Gigliola Cinquetti, sin edad y con edad para amar Gigliola Cinquetti nació en Verona (Italia) el 20 de diciembre de 1947. Ha ganado Eurovisión en 1964 y estuvo a punto de conseguirlo por segunda vez en 1974. Es una de las cantantes italianas con más renombre internacional. Ha tocado todos los terrenos posibles del artisteo y está considerada por los seguidores de Eurovisión como una de las mejores intérpretes de la historia de este Certamen. Nació el mismo año que Massiel, France Gall y Michélle Torr, grandes eurovisivas también. Su padre se llamaba Luigi y su madre Sara, que según la misma Gigliola “era especialista en hacer tortitas de miel”. Tiene una hermana veinte meses mayor que ella, Rosabianaca, Robbie en el ambiente familiar. Gigliola y Rosabianca, su hermana La primera experiencia artística de Gigliola fue con cinco años de edad. Hizo una función teatral. Recibió clases de piano junto a hermana y ya se perfilaba según sus profesores como una chica con mucho sentido musical. Pero su debut como cantante fue en teatro Ristori de Verona en 1959 junto a un elenco de artistas de variedades. Según ella “el corazón le latía fuertemente al pisar un escenario como cantante por primera vez, aunque su voz se mantenía firme”. En 1963 se presentó a un concurso de radio en Venecia y de ella dijo el prestigioso barítono Gino Becchi “que su voz era auténtica porque no estaba impostada o forzada y cantaba como si hablase”. Este halagó mucho a Gigliola y creo que la descripción es muy acertada porque su estilo es muy peculiar. Voz que enamoró a los italianos desde el principio y al mundo después. Subió muy alto en cuestión de poco tiempo, dejando absortos a figuras de la talla de Iva Zanicchi, Bobby Solo, Paul Anka, La Mistinguette, Maurice Chevalier o Mina, que siempre alabaron a la intérprete y la defendieron en sus inicios. En agosto de 1963 la RAI la invita a Milán a presentarse a una prueba para la cadena televisiva. Así se presentó en un concurso de voces nuevas y gracias al empresario Gianni Ravera fue a Sanremo. Pasó muchas pruebas y eliminatorias con más de 128 candidatos, estuvo entre los diez escogidos. Acudió al prestigioso Festival italiano de San Remo el 30 de enero de 1964 con “Non ho l’étà” de Mario Panzeri y Nicola Salerno con arreglos de Gianfranco Monaldi. Este tema lo debían interpretar dos personas, ella y Patricia Carli. Pero el triunfo fue para Gigliola Cinquetti que dejó boquiabierto al público por su sencillez y espléndida voz. Fue un año polémico por la presencia de Bobby Solo que fue descalificado con “Una lacrima sul viso” debido a una fuerte faringitis que le obligó a cantar en plaback, algo que no se perdonaba en aquellos años. No fue falta de honestidad del cantante, sino imposiciones de la casa discográfica y sus empresarios. Tras San Remo, como embarcada en el éxito y siguiendo la tónica de Italia esos años, Gigliola fue a Eurovisión en su novena edición que se celebraba en la ciudad danesa de Copenhague, en el Tivoli Concert Hall. Una chica que apenas había salido de su país, sólo había estado en Francia en un show con Maurice Chevalier, se vio en pleno Festival para todo Europa. Y además ganó también con una diferencia abrumadora sobre competidores de la talla de Matt Monro o Romuald. Ella solita, con 16 años se trajo el primer triunfo para Italia, que lo venía buscando desde la primera edición en 1956 y casi ganan en 1963 con Emilio Pericolli que fue tercero en Londres. También hubo polémica con el “Non ho l’étà” en Copenhague. La canción duraba más de tres minutos, se pasaba en 19 segundos, y la UER obligó a los compositores a acortarla hasta que se cumplieran los cánones. Así se hizo y por eso la versión discográfica es más larga que la que se hizo en directo en Eurovisión. Quitaron una estrofa y tan contentos todos. Daba igual, esta chica cuando acabó su tema recibió una ovación estruendosa. Y eso que ese año estaba algo turbio por el escándalo que se montó cuando un manifestante se pronunció con una pancarta en contra de las dictaduras en España y Portugal. Tuvo que ser desalojado de la sala con malos modos, cuestiones de diplomacia en plena antena. De hecho qué culpa tenían los TNT y Antonio Calvario. Fue una especie de boicot a estas dos delegaciones, que no repercutió a la italiana, pero según declaraciones que hizo