forma muy diferente a la que la entienden los investigadores de ciencias básicas”. El Dr. Martignetti cuenta con una larga lista de publicaciones, distinciones y premios. Recibió su MD-PhD en Mount Sinai, donde también estudió y realizó su residencia en pediatría, y luego fue becario de investigación del departamento de genética humana. Fue codirector del Centro de tratamiento para la enfermedad de Gaucher en Mount Sinai, Director asistente de DNA Sequencing and Genotyping Core desde el 2000, miembro de la Sociedad Estadounidense de Investigadores Clínicos y miembro ejecutivo de MSSM Instituto de Medicina Personalizada desde 2007. Tiene nombramientos académicos en el Departamento de Ciencias Genéticas y Genómica, Pediatría y Ciencias Oncológicas. Estudió en Columbia College (BA Bioquímica y en la Universidad de Cambridge (MPhil, biología molecular). El Dr. Martingnetti vive en Westchester con su esposa, la Dra. Ilene Rabinowitz, psiquiatra infantil, y sus tres hijos: Chiara de 15 años y Sophia y Gianmarco, mellizos de 11 años de edad. El verano pasado, Chiara y algunos alumnos de las escuelas Bronx High School of Science y Barnard College acompañaron en este proyecto a estudiantes de medicina en el laboratorio. Los estudiantes de medicina siguieron con su trabajo en el laboratorio durante el resto del año académico. El Dr. Martignetti les brinda su entusiasmo y pasión por el conocimiento a todos estos jóvenes, con la esperanza de que se interesen en la investigación del cáncer, en particular, el cáncer de ovario. El trabajo prometedor del Dr. Martignetti nos da esperanza para el futuro, para nuestras familias y para todas las mujeres en general. —VIVIAN PORT | BOLETÍN | 3 la experiencia de UNA VOLUNTARIA POR NANCY IRIZARRY E n mayo de 2006 me diagnosticaron cáncer de ovario. Fue una gran sorpresa porque nunca había habido ningún caso de cáncer en mi familia. Por eso nos sorprendimos todos. Comencé con un dolor en el lado izquierdo. En mayo de 2005 le dije a mi ginecóloga que había dejado de tener mi período. Tenía 42 años. Me dijo que podía ser que estuviera en la premenopausia. Me indicó una serie de pruebas en sangre como por ejemplo, CA125, pruebas hormonales y de función tiroidea para menopausia. Todas dieron negativas. Entonces me dijo que no me preocupara, que seguiríamos con controles cada seis meses. Tres meses después la llamé para contarle que todavía no había tenido mi período. La fui a ver y repetimos la prueba de CA125, pero otra vez dio negativa. Seis meses después me comentó que debía esperar un par de meses más aún porque podía ser que todo fuese el estrés del trabajo. Entonces, esperé casi nueve meses y volví a llamarla. Fui a verla a su consultorio, pero una vez más, no halló nada. Un año más tarde de la primera consulta, ya no soportaba el dolor en el costado izquierdo, así que fui a una clínica y terminaron viéndome en la guardia de emergencias. Descubrieron que tenía cáncer de ovario y un tumor en la aorta. No sabían qué hacer. Estuve internada una semana y lo único que hacían era darme analgésicos. Los médicos de la clínica me pidieron los nombres de todos los médicos que me habían tratado. Luego, me derivaron al Dr. Chuang, oncólogo ginecólogo del Hospital Mount Sinai, a donde me trasladaron. El tipo de cáncer de ovario que tengo es poco frecuente; se llama tumor de células de la granulosa. Por año, se diagnostican sólo 1.500 casos. El Dr. Chuang me dijo que el pronóstico era bueno, pero que como era probable que el tumor regresara, iba a necesitar quimioterapia y después me explicó todos los pasos que iba a seguir. Recién una semana más tarde me pudo operar, cuando logró contactarse con un especialista para operar el tumor de la aorta. Gracias a la experiencia de ambos profesionales, la cirugía fue un éxito. Mientras estaba internada, Valerie y Arden vinieron a visitarme y me contaron sobre Woman to Woman. Cuando volví a casa, Pamela me llamó y se presentó como una de las voluntarias sobrevivientes. Allí entonces obtuve respuesta a todas mis preguntas. Pamela me dio el apoyo que necesitaba para darme cuenta de que iba a poder sobreponerme a todo. 4 | BOLETÍN | Dos semanas después de la cirugía, comencé con el tratamiento de quimioterapia. Decidí hacer el tratamiento como paciente ambulatoria en un