REF.: 206-A-08. CÁMARA DE FAMILIA DE LA SECCIÓN DEL CENTRO, SAN SALVADOR, A LAS CATORCE HORAS DEL DÍA NUEVE DE JULIO DE DOS MIL NUEVE. Conocemos del recurso de apelación interpuesto por el Licenciado CARLOS PERDOMO PANIAGUA, en su calidad de apoderado del joven ***********************, mayor de edad, estudiante, de este domicilio, contra la sentencia, emitida por la JUEZA SEGUNDO DE FAMILIA DE SAN SALVADOR, Licenciada CECILIA YANETH CAÑAS DE GARAY, en el proceso de ALIMENTOS promovido por el impetrante contra la sucesión del señor *********************** conocido por *************************, representada por **********************, *********************, ******************** todas de apellidos **********************, ****************, ******************, ****************** e *************************, todos en su calidad de herederos testamentarios. La señora ************************ ha sido representada por el Licenciado CARLOS RIGOBERTO VALLEJO MONGE; los demás por la Licenciada ANA BEATRIZ CUBÍAS CHÁVEZ, Procuradora de Familia adscrita al Juzgado a quo.También han intervenido como representantes de la parte actora el Doctor SERGIO ADALBERTO MARTÍNEZ JULE y el Licenciado RAÚL EDGARDO GARCÍA ZÚNIGA. VISTOS LOS AUTOS Y CONSIDERANDO. I. a Fs. 221/ 222 se encuentra agregada la sentencia que declaró sin lugar la pretensión de alimentos a favor del joven ******************************* por la cantidad de DIEZ MIL COLONES MENSUALES (¢10,0000.°°), en virtud de no haberse probado los extremos procesales de la misma. La jueza en los considerandos de su decisión refirió que el joven no acreditó que estudie con provecho, ya que no se aportó prueba, que al menos le haga inferir (a la juzgadora) cuál es su situación personal; tampoco se comprobó cuál es el acervo sucesoral del causante, ya que no se ofrecieron oportunamente los medios de prueba que acreditan dicho extremo procesal y tampoco se ordenó de forma oficiosa sanear dicha deficiencia de la demanda y siendo que la jueza a quo conoció del proceso desde la audiencia de sentencia –por resolución de esta Cámara- no podía retrotraer el trámite procesal al momento de la admisión de los medios de prueba; además considera que siendo que en el testamento del señor ********************* se estableció un legado a favor del actor no es el juicio de alimentos, la vía idónea para garantizar el derecho del joven *********************. Inconforme con el proveído el Licenciado PERDOMO PANIAGUA, por escrito de Fs. 223/226 alegó que la sentencia ocasiona agravio a su patrocinado, por errónea aplicación de la ley e inobservancia legal, aunque omite señalar de forma específica a que preceptos legales hace alusión. En cuanto al alegato referente a que no se acreditó a cuánto asciende la masa de bienes de la sucesión, afirma el apelante que la jueza a quo no admitió la certificación del Juzgado Segundo de lo Civil que permitiría establecer que la sucesión cuenta con dos inmuebles inscritos bajo las matrículas 6004688 asiento 3 y 60046890 asiento 3, los cuales están carentes de valúo, lo cual se solicitó a fin de determinar el acervo de la sucesión, que ello constituía un hecho nuevo que permitiría llegar a la verdad real, petición que se asentaba en el interés superior del actor, la a quo fundó su decisión afirmando que si bien el Art. 119 L.Pr.F. permite ordenar la producción de nuevos medios probatorios, dicha posibilidad se sujeta a la existencia de hechos nuevos, lo que no acontecía en el sub lite por lo que el ofrecimiento era extemporáneo. Se aclaró que si bien el joven ******************* no estudia, ello se debe justamente a sus problemas económicos, ya que trabaja en un taller donde percibe ingresos de CIEN DÓLARES ($100.°°) MENSUALES, ingresos que son insuficientes para sufragar sus gastos, aunado a que sus hermanos no han aceptado herencia lo que impide que se haga efectivo el legado a su favor, situación por la que el actor se ve imposibilitado en continuar sus estudios ya que no cuenta con el capital que le permita costear los gastos que ello representa. Además debe considerarse que los herederos universales –hermanos del actorestaban en la obligación de entregar el legado a favor del joven *********************, para ello deben liquidar las deudas del causante entre estas la obligación alimenticia a favor del demandante –Arts. 960, 1078 C.C.