18 Expansión Miércoles 27 mayo 2015 ¿Es el contrato único el gran remedio a la desigualdad laboral? Es una fórmula largamente discutida, cuya implantación podría tener consecuencias indeseadas. Difícil no significa imposible. Los expertos apuntan que el mejor modo de aplicarlo en España sería de forma gradual. Cuatro condiciones ¿Sería viable implantar el contrato único en España? Lo expertos consultados por EXPANSIÓN coinciden: “Sí, pero con cuatro condiciones”. En primer lugar, que antes se resolvieran algunas deficiencias del actual entorno laboral; que la implantación fuera gradual; que se concreten qué garantías tendrían los trabajadores –por ejemplo, en lo que respecta al cálculo de la antigüedad–; y por último, que el contrato único tuviera en cuenta la particular naturaleza del tejido productivo español. “El contrato temporal no es Contrato único indefinido. Por defecto, todos los contratos serían indefinidos, con lo que se extiende la protección legal a los que ahora tienen contratos temporales. Indemnización creciente en el tiempo. La protección media sería la misma que con el sistema actual, de modo que no se precariza más al conjunto de los trabajadores, pero se mitigaría la dualidad. Elena Arrieta. Madrid Sistema de ‘mochila austriaca’. Cada trabajador es beneficiario de una cuenta de prestación por desempleo. El empleador haría aportaciones a esa cuenta, complementada por el Estado en caso necesario. Dreamstime Todo lo que sea simplificar la variedad de contratos existente en España y generar certeza sobre los costes salariales de las empresas suena, a priori, muy bien. Pero en la práctica nunca es fácil aplicar cambios de calado en el mercado laboral. Las recientes elecciones municipales han resucitado el que ya es un viejo debate: la posibilidad de instaurar el contrato único, que acabaría con la actual dicotomía indefinido-temporal. El contrato único formaba parte de las promesas electorales de Ciudadanos, y antes ocupó un papel relevante en el ideario de UPyD. Éste fue también uno de los puntos de debate, la semana pasada, durante el evento Economía Colaborativa & Nuevos Trabajos, organizado por El Foro de la Sociedad Civil, G2020, El Ser Creativo y Dontknow. “Toda reforma dirigida a reducir la brecha entre trabajadores fijos y temporales corre el riesgo de aumentar aún más la temporalidad. La flexibilidad no debe aprovecharse para generar precariedad”, defendió Juan Antonio Sagardoy, fundador del despacho al que da nombre y padre del Estatuto de los Trabajadores. En qué consiste el contrato único Fuente: Politikon Demasiada temporalidad no beneficia a nadie. Tampoco a las empresas, que reducen sus planes de formación y arriesgan su futuro a largo plazo. Fórmulas originales de contratación Que un modelo funcione en un país no es garantía de que lo haga en otro. Aun así, mirar al exterior siempre aporta perspectiva. Íñigo Sagardoy, presidente de Sagardoy Abogados, recomienda fijarse en algunos de los “modelos más innovadores” en cuanto a contratación laboral, como los siguientes: malo de por sí. España, por la fortaleza de sectores como el turístico, es un país de gran estacionalidad. El problema es que se están creando contratos temporales para sustituir a los indefinidos, porque en caso de despido, la indemnización de los primeros es muy inferior (12 días por año trabajado, en lugar de 33)”, asegura Celia Ferrero, vicepresidenta ejecutiva de la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA). “No se trata de que las BRASIL Si bien Austria es el referente por excelencia en lo que respecta al contrato único, Brasil también ha sabido adoptar el modelo “con muy buenos resultados”. REINO UNIDO El Gobierno de David Cameron ha aprobado una modalidad laboral ultraflexible y ultra-discutida. Es el ‘zero-hour contract’ o contrato de cero horas, que regulariza la figura del fijo discontinuo. Básicamente, el empresario no garantiza al trabajador un número mínimo de horas, ni por lo tanto un ingreso mínimo. Pero “el gran debate gira en torno al paro: ¿es indemnizaciones de los indefinidos sean demasiado elevadas, que no lo son , sino que los empresarios necesitan más certeza en sus costes laborales para atreverse a contratar de forma indefinida”, agrega. “El ordenamiento jurídico actual persigue los abusos del contrato temporal pero, a la hora de la verdad, los mecanismos de control se quedan cortos”, comenta Raúl García, socio responsable del área laboral de EY Abogados. “Con- vendría resolver este problema antes de dar nuevos pasos”, opina este experto. Una vez resueltas estas cuestiones, en teoría, el contrato único ayudaría a generar certidumbre sobre la contratación y mejoraría los derechos de los trabajadores temporales. En un informe elaborado por BBVA y la Fundación Sagardoy, publicado el pasado noviembre, se plantea una incorporación progresiva de esta figura. Como paso previo, compatible un contrato de este tipo, aun cuando no te genere apenas ingresos, con la prestación de desempleo?”, apunta Sagardoy. Entre octubre y diciembre de 2014, 697.000 personas fueron contratadas bajo esta fórmula, lo que equivale al 2,3% de la fuerza laboral del país. proponen simplificar el menú de contratos a tres: uno indefinido –figura contractual por defecto–, uno temporal y uno de formación y aprendizaje. Con la ‘mochila’ a cuestas El contrato único plantea dos cambios fundamentales: una indemnización creciente en el tiempo y un sistema de mochila, por el que cada trabajador va recibiendo mes a mes dinero en una cuenta, que en caso de extinción de contrato com- GEOT CARBURANTES ALEMANIA El ‘mini-job’ es una de las formas de ocupación más controvertidas: empleos con un máximo de 15 horas semanales con un sueldo de 400 euros al mes (libres de impuestos). Su primer objetivo es reducir la tasa de paro, y se dirigen sobre todo a jóvenes, amas de casa y senior de más de 65 años. plementaría la asignación del paro. Ahora bien, “¿cómo se calcula la antigüedad de un trabajador temporal?”, se pregunta Ferrero. Y “¿cómo evitar que la asignación de la mochila acabe saliendo del salario del trabajador?”, añade García. “El cambio debe ser gradual y muy estudiado para evitar que, lejos de resolver la dualidad actual, acabemos generando más desigualdades”, concluye Íñigo Sagardoy, presidente de Sagardoy Abogados. SIGAMOS TRABAJANDO