“Los grandes líderes nos hacen avanzar

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Monografía: Curso de
Neurociencias y
Neuroliderazgo"Neuroliderazgo"
Alumno: Carlos María Pedroche
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INTRODUCCION
Estimado lector, el siguiente trabajo pretende señalar y describir alguna de
las principales características que deberían reunir aquellas personas que tienen
a su cargo la responsabilidad de conducir (liderar) una organización (grupo,
equipo, etc.), brindando de manera inicial y con el firme propósito de
adentrarnos en el tema una breve definición de “neuroliderazgo”.
Seguidamente, analizaré el liderazgo en las actividades deportivas, reflejando
la opinión y las enseñanzas de tres exitosos ex deportistas que en sus
respectivas disciplinas en alguna oportunidad han tenido que asumir la tarea de
liderar un grupo.
DEFINICION DE NEUROLIDERAZGO
Es aquella disciplina que brinda a las personas las herramientas necesarias
para descubrir sus propias capacidades así como también reconocer todos los
recursos con los que contamos a fin de poder aprovecharlos al máximo
reduciendo así la tensión y el estrés laboral.
CARACTERISTICAS QUE DEBE REUNIR UN LIDER
Para comenzar con el desarrollo del tema resulta necesario señalar que en
muchas organizaciones ocurre que aquellos que van a formar parte de un
grupo (equipo de trabajo) no siempre se conocen entre sí o no han trabajado
juntos con anterioridad. Por tal motivo, la primera función de un líder, quizá una
de las más importantes, es la de contribuir a la integración de la personas, esto
es, generar un vínculo con cada uno de los integrantes. En toda organización
es muy importante para aquél que la integra saber que cuenta con alguien con
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quien poder hablar. Esto permite la liberación de oxitocina 1, reduciendo el
estrés inicial que genera toda situación nueva.
La segunda tarea de un líder será la de establecer normas de trabajo, de
conducta y relación, las cuales se aconseja sean desarrolladas por escrito y
estén a la vista de todos. En este punto, es necesario cada tanto volver sobre
ellas, para que estén presentes en la actividad diaria y no se olviden, o sean
dejadas de lado por urgencias o situaciones emocionales que desequilibren al
grupo y alejen a las personas de las reglas.
Un líder tiene que saber manejar el estrés y la ansiedad, lo cual le permite
mostrar a su equipo equilibrio y seguridad, debiendo señalarse que se
encuentra comprobado que el autocontrol tiene un efecto que se contagia
desde los puestos superiores a los inferiores. Nadie quiere ser tomado por una
persona exaltada cuando el jefe es famoso por su tono calmado.
También, deberá aquél que tenga a su cargo la tarea de dirigir un grupo
ubicar a las personas en los puestos acordes para ellas según sus
características (capacidades), tratando de lograr con la motivación – como una
actividad más dentro de sus varias tareas – crear las condiciones, despertar y
mantener el interés de su colaborador en el aprendizaje. Un líder tiene que
contagiar a los integrantes del equipo deseos de aprender y mejorar
continuamente.
La Nse Marita Castro señala que uno de los factores más importantes que
todo líder debe tener presente es el de crear contactos laborales de baja
amenaza (sin estrés agudo negativo) que brinden seguridad, desafíos y
motivación para generar un estado de alerta relajado que impulse a la UCCM
(unidad cuerpo cerebro mente) a emplear todas sus capacidades cognitivas,
ejecutivas y emocionales para llevar adelante los objetivos y tareas que deben
realizarse cotidianamente en toda organización.
Dentro de una organización resulta muy importante que aquél que forma
parte de ella sea reconocido por su labor, lo cual no necesariamente pasa por
un ascenso en el escalafón o por un incremento en sus haberes, cuestión que
incluso generalmente escapa de la decisión del propio líder. Ahora bien, lo que
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La oxitocina es una hormona que todos tenemos y que, cuando se activa positivamente nos hace entrar
en confianza, generando inspiración y generosidad entre quienes nos rodean. Cuando liberamos esta
hormona en grandes cantidades con los integrantes de un equipo nos motivamos al máximo.
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sí puede hacer un líder es valorar y reconocer el trabajo de la gente de su
equipo, fundamentalmente teniendo en cuenta que ello hace necesariamente al
éxito de la organización y no requiere más que decirle a una persona
¡Excelente trabajo”!, actitud que provoca en el colaborador (“el elogiado”) las
mismas zonas de recompensa del cerebro que se activarían ante un
reconocimiento económico inesperado.
Resulta necesario también que un líder tenga buen humor, aunque ello no
significa que no sea realista, pero está comprobado que el buen humor
contribuye a la flexibilidad mental y a las ideas innovadoras. Cuando la gente
está a gusto es cuando mejor trabaja. La capacidad de un líder para inducir un
estado de ánimo entusiasta y cooperativo en un equipo puede determinar su
éxito. Las investigaciones también han demostrado que los estados de ánimo
positivos dan lugar a una percepción más favorable de los demás o de los
hechos. Esto contribuye, a su vez, a que la gente se sienta más optimista sobre
su capacidad para alcanzar un objetivo, fomenta la creatividad y la capacidad
de tomar decisiones, y predispone a la gente a ayudar.
