TITULO DE LA PONENCIA : EL SENTIDO DE LA INVESTIGACION EN TRABAJO SOCIAL: DESAFÍOS EPISTEMICOS Y POLITICOS DE LA ACCIÓN SOCIAL. AUTORA: CECILIA AGUAYO CUEVAS EJE TEMATICO: INVESTIGACIÓN EN TRABAJO SOCIAL SUB EJE NUEVOS PROCESOS DE REPRODUCCION Y PRODUCCION DE CONOCIMIENTO: PAPEL DE LA INVESTIGACION SOCIAL. : TIPO DE TRABAJO: La presente ponencia forma parte de una tesis doctoral sobre epistemología de las ciencias sociales y el saber profesional. 1 I.- INTRODUCCION Quisiera partir esta ponencia sobre EL SENTIDO DE LA INVESTIGACIÓN EN EL TRABAJO SOCIAL a partir de una afirmación gruesa, a saber que la relación entre investigación y trabajo social está profundamente marcada por la propia práctica profesional que realizamos. Investigar para los trabajadores sociales remite, en forma particular, a una pregunta por la transformación de situaciones sociales; en este sentido el interés de la investigación para nuestra profesión no sólo apunta a comprender y/o explicar los fenómenos sociales sino que sobre todo al cambio de situaciones deficitarias en las cuales existen intereses, valores, poderes, historias, que constituyen los problemas sociales. En definitiva, la pregunta investigativa del Trabajador Social refiere casi siempre a una dificultad social que es preciso resolver.(Cfr.Robertis C., 1992). Los trabajadores sociales al someter su práctica profesional a un proceso de indagación, de reflexión profunda, de encuentro con los otros, buscamos re-construir la acción social desde una perspectiva de “cambio”. En este sentido para los trabajadores sociales la realidad social está en transformación bajo la forma de una construcción viable, no anquilosada, añeja y/o rutinaria. Mirar así la realidad y la acción social, requiere de formas de investigación acorde a esta dinamicidad y complejidad de la realidad social; es decir implica marcos teóricos y metodológicos que nos permitan crear modelos de la realidad social, quebrar las dicotomias entre comprensión y explicación, valorar nuestros lenguajes cotidianos como formas de expresión y validación profesional y /o disciplinario. 1 Esta ponencia es el resultado de una parte de la Tesis Doctoral en Filosofía con mención en epistemología de las ciencias sociales en la Universidad de Chile. www.ts.ucr.ac.cr 1 II.- PENSANDO LA INVESTIGACIÓN EN TRABAJO SOCIAL A PARTIR DE UN DEBATE EPISTEMOLOGICO DE LA ACCIÓN SOCIAL. Aproximarnos al debate epistemologico 2 de la acción social en las ciencias sociales supone que la acción profesional está contínuamente confrontada a los procesos de interpretar, comprender, explicar y, en definitiva, de transformar (este último lo retomaremos en la acción social desde una función más política) la realidad social. Nuestro esfuerzo, por dar cuenta del debate epistemológico de la acción social, apunta a comprender fundamentadamente una acción social, que requiere siempre explicitar los juegos de “interpretación que la sustentan”. En este sentido planteamos que los profesionales de la acción, requieren dar cuenta de las distintas interpretaciones que contienen los problemas sociales, institucionales, la de las personas involucradas, y las propias entre otros. Esta situación cuestiona el reducir la intervención profesional a lenguajes empíricos, observables y formales que minimizan la actividad interpretante. Creemos que la acción social, requiere de una aproximación científica en el sentido de buscar comprenderla explicarla para poder transformarla, pero creemos con Weber que la acción social no puede ser reducida a este tipo de racionalidad, por cuanto el juego de interpretaciones e intereses que la contienen develan sus propias limitaciones. Los desafíos de la acción humana develan los límites de la razón científica. En este sentido las “verdades científicas” son siempre parciales. Los TS reciben desde su formación curricular, una amplia gama de conceptualizaciones de la acción social, estas provienen desde distintas disciplinas, sea la psicología, la sociología, la antropología, la economía entre otras. El estudio epistemológico de la acción social, en profesiones como las nuestras, nos lleva a decir que la accion social, no solo debe dar cuenta de ella desde la racionalidad desplega por las ciencias, sino también, desde el esfuerzo realizado en circunstancias en que se ponen en juego la afirmación de valores y la toma de decisiones. En este sentido la acción social desplegada por los TS no puede ser entendida solamente desde las distintas disciplinas científicas sino desde las decisiones de hombres y mujeres en instituciones históricas y cambiantes. La acción social mirada así, cuestiona y redefine la temporalidad de las afirmaciones de las ciencias. Por último, el estudio epistemológico de la acción social en el campo del TS, nos permite mostrar cómo, no sólo, estamos preocupados de transformar dandonos metodología, técnicas e instrumentos apropiados sino y a la vez (no son momentos distintos), adherimos a