- por lo que a criterio del apelante no es necesario determinar a cuánto asciende el acervo de la sucesión a fin de determinar la procedencia de la obligación alimenticia, al efecto cita a los doctrinarios Luis Claro Solar y Roberto Romero Carrillo. Que existen suficientes elementos para condenar a la sucesión al pago de alimentos desde la fecha en que se reclaman en la demanda, es decir, desde la fecha del fallecimiento del causante. Que la jueza a quo sostiene que no se ha demostrado la necesidad de estudio del actor, pero omite valorar la situación del joven cuando éste era menor de edad, Art. 960 C.C., por lo cual ha vulnerado el interés superior del niño, máxime cuando es responsabilidad de los herederos universales la falta de inscripción de la declaratoria de herederos, lo que evidencia su actitud evasiva en cumplir las obligaciones del causante. Finaliza solicitando se revoque la sentencia y consecuentemente se condene a la sucesión del señor ***************** conocido por **************** al pago de alimentos por la suma de DIEZ MIL COLONES (¢10,000.°°) MENSUALES a favor del joven ********************************. Por auto de Fs. 227 se tuvo por interpuesto el recurso y se mandó a oír a la parte contraria y a la Procuradora de Familia adscrita a dicho Tribunal; asimismo se declaró sin lugar el recurso de apelación interpuesto de forma subsidiaria al recurso de revocatoria, respecto de la resolución emitida en la audiencia de sentencia que denegó la recepción de la certificación de resolución emitida en el Juzgado Segundo de lo Civil de esta jurisdicción, "sentencia" (sic) con la que se pretendía acreditar el acervo de la masa sucesoral. II. Así las cosas el objeto del recurso se constriñe en determinar a partir del material que milita en autos si procede confirmar, revocar o modificar la resolución recurrida que denegó alimentos a favor del joven ******************* a cargo de la sucesión del causante ******************** conocido por ***********************. III. Marco Jurídico Aplicable. Para una mejor comprensión del caso es preciso considerar que los alimentos son prestaciones que tienen como fuente la ley, el Art. 248 ord. 2° C.F. establece que se deben recíprocamente alimentos -entre otros- los ascendientes y descendientes hasta el segundo grado de consanguinidad, esta obligación se origina en razón del principio de solidaridad familiar y cuando los hijos son menores de edad en cumplimiento de los deberes impuestos a los progenitores en el ejercicio de la autoridad parental Art. 206 C.F. En principio la carga alimenticia es intransferible ya que constituye una obligación de carácter personal; sin embargo nuestra legislación a través de una ficción legal ha permitido que dicha obligación se transfiera a la sucesión o sus representantes, así lo determina el Art. 271 C.F. que establece la posibilidad del testador de reconocer cargas alimenticias a través de asignaciones alimenticias voluntarias por acto entre vivos – donación- o por causa de muerte –testamento; norma que se encuentra en consonancia con el Art. 1141 C.C., que establece que el testador al reconocer su obligación alimenticia debe hacerlo acorde a lo establecido en Art. 254 C.F. –que regula el principio de proporcionalidad de la obligación alimenticia entre las necesidades del beneficiario y en este caso la masa de la sucesión- o en su defecto la cuantía de la obligación no podrá exceder la tercera parte del acervo líquido de la herencia; además dicha norma –Art. 1141 C.C.- regula el supuesto en que el testador no reconozca dicha obligación, caso en el cual el beneficiario de los alimentos se encuentra facultado a requerir su establecimiento judicial bajo los presupuestos indicados supra. Se ha repetido insistentemente que el establecimiento judicial de los alimentos contra la sucesión en aplicación del Art. 1141 C.C. no vulnera la libertad de testamentifacción reconocida en el Art. 22 Cn., por lo que hemos sostenido que: "Constitucionalmente se reconoce el derecho a la libre testamentifacción, que no es más que una manifestación del derecho de propiedad y libertad de disposición de los bienes, que tiene como único límite la ley; es decir, se reconoce la facultad a toda persona capaz, de disponer a través de una manifestación de última voluntad –testamento- de sus bienes, sin embargo el límite de la misma lo constituye la ley." (Cam.Fam.S.S., veintitrés de octubre de dos mil siete. Ref.: 3-IH-2006). Es por ello que si el causante reconoce en su testamento una carga alimenticia que excede la tercera parte de la masa sucesoral, dicha carga es válida y debe ser interpretada como una mera