García Sayán: Es mejor actuar como bloque andino El Comercio de Lima Juan Zegarra Salas Lima, 17 de marzo de 2002 El ministro de Relaciones Exteriores dice que es necesaria una acción coordinada para negociar el ATPA y que resulta difícil hacerlo en forma individual. Hay dos corrientes en el Gobierno: Una plantea una negociación entre Perú y Estados Unidos mientras que otro opta por hacerlo desde el seno de la Comunidad Andina, es decir, en bloque. El canciller Diego García Sayán pide realismo a la hora de hablar de un acuerdo bilateral con Estados Unidos y precisa que estamos en un punto inicial. ¿Suena exagerado hablar de libre comercio con Estados Unidos? Un tratado de libre comercio entre Estados Unidos y el Perú requiere algo más que un anuncio; necesita de un largo proceso negociador, que a Chile ya le lleva ocho años. Además tiene que ver con normas laborales, ambientales, sanitarias, tributarias que constituyen un amplio proceso, al margen de lo que significa las capacidades de una estructura productiva débil como la peruana o las limitaciones de un mercado nacional en donde las exportaciones estadounidenses son de 1.500 millones de dólares, cuando dicha potencia exporta a Centroamérica nueve mil millones de dólares. Este proceso hay que verlo con mucho realismo y sabiendo además que el Perú, de manera simultánea a todos estos esfuerzos de aproximación con los países industrializados, está relanzando y fortaleciendo la Comunidad Andina. Este debate del libre comercio con Estados Unidos fue iniciado por el presidente del Consejo de Ministros. La idea de que esta visita pueda servir de marco para avanzar en consultas sobre ese tema es muy buena, pero las interpretaciones hechas en el ámbito político o periodístico de que en esta ocasión se puede anunciar un tratado de libre comercio es saltar con garrocha los calendarios y las posibilidades negociadoras reales y también lo que representa el espacio andino. Si bien no es el gran mercado, pues en algunas cosas no somos complementarios, en el 2001 nuestras exportaciones al área andina aumentaron en 15%, cuando a los Estados Unidos descendieron en casi 9%. El mercado andino es un mercado más amplio que el peruano y en consecuencia la comunidad puede ser un espacio negociador en un tratado de libre comercio mucho más interesante. Esto no pone de lado que el Perú, en coordinación con sus socios andinos, pueda tener eventualmente su propio ritmo de negociación de un tratado de libre comercio. ¿Es preferible negociar en grupo que en forma individual? No cabe la menor duda. Pero Roberto Dañino piensa otra cosa. Pueden ser diferencias de matices. La Comunidad Andina no puede ser vista como un espacio económico y comercial, tiene que ser observada también como un espacio de fortalecimiento de nuestra capacidad de negociación política internacional. El hecho de que la Comunidad Andina tenga una política externa común en asuntos básicos y que esté en ejecución una acción concertada para el Tratado de Preferencias Arancelarias Andinas (ATPA) con Estados Unidos nos da una capacidad de impacto que como país aislado no tendríamos. No hay duda de que a un país solo le hubiera sido muy difícil lograr el punto al que hemos llegado con el ATPA. Si se ve el espacio andino desde una perspectiva económica y comercial, es en verdad limitado para lo que son nuestras necesidades y posibilidades de exportación, y eso no nos impide que exploremos y hagamos consultas sobre las posibilidades de un tratado de libre comercio entre el Perú y EE.UU. Entonces conviene negociar como Grupo Andino y no en forma individual. No cabe la menor duda. Para usted no, pero dentro del Gobierno hay una corriente contraria. Pueden ser diferentes matices, porque la Comunidad Andina no puede ser vista solo como un espacio económico y comercial, sino también de fortalecimiento de nuestra capacidad de negociación en política internacional. ¿No veremos este 23 de marzo el Tratado de Preferencias Arancelarias Andinas (ATPA)? Eso lo que vengo diciendo desde hace varios días. Lo realista es que el mejor escenario sería contar con la aprobación en el Senado de una versión distinta de la ley aprobada en la Cámara de Representantes, lo cual motivaría una nueva fase de conferencia entre las dos cámaras. La posibilidad cronológica y política de que el presidente Bush traiga la ley aprobada y concertada por ambas cámaras es prácticamente nula. Seguimos batallando, porque el Senado en los próximos días usaría un procedimiento para que este proyecto sea discutido y votado antes del 23, y el proceso de conferencia sería abordado en abril. No cabe duda de que se cuenta en el Senado con los votos necesarios para aprobar el ATPA, aunque suene contradictorio, porque aún no se aprueba. ¿Quizá no tuvo prioridad en la agenda legislativa de EE.UU.? Siento que hay algo de cierto en que en noviembre del 2001, cuando se discutía la ley en la Cámara de Representantes, no fueron suficientes el compromiso y las señales políticas que surgieron del Ejecutivo en Washington como para comprometer activamente al Senado, de tal forma que se pudiera aprobar la ley y sin entrar a esta situación un poco de bache en la que nos encontramos ahora. Estimo que ahora sí hay esas señales políticas, pero se estrellan con los tiempos y con el procedimiento engorroso que tiene cualquier aparato legislativo. ¿Qué tanto significa que venga Bush? Hay una serie de anuncios que se hará en ese momento y que abrirán el camino a la promoción de las inversiones estadounidenses hacia el Perú. ¿Puede surgir una agenda no oficial durante el diálogo Bush-Toledo? Los temas que puedan surgir de una conversación entre dos personas son impredecibles, pero estimo que el margen de sorpresa es muy reducido. En la hora y media de conversación formal, al margen de las que habrá en el momento de la cena o en el camino, nadie puede pretender que se trate de manera exhaustiva una agenda amplia y en consecuencia los dos presidentes pondrán énfasis en los temas que consideren prioritarios. Estén en agenda o no. Puede surgir algún tema que uno u otro considere de interés.