principios, sociales e institucionales de la misma. En palabras ricoeurianas existe un “círculo hermeneútico” que permite la mediación y articulación entre los métodos y las interpretaciones. En la presente ponencia la primera parte daremos una discus ión más acabada del problema epistemológico de la acción social a partir de tres autores que nos parecen relevantes para 2 Consideramos la epistemología, como aquella área del conocimiento que busca "dar cuenta de los supuestos, hipótesis principios y resultados de las ciencias destinada a determinar su origen lógico... su valor y su proposito objetivo ... y de la historia filosófica de las ciencias (Lalande 1962, p.293). www.ts.ucr.ac.cr 2 entender el actual debate: Weber, Schutz y Ricoeur. Para desde aquí mostrar los límites o desafíos de la acción social más allá de una racionalidad disciplinario y dar espacio a la acción social a partir de las mediaciones ético-políticas. El presente debate epistemológico de la acción social se realizará a partir de Max Weber, desde las categorías de comprensión, interpretación y explicación, las cuales son tratadas desde el debate epistémico- metodológico en primera instancia. Estas categorías van siendo cuestionadas y completadas, en primera instancia, desde la intersubjetividad y los actos comunicativos comunitarios principalmente en Schutz. En definitiva, creemos que dar cuenta de la acción social que desplegamos los profesionales, es también dar cuenta del mundo cotidiano que la constituye, formado precisamente por relaciones comunicativas y pluralidad de personas vinculadas. Posteriormente nos interesa marcar el debate metodológico que está contenido en la categoría de interpretación, para ello tratamos la “acción social como un texto” desde Ricoeur. La acción social es plurívoca, es decir esta sometida a una pluralidad de interpretaciones, lo que lleva al “conflicto de interpretaciones”. Considerar la acción social como plurívoca, nos lleva a señalar que los profesionales prácticos desarrollan acciones sociales construidas desde distintas concepciones, con distintos intereses, la forma de resolver estos distintos constructos sociales, nos permite plantear las preguntas ética y política, que es preciso elaborar y responder. 2.1.-UNA APROXIMACION AL DEBATE DE LA ACCION SOCIAL DESDE MAX WEBER: LA SIGNICACIÓN DE LA ACCION. Max Weber desarrolla junto a otros pensadores alemanes una nueva forma de concepción de las ciencias sociales dentro de la corriente de las ciencias del espíritu, donde destaca la distinción entre las ciencias humanas y las ciencias naturales. La preocupación principal de este pensador fue establecer el estatuto científico de las ciencias históricas y de la cultura (Geisteswissenschaften); él se ubica en una tradición alemana que se geste en la obra de autores tales como Windelband (1848-1915), Rickert (1863-1936) y Dilthey (1833-1911). Todos ellos consideran que el método adecuado para el estudio de fenómenos sociales es la llamada comprensión (Verstehen). Lo específico de la obra de Weber en este marco es intentar constituir una sociología comprensiva que de cuenta de la conducta humana, a través de la explicación de como ésta se configura en una determinada relación social. La sociología en este marco es “una ciencia que pretende entender, interpretándola, la acción social para de esta manera explicarla causalmente en su desarrollo y efecto”(Weber, 1987 p.5). Las categorías de comprender, explicar e interpretar se exigen a la vez una reflexión filosófica, epistemológica y metodológica que le permite dar cuenta de la acción humana. El concepto de interpretar constituye un ámbito clave de la acción social. La sociología comprensiva busca dar cuenta del significado que los sujetos atribuyen a su conducta, es decir para ser estudio de la sociologáa debe estar mediado por la relación intersubjetiva. Mientras que la acción es subjetiva, el objeto de estudio de esta disciplina “lo social” está constituido por el sentido intersubjetivo que los sujetos atribuyen a la conducta “atención prestada a los motivos de los demás”. Según Ricoeur, la comprensión interpretativa desde un ámbito filosófico no ha www.ts.ucr.ac.cr 3 tenido ningún cambio importante desde Weber a Geertz, especificamente en este punto. Desde un ámbito metodológico, Weber plantea el esfuerzo de construir tipologías que den cuenta de los significados de la acción social. La validez científica del proceso de interpretación de la acción social está dada no sólo por la búsqueda de regularidades -causas históricas- sino también por la construcción de tipos ideales; justamente éste es el centro del problema epistemológico weberiano, es decir ¿cómo construir un conocimiento que de cuenta de la acción social?. Weber esta consciente que este tipo de lógica lo lleva a plantear una sociología comprensiva que tiene por centro el estudio de aquella acción humana, que es susceptible de racionalizarse, reconoce su orientación racionalista, pero a la vez explícita claramente los límites de la razón científica, es decir los límites de la razón humana para responder a los dilemas de la acción humana. Filosóficamente su obra se mueve entre una orientación racionalista y un escepticismo “su obra busca dar cuenta de los limites de la razón humana y por tanto de los dilemas de nuestra sociedad” (R. Aron, 1987, p.9). Reconociendo los límites la racionalización de la acción humana, plantea las antinomias de la condición humana; es decir el mundo de los valores en las decisiones humanas (la ética de la responsabilidad y la ética de la convicción); en definitiva, le otorga un espacio importante a la racionalidad práctica. 