Parte III Cap. 12 - Merecido Homenaje de Colombia a Gabriela Mistral Toda la Tierra es tu casa, todo el amor es tu amante, y en tu criatura florecen las florestas que soñaste. Niños de pan, niños bellos, de pan que comienza y arde, te rompen el ataúd y te desgarran la carne. Se multiplica tu miel y tu dulzura se expande, porque con tu cementerio laborioso te casaste. Funerariamente cae ceniza de tu semblante, y no hay un solo racimo que no le toque su parte. En este poema escrito con la misma métrica, rima y ritmo mistralianos, nuestro poeta expresa la universalidad del corazón lleno de amor a Ella, que cual racimo maduro se exprimió sin reservas para ‘alimentar el mundo / con la leche de su sangre’... En efecto, su maternidad superó toda frontera, cobijando a todas las criaturas en ‘boda interminable’, como ‘amadora insuperable’... Y con su ‘sueño’ seguimos alimentándonos los que anhelamos ser niños para renovar y hacer re-nacer el mundo... ¡Cuánto necesitamos hoy, Gabriela, ‘tu miel y tu dulzura’! Aurelio Martínez Mutis –lírico poeta colombiano, santandereano- dedicó una parte de su poema “La esfera conquistada” (galardonado en Chile), a Gabriela Mistral; intituló esa sección “Avemaría en altamar”, como intuyendo la magnitud continental de la Poeta que bebió mares a sorbos de poesía. Nuestro homenaje a la payadora chilena quiere hacerse extensivo al país austral que ha producido tan copiosos frutos... Tierra de Cordillera y Mar, de gente sufrida, otra vez zarandeada con el devastador terremoto de 2010, laboriosa y hospitalaria –de nuevo hoy enaltecida por la liberación portentosa de los mineros en Copiapó en 2010-, raza cuajada en cobre de tenacidad y reciedumbre andina. Alzamos nuestro canto con un poema de nuestro Gonzalo Arango –dedicado a Chile en tiempos de dictadura-, pero que sigue sonando ahora que han soplado vientos de democracia: - 585 -