Paulita Marcela Paz (chilena) Una niñita muy rubia con olorcito a clavel, sacó del mueble prohibido un tarrito y un pincel. Siempre los grandes decían – Paulita, eso no se toca. Y ese tarro la llamaba y le hacía agua la boca. Por eso es que aprovechando, que estaba sola Paulita, corrió con tarro y pincel a pintar a su gatita. La gata se defendía y todo lo salpicaba, -vas a quedar muy preciosa enterita colorada. La mamá estará feliz cuando te vea brillante, me lavaré la carita …. ¡Todo quedará como antes! Pero pasó algo muy raro cuando llegó la mamá, se puso tan enojada y no acababa jamás. Pero después de un buen rato cuando nadie se acordaba, Paulita fue a limpiar su carita muy manchada. Pero ni con restregones le salieron las manchitas, se le habían convertido en cuarenta y seis pequitas.