Un conductor de grupo nunca debe creerse perfecto, debe reconocer sus
fortalezas para aprovecharlas al máximo, así como sus debilidades para
trabajarlas.
Un líder siempre tiene que buscar nuevas y mejores maneras de hacer las
cosas.
Otra cuestión que tampoco debe pasar por alto un líder es la referida al
cuidado de la salud mental y física de sus dirigidos. La falta de atención a estos
problemas tiene un costo elevado para las empresas. Un líder debe cuidar del
cerebro de cada miembro de su equipo, privilegiando siempre a la persona por
sobre la empresa. Cuando la gente se encuentra bajo estrés, los aumentos
repentinos de adrenalina y cortisol (las hormonas del estrés) afectan
poderosamente a su razonamiento y cognición.
Por último, es fundamental que un líder tenga capacidad de escuchar y
considerar lo que su equipo le expresa. En este sentido, si bien algunos
piensan que saber escuchar es una habilidad de lo más sencilla, lo cierto es
que en realidad es algo muy difícil. Un líder deber ser una persona fuerte y
segura para permanecer en silencio y poder así oír y considerar las ideas de
los demás. Muchas organizaciones lamentablemente tienden a descuidar tal
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aspecto, olvidando que escuchar de forma apacible y serena historias de vida
de otras personas enriquece nuestra perspectiva emocional y la de nuestros
equipos de trabajo.
EL LIDERAZGO EN EL DEPORTE
En su biografía autorizada el ex capitán del Club Atlético River Plate de la
República Argentina, Matías Almeyda, señala que si bien no le gusta la palabra
“líder”, fundamentalmente porque le suena a capanga de la cuadra, a
integrante de un grupo que se cree más que el resto, considera que en todo
plantel tiene que haber gente que les marque a los más chicos como
manejarse ante los hinchas y la prensa, que te tiren para adelante cuando
estás caído, que le saquen una sonrisa al grupo, que se acerque a una
habitación y les cebe unos mates a los más chicos, que trate de unir, que baje
los decibeles cuando haya momentos difíciles o que inculque la importancia de
ser profesionales y no dejarse arrastrar por las tentaciones. Son los hombres
que, ante problemas internos, tienen que arrastrar al resto hacia delante. Y
este compañero – en referencia al “líder” – debe ser lo suficientemente
inteligente para saber a quien gritarle en un partido y a quien no. Debe saber
que si a Fulanito le grita por ahí lo tira para abajo y lo arruina por el resto del
partido, y que a Menganito, sí le tiene que gritar para que reaccione2.
Almeyda también señaló que efectivamente existen los líderes negativos,
definiéndolos como aquellos que piensan para ellos solos, para su beneficio
individual, son los que se creen que están tres escalones por encima de sus
compañeros y de la gente en general.
Agustín Pichot, histórico capitán del seleccionado argentino de rugby (“Los
Pumas”), señala que cualquiera pueda marcarte actitudes y aconsejarte cómo
proceder. Pero nadie podrá transferirte una forma de ser para convertirse en un
referente. Para ser líder, lo importante es sentirse alguien especial. Y eso es
trabajo de cada uno3.
También hay que contar con tres cosas indispensables. Lo primero es la
sensibilidad que te permite ver (y sentir) más allá de lo que percibe el resto. Lo
segundo es la convicción, para no tambalear cuando te toca defender tus
Almeyda, “Alma y Vida” (biografía autorizada), Editorial Sudamericana, 2012, págs. 228/229.
Agustín Pichot, “El juego manda”, Experiencias para un liderazgo positivo, Editorial Planeta, 2da.
Edición, 2015, págs. 10/11.
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creencias. Lo tercero es la estabilidad: si te tratan demasiado bien, hay que ser
fuerte para no necesitar de esa caricia. Muchos agregarían un cuarto ítem, la
humildad. En realidad, es una palabra que uno acomoda donde quiere. La
humildad, como el éxito, es completamente de uno o no es.
En otra parte de su biografía el talentoso ex jugador de “Los Pumas” sostuvo
que el camino del liderazgo se hace más trascendental en los momentos
dolorosos. Hay que estar preparado para ganar, pero también para perder.
Para entender el fracaso. Curiosamente, destaca Pichot, es probable que te
sientas solo en ambos casos: siempre serás vos y nadie más que vos, en las
buenas y en las malas.
Finalmente, Pep Guardiola, ex jugador del club Atlético Barcelona de España
y actual entrenador del club Bayer Munich de Alemania, en una de las tantas
conferencias que ha brindado sobre liderazgo alrededor del mundo, ha
sostenido que uno de los grandes errores en los que puede incurrir un líder de
un grupo es considerar que todos sus dirigidos – en clara referencia a un equipo
de fútbol - son iguales, cuando no todos son iguales ni deben ser tratados de
igual forma. A modo de ejemplo refiere que es posible que a un determinado
jugador para obtener lo mejor de él debas primero invitarlo a cenar, mientras
que en otro caso deberás citarlo a tu despacho ó simplemente no necesitarás
decirle nada. Obtener lo mejor de cada uno es la tarea más importante que
tiene que desarrollar un DT para poder obtener resultados.
Carlos María Pedroche (h)
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