Comunicado de prensa Somos un total de 7.200 trabajadores, con sus respectivos núcleos familiares, que actualmente laboramos en las diferentes filiales que integran el Grupo CGE (Compañía General de Eléctricidad), desde la región de Arica, hasta la región de Magallanes. A través de los medios de prensa nos hemos informado de la venta de la totalidad del holding de empresas en donde trabajamos, la Compañía General de Electricidad (CGE) a la Empresa Gas Natural Fenosa de capitales Españoles. Dichas gestiones se desarrollaron en las más altas esferas, gerenciales, sin comunicación alguna para los trabajadores y mucho menos con sus organizaciones sindicales. Este sorpresivo escenario de venta ha provocado un lógico estado de incertidumbre entre los trabajadores, quienes por la forma de proceder de la alta gerencia, y la manera en como se llevaron a cabo las gestiones de venta, nos hemos visto absolutamente sobrepasados y sin posibilidad de señalar algunos puntos que nos parecen necesario tener en cuenta cuando se llevan adelante gestiones de venta de empresas de este tipo. Frente a este escenario de incertidumbre total, los trabajadores del Holding CGE y de las demás empresas energéticas del país, nos encontramos con las manos atadas ante esta nueva compra de inversionistas extranjeros. Observamos sentados como no podemos hacer nada ante la venta de un holding que durante años ha tenido millonarias ganancias, con un negocio concesionado en donde juegan un rol de juez y parte, y en la cual el Estado como garante del bien común no juega ningún rol. Las inversiones españolas en Chile registran una marcada historia de precarios empleos y tercerización de los mismos, por lo que esta venta sin duda alguna viene a marcar un pesimista hito al interior de nuestro país. De esto pueden dar fe los trabajadores de empresas de obras sanitarias que tienen capitales españoles. Este nuevo escenario deja en evidencia la indefensión de los trabajadores ante los nuevos controladores extranjeros, con planes y proyectos que seguramente afectarán la estabilidad laboral de los miles de trabajadores asociados a este holding, sin nadie que diga nada frente a una venta de una empresa estratégica y de seguridad nacional para el país. Desgraciadamente, la legislación vigente permite este tipo de negociaciones empresariales, sin otorgar alternativa alguna a los trabajadores para pronunciarse y/o hacer valer sus legítimas aprensiones sobre su estabilidad laboral. La venta completa de este holding de empresas a capitales extranjeros hará que el vital suministro y distribución de la energía eléctrica en el país quedará en un 98% en manos extranjeras, siendo este una situación geopolítica de gravedad. Adicionalmente y en forma paradójica, como las empresas del holding CGE en su mayoría están catalogadas por la autoridad administrativa como “estratégicas” por el suministro de un servicio básico como lo es la energía eléctrica, los trabajadores estamos impedidos del ejercicio de un derecho fundamental como es el derecho a huelga. Lo anteriormente indicado provoca dificultades para la defensa de los trabajadores, ya que en cada negociación colectiva la ley no nos entrega las herramientas suficientes para defender nuestros derechos, ya que el actual proceso de arbitraje laboral habilitado para ello, es de difícil aplicación en la realidad. Ya en el anterior gobierno, trabajadores de este holding, con mucho esfuerzo consiguieron que el Ministerio de Economía fijara los aranceles de los árbitros laborales, ya que anterior a ello, estos profesionales colocaban sus propios valores, los cuales siempre eran inalcanzables para los medianos y pequeños Sindicatos, no así para el sector empresarial. No obstante haberse conseguido tan importante avance, el arbitraje sigue siendo un mecanismo complicado y que va en desmedro de los trabajadores, ya que el listado de árbitros laborales vigente no ha sido renovado por más de 30 años, habiendo en ella abogados ya fallecidos y/o que ya no ejercen activamente su profesión, y aquellos pocos aún activos, se excusan de asumir los proceso de arbitrajes por un sin número de motivos, pero que en la realidad se debe a los niveles de honorarios fijados por la autoridad. En otras palabras, poseemos una herramienta de arbitraje obligatorio ineficiente para defender los derechos de los trabajadores, de estas empresas “estratégicas”. Sabemos que los trabajadores siempre han logrado ser escuchados cuando se organizan y movilizan, y esta vez no será la excepción. Estaremos muy atentos a la OPA por la compra del holding CGE, y recurriremos a todas las instancias judiciales, administrativas y políticas, para relevar esta discusión como un tema país. Recurriremos a la Cámara de Diputados y al Senado para ser escuchados por los parlamentarios, respecto de los diversos cuestionamientos que tenemos los trabajadores respecto de este negocio, de carácter monopólico y concesionado y que año tras año deja millones de dólares de ganancia para los dueños y empleo precario y despidos para miles de trabajadores chilenos. Concurriremos también ante los organismos fiscalizadores del Estado como la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC) a la Fiscalía Nacional Económica y al Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC), con el objeto de informarnos de los diversos aspectos que dicen relación con la venta de este holding y el aumento desproporcionado del precio de las acciones las cuales durante el mes de Octubre duplicaron su precio con una evidente utilización de información privilegiada por parte de los involucrados en el negocio. Ratificamos nuestra preocupación por esta verdadera “venta al mejor postor” de un holding que tiene en su interior empresas que la propia autoridad administrativa a calificado de estratégicas para la seguridad del país, y al mismo tiempo manifestamos la urgente necesidad de una profunda reforma laboral que permita que los trabajadores recuperen poder al interior de sus empresas, para que situaciones como la venta de una empresa tan importante para el país no vuelva a ser un tema solo de las altas cúpulas gerenciales.