2.2. LA ACCION SOCIAL DESDE EL ÁMBITO DE UNA TEORIA DE LA INTERSUBJETIVIDAD EN SCHUTZ. La acción social en Weber, considera su relación con la conducta observada, en este sentido la sociología debe interpretar las conductas que se orientan a determinados medios considerados como los adecuados, es decir racional acorde a medios y fines. Ahora bien, la determinación de la conducta parte de una base empírica y directamente observable. Es precisamente esta referencia la que Schutz crítica fuertemente (discípulo de Husserl). El proceso de interpretación y la base empírica de la conducta humana como objeto de estudio de la sociología comprensiva. Schutz crítica las ambigüedades del significado de observación directa en la cual ya esta implícito el proceso de interpretación Weber se equivocaría según Schutz “al sostener que entendemos por observación directa, el significado de lo que una persona está haciendo al realizar un acto tal como cortar madera: porque el llamar a su actividad “cortar madera” ya es haberla interpretado”(Schutz en Giddens, 1993, p.29). Desde una perspectiva fenomenológica, otra gran interrogante que deja planteado el pensamiento weberiano respecto de la acción social refiere a la ambigüedad entre el sujeto que conoce la realidad-empírica y su experiencia subjetiva, tal cual se demuestra en la siguiente cita de Weber “la validez de todo saber empírico descansa en esto y sólo en esto: que la realidad dada se ordena según categorías que son subjetivas en un sentido específico, en cuanto representan el supuesto de nuestro conocimiento y estan ligadas al presupuesto del valor de aquello que sólo el saber empírico puede proporcionar”(Weber 1987,p.9). Nuevamente volvemos al problema de la interpretación reducida a la observación y la experiencia empírica, asi bien, no queda claro, según la tradición fenomenológica, “¿cómo www.ts.ucr.ac.cr 4 experimenta el actor o los actores como personas separadas de él mismo, pero con sus propias experiencias subjetivas?.(Schutz en Giddens 1993, p.29). La fenomenología de Husserl se ocupa eminentemente sobre este tipo de relaciones entre los actores desde sus subjetividades constituyentes del “acto Social”. El intento de Husserl es pensar el “mundo de la vida”, el “mundo cotidiano” como una experiencia intersubjetiva “descubrir y establecer el carácter primordialmente intersubjetivo del sujeto trascendental, hasta el extremo de hablar de la crisis de las ciencias europeas y la fenomenología transcendental”(Husserl en Velozo R., 1996, p.11). El acto social considerado fenomenológicamente refiere a categorías como fenómeno y lo dado, éstos están estructurados de forma comunitaria orientados teleológicamente en el mundo del espíritu. El hombre en este sentido no solo conoce su realidad-sujeto cognoscitivo, pregunta epistemica- sino también, es un ser que conoce, ámbito ontológico del conocimiento; el sentido del hombre (Cfr Husserl, 1976). El acto social se funda en la conciencia personal del sujeto, y se funda en actos comunicativos comunitarios “la conciencia personal es una pluralidad de personas vinculadas que mediante un lazo poseen una unidad de conciencia. Una unidad comunicatica”(Husserl en Velozo R. 1996, p.22). En definitiva los sujetos existen comunitariamente y por tanto el acto social es constitutivo de una pregunta tanto epistemológica como ontológica. Husserl, contemporáneo de Weber busca constituir una crítica a un tipo de racionalidad que ha orientado las ciencias; es decir la reducción del conocimiento a los hechos como forma de validación científica “meros ciencias de hechos hacen meros hombres de hechos”(Husserl 1976, p.10). El gran problema de las ciencias positivas es justamente que hacen “abstracción de todo lo subjetivo” (idem) y por tanto los únicos criterios de validez del conocimiento son ser objetivo, universal, monológico, neutral fundado en las propias reglas que se da la razón. 