G04BD. ANTIESPASMÓDICOS URINARIOS L a incontinencia urinaria supone una pérdida involuntaria de orina, acompañada o no de sensación de micción inminente y que implica una imposibilidad del individuo para la retención urinaria,de manera permanente o transitoria. Supone el trastorno más común referido al tracto urinario inferior en las personas mayores de 65 años, afecta a ambos sexos y supone una frecuente causa de incapacidad física. Pero sobre todo, en la mayoría de las ocasiones, es un motivo de discapacidad psíquica y social. El tracto inferior está ocupado por una cavidad globulosa, muscular, la vejiga, cuyo vértice anterior está unido a la pared posterior del abdomen por el uraco. Presenta dos vértices posterolaterales donde desembocan los uréteres y un vértice inferior donde nace la uretra, que es un conducto de drenaje al exterior. La vejiga tiene la función de almacenamiento de la orina y, por tanto, debe distenderse para recibir la orina procedente de los uréteres. La evacuación al exterior a través de la uretra exige la capacidad de contracción de la vejiga; y ésta se encuentra mecanizada en el músculo detrusor y en la región anatómica comprendida entre los dos orificios ureterales y la uretra, conformando el trígono. La relación de los distintos componentes anatómicos mencionados constituye el sistema esfinteriano: – El interno, constituído por dos capas musculares, superficial y profunda, del músculo trigonal unidas a fibras del cuello vesical pertenecientes al detrusor. Esta amalgama muscular es responsable de la continencia a nivel proximal. – La uretra presenta además de dos capas de músculo liso (longitudinal interna y circular externa) una capa de mú sculo estriado que conforma el esfínter externo, responsable último de la continencia. La incontinencia aguda se establece de manera brusca y suele ser de carácter funcional, lo que significa que revierte cuando desaparecen los factores físicos o psíquicos que la produjeron. Por tanto, es transitoria. Por su parte, la incontinencia crónica supone una alteración en la relación entre las presiones vesical y uretral de manera permanente. TIPOS Y TRATAMIENTOS DE LA INCONTENENCIA URINARIA La vejiga inestable o incontenencia de urgencia motora es aquella que en fase de llenado desarrolla contracciones no inhibidas. Se caracteriza por la urgencia miccional, debida a la imposibilidad de almacenar orina. Cualquier patología del tracto inferior puede desencadenarla: Infecciones, urolitiasis, carcinoma vesical, rectal o pélvico, hiperplasia benigna de la próstata, etc. En la edad geriátrica es el tipo de incontinencia más frecuente. En el caso de la hiperplasia benigna prostática, la obstrucción producida por la hipertrofia facilita la contracción involuntaria del detrusor, que se hace hiperactivo. Dada que la inervación del detrusor es esencialmente parasimpática, se emplean fundamentalmente agentes anticolinérgicos, siendo de todos ellos oxibutinina el fármaco de referencia del grupo. Tolterodina parece producir una menor incidencia de sequedad de boca que los restantes. Tabla 1. Medicamentos anticolinérgicos de vías urinarias Fármaco anticolinérgico Posología Emepronio 200 mg/8 h. Flavoxato 200 mg/6-8 h. Homatropina 4 mg/8 h. Oxibutinina 5 mg/8 h. Tolterodina 2 mg/12 h Trospio 4 mg/8 h. Otros medicamentos utilizados en esta forma de incontinencia son imipramina, que a sus propiedades anticolinérgicas se añade la actividad agonista adernérgica (inhibe la recaptación de noradrenalina), lo que incrementa el tono del esfínter uretral. Algunos antagonistas del calcio, como flunarizina, han mostrado reducir el tono de la vejiga y con ello los síntomas de este tipo de incontinencia urinaria. La vejiga irritable o incontenencia de urgencia sensorial deriva de un sobreestímulo de las vías sensoriales aferentes de la vejiga, producido por la irritación de la pared vesical o de la uretra. Las causas más frecuentes son la litiasis, los tumores, la cistitis intersticial, la uretritis y la trigonitis. La incontinencia por rebosamiento aparece cuando la presión dentro de la uretra es superada por la existente dentro de la vejiga, al existir grandes volúmenes almacenados en vejiga. Es debida a la existencia de una vejiga hipotónica y también puede aparecer tras la administración de determinados fármacos (antidepresivos, antagonistas del calcio, antiinflamatorios no esteroídicos, etc). Asimismo, puede ser producida por la existencia de un obstáculo en el tracto de salida. Suele requerir un tratamiento quirúrgico, aunque en algunos casos se han obtenido buenos resultados mediante el empleo de bloqueantes α-adrenérgicos (véase el grupo G04C), ya que reducen el tono del esfínter, o agentes colinér- 1 gicos (betanecol), que incrementan la contracción de la vejiga. No obstante, unos y otros resultan frecuentemente ineficaces en esta indicación. La incontinencia de esfuerzo supone la pérdida de pequeñas cantidades de orina ante cualquier mínimo aumento de la presión en la cavidad abdominal (tos, risa, estornudo, estreñimiento, etc, como consecuencia de una reducción de la resistencia del tracto de salida al vaciamiento vesical. Aparece hasta en el 50% de las mujeres mayores de 65 años. En los varones es muy poco frecuente, salvo tras prostatectomía (hasta en un 10%). El tratamiento que ofrece mejores resultados es la cirugía. Sin emb argo, el empleo de estrógenos en mujeres tiende a mejorar las condiciones (revierte la atrofia tisular que favorece el fenómeno) y potencian la actividad de los fármacos simpaticomiméticos, como la fenilpropanolamina, que aumentan el tono del esfínter. RECUERDE El empleo de fármacos anticolinérgicos en ancianos debe ser especialmente vigilado, dado que este tipo de pacientes es especialmente sensible a los efectos anticolinérgicos, no siendo infrecuentes los estados de confusión mental, sequedad de boca, estreñimiento, midriasis y/o taquicardia. 2