RECERQUES DEL MUSEU D’ALCOI, 6 (1997), 161-164 El presente trabajo trata sobre un sistema de enmangue en las lanzas y los regatones ibéricos hasta ahora inédito, así como de la radiografía como método de detección a priori de los sistemas constructivos de estos. LOS CUBOS DE ENMANGE DE LANZAS Y REGATONES IBÉRICOS, ANÁLISIS Y DIAGNÓSTICO El present treball tracta d’un sistema d’enmanegament de llances i regatons ibèrics fins ara inèdit, així com de la radiografia com a mètode de detecció a priori dels sistemes constructius d’aquests. Iberian spear and ferrule handle sckets. An analysis and diagnosis. This item deals with an Iberian spear and ferrule handling system, as yet unpublished, as well as with radiography as a method of priori detection of the constructing systems. JOSEP H. MIRÓ SEGURA* CRISTINA REIG SEGUÍ* Durante los trabajos de limpieza y restauración de materiales arqueológicos, procedentes de las excavaciones de la necrópolis ibérica de La Serreta, que se están llevando a cabo en el laboratorio del Museu Arqueològic Municipal de Alcoi, se han reconocido algunos aspectos interesantes relacionados con el proceso de elaboración de lanzas y regatones, y más concretamente, de los cubos de enmangue de estas piezas con el astil de madera. La falta de limpieza sistemática de metales ibéricos así como la publicación de sus resultados, salvo en los casos excepcionales de armas que presentan decoración damasquinada, ha ocasionado que aspectos relacionados con la tecnología del hierro en época ibérica no hayan tenido el tratamiento analítico que merecen. Existen pocas referencias sobre la cuestión del sistema de enmangue de las moharras y regatones con el astil, y éstas se encuentran en trabajos específicos sobre las armas, (Cuadrado, 1989; Quesada, 1991), o sobre metalurgia (Ruiz y Molinos, 1993), siendo abordado el tema de manera muy somera, tal vez debido a la poca información existente que aporte datos concluyentes. * Museu Arqueològic Municipal d’Alcoi, Camil Visedo Moltó. En su estudio de las lanzas del Cigarralejo, Cuadrado, al describir la estructura de este tipo de armas, identifica el cubo de enmangue como “la parte tubular que sirve para enmangar el astil, …Como accesorio señalaremos un anillo de cobre o hierro que sirve para presionar el asta, tanto en el cubo como en el regatón. En general, ambos llevan una cortadura longitudinal que se abre el meter el asta. Después se introduce el anillo dilatado al fuego, y al enfriarse comprime el hierro contra la madera. Se aseguran, además, con un pasador de hierro.” (Cuadrado, 1989: 57). Cuestión en la que coincide Quesada, aportando además datos sobre su proceso de elaboración: “A veces, sobre todo en armas halladas en mal estado, es posible observar una ranura longitudinal en el cubo, resultado del procedimiento de fabricación de la lanza, en el que se formaba el cubo hueco doblando y forjando la lámina de metal sobre un troquel cónico. Con la pieza nueva debía ser muy difícil distinguir el punto en que los bordes de metal se unían.” (Quesada, 1991: 946). Menciona así mismo la existencia de un anillo de sujeción, en ocasiones de bronce. La limpieza llevada a cabo en las lanzas y regatones de la necrópolis de La Serreta confirma algunas de estas apreciaciones y aporta datos hasta ahora inéditos. Efectivamente, tanto el cubo de enmangue de las lanzas como los 161 JOSEP H. MIRÓ SEGURA-CRISTINA REIG SEGUÍ Lámina 2: Radiografía de Lanzas de diferentes tamaños (sep. 31 y 6). Se aprecia en ambas la soldadura. Lámina 1: Radiografía donde se aprecia la línea de sutura, la decoración, el anillo superior vacío y el anillo inferior relleno. regatones presentan el pasador interior de hierro y una ranura longitudinal, pero ésta aparece sellada por una “sutura” de cobre. Esta “soldadura” es apreciable en las radiografías