posteriormente “sintió algo de miedo ante el mejunje que se montó en pleno directo”. Non ho l'étà se hizo un fenómeno social. Se puso hasta la saciedad en todas las emisoras de radio en Europa. En España la Cinquetti era tan popular como cualquier cantante español. Sus canciones se tradujeron al español. Salió en diversas ocasiones en TVE. Temas muy famosos suyos en España fueron La pioggia -La lluvia- y Cero en amor, ambos en el 69. Yo soy aquí quien manda y Gira el amor triunfan en el ‘72 y Sí en el ‘74, entre otros tantos. Fue tan grande su éxito, que el Papa Pablo VI la recibió en audiencia en El Vaticano. Gigliola y su canción eran un ejemplo para la juventud italiana según la iglesia y los democristianos italianos, y es que la chica no tenía edad para amar. Había que esperar al matrimonio. Una letra del todo moralista que además gustó mucho en la España franquista. Aún así y a pesar del candor de la Cinquetti, estoy segura que guardaba algo inconfesable que nunca supimos, ya que novios nunca le faltaron a la guapa italiana. Las revistas del corazón de la época no dejaron de pronosticar sus idilios y desvirtualizar la supuesta virginidad de la Cinquetti. Tras ganar Eurovisión, rodó con Maurice Chevalier en París Lección de italiano. Gigliola Cinquetti cantó Sí –de Mario Panzeri, Danielle Pace, Laurenzo Pilat y Carrado Contibajo la dirección de Gianfranco Monaldi. Ganaron la Canzonissima ’74. La canción fue víctima de una dura carga política llegada de su país. El 7 de abril del ’74 se hacía el referéndum sobre la ley del divorcio en Italia. La derecha y la izquierda se enfrentaron en un país de fuertes convicciones religiosas. Precisamente la Cinquetti, chica modélica de los años sesenta, fue bendecida por el mismo Papa cuando ganó con el Non ho l’étà. Antes decía que no tenía edad para amar y ahora decía dulcemente Sí. Sinceramente se le dio un sentido político a ese Sí, bastante oportuno, que no lo tenía. La derecha democristiana estaba en el gobierno y por si acaso la RAI no retransmitió el Festival hasta la semana siguiente al evento. Temían que ese Sí fuera un reclamo para que los italianos votaran Sí al divorcio. Italia no vio el triunfo de ABBA en directo, pero también se perdió el honroso segundo puesto que consigue Gigliola gracias a los 18 votos que le otorgaron los jurados. España le dio 2 puntos. Si la RAI pensó que así no se influía en el referéndum se equivocaron porque al final ganó el Sí por un 60% de los votos ante un 40% que votó en contra. En cuanto a Gigliola Cinquetti, después del Festival del ’74, donde quedó en segundo lugar detrás el grupo ABBA, siguió triunfando en Europa. Fue número uno algunas semanas en el Reino Unido con “Sí”. Se casó el 13 de abril 1979 con el periodista italiano Luciano Teodori, en la basílica de Santo Stefano de Verona, en el más puro secreto. No sé por qué, en fin, ya sí tenía edad para amar. Siempre ha sido muy reacia a hablar de su vida privada. Ya tuvo un romance sonado con un estudiante Derecho llamado Vittorio Selmo en 1969 y que sólo duró dos años debido a que él se oponía un poco a la ajetreada vida artística de Gigliola, en pleno éxito comercial en Europa. Estuvo muy seguida por la prensa rosa italiana, francesa y española casi siempre, cubriendo portadas sonadas en Italia. Es quizá uno de los personajes más conocidos de ese país. En el ’79 grabó otro LP de gran éxito en nuestro país titulado “Quien habrá inventado a este hombre” ¿se referiría a Luciano, su esposo? Con él tuvo dos hijos, Giovanni y Constantino nacidos en 1980 y 1984 respectivamente. Su vida estaba entre Roma y Verona, su ciudad natal, la cual nunca ha querido abandonar para las cosas importantes, como su boda y nacimiento de sus hijos. Sólo abandonó su carrera cuando estuvo embaraza y mientras sus hijos eran muy pequeños, pero enseguida retomaba el trabajo con programas de televisión, telefilmes o nuevas y constantes participaciones en la Canzonissima o el Festival de San Remo, como presentadora o intérprete. En el ’91 presentó el Festival de Eurovisión en Roma junto a Toto Cutugno –ganador por Italia del ‘90- A sus 55 años sigue estando en plena forma. Ha mantenido una imagen y estilo intacto, de una elegancia extrema, aunque como vemos en algunas fotos ha sido una gran showoman y se ha disfrazado de lo que haya hecho falta, estupenda.