AÑO SANTO COMPOSTELANO CAMINANDO POR EL BIERZO José Freijanez Dominguez En recientes fechas pasadas, nuestro Correo con una hoja bloque y los medios, han vuelto no a recordar, pero si a rememorar el Año Santo Compostelano, obligando a imaginar que la atención del coleccionista filatélico se encuentra, frecuentemente, citada con noticias y referencias que recuerdan que en filatelia, recoger los sellos emitidos y los documentos postales, ofrecen lo que el coleccionista, con su tema, desea presentar en las hojas de su colección Tenemos en estas ocasiones promoción de aficionados que nacen y se incorporan a diario y son ellos los necesitados de divulgación, estimulándoles con la vida asociativa, que conseguirá un poder de creación, sin olvidar que, entre ellos, existen muchos que, en verdad, ignoran hasta lo mas elemental del coleccionismo filatélico. Está en el ánimo de muchos centrarse en una temática basada en las rutas jacobeas, por eso hoy entraremos en la mas conocida, la mas transitada y la mejor cuidada, creemos, como lo es el “Camino Francés”, con su entrada por el Somport y por Roncesvalles, para encontrarse en Puente la Reina y comenzar desde allí el sendero único que, paso a paso, nos llevará hasta el Bierzo, camino de la Puerta Santa de la Catedral de Santiago. Por ello queremos en esta ocasión, tener presente y agradecer, filatelicamente, a la Sección Filatélica del Centro Gallego de Ponferrada, que recordó el Camino Xacobeo, celebrando en setiembre de 1971 y diciembre de 1976 !ya llovió! exposiciones filatélica dedicadas al Año Santo Compostelano, tras las que, quiérase o no, se comenzaron colecciones, hoy con mucha categoría, por todo lo que ofrecen, tras la búsqueda, estudio y presentación. Andando el Camino Francés, - no la carretera - por la llamada “Ruta de Campo”, nos deja en el camino conocido de “Los Gallegos”, que utilizaban los segadores galaicos que a pié iban a Castilla y a los que Rosalía de Castro, con su inspiración y voz de gran poeta, en boca de una enamorada a la que mataron su mozo por los malos tratos recibidos, nos recuerda en sus cantares: “Castellanos de Castilla tratade ven os gallegos; cando van, van como rosas, cando ven, ven como negros” Y así llegando a Ponferrada, capital del fértil valle del Bierzo, levantada por los Templarios, con un castillo sobre un castro romano, que sirvió a la vez de fortaleza, cenobio y palacio, en 1924 declarado monumento nacional, tiene tambien la basílica de la Virgen de la Encina, patrona de la ciudad, en la que su imagen fue encontrada por los caballeros del Temple en un cercano encinar y Virgen muy querida y respetada por los coleccionistas en sus actividades institucionales. Camina el peregrino entre Ponferrada y Villafranca recreándose a través del fértil valle en el que el maíz y los árboles, mezclados con el viñedo, nos hace llegar hasta Cacabelos, lugar en el que las bodegas invitan a probar la última cosecha y a sentarse, descansando, con los vecinos de la comarca, para escuchar y conocer viejas leyendas jacobeas. La nueva andadura, tras el descanso, nos conduce hasta el “Santuario de la Quinta Angustia”, último hospital de los cinco disponibles para los peregrinos en Cacabelos y en el que es obligado, ver curiosamente, sobre la puerta de su sacristía, un relieve policromado de envidiosa ingenuidad, en el que está San Antonio jugando una partida a las cartas con el Niño Jesús. El peregrino continúa caminando y llega al Monasterio Cisterciense de Carracedo, al que se dedicó una hermosa hoja-bloque y sello el 8 de marzo, recordando que en su interior albergó el palacio real de la monarquía leonesa y del que, el coleccionista temático, conoce como un monumento berciano, situado en el Camino de Santiago, 11 restaurado en 1990 coincidiendo con los mil años de su fundación por Bernardo II y que mas tarde potenció Alfonso IX que ordenó erigir su palacio real, dentro del recinto religioso, como un retiro forzoso para su primera esposa, Teresa de Portugal, y de sus hijas Sancha y Dulce. Pero los peregrinos siguen caminando con alegría hasta Villafranca del Bierzo, ruta conocida por “Camino de la Virgen” y entrar en el pueblo por la calle del Agua, frecuentemente inundada en invierno, y en el alto la iglesia de Santiago, con una artística fachada, llamada del Perdón, ante la que los peregrinos, enfermos o imposibilitados, para continuar el Camino, podían ganar las mismas indulgencias que las que alcanzarian llegando a Santiago. Por todo ello, debe ser conocido, que igual que en Compostela se abren la Porta Santa; los Años Santos se abre esta puerta del Perdón para cuantos la alcanzan y llegan con devoción hasta ella. Villafranca, ejemplo de población, nacida al amparo del Camino de Santiago, y también ciudad berciana, fue cuna de dos grandes personajes: el Padre Sarmiento, polígrafo y el novelista y cantor del Bierzo, Gil y Carrasco. Al finalizar este “paseo”, filatélicamente, hemos de reconocer que hoy los sellos de Correos, son emitidos con superior calidad en cuanto a impresión, dibujos, diseños, colorido y acabado, lo cual es motivo principal para ajustarse al coleccionismo filatélico con atrayentes evocaciones, puesto que reconocemos que el sello es una pregunta sin respuesta y nos obliga a estudiarlo para conseguir que lo estampado en él responda, sin ninguna duda a algo que el tiempo nos legó y no recordamos o jamás conocimos. Queremos recodar en esta ocasión que en pleno auge de las peregrinaciones, ya no podemos hablar de un solo Camino, pues todos conducen a Santiago, varios de ellos con un marcado carácter histórico y todos con el mismo final, donde el rito del peregrino comienza, en el Pórtico de la Gloria, lugar al que llegareis consiguiendo que mañana tengáis un sincero recuerdo del ayer. 12