centro cercano a mi casa. Los tratamientos fueron intensos: tenía que ir a quimioterapia durante una semana de 9 am a 5 pm todos los días, después tomarme un descanso de dos semanas y luego volver a empezar. En total me tenía que hacer cuatro tratamientos, así que no fue para nada fácil. Tengo que darles las gracias a mi esposo, a mi hijo, a mi hermana y todos mis familiares por todo el apoyo que me brindaron: fueron mi sostén. ¡Los amo con todo mi corazón! Mientras hacía el tratamiento de quimioterapia, hablé con Arden y le conté que me gustaría ayudar a otras mujeres, de la misma forma en que Valerie, Pamela y Arden me habían ayudado a mí. Les agradezco a estas tres mujeres tan increíbles que me acompañaron durante toda mi recuperación. Al igual que tantas otras personas, lo primero que hice después de la cirugía fue entrar a Internet. Allí encontré mucha información que me angustió mucho, así que tenerlas de guía fue una bendición para mí. En el 2007, me sumé a Woman to Woman como voluntaria sobreviviente. Desde entonces, conocí muchísimas familias y pacientes maravillosas que me ayudaron al mismo tiempo que yo los ayudaba a ellos. Me alegro de haberme sumado a esta experiencia. En septiembre de 2008 comencé a sentir dolores en el costado izquierdo nuevamente, igual que en mayo de 2006. Mi médico me indicó realizar una TAC y una PET. La PET mostró algo en la uretra, así que el Dr. Chuang indicó una biopsia para asegurarnos de que todo estaba bien. Lamentablemente, la biopsia dio mal: el cáncer de ovario había regresado. Me operaron nuevamente el 2 de octubre de 2008. Lo bueno fue que no tuve que hacer quimioterapia. Me dieron una medicación por vía oral, la misma que se utiliza en el tratamiento del cáncer de mama. Mi médico quería que yo la probara para ver si lográbamos que el cáncer no volviera. La tomé durante 6 meses y desde el 9 de noviembre de 2009 no me volví a enfermar. Es difícil ser una sobreviviente por partida doble. Me cuesta mucho decirles a las pacientes que tuve cáncer dos veces. La mujer que está padeciendo esto está preocupada por sobreponerse a la enfermedad y ni quiere escuchar hablar de que podría volver a tenerla, así que no lo menciono a menos que me encuentre con un caso de cáncer por segunda vez, como el mío. ■ sobrevivientes Y VOLUNTARIAS NOVEDADES DE WOMAN TO WOMAN DE ARDEN MOULTON, COORDINADORA DEL PROGRAMA ARDEN MOULTON Hace seis años que Woman to Woman les brinda apoyo emocional e información a las mujeres en tratamiento por cáncer ginecológico y a sus familias. Nuestra misión se lleva a cabo día tras día gracias a la tarea de nuestras 14 sobrevivientes voluntarias, quienes se acercan a las mujeres al momento del diagnóstico y las acompañan durante todo el tratamiento. Las voluntarias de Woman to Woman se reúnen personalmente y en forma individual con las pacientes para escucharlas, conversar sobre inquietudes y brindarles apoyo. Les dan esperanzas y la contención que no pueden encontrar en ningún otro lado: se sienten entendidas por alguien que ya pasó por esa misma experiencia, la lucha contra el cáncer ginecológico. En representación de todas las voluntarias, va un agradecimiento especial a todas ustedes, que tan generosamente nos acompañan en esta lucha. E l año pasado estuvimos muy ocupadas con nuestro programa. Las voluntarias dieron su apoyo a más de 100 mujeres y sus familias. Si bien la realidad económica del año pasado afectó algunos de nuestros objetivos con fines educativos (específicamente, el sitio de Internet que habíamos previsto tener), continuamos en nuestra tarea de ofrecerles a las mujeres toda la información que tenemos a nuestro alcance sobre los tratamientos y los equipos de especialistas en cáncer, y a la comunidad y a todo el público en general información sobre el cáncer ginecológico y su impacto. Las voluntarias hicieron su presentación ante estudiantes de medicina y cada una contó su historia, sin dejar de lado el impacto físico y emocional que el cáncer ginecológico había tenido en ellas. Pamela Herman, una de las voluntarias, compiló una fuente de recursos sumamente amplia que se entrega a las mujeres al momento del diagnóstico. Incluye información sobre aspectos económicos, apoyo, libros y revistas, nutrición, dónde adquirir pelucas, asesoramiento sobre alimentación