2.3 LA ACCION SOCIAL CONSIDERADA COMO TEXTO EN RICOEUR. El proceso de interpretación y comprensión del acto social desde la intersubjetividad puede ser completada desde un aproximación de tipo hermenéutico- metodológica; es decir se busca considerar la acción social en su carácter de textualidad; este es justamente el aporte que nos ofrece por ejemplo el pensamiento de Ricoeur, al tratamiento weberiano de tipos ideales. Desde un punto de vista metodológico la hermeneútica se define sobre un triple fondo, el estructuralismo, el psicoanálisis y la fenomenología husseriana (Cfr, Encyclopeadia Universalis, 1992). En un libro importante, Le conflit des interpretations (1969) Ricoeur muestra algunos aspectos sobre el debate de la comprensión y la interpretación en las ciencias sociales. El conjunto de los articulos que recogen casi una década de las discusiones emprendidas por Ricoeur en el campo de la hermeneútica muestra el surgimiento de un modelo en las ciencias sociales que surgen de la lingüística de Saussure. Se trata ahora de una discusión que se ubica de lleno en el lenguaje. En los años sesenta diversas ciencias sociales, sobre todo en su tradición francesa se apoyaron del paradigma estructural: la antropología, el psicoanálisis, el estudio de los mitos, la historia etc. Así bien, el aporte de Ricoeur al pensamiento de Weber está dado por la re-actualización del concepto de interpretación simbólica; Ricoeur, reconoce que debe ser completada por www.ts.ucr.ac.cr 5 el análisis de la mediación textual: comprender es comprenderse delante del texto, es percibir de él las condiciones de un otro que viene a la lectura (Cfr. Ricoeur 1992). Se considera como texto las acciones que el hombre realiza, instituciones y procesos sociales. En su obra “Du texto à l’action” (1986) Ricoeur consolida en forma especial una “interpretación de textos” haciendola homologable a una interpretación de la acción. “Un rasgo de la acción humana, que no ha sido enfatizado suficientemente en los análisis precedentes, nos puede ofrecer una vinculación interesante entre plurivocidad específica del texto y la plurivocidad analógica de la acción humana”(Ricoeur 1993,p.56). La plurivocidad es entendida “como las diferentes interpretaciones a que se ve sometida el texto, que llevan necesariamente a un conflito de interpretaciones en donde la interpretacion final aparece como un veredicto al cual es posible apelar”(idem). El proceso hemenéutico de la acción social considerado como texto, es justamente un trabajo del pensamiento reflexivo, que consiste en descifrar el sentido oculto aparente, desplegar los niveles de significación implicados en la significación literal. Un ejemplo concreto es el desplegado por Ricoeur frente al “imaginario social” en éste se reunen dos sentidos el de utopía y el de la ideología. La ideología y la utopía aparecen como dos expresiones inevitables del imaginario social que se reúnen necesariamente para darse forma. Las dos son formas de la imaginación reproductiva y la imaginación productiva del mundo social. En esta situación concreta de acción social, Ricoeur demuestra, con todo su despliege argumentativo, que la acción social considerada como utopía e ideología, es justamente un proceso hermenéutico interpretativo que, metodológicamente conlleva una interpretación recíproca entre explicar y comprender. 2.4. La Acción social desde el debate metodológico-epistémico. Una recapitulación. Este proceso hermenéutico- interpretativo conlleva una interpretación recíproca entre el explicar y comprender en el análisis de la acción social. Volvemos a la antigua discusión weberiana de la acción social, la cual debe ser a la vez comprendida y explicada, no polarizando ningún tipo de interpretación. Ricoeur a través de la hermeneútica metodológica -interpretación de los textos- demuestra la dialéctica necesaria entre comprensión y explicación, conformando un círculo hermenéutico que sería propio de la ciencias sociales. Ahora bien, “En este círculo el polo propiamente metódico y constitutivo de cientificidad es el del explicar”(Ricoeur en Scanonne 1988, p.558), pero requiere de la comprensión crítica. Tratar la interpretación de los textos como acción social, desde este ámbito metodológico nos permite avanzar en el pensamiento weberiano respecto al tipo de explicación requerido en los fenómenos sociales, es decir los tipos de causación que es necesario distinguir, Ricoeur complejiza y completa el debate sobre dintintos tipos de causación es decir, teleológicas, estructurales y otras, que pueden “mediar, articular la interpretación hermeneútica(...) esta a su vez supone la objetivación de la distanciación crítica(como la del texto), la posibilidad de procedimientos de validación intersubjetivamente controlables y una suficiente neutralidad axiológica” (op. cit., p.559). El pensamiento de Ricoeur nos permite cuestionar la dicotomía que han tenido que enfrentar las ciencias sociales, es decir los criterios de cientificidad, tanto para los métodos interpretativos, como para métodos empírico-formales, oponiendo el uno al otro. El círculo hermenéutico www.ts.ucr.ac.cr 6 permite “la mediación y articulación ordenada entre los distintos métodos aplicables al estudio del fenómeno social (v.g. empírico-formales, funcionalistas, de la teoría de sistemas, estructural, dialéctico-material, hermenéutico etc). Pero, si se respeta la especificidad del fenómeno social en cuanto socialmente significativo3 , los otros métodos no serán suficientes si no se ordenan a la interpretación hermenéutica crítica, sirviendole de mediación explicativa” (op.cit.,p.560). Los tipos de causalidad y el círculo hermenéutico son aspectos aspectos que permiten avanzar en el pensamiento weberiano desde un enfoque metodológico epistémico de la acción social, al considerarla como un construcción del hombre -el texto-. III.