liberalidad del testador; la situación inversa es la que amerita la intervención judicial en la medida en que así se requiera. Ahora bien debemos distinguir que carga alimenticia no es lo mismo que el legado, ambos son de naturaleza diferente, insistimos los alimentos son prestaciones y constituyen una carga contra la sucesión Arts. 247 y 271 C.F., los legados en cambio son asignaciones a título singular Art. 955 C.C. y responden a una mera liberalidad del testador; aún cuando reconocemos la diferencia entre obligación alimenticia y legado, es preciso, referir, que hay casos –como el de autos- en que el testador no reconoce su carga alimenticia pero si establece un legado a favor de varios legatarios entre ellos el alimentario (demandante). En este caso a efecto de no ser abusivo en el ejercicio del derecho hemos referido –tal como lo sostuvimos en el auto de admisión de esta demanda, que corre agregada a Fs. 30/33- que si el legado satisface la necesidad del alimentario o en su caso constituye una tercera parte del acervo líquido no habría derecho a alimentos, pero, sí dicho legado no satisface las necesidades del beneficiario o es menor a la tercera parte del acervo de la sucesión, el legatario –que es el mismo beneficiario de los alimentos- está habilitado para reclamar judicialmente el establecimiento de una carga alimenticia contra la sucesión. Aclarado los extremos antes dichos analizaremos las particularidades propias del caso. IV. Valoraciones de esta Cámara. En el sub judice los alimentos a favor del joven ************** se requirieron inicialmente en virtud de su minoría de edad Arts. 206, 216 y 248 C.F., en consecuencia, era una obligación originada del ejercicio de la autoridad parental de sus progenitores, sin perjuicio de que los alimentos se deben también a los hijos mayores de edad; ya hemos sostenido en anterior jurisprudencia que las cargas alimenticias se transfieren a la sucesión en virtud de una ficción legal Arts. 271 C.F. y 1141 C.C., en consecuencia dicha carga puede ser reclamada a la sucesión en la medida en que la obligación alimenticia haya sido reconocida testamentaria o subsidiariamente por la vía judicial en aplicación del Art. 1141 C.C., que faculta su establecimiento judicial siempre y cuando el testador haya omitido determinar la cuantía de esa obligación o cuando el monto de dichos alimentos sea inferior a la tercera parte del acervo líquido. El señor ************************** conocido por ******************** (causante) constituyó un legado de varios inmuebles en proindivisión entre los legatarios **************************** (demandante), *********************** y *************************, en proporción de un 33.33% para cada legatario -cláusula IV del testamento, tal como consta en la copia certificada notarialmente agregada a -Fs. 10 y 13-, dicho legado ha sido interpretado por esta Cámara como un reconocimiento de la obligación alimenticia del causante, a dicho efecto en la resolución de Fs. 30/33 se ordenó la admisión de la demanda, señalando: "(…) que el monto de tal pensión o asignación alimenticia, se establece conforme a la totalidad del acervo líquido de la sucesión, es decir, dependiendo del valor de los bienes heredados (activo) menos el pasivo (deudas) que gravan dicha masa herencial, en relación al monto del legado y las necesidades del alimentario puesto que no se sabe por ahora si el monto de dicho legado satisface la necesidad del alimentario o en su caso constituye una tercera parte del acervo líquido." (Cam.Fam.S.S., siete de octubre de dos mil tres. Ref.: 121-A-2002). En otras palabras se sostuvo que el derecho de alimentos en principio no se encontraba en discusión, ya que constituía una obligación reconocida por el causante a través del legado. Señalamos que para establecer el quantum de la obligación era preciso determinar dos aspectos: 1°) La totalidad del acervo líquido de la sucesión; para ello era preciso establecer el valor de los bienes heredados (activo) menos el pasivo (deudas) que conforman la masa sucesoral y 2°) Determinar si el monto del legado satisfacía las necesidades del beneficiario o sí en su caso constituía la tercera parte del acervo líquido, situación que se desprende del párrafo previamente citado; en consecuencia no compartimos la valoración efectuada por la a quo que estimó necesario determinar si el demandante por ser mayor de edad, aún continuaba estudiando con provecho y rendimiento; es por ello que insistimos que el derecho de alimentos