Una mirada de optimismo

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01/03/2015
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29.765 Categoría: Inf General
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Nacional
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NOTICIAS DE SAGARDOY
Una mirada de optimismo
Juan Antonio
Sagardoy
Bengoechea
N
o por su permanente uso deja
ser muy cierto que la realidad
(la botella) puede ser encarada
de dos formas: o medio llena o medio
vacía. Ambas percepciones son ciertas, pero una nos lleva a la melancolía
y la otra, al optimismo. Lo importante
es el deseo, el empuje hacia arriba, el
ánimo, pues de lo contrario será muy
difícil llenar la botella.
La realidad de nuestra situación
respecto al empleo es la que es: mala.
Pero partiendo de ese dato nos hacen
falta dos tipos de reacciones simultáneas: la de ponerse a la tarea con fe y
optimismo y la de aplicar medidas
concretas de tipo económico y social
que ayuden a la creación de empleo.
A este respecto hay ciertas verdades
muy sencillas pero que a veces se olvidan. Una de ellas es que el empleo
lo dan los empleadores, los empresarios. De ahí que las políticas dirigidas
a fustigar a los mismos son nefastas
para la creación de empleo. Y, por el
contrario, las que se dirigen a incenti-
varlos, reconociendo entre otras cosas calcar que lo decisivo es que la econosu valor social, serán positivas. Y digo mía funcione, que haya demanda, que
lo del valor social porque España es de las trabas administrativas sean las
los países de la UE en que la sociedad mínimas y que el empresario aprecie
aprecia menos a los empresarios, lo que merece la pena la inversión y el
riesgo. Políticas económicas de algún
cual no parece razonable.
Y al hablar de políticas incentivado- modo expansivas y fiscalidad razonares hay que dejar muy claro que éstas ble. No podemos invertir todo o casi
no pueden agotarse en la
todo en políticas pasivas
subvención o alivio de costes Es necesario sino también y sobre todo
laborales. Son importantes
en las activas, en las animapero no las más importantes. llevar a cabo doras, en las creadoras de
Desde los años 80 vengo diriqueza y empleo. Mal enfopolíticas
ciendo una verdad de peroque es socializar la pobreza;
económicas
grullo, pero que se olvida a
mucho mejor es el que lleva
menudo. Nadie contrata a expansivas y a erradicarla. La frase de
quien no necesita, ni nadie
Soares, cuando le
una fiscalidad Mario
despide a quien necesita. Ésa
dijo a Olof Palme que iban
razonable a «acabar con los ricos» y
es la clave y aunque es cierto
que puede haber prácticas
que fue contestada acertaempresariales
negativas
damente por éste, al decirle
–como despedir a trabajadores para que el buen camino era «acabar con
contratar a otros «más baratos»–, eso los pobres», sigue teniendo plena vino desvirtúa lo dicho. Lo que hay que gencia.
Ahora toca ayudar, cada uno en lo
hacer es impedir las políticas antisociales pero separando el grano de la posible, a que las medidas que se topaja, es decir, que no toda práctica de men sean eficaces y, sobre todo, que
aliviar costes laborales para que la el barco del empleo tenga agua para
empresa sobreviva y sea competitiva navegar. Las velas (las leyes) pueden
es en sí misma negativa.
ayudar, pero sin agua el barco se quePero dicho lo anterior, hay que re- dará varado. Y cuando digo que pue-
den ayudar estoy poniendo a la Ley en
el lugar en que le corresponde respecto a la creación de empleo. La reforma
de 2012 ha sido muy vituperada por
determinados sectores que están en
su derecho de hacerlo. Pero es importante resaltar que las leyes no crean ni
destruyen, por sí mismas, puestos de
trabajo. Soy de los que piensan que si
el empresario reduce puestos de trabajo no lo hace por capricho, sino
porque lo necesita su empresa, o bien
para evitar males mayores, o bien para
competir en un mercado cada vez más
exigente y globalizado. Y si la Ley se lo
impide, los resultados para el empleo
de esa empresa casi seguro que serán
peores.
Por eso, lo más acertado de la reforma de 2012 está en la posibilidad que
da al empresario de adoptar medidas
preventivas, a través de la flexibilidad
interna, que eviten los despidos. Desde luego que los empresarios deben
hacer uso de las leyes con responsabilidad social, pero también es cierto
que la norma laboral tiene que moverse con sapiencia entre la equidad social y la eficiencia económica.
*Catedrático de Derecho del Trabajo y Académico
numerario de la de Jurisprudencia y Legislación
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