-LA INVESTIGACION EN TRABAJO SOCIAL DESDE EL DEBATE ÉTICO POLITICO El problema general en esta última parte de la ponencia es reflexionar y demostrar como los profesionales prácticos somos mediadores entre el debate epistemológico- metodológico y el ético político, al trabajar con personas grupos e instituciones donde se cruzan permanentemente intereses, valores y opciones. Nuestras prácticas profesionales si bien contienen este debate, no ha sido desentrañado, ni cuestionado por nosotros, más bien hemos tendido a asumir las ciencias sociales de acuerdo a las coyunturas académicos y políticas vigentes con una falta de criticidad de estas mismas, desde la experiencia profesional. Esto nos lleva a pensar una acción social situada históricamente, es decir un hombre en contexto social, cultural y político que piensa su “experiencia histórica como resorte de su realidad” (Cfr.Zemelman 1992). La realidad como construcción viable. La acción social mirada desde este ámbito rescata lo político, el poder y la reflexión ética que la constituye y por tanto, redefine también la temporalidad de las ciencias . Un ejemplo concreto son las políticas sociales que se impulsan en América Latina para hacer frente a la pobreza, como lo señala las Actas de un Seminario del Convenio Andrés Bello(1997) 4 . Las apuestas realizadas al sistema de libre mercado, para nuestros países, han dejado en el camino dilemas y tensiones éticos profundos que requieren ser incorporadas en las políticas sociales para hacer frente a esta pobreza “la paradoja es que estos males se dan simultáneamente con los mayores saltos científicos y tecnológicos vividos durante el siglo XX, lo que abre a la humanidad nuevas posibilidades de progreso y bienestar, si logra encontar arreglos políticos y económicos 3 El carácter socialmente significativo para Ricoeur está dado tanto por la mutua incidencia entre el objeto estudiado y el investigador y la autocomprensión del investigador; como también la comprensión del sentido lleva a la comprensión del hombre, la sociedad la historia, que implican valoración (Scannone, op cit, p.560). 4 la Pobreza en América Latina(AL) lejos de disminuirse se acrecienta año a año,"Según estimaciones de la Cepal los pobres en AL aumentaron de 112 millones en 1970 a 196 millones a principios de los noventa. Sólo en la década del ochenta el aumento fue de 60 miloness tomando datos de 19 países"(Ver Roberto Hurmeneta en Los dilemas económicos de América Latina en los Noventa. Rev. Tablero del convenio Andres Bello, año 21, No57.Pensamiento Renovados sobre Integración, Bogota 1997. www.ts.ucr.ac.cr 7 informados por una ética, es decir, una cultura civilizadora”. 5 Las profesiones como el TS, en nombre de un tipo de cientificidad predominante, no han valorado un tipo de lenguaje que se ha constituido en la acción cotidiana. La acción social desplegada por estas disciplinas, se realiza en contacto con las personas y las instituciones, ambos aspectos relevantes en el ejercicio profesional. Ëste ha permitido construir conocimientos desde la cotidianeidad, desarrollar destrezas, habilidades, opciones valóricas, que dicen relación con un tipo de racionalidad “práctica”. Es justamente este tipo de racionalidad la que hemos “olvidado” al momento de dar cuenta de lo que hacemos. Pensamos que este “olvido” no ha sido voluntario sino que refiere a un tipo de conocimiento imperante en las ciencias sociales; que ha priorizado un conocimiento causalista, objetivo, apolítico y sin historia, que es justamente el que cuestionan las anteriores perspectivas epistemológicas detalladas. Donald Schön, en su libro Los Prácticos Reflexivos (1994) explícita justamente esta tensión entre una racionalidad de carácter positiva -eficacia eficiencia-, y la racionalidad cotidiana “los profesores se ven presionados por aumentar su eficiencia en el contexto de presupuestos que se reducen, demandas de enseñar “lo esencial”, llamados a incentivar la creatividad, formar cuidadanos y ayudar a los estudiantes a examinar sus valores. Los profesionales en el campo del bienestar social, se encuentran “tironeados” entre un código profesional que aboga por una atención personalizada y la presión burocrática por aumentar la eficacia en el trabajo de clasificación y procesamiento de los casos”(Schön, 1994, p.77) En palabras weberianas es justamente la racionalidad instrumental - medio/ fin-, que se confronta con un tipo de racionalidad valórica, este es justamente el límite, en palabras de Weber, de la razón científica. Pensamos que el desafío de las profesiones, no sólo lleva aparejada una reflexión de tipo epistémico de la acción social, sino también, conocer y comprender las fuentes de poder que las han constituido, es decir lo político y lo ético como fuente de su hacer. Gyarmati en su libro “Las Profesiones Dilemas del Conocimiento y del Poder” señala que no es “ni la naturaleza teórica y sistemática de los conocimientos, ni la duración del período de aprendizaje de los alumnos, los que permiten definir con claridad lo que es una profesión y por tanto el status que ocupa en una sociedad” (Gymarti 1984, p.53). La tesis de este autor es plantear el poder como centro de análisis en la constitución de las profesiones, es decir entender el poder entre las profesiones y los otros sectores de la sociedad, “el poder es un recurso vital para el funcionamiento de toda sociedad. Lo importante es saber cómo éste se adquiere, cúales son sus bases y cómo se usa: en beneficio de quiénes y en persecución de que metas”(ibid,p.57). En síntesis, el status profesional no estaría dado por la preparación que reciben sus miembros, sino más bien es el resultado de un proceso de persuasión emprendida por dicha ocupación más que el efecto de las cualidades mismas. En este sentido cabe reconocer que existen profesiones con menor y mayor poder; las preguntas aún pendientes para este autor, refieren justamente al status de las profesiones sociales, así bien, ¿cómo se explica que un número reducido de ocupaciones consiga que las élites de poder le otorgen autonomía, monopolio y otras prerrogativas especiales, a pesar de que su pretendida superioridad en conocimiento y espíritu de servicio no corresponde, o correspondería sólo en 5 Ver, Los dilemas económicos de América Latina en los noventa. Op.cit. www.ts.ucr.ac.cr 8 parte, a la realidad objetiva?, ¿por qué, en cambio, las restantes ocupaciones no obtienen tales privilegios, a pesar de que los argumentos que presentan podrían ser en ciertos casos igualmente válidos, o incluso más? (cfr Gymarti, 1984). Los procesos de negociación, el desarrollo tecnológico, la reflexión política, la descentralización del poder, son algunos aspectos que podrían constituir respuestas a la situación de desmedro que viven algunas profesiones como el Trabajo social, el profesor, el enfermero; en relación a profesiones como la ingenería, la medicina y la economía entre otras. El trabajo social busca conocer la realidad social, para construir proyectos de transformación que pretenden mayor justicia social, igualdad de oportunidades, en definitiva un mayor bienestar humano; es justamente en estos proyectos donde la profesión nos interpela, es decir nos pone frente a preguntas tales como: ¿qué criterios usamos para tomar ciertas decisiones?, ¿con quiénes las tomamos?, ¿con qué recursos?, ¿en qué contexto institucional?, ¿en relación a que poder de legitimidad?, en definitiva, también ¿a qué proyecto de sociedad?. Todas estas preguntas ponen en el centro del debate profesional nuestra labor en tanto co-gestores del poder. Al analizar nuestra profesión desde la variable del poder, implica reconocer los valores a los cuales adhiere, los cuales están en un intercambio incesante entre el medio institucional en que trabajamos y el contexto socio-político en que estas mismas se inscriben. Permítasenos analizar el concepto de equidad e igualdad para enfrentar la pobreza en Chile, de manera de dar cuenta que tipo de decisiones tomamos y las consecuencias de estas mismas. Se sabe que el gobierno actual se ha planteado una serie de políticas respecto de la pobreza. Al respecto el actual ministro de hacienda Eduardo Aninat señala “en sólo cinco años hemos logrado un avance colosal, internacionalmente reconocido, reducir la pobreza del 40% al 28% de la población, y la indigencia desde el 14% al 8%. Esto no sería posible sin las fuerzas de mercado, combinadas con una acción directa del Estado en la mantención de equilibrios macro-económicos y una fuerte presencia en materia social. Todo esto en medio de un proceso democrático pleno y del ejercicio del pluralismo” (Aninat.E en Parker, 1998, p.68). La opción por una economía de mercado y por la mantención de equilibrios macro económicos, lo lleva a plantear que el combate a la pobreza está en función del resguardo por la estabilidad económica; es decir la conducción política y la participación de los distintos actores de nuestra sociedad están conducidas por “el imperativo de mantención de equilibrios económicos(...), la primera tarea de nuestro gobierno es combatir la pobreza, el resguardo de la estabilidad económica y el crecimiento económico son esenciales. Esto lo afirmo con mucha fuerza y convicción, saliendo al paso de tentaciones populistas”(op.cit., p.68) y agrega “la economía social de mercado, a nuestro juicio personal y como gobierno, es un instrumento que se inserta en Chile en la estrategia de crecimiento con equidad como forma de organización adecuada que potencia la economía en su conjunto, y que requiere de la ocasión complementaria y correctiva del Estado.”