en principio no estaba en discusión porque dicha carga había sido reconocida libremente por el testador; en consecuencia resultaba inútil valorar la condición educativa o laboral del joven *************************, sobre todo porque la parte demandada en ningún momento solicitó el cese de la obligación. Señalamos que en principio el derecho de alimentos no estaba en discusión, por tanto la única limitante para reconocer judicialmente la obligación alimenticia consistía en determinar si el legado satisfacía las necesidades del joven ********************** o sí constituía la tercera parte del acervo líquido de los bienes del causante; es decir que el legado fuera igual o mayor a las dos terceras partes del acervo líquido de la masa sucesoral, Art. 1141 C.C., en este único supuesto era procedente denegar la imposición judicial de alimentos a favor del actor. En este caso el actor sólo podría exigir el pago de su legado por la vía civil. En ese orden de ideas repetimos la única condición de procedencia para los alimentos a favor del reclamante, estaba determinada por el establecimiento del monto del legado y su relación con la masa sucesoral y las necesidades del mismo y no sí el demandante estudiaba con provecho y rendimiento o trabajaba, dichos elementos resultaban irrelevantes en el decisorio; ahora bien, es preciso aclarar que si de la prueba se hubiese acreditado que el legado era igual o superior a las dos terceras partes del acervo líquido de la sucesión, no era válida la reclamación de alimentos por parte del legatario por cuanto ese valor es significativo en relación a la totalidad de la masa sucesoral, pero ello en nada incidiría en la validez del legado mismo ya que éste constituye una mera liberalidad del testador en aplicación del Art. 22 Cn. Aclarado lo anterior y habiéndose advertido del estudio del proceso que en el caso de autos no se acreditó a cuánto asciende el monto del acervo líquido ni el monto del legado a favor del actor, no es posible determinar el quantum de la obligación alimenticia a favor del joven ********************, en ese sentido se deberán declarar sin lugar los alimentos a su favor, ya que los únicos medios de prueba que se recabaron a lo largo del proceso fueron la destinación del legado efectuada en el testamento y la determinación de los bienes de la sucesión Fs. 10/13. Debe aclararse que era una carga procesal de la parte actora determinar dichos extremos, al efecto debió requerirse oportunamente en la demanda la producción de los medios de prueba necesarios; es más una vez admitida la demanda por esta Cámara tuvieron la oportunidad procesal de ampliar los términos de la misma mientras no se efectuara el emplazamiento, sobre todo considerando que este Tribunal había sido sumamente enfáticoen la resolución de fs. 30/33- al señalar los extremos que debían ser acreditados para la procedencia del derecho de alimentos, tal como consta en el párrafo que hemos señalado ut supra, en ese orden de ideas es responsabilidad exclusiva de la parte actora la desestimación de la pretensión. Si bien la parte demandante pretendió en la audiencia de sentencia incorporar algunos elementos que favorecieran su pretensión -como la agregación de la certificación de la resolución emitida por el Juzgado Segundo de lo Civil de este distrito judicial que precisaba el monto del acervo de la masa sucesoral- consideramos acertada la decisión de la jueza a quo que denegó dicha incorporación por no constituir el momento procesal oportuno para ofrecer prueba, ni constituir –como bien lo ha señalado la parte demandada- ningún hecho nuevo, ya que se conocía desde la presentación de la demanda que dichas resoluciones eventualmente iban a ser dictadas en el juicio de aceptación de herencia, por lo que debieron ser ofrecidas en la demanda para su posterior agregación, o requerirse la suspensión del proceso tal como lo señalan los Arts. 27, 42 lit. f) y 44 L.Pr.F. Por otra parte tampoco pudo requerirse como prueba para mejor proveer, puesto que dicha prueba viene simplemente a aclarar o complementar una prueba ya aportada, por lo tanto no procedía requerir en la audiencia de sentencia la práctica del valúo de los inmuebles pues tal actuación hubiera sido contra el derecho de defensa (de la parte contraria), ello – reiteramos- debió solicitarse en la demanda, la cual incluso pudo ampliarse una vez que fue admitida por esta Cámara y previo al emplazamiento de la parte demandada. En tal sentido no compartimos los argumentos