y más. Junto con Valerie Goldfein, la fundadora del programa, viajamos a Savannah para la conferencia anual de la Asociación de Asistentes Sociales en Oncología para enseñarles a los asistentes cómo poner en marcha un programa similar a Woman to Woman en sus comunidades. Además, el Fondo de Woman to Woman para pacientes ha llegado a muchas mujeres, y las ha ayudado con las cuentas de electricidad, gastos de viaje y otros gastos asociados con el tratamiento. Uno de nuestros objetivos para el 2010 es iniciar una serie de grupos informativos para mujeres en tratamiento. Algunas han solicitado acceso a información sobre bienestar como nutrición, sexualidad y cómo controlar los efectos colaterales del tratamiento. Otro de los objetivos para el 2010 es evaluar la eficacia de Woman to Woman. Estamos diseñando un instrumento de investigación para evaluar el impacto del programa sobre la calidad de vida de las mujeres que acompañamos. Emplearemos los resultados para ajustar el programa y satisfacer mejor aún las inquietudes de las mujeres. Llámenos si está interesada en acceder a las propuestas del programa de Woman to Woman. Estamos aquí para darle nuestro apoyo. ■ LINDA NEWSON. Lloramos la muerte de Linda Newson, en febrero de 2009. Linda fue voluntaria de Woman to Woman y contribuyó como asistente social sumando su experiencia personal como sobreviviente de cáncer de ovario para ayudar a las mujeres durante el tratamiento de su enfermedad. Cuando volvió a enfermarse nuevamente de cáncer, se ofreció para darles apoyo a las mujeres que estaban pasando por lo mismo, un acto de gran generosidad y valentía. Extrañamos su amabilidad, su inteligencia, su sentido del humor y su capacidad única de esperar en silencio el momento adecuado para decir lo correcto. | BOLETÍN | 5 COLECTA DE FONDOS DE GINA DEPALMA PARA LA INVESTIGACIÓN SOBRE EL CÁNCER DE OVARIO EN MOUNT SINAI Gina DePalma, sobreviviente de cáncer de ovario y galardonada con el premio de repostería del Babbo Restaurant en el West Village, decidió organizar un evento para recaudar fondos y colaborar con la investigación sobre cáncer de ovario en el Centro Médico Mount Sinai a través de la fundación que ella misma creó: Cowgirl Cure Foundation. El evento se llevó a cabo en Co., la pizzería artesanal de su amigo Jim Lahey de Sullivan Street Bakery. Todos nos deleitamos con inusuales variedades de deliciosas pizzas mientras disfrutamos de la camaradería de los asistentes y el ambiente moderno y divertido del lugar. El apoyo recibido de sus amigos, familiares y colegas del mundo de la gastronomía fue abrumador. La rifa online fue un éxito, se rifaron cenas para cuatro en Babbo, clases de pizzería con Lahey, una fiesta privada de postres en casa del ganador con Gina (quien colabora llevando una copia autografiada de su libro, Dolce Italiano) y una canasta de regalo de Mike´s Deli, el negocio de su primo, en la Avenida Arthur en el Bronx. SEGÚN LAS PROPIAS PALABRAS DE GINA La reunión fue el producto de un gran esfuerzo de la gente que me rodea y de algunos que nunca había visto. Terminó siendo una reunión de familiares y amigos de todos los ámbitos y momentos de mi vida. Tenerlos a todos juntos, brindándome su apoyo, fue algo indescriptible. Mario Batali y Gina DePalma en el evento No tengo palabras para expresar mi felicidad, estoy muy orgullosa de lo que logramos y sorprendida de que algo tan espantoso como lo que me pasó a mí hubiese generado algo tan maravilloso. Fue también muy inspirador porque obviamente cuando uno pone todo de sí, mueve montañas. Estoy segura de que vamos a poder utilizar toda esa energía, compromiso y amor que supimos reunir esa noche para encontrar nada más ni nada menos que la cura para el cáncer de ovario. Jane Lury (izq.) y Joyce Manheimer (der.), voluntarias de Woman to Woman, con el Dr. Peter Dottino, su oncoginecólogo Gina DePalma, el Dr. Frederick Friedman, y el Dr. Jamal Rahaman, el oncoginecólogo de Gina 6 | BOLETÍN | INCREÍBLE COLECTA DE FONDOS EN PHOENIX, ARIZONA POR VALERIE GOLDFEIN En el mes de marzo de este año, Sophie Boyer (mi prima) y Morgan Shepard, las dos estudiantes del Phoenix Country Day School en Arizona, decidieron organizar una colecta de fondos para Woman to Woman. Durante los primeros seis meses de planificación trabajaron