(Op.cit., p.67). La opción del gobierno es combatir la probreza, su estrategia es el crecimiento con equidad. Para Agustin Squella -ex-Rector de la Universidad de Valparaíso- el concepto de equidad desplaza al de igualdad, en el sentido que el primero conlleva la intención de una corrección de “algo que no esta bien hecho”, es decir el concepto de equidad, pone de manifiesto la necesidad de un sistema de mercado por regular sus imperfecciones. Asi bien, para este mismo autor el concepto de igualdad refiere a igualdad de oportunidades y/o igualdad de derechos “se debe usar igualdad por cuanto una sociedad democrática debe avanzar en que todas las personas sean iguales en algo” (Squella A. en Parker, 1998, p.145), iguales en www.ts.ucr.ac.cr 9 las posiblidades de asegurar las necesidades básicas. Hoy nos encontramos con un discurso gubernamental que acentúa la equidad por sobre la igualdad. Ahora bien, en tanto trabajadores sociales la igualdad de derechos y oportunidades ¿puede ser desplazada de nuestro quehacer profesional?, ¿podemos sólo potenciar acciones correctivas? ¿cuál sería el impacto social y político al sobrevalorar acciones regulativas, por sobre las de transformación?, ¿cómo tensionar acciones sociales que van en la dirección de la equidad, y a la vez de la igualdad de oportunidades?. Obviamente, cada respuesta requiere de un profesional que se situa en un momento histórico determinado, que es capaz de analizar el impacto político de éstas y por tanto asumir como profesión, como colectivo, los valores por los cuales opta. Nadie nos puede liberar de las responsabilidades morales-éticas que hoy tenemos frente a la acción social que desplegamos “la impaciencia del hombre de acción que pide a la ciencia el conocimiento de los medios y las consecuencias, porque sabe de antemano, que la ciencia no lo liberará de la obligación de elegir, porque los dioses son multiples y los valores contradictorios? (Weber 1959, p.20) En definitiva, el análisis político y ético de las profesiones refieren a un análisis del poder, tanto ejercido como profesión o bien el status el rol que ocupa en una sociedad determinada. Esta situación, ha marcado la acción social que desplegamos los profesionales, un tipo de racionalidad práctica, que es justamente la que nos ha orientado para dirigir adecuadamente la acción en situaciones difíciles y paradójicas, es decir se plantea la cuestión del sentido; en estricto rigor, se plantea una cuestión ético-política (Cfr.Ricoeur 1986). Este tipo de racionalidad poco atendida por los profesionales prácticos debe su “olvido” a una concepción de acción social heredada de una ciencia social cuyos principios han homogeneizado un tipo de conocimiento sobre otros esto ha incidido en las “cargas teóricas” (Sanchez D., 1994), con que enfrentamos una pregunta de investigación desplazando en definitiva la práctica profesional. En definitiva ser sujetos políticos remite en forma especial a un saber actuar “a diferencia de los saberes también racionales pero preferentemente teóricos (contempla tivos), a los que no importa en principio orientar la acción, la moral es esencialmente un saber práctico: un saber actuar”(Cortina A., 1996, p. 22). Así bien, existen diversas formas de saber práctico, el presente trabajo opta por una razón práctica comunicativa, es decir discernir entre qué es correcto o incorrecto de nuestras decisiones profesionales solo es posible en el diálogo y la reflexión crítica de nuestras acciones6 , con las personas afectadas en contextos institucionales específicos. IV. CONCLUSIONES Pensamos que desde perspectivas comprensivas podemos acercanos a dar cuenta de un lenguaje más cotidiano de la acción social, en definitiva como lo expresa muy bien un documento de la Escuela de Trabajo Social del Bío -Bío en Chile que decía “el TS debe, usando sus propias palabras nombrar la realidad, informando a otros actores acerca de lo que ve, cómo realiza su 6 La ética de los trabajadores sociales, requiere ser analizada a partir del discurso de sus prácticas, es decir lo que las personas dicen de su quehacer profesional. Para ello nos apoyamos en los trabajos de Habermas sobre "Conciencia Moral y la acción Comunicatica" (1985) y en Ricoeur "El Discurso de la acción"(1988). www.ts.ucr.ac.cr 10 intervención y que resultados logra. Para ser productor de conocimientos hay que ser productor de realidades(...), se produce conocimiento cuando se reflexiona y opina con fundamentos, cuando se realizan diagnósticos, y se define un plan de acción, cuando se sistematiza la acción, cuando se investiga de diversas maneras problemas e interrogantes del propios TS”, o como agregaba el aporte de la Universidad Católica Blas