PÉRDIDA AMBIGUA - Facultad de Ciencias Humanas

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PÉRDIDA AMBIGUA
¿Cómo Reacomodar Mi Vida Con Tu Partida Si Aún Te Siento Presente En Ella?
Por: Ángela Tatiana Porras González
A lo largo de la vida de todas las personas se presentan pérdidas, éstas se presentan de diversos tipos
desde el cambio de casa del barrio en el cual transcurrió la infancia hasta la muerte de un ser querido
pasando por la pérdida de empleo, separación afectiva o la muerte de una mascota; a partir de la
ocurrencia de esta pérdida percibida por la persona como significativa se inicia un proceso de duelo en
el cual la persona reconstruye su vida sin la presencia de lo que se ha perdido; para elaborar
adecuadamente este proceso la persona debe realizar y completar unas tareas o su duelo puede
complicarse y tener repercusiones en diversas áreas de la vida de esta persona; pero si estas tareas se
realizan esta persona puede continuar su vida reacomodando lo que perdió dentro de esta. Pero que
ocurre cuando una persona no está segura si la pérdida ha tenido lugar, ¿siente como real está
perdida?, ¿Qué sentimientos se presentan en estas ocasiones?, ¿puede elaborar la perdida por medio
de un proceso de duelo? Este artículo nos permitirá conocer cómo se presenta el duelo cuando se está
seguro de la ocurrencia de la pérdida y que ocurre cuando la persona no está segura de esta
ocurrencia.
Cuando se da una pérdida significativa de algo con lo cual se ha establecido un lazo emocional fuerte, se
da lugar a diversos acontecimientos, la persona se siente amenazada ya que no tiene consigo ese
“objeto” significativo, se presentan sentimientos de vulnerabilidad, percepción de incapacidad de seguir
viviendo, profunda tristeza, culpa, enfado, ansiedad, impotencia, entre otros sentimientos. Se genera de
igual manera un desequilibrio en los estados de bienestar y salud que hace necesario que la persona
lleve a cabo un proceso de duelo en el cual y por el cual se regrese al estado de salud y bienestar
anterior a la ocurrencia de la pérdida; con este fin las personas inician un proceso en el cual deben en
primera medida aceptar la realidad de la ocurrencia de la perdida, por ejemplo aceptar que el ser
querido esta muerto y no que se encuentra en un largo viaje pero que regresará de él. Después, el
doliente debe dar lugar a la expresión de las emociones relacionadas con la perdida como el dolor o
sentimientos como la rabia que las personas se niegan a reconocer y experimentar pues no son
aprobadas socialmente. La tercera tarea a realizar es la adaptarse al mundo en el cual lo que se ha
perdido ya no está presente, por ejemplo cuando se presenta la muerte de un ser querido muchas veces
se requiere desempeñar el rol del fallecido en esta adaptación. La última tarea que se requiere en el
proceso de duelo es la recolocación emocional de lo perdido y continuar viviendo, es decir no olvidarse
de lo que se perdió si no en cambio poner a lo que se ha perdido en un nuevo lugar en la vida emocional
del doliente y que esta ubicación permita continuar con la vida a partir de la pérdida. La realización de
estas tareas permiten a la persona superar el desequilibrio y volver a un estado de bienestar, aunque
vale resaltar que esto no nos quiere decir que olvidamos a lo que hemos perdido, que hemos olvidado a
nuestro ser querido o que hemos olvidado todo lo que ha significado en nuestras vidas; en cambio nos
permite vivir con su recuerdo sin que este interrumpa o trunque nuestra vida.
Este proceso de duelo se lleva a cabo cuando la persona está segura que la pérdida ha tenido lugar, pero
¿si la persona no está segura de ello? ¿Si la primera tarea en el proceso de duelo es la aceptación de la
perdida, como se inicia un duelo en este caso? ¿Pueden estas personas reacomodar su vida sin la
certeza de la perdida? Este tipo de perdida en donde la persona no está segura que se haya presentado
la perdida se conoce como perdida ambigua ya que esta genera en la persona que la vive una
ambigüedad en sus sentimientos, en sus pensamientos, en sus comportamientos; comúnmente se
presenta una falta de información respecto a cómo percibir la pérdida y como asumirla. Este no
conocimiento genera como se sugería anteriormente que el proceso de duelo no se pueda llevar a cabo
pues no se puede dar lugar a la aceptación de la ocurrencia de la perdida en primera medida; en este
aspecto y dado que no se está seguro si la perdida ha tenido lugar el duelo se detiene, se prolonga; al
mismo tiempo que se prolonga el agotamiento físico, el agotamiento emocional y obviamente el dolor;
este dolor prolongado muchas veces por un tiempo indefinido genera en las personas que sufren este
tipo de pérdida una clase de petrificación en donde se presenta muchas veces el no poder seguir con su
vida normalmente, no poder tomar decisiones en relación a lo que se está perdiendo y en muchas
ocasiones se presentan enfermedades físicas.