solas, sin pedir ayuda a la escuela ni a sus padres. Hicieron listas y planes, armaron presupuestos y fijaron plazos, pensando en qué había que hacer y cuándo. Sin contar con ningún tipo de experiencia, colaboradores ni expertos en planificación hicieron todo lo que pudieron para ahorrar: diseñaron e imprimieron las invitaciones, decoraron el lugar con velas en vez de flores, mendigaron comida en los restaurantes, se pasaron semanas haciendo cubitos de hielo y hasta se encargaron de transportar todo lo necesario al lugar del evento. Invitaron a sus familiares, profesores y vecinos. Y sin decirme la verdadera razón de mi viaje, también me llevaron a mí. Cuando estaba llegando a la casa de los Shepard, ¡me llevé tremenda sorpresa al ver un poster enorme de Woman to Woman en la puerta de entrada! Arden fue clave en la planificación, había enviado folletos y publicaciones de Woman to Woman para distribuir en el evento. La noche fue perfecta. El lugar, maravilloso. La comida, deliciosa. Pero lo más importante fue la calidez que se hizo presente a lo largo de todo el evento. Mi prima, Sophie y su mejor amiga, Morgan dijeron las más bellas palabras: me llamaron su Morgan Shepard (izquierda) y Sophie Boyer (derecha). (Luego de esta foto, se donaron US$4.000 más). “heroína” y dijeron cosas tan elevadas de mí… cosas con las que me conformo con ser en sueños. Varias docentes de la escuela se acercaron para contarme sus propias historias de supervivencia y elogiar a Sophie y Morgan. Hubo una presentación en PowerPoint con imágenes de mujeres sanas y enfermas, y palabras sobre el cáncer y la esperanza. Al final del evento, las jóvenes entregaron a Woman to Woman un cheque por US$16.000, que luego enviaron al Mount Sinai junto con muestras de apoyo emocional que las pacientes recibieron en forma de notas anónimas de aliento y una “Junta de Honor” integrada por sus seres queridos y los seres queridos de sus amigas: las que están enfermas, las que se recuperaron y las que ya murieron. Ser honrada de esta manera por dos jóvenes increíbles con semejante poder de empatía, que tan generosamente dieron su tiempo y dedicación, hizo que éste fuera uno de los eventos más especiales de toda mi vida, lleno de recuerdos que nunca olvidaré. Sophie Boyer y Morgan Shepard con Valerie Goldfein, Fundadora de Woman to Woman | BOLETÍN | 7 presentando al DAVID A. FISHMAN, MD El Dr. Fishman se sumó al Departamento de Oncología ginecológica del Mount Sinai en el año 2009 como profesor de obstetricia y ginecología y director de investigación de oncología ginecológica. Es director e investigador principal del Programa Nacional de Detección Precoz de Cáncer de Ovario (NOCEDP) que él mismo creó con fondos del Instituto Nacional del Cáncer en 1999. El programa creció, y actualmente cuenta con un equipo internacional de médicos. Colaboran más de 200 profesionales y científicos dedicados al desarrollo de medios eficaces para la detección precisa en estadios tempranos de la enfermedad en mujeres asintomáticas (es decir, mujeres que no manifiestan síntomas). E l Dr. Fishman incorporó el programa en el Mount Sinai, donde las pacientes asintomáticas con riesgo de cáncer de ovario pueden hacerse sus controles. La atención clínica incluye evaluaciones a cargo de médicos certificados por el Consejo Médico, especializados en genética del cáncer, oncología ginecológica, ecografía y psicología. El Dr. Fishman me comentó que el Mount Sinai es el único sitio del NOCEDP donde los oncólogos ginecológicos trabajan codo a codo con asesores en genética. Las mujeres que participan del programa concurren cada seis meses para hacerse controles, pero siguen el tratamiento de rutina con sus ginecólogos de cabecera. Actualmente se están utilizando nuevas tecnologías para diagnóstico, entre ellas ecografía con contraste, genómica y proteómica (el estudio de cómo los genes y las proteínas funcionan en el huésped). La proteómica busca identificar las proteínas de alta y baja abundancia, que son las que pueden reflejar la enfermedad específica de un órgano. Los intentos por utilizar la espectometría de masa para identificar los biomarcadores del cáncer son alentadores. La sonografía con contraste puede detectar la irrigación sanguínea anormal que es típica de los primeros estadios del cáncer y posee