Cañas “nuestra reflexión investigativa debe apuntar a la construcción de modelos de interpretación de y para los problemas sociales”. En definitiva el TS vive problemas epistémico- metodológicos heredados de ciertas ciencias sociales. Este tipo de prioridades nos ha llevado a priorizar el método por sobre los problema sociales que buscamos entender-construir y cambiar; en palabras Weberianas, “no sólo no hay método universal, sino que la oportunidad de un procedimiento varía con los problemas a resolver: eficaz en un caso, puede fracasar en otro análogo... Desde el momento que el método es una técnica del conocimiento no cabe a priori que tal procedimiento es mejor que otro, ya que todo depende de: la intuición del investigador, del sentido de la investigación, de la habilidad de la aplicación, de manera que sólo los resultados obtenidos deciden retrospectivamente su validez” (Weber M., 1973, p 88). La ACHETS (Asociación Chilena de Escuelas de Trabajo Social), en su congreso realizado en 1997 en Concepción, sobre “La investigación en Trabajo Social”, señalaba que las escuelas coinciden en ofrecer a sus alumnos asignaturas de metodologías y técnicas de investigación en ciencias sociales, estas metodologías eran categorizadas como cualitativas o cuantitativas o bien positivistas y fenomenológicas o analíticas e interpretativas”. La forma de enseñar a nuestros alumnos los procesos de investigación deben tender a unir estas distintas formas por que la práctica social que buscamos transformar así lo requiere. Nuestros procesos investigativos tienden a partir de preguntas prácticas, pero se distancian cuando buscan fundamentos más teóricos cayendo generalmente en abstracción teorética, ligadas a un método que prioriza una construcción artificial de problema que buscamos cambiar. En este sentido, las “cargas teóricas-metodologicas” nos distancian de la comprensión profesional. Al dar cuenta que nuestra investigación es una indagación de la realidad, realidad que buscamos transformar, este ejercicio requiere construir modelos - más que importarlos- que nos sean pertinentes para dar cuenta de esta misma. Debemos sentirnos constructores de realidad, hablar desde las instituciones, los actores y los problemas sociales que se constituyen la intervención profesional, aquí la ciencia siempre irá a pérdida, los desafíos de la práctica profesional siempre van a desbordar cualquier paradigma de las ciencias sociales, por tanto ¿cómo construir un lenguaje que de cuenta de esta complejidad?, ¿cómo dar cuenta de un lenguaje que esta constituido de relaciones de poder, de normas, de valores, de recursos que se tensionan?. Los trabajadores sociales al desarrollar procesos de diagnóstico, planificación y evaluación de un problema social, buscan darse los mejores medios para cambiar la situación. En este sentido, el supuesto básico refiere a conocer lo mejor posible las causas que provocan ciertas situaciones de manera tal de programar un proceso de cambio riguroso y eficaz. Este tipo de planteamientos refiere en términos generales a formas de explicar, que han tenido algunas de las ciencias para dar cuenta de la accion social. Asi bien, cuando los TS no sólo buscan las causas de los problemas sociales y las formas de cambiar estas situación, sino también se pregunta por los principios y valores de estas mismas, a saber por: el respeto a las personas, la dignidad humana, la diversidad cultural, al desarrollo sustentable, al respeto a los derechos humanos o bien por incentivar mayor tolerancia en nuestra www.ts.ucr.ac.cr 11 sociedad etc. Todas estos valores requieren ser incorporadas en nuestras investigaciones. Sin embargo en los procesos de indagación social constatamos tendencias a polarizar estos dos formas de acercamiento a nuestro quehacer social, aún más hemos desarrollado mayores destrezas en metodologías que refieren a formas de explicar la acción más que a dar cuenta de los valores que la constituyen. Actualmente se constata en nuestras universidades procesos investigativos de tipo fenomenológico, constructivista, hermeneúticas, pero creemos que se vuelve nuevamente a la disociación, si estas no tienen en el centro de su reflexión los procesos de cambio que nuestra profesión aspira a desarrollar. Hoy también parece ser, que estas tendencias parecen rescatar la percepción de los sujetos, creemos que esta situación puede llevarnos a una mirada solipsista de la acción social. En síntesis, podemos señalar que el problema específico que habría que seguir reflexionando es cómo los profesionales prácticos somos mediadores entre el debate epistémico- metodológico y el ético -político, al trabajar con personas grupos e instituciones. Ahora bien, tal como lo hemos indicado aqui, si nuestras prácticas profesionales contienen en parte este debate, éste no ha sido suficientemente desentrañado, ni cuestionado por los que realizamos estas prácticas. V. 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