del apelante quien ha afirmado que los elementos que se pretendían incorporar como prueba constituían hechos nuevos, la petición del valúo de los bienes o la presentación de éste, no debe hacerse con posterioridad al momento en que se presentó la demanda ni la contestación de la demanda; independientemente de que las resoluciones emitidas por el Juzgado Segundo de lo Civil se produjeron materialmente con posterioridad a la admisión de la misma, puesto que la parte actora conocía que al tramitarse las diligencias de aceptación de herencia dichos medios se producirían, lo que no obsta para que se ofrecieran en la demanda o su ampliación, tal como lo dispone el Art. 44 L.Pr.F. En ninguno de los supuestos se reúnen la condición de un hecho nuevo; es decir, que se haya tenido conocimiento del mismo con posterioridad a las alegaciones iníciales de cada una de las partes, entiéndase la demanda o su contestación; es más, pudo hacerse un inventario y valúo de bienes para ser presentado oportunamente. Se ha alegado por la parte apelante que en todo caso constituía un deber de la jueza a quo el ordenar su práctica en aplicación del Art. 119 L.Pr.F., es decir, como un hecho para mejor proveer; sin embargo, aún cuando a la a quo como directora del proceso se le concede la facultad de ordenar prueba para mejor proveer ello depende única y exclusivamente del estado de dubitación o de certeza que haya alcanzado el juzgador, constituye una operación mental exclusiva del juzgador, originada en la poca claridad o alguna deficiencia en la prueba recabada. Por lo anterior tampoco es cierto como lo ha sostenido la jueza a quo que siendo que ella conocía del caso en virtud de remisión efectuada por esta Cámara al haberse anulado la audiencia de sentencia celebrada por la jueza que inicialmente conocía del presente caso y haberse dejado válida la audiencia preliminar, momento en el cual se ordenaba la prueba, ella se encontraba impedida en ordenar prueba de forma oficiosa, ya que justamente el Art. 119 L.Pr.F. la faculta a ordenar en la misma audiencia de sentencia prueba para mejor proveer o sobre hechos nuevos según el caso, facultad que se concede de forma oficiosa a todos los juzgadores, en ese sentido sí la jueza a quo omitió ordenar la producción de otros medios de prueba fue simplemente porque los consideró improcedentes, por no existir hechos nuevos, ni prueba deficiente o confusa que hubiese que reforzar o aclarar, por lo que tampoco puede ordenarse por esta Cámara. La única vía por la que esta Cámara pudiese introducir los elementos de prueba arriba indicados, sería en aplicación del Art. 159 L.Pr.F.; que se cuando se trata de prueba denegada indebidamente en primera instancia o que no se hubiese producido por motivos ajenos a la voluntad del apelante, situación que no acontece en el caso de autos, ya que efectivamente consta que la prueba se denegó correctamente en virtud de no haber sido ofrecida en el momento procesal oportuno, Arts. 42 lit. f), 43 y 44 L.Pr.F., por tanto su denegación obedece de forma exclusiva a la actuación poco diligente de la parte actora; en ese sentido está Cámara se encuentra impedida para ordenar la práctica de dichos medios probatorios. Por las consideraciones expuestas al no haberse acreditado con la prueba idónea a cuánto asciende el acervo líquido de la masa sucesoral y del legado a favor del joven ******************, no es posible estimar judicialmente a cuánto asciende su obligación alimenticia, por lo que es procedente desestimar su pretensión, aclarando que ello es en virtud de los argumentos expuestos por esta Cámara los que varían sustancialmente a los expuestos por el Tribunal a quo. Por los argumentos expuestos y de conformidad con los Arts. 247, 248, 271, 402 C.F., 1141 C.C., 42 lit. f), 43, 44, 159, 161 L.Pr.F., esta Cámara a nombre de la República de El Salvador, FALLA: Confírmase la sentencia que denegó el pago de alimentos a favor del joven *********************; en virtud de no haberse establecido los extremos procesales de la pretensión referentes al monto del acervo líquido de la sucesión y del legado a favor del demandante; sin perjuicio del derecho de la reclamación del pago del legado por la vía legal pertinente. Firme la presente sentencia devuélvase el proceso originario a su Tribunal de origen junto con certificación de este pronunciamiento. Notifíquese. PRONUNCIADO POR LOS MAGISTRADOS DR. JOSÉ ARCADIO SÁNCHEZ VALENCIA Y LICDA. RHINA ELIZABETH RAMOS GONZÁLEZ. A. COBAR A. SECRETARIO.