un potencial significativo que distingue entre las lesiones ováricas benignas y malignas. Todos estos avances nos acercan a la prevención, la detección precoz y un mejor entendimiento de la etiología del cáncer de ovario y la enfermedad metastásica. “El objetivo es desarrollar una prueba de evaluación con costos accesibles que pueda utilizarse en todo el mundo”, dice el Dr. Fishman. Hasta que dicha prueba se convierta en realidad, muchas mujeres con riesgo alto de contraer cáncer de ovario eligen someterse a una intervención quirúrgica de extirpación de ovarios. Fueron varios los casos en los que el Dr. Fishman encontró células 8 | BOLETÍN | precancerosas o cancerosas en los ovarios de mujeres asintomáticas con alto riesgo. Sin embargo, ninguna de ellas desarrolló cáncer de peritoneo, a pesar de ser el tipo de cáncer más común que se presenta como metástasis (diseminación) del cáncer de ovario. Para admitir pacientes al programa, los requisitos son: tener antecedentes personales de cáncer de mama, colon o vías urinarias; madre, hermana o hija con cáncer de ovario; familiares con cáncer de mama y/u ovario; antecedentes personales de prueba genética positiva para BRCA1 o BRCA2; familiar directo con prueba genética positiva para BRCA1 o BRCA2; y uso de medicación para la fertilidad durante más de un año. Cuando le pregunté al Dr. Fishman qué lo había motivado a dedicarse a la investigación del cáncer de ovario, me contestó: “Cuando era residente en 1988, vi morir a muchas pacientes. Y fue entonces cuando pensé que podía aportar algo para ayudar a las mujeres con alto riesgo de cáncer de ovario en la lucha contra el cáncer. El objetivo más importante que me planteé fue la prevención”. El Dr. Fishman ingresó al Mount Sinai luego de desempeñarse durante cuatro años como profesor y director de oncología ginecológica en la Universidad de Nueva York. Antes de eso, ocupó el cargo de profesor y vicepresidente de Investigación de oncología ginecológica en la Universidad Northwestern durante 10 años. Fue médico de cabecera en el Hospital Yale-New Haven e instructor en obstetricia y ginecología en la Universidad de Yale, donde completó su residencia en obstetricia y ginecología y donde fue becario de investigación en oncología ginecológica entre 1988 y 1994. Se graduó como médico en Texas Tech School of Medicine, Lubbock, TX; y obtuvo un MS en bioquímica en la Universidad de Texas, Galveston, TX; y su BA en literatura inglesa y biología en la Washington University en St. Louis, MO. INVESTIGACIÓN SOBRE LAS DIFERENCIAS EN EL ACCESO A LA ATENCIÓN SANITARIA EN LA COMUNIDAD LATINA El Dr. Fishman es autor de más de 230 trabajos, abstracts, capítulos de libros y de varios libros sobre distintos tipos de cáncer ginecológico. Por su investigación ha recibido premios del Instituto Nacional de Salud, del Instituto Nacional del Cáncer, de la Sociedad de Oncología Ginecológica, de la Sociedad Estadounidense del Cáncer, de la Sociedad de Investigación Ginecológica, de la Fundación Berlex y de diversas agencias filantrópicas. Se desempeña como editor de tres revistas y como revisor especial de varias publicaciones médicas y científicas. Es miembro de departamentos nacionales e internacionales de estudio sobre el cáncer. “Cuando era residente, vi morir a muchas pacientes. Y fue entonces cuando pensé que podía aportar algo para ayudar a las mujeres con alto riesgo de cáncer de ovario en la lucha contra el cáncer. El objetivo más importante que me planteé fue la prevención.” Integra varias sociedades médicas y honoríficas y asociaciones de defensa de los derechos de los pacientes. Entre ellas, la Sociedad Estadounidense de Ginecología y Obstetricia, la Sociedad de Investigación Ginecológica, la Sociedad Médica Honoraria Alpha Omega Alpha, la Sociedad de Oncólogos Ginecólogos, y la Coalición Nacional del Cáncer de Ovario. Con frecuencia da charlas en todo el mundo. El Dr. Fishman vive en New Canaan, CT con su esposa y cuatro hijos. Las pacientes y sus familiares tienen la suerte de contar con la experiencia del doctor y su dedicación al estudio del cáncer de ovario en Mount Sinai. Woman to Woman le da la bienvenida. —VIVIAN PORT Katarina Sussner, Doctora en Ciencias con una maestría en Salud Pública es instructora del Departamento de Ciencias Oncológicas