La perdida ambigua puede presentarse de dos tipos; en el primero de ellos la persona siente que ha
perdido físicamente a su ser querido, pero aun siente su presencia psicológica; este tipo de pérdida se
observa en casos en los cuales no se conoce el paradero del ser querido pero su presencia psicológica se
continua sintiendo en la casa; por ejemplo en los casos de familiares desaparecidos, raptos de niños,
desastres naturales y uno muy común en nuestro país, en dos casos particularmente: en los militares
muertos en combate que no se puede recuperar su cadáver y los secuestros por parte de los grupos
armados. A partir de este último caso se puede observar claramente como se da la perdida ambigua
cuando se siente perdida física pero no psicológica; cuando secuestran a un familiar se pierde la
presencia física en la vida de la persona, pero no la psicológica; se sigue sintiendo que la persona amada
se encuentra en algún lugar, que regresara en el momento menos pensado a asumir de nuevo su rol de
padre, madre, hermano, etc. La falta de información en cuanto a si el ser querido está vivo o muerto, si
regresará en algún momento hace que la persona no pueda asumir completamente que la perdida se ha
dado y por ende no da lugar al proceso de duelo, es por todos conocidos los sentimientos que embargan
a estas personas y como afecta todas las áreas de su vida.
El segundo tipo de perdida ambigua se presenta de manera contraria a lo mencionado anteriormente; la
persona que está viviendo esta pérdida percibe físicamente a su ser querido pero siente que lo ha
perdido psicológicamente; este tipo de pérdida se presenta en familiares de personas que están en
coma, familiares de personas con daños cerebrales significativos, familiares de drogadictos o de
pacientes que tienen un deterioro cognitivo avanzado; un ejemplo representativo de este tipo de
perdida ambigua son los familiares de los pacientes con demencia tipo Alzheimer en sus estados más
avanzados de la enfermedad; en este caso los familiares tienen a su familiar físicamente, lo cuidan y
realizan todas las actividades que ya no pueden realizar por cuenta propia; pero sienten una perdida
psicológica ya que en esa persona que cuidan todos los días no ven a su padre o a su madre, ya que sus
rasgos de personalidad que los caracterizaban y que tenían en sus recuerdos no concuerdan con esa
persona. Los familiares que sufren está perdida presentan una mezcla de sentimientos que muchas
veces no pueden expresar pues sienten que están traicionando a su ser querido, se presenta un
agotamiento emocional y muchas veces un marcado agotamiento físico al ser el único cuidador.
Independientemente del tipo de pérdida ambigua en la cual se encuentre una persona se observa cómo
se diferencia la pérdida consumada, su proceso de duelo normal de la pérdida ambigua y el duelo
detenido que se da, las repercusiones psicológicas y físicas que se dan en las áreas personales, laborales
y sociales de los dolientes; cómo la salud y el bienestar se ven afectadas. Situaciones que vienen a ser
muy relevantes en un ambiente como el nuestro, en donde al aumentar nuestra expectativa de vida
dados los avances de la medicina entre otros descubrimientos, se aumenta la posibilidad de sufrir algún
tipo de deterioro cognitivo dado que cada vez hay un mayor número de personas adultas mayores en
nuestras ciudades.
Finalmente cabe resaltar que todas las repercusiones tanto psicológicas, emocionales y físicas e
implicaciones en la vida de las personas que se exponen a la pérdida ambigua no se limitan a esta esfera
simplemente; el duelo detenido-prolongado dado la pérdida ambigua afecta de igual manera a la
familia, al sistema familiar y por ende a las interacciones entre los miembros de este (dinámica familiar).
Referencias
Boss, P.(1999) Ambiguous Loss. Learning to Live with Unresolved. Cambidge
Garcia, R. Castillo, M. (2007). La perdida ambigua: una prolongada aflicción de la familia. Psicologia y
Ciencia Social.
Worden. W (1997). El Tratamiento del Duelo: Asesoramiento, Psicológico y Terapia. Bacelona: Paidos.
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