y está realizando un estudio de investigación sobre las diferencias en el acceso a la atención médica en la comunidad latina, con fondos de la Sociedad Estadounidense del Cáncer. En general, los latinos y los afroamericanos no tienen el mismo acceso al asesoramiento sobre genética relacionado con el riesgo de contraer cáncer. El propósito del estudio de la Dra. Sussner es analizar los factores relacionados con esa carencia que sufren las latinas en el asesoramiento en genética del riesgo de contraer cáncer de mama y de ovario. Esta información servirá para diseñar programas educativos en el futuro y mejorar el asesoramiento en genética que recibe este grupo poblacional. Las mujeres que podrán participar de este estudio son las latinas con diagnóstico de cáncer de mama y/u ovario, de menos de 55 años de edad y/o con antecedentes familiares de cáncer de mama y/u ovario. Para formar parte del estudio deberán participar de una única encuesta telefónica de 30 minutos. Luego de esa encuesta, recibirán la derivación correspondiente para obtener asesoramiento en genética sobre el riesgo de cáncer de ovario y mama, si así lo desean. Las pacientes pueden participar por derivación de su médico o bien pueden llamar por iniciativa propia si están interesadas en participar del estudio, que será de gran utilidad para la comunidad latina porque incentivará la difusión de la información relacionada con el cáncer. Las mujeres participen del estudio se interiorizarán de la importancia de recibir asesoramiento en genética y podrán someterse a evaluaciones de riesgo de cáncer de mama y ovario. Si desea obtener más información sobre este estudio de investigación, llame a call Katarina al 212-659-5525. | BOLETÍN | 9 colaboraciones ALCANCE EN LA COMUNIDAD EDUCACIÓN SOBRE CÁNCER DE MAMA Y DE CUELLO DEL ÚTERO Auspiciado por el Departamento de Ciencias Oncológicas Esperanza y Vida y The Witness Project of Harlem son dos programas de difusión auspiciados por el Programa para la Prevención y Control del Cáncer del Departamento de Ciencias Oncológicas de la Facultad de Medicina del Mount Sinai. Esperanza y Vida está adaptado culturalmente a la comunidad latina, y The Witness Project of Harlem, a las necesidades de las mujeres afroamericanas. Ambos apuntan a difundir información sobre la prevención y la detección precoz del cáncer de mama y de cuello uterino mediante la concientización, el conocimiento y el acceso a pruebas de detección. Cada programa reconoce y respeta los valores y las creencias culturales de la comunidad para la cual fue pensada. THE WITNESS PROJECT® OF HARLEM En la iglesia, la gente da fe de las almas que se salvan. Aquí, dan fe de las vidas que se salvan. Los programas de The Witness Project of Harlem se presentan en las iglesias y centros comunitarios y están a cargo de Modelos de Testigos (Witness Role Models — WRMs) y Asesores Laicos en Salud (Lay Health Advisors — LHAs). Las WRM son mujeres afroamericanas, sobrevivientes de cáncer de mama o de cuello de útero. Su presencia como sobrevivientes se interpreta como una bendición y prueba de que el cáncer no es una sentencia de muerte. El testimonio está a cargo de una, dos o tres WRM. Las sesiones educativas giran en torno a los temores y los conceptos que muchas mujeres tienen sobre el cáncer. Las WRM y LHS son seleccionadas y entrenadas por la Coordinadora del proyecto. Las WRM cuentan su experiencia en sus propias sesiones grupales de difusión. Las LHA no son sobrevivientes de cáncer, sino que son mujeres que colaboran con el proyecto para organizar y difundir los programas. En las reuniones, las LHA presentan hechos relacionados con el cáncer de mama y de cuello de útero, intentan derribar los mitos, y dan información acerca de los recursos de evaluación y detección del cáncer. Este punto es muy importante porque las afroamericanas tienen el doble de riesgo que las caucásicas de contraer cáncer de cuello de útero y casi el triple de posibilidades de morir a causa de dicha enfermedad. En cuanto al cáncer de mama, la cantidad de 10 | BOLETÍN | afroamericanas que alcanzan el índice de supervivencia de cinco años en cualquier estadio de la enfermedad es notablemente menor que la de caucásicas, a pesar de la poca incidencia que esta enfermedad tiene en las afroamericanas. En el caso de las afroamericanas, el cáncer se diagnostica en estadios bastante avanzados. Las comunidades con escasos ingresos económicos y un nivel de alfabetismo muy bajo son menos permeables a la información relacionada con la realización de controles preventivos. Existen razones prácticas, al igual que temores, un sentido de fatalismo y conceptos erróneos acerca de la detección. La educación sobre el cáncer debe ser proporcionada de modo tal que tenga en cuenta los valores y los ideales de las comunidades afroamericanas, y de eso justamente se trata The Witness Project. Este programa nació en las zonas rurales de Arkansas en 1990, y The Witness Project of Harlem, que comenzó en el año 2000 y es uno de los 25 programas que existen en el país, se creó basado en el primero. En las reuniones educativas, el objetivo es romper el silencio y vencer el temor de las pacientes. The Witness Project ha recibido premios a nivel nacional y local, y desde 1996 que lleva a cabo reuniones anuales para la educación y la interacción entre participantes. Las reuniones atraen a afroamericanas sobrevivientes de cáncer de mama o de cuello de útero, a aquellas con un alto riesgo de desarrollar la enfermedad, y también a las que se proponen poner en marcha un Witness Project en sus propias comunidades. Si está interesada en participar de este programa como miembro del equipo o desea programar una presentación de The Witness Project of Harlem en su iglesia o comunidad (en cualquier sitio dentro de los cinco barrios) contáctese telefónicamente con Terri Deans-McFarlane en Mount Sinai al 212-659-5517. Terri trabaja con D.G. Wilson-Davies, organizador comunitario de Spirit of Hope de YMCA, 180 West 135th Street. ESPERANZA Y VIDA Una familia sana comienza con una mujer sana. Esperanza y Vida es un programa de difusión orientado a la familia, que incluye a maridos y padres de pacientes en las reuniones. Es muy importante que los hombres latinos se sientan a gusto con los programas a los que asisten sus esposas e hijas, de modo que ellos también participen de las reuniones. En East Harlem (y en cualquier lugar de la ciudad de Nueva York) viven inmigrantes recién llegados que han tenido pocas oportunidades de recibir educación para la salud y/o atención sanitaria en su vida, así que los educadores de salud de Esperanza Equipo de los programas de difusión comunitaria. Atrás (de izq. a der.): Yulinda Lewis-Kelly, Lina Jandorf, y Luisa Feliciano. Centro: Elsa Iris Méndez. Adelante: Terri Deans-McFarlane y Anabella Castillo. y Vida enfatizan y explican la importancia que tiene realizarse las pruebas de Papanicolaou y las mamografías, les enseñan sobre anatomía femenina y también sobre cómo se desarrolla el cáncer de cuello de útero. La educación sobre diabetes y el control de esta enfermedad es también parte del programa educativo. El CDC (Centers for Disease Control and Prevention, un organismo nacional) cuenta con datos de 11 zonas geográficas que indican que la incidencia de cáncer invasivo de cuello de útero entre las mujeres latinas es del doble que para las mujeres caucásicas no hispanas. Esto sigue siendo real a pesar de que el número de nuevos casos detectados ha disminuido en los Estados Unidos. El cáncer de mama es el tipo de cáncer de más frecuente diagnóstico entre las mujeres latinas en los EE.UU. Las latinas tienen más posibilidades de manifestar tumores de gran tamaño y enfermedad metastásica al momento del diagnóstico, si bien la incidencia es más baja que entre las mujeres caucásicas no latinas. Por lo general, la cantidad de latinas que suele realizarse mamografías es baja. La Sra. Jandorf me explicó que un tercio de los portorriqueños vive en los EE.UU y más de 800.000 en la ciudad de Nueva York. Por este motivo la difusión de la información puede marcar una diferencia importante en esta población. Se trabaja en conjunto con grupos y líderes dominicanos y mexicanos para analizar las diferencias culturales y tratar de que la información les llegue a esas familias de la forma más adecuada para sus comunidades. Esperanza y Vida también ofrece servicios de orientación a aquellas mujeres que no se han realizado los estudios recomendados para su edad. La Sra. Jandorf me contó también que el 75% de las mujeres que no han hecho evaluaciones logran completar los exámenes luego de participar de los programas de educación comunitaria y recibir guías para los programas de chequeos preventivos. Cada mes se llevan a cabo tres o cuatro programas de educación que incluyen reuniones a la que asisten unas 12 personas. Luego de la reunión, si los educadores sanitarios ven que alguna asistente no se está haciendo sus controles, la llaman y le hablan para convencerla de hacérselos. Muchos de los lugares en donde se realizan los controles son gratuitos y no exigen la presentación de documentación de inmigración; con lo cual es muy importante recalcarles a esas mujeres que deben realizarse los controles y que no deben tener miedo de no tener la documentación en regla. Actualmente hay tres grandes centros de Esperanza y Vida con concentración densa de población latina: la ciudad de Nueva York, el área de Buffalo, NY y Arkansas. Las coordinadoras de proyecto de Esperanza y Vida en East Harlem son Anabella Castillo e Iris Méndez, esta última sobreviviente de cáncer de mama. Convocan organizaciones, visitan centros de ancianos y coordinan reuniones en las iglesias. Han establecido vínculos en la comunidad que hacen que la difusión sea un éxito. Como sobreviviente de cáncer de ovario, me interesaba saber si el programa educaba a las mujeres acerca de este tipo de cáncer y sus síntomas, y también sobre cáncer de útero. La Sra. Jandorf me explicó que las mujeres que no tienen seguro de salud tienen problemas para la realización de consultas de diagnóstico como ecografías pelvianas, revisaciones y análisis de sangre, pero les es más fácil acceder a mamografías y pruebas de Papanicolaou. De todos modos, se comprometió a difundir información con una lista de síntomas. Las voluntarias de Woman to Woman han presenciado los estragos causados por el cáncer de cuello uterino avanzado, por eso apoyamos por completo la iniciativa de estos programas de difusión. Por suerte, contamos con pruebas de detección para el cáncer de mama y de cuello de útero y con programas como The Witness Project y Esperanza y Vida. Estos maravillosos programas están salvando muchas vidas. Si desea más información o quiere incorporar un programa a su organización, puede contactarse telefónicamente con Anabella Castillo al 212- 659-5660. —VIVIAN PORT Datos extraídos del artículo “Cancer Screening Among Latinas,” de Lina Jandorf et al publicado en Progress in Community Health Partnerships: Research, Education, and Action, último trimestre de 2008: The Johns Hopkins University Press | BOLETÍN | 11 The Mount Sinai Hospital One Gustave L. Levy Place, Box #1252 New York, New York 10029 cómo reconocer los síntomas cáncer de ovario 1 2 3 4 5 6 7 8 Molestias gastrointestinales vagas pero persistentes y sin motivo aparente, tales como gases, náuseas e indigestión Inflamación y/o dolor en la pelvis o el abdomen; hinchazón o sensación de estar muy llena y aumento del tamaño del abdomen Cambios sin causa aparente en la frecuencia de evacuación intestinal Adelgazamiento o aumento de peso sin causa aparente Aumento de la frecuencia urinaria y/o necesidad imperiosa de orinar Aparición de sangrado posmenopáusico anormal sin causa aparente Cansancio Dolor de columna cáncer de útero 9 Aparición de sangrado anormal sin causa aparente cáncer de cuello uterino 10 El examen de Papanicolaou sirve para detectar el cáncer de cuello uterino, pero no el de ovario ni el de útero. Toda mujer debe someterse a un examen rectal y vaginal por año. Si estos exámenes revelan alguna irregularidad en los ovarios o si aparece alguno de los síntomas inespecíficos, será preciso hacer otros estudios, tales como un análisis de sangre de CA-125 y una ecografía transvaginal. Según un artículo de la Publicación de la Asociación Médica de los Estados Unidos Journal of the American Medical Association,* los estudios efectuados indican que el cáncer de ovario no es una enfermedad asintomática; la mayoría de las mujeres presenta algún síntoma en el transcurso del año anterior al diagnóstico. De hecho, manifestaron síntomas el 89% de las mujeres que tienen cáncer en estadio I/II y el 97% de las que tienen enfermedad avanzada. *Goff BA, Mandel LS, Melancon CH, Muntz HG. “Frequency of symptoms of ovarian cancer in women presenting to primary care clinics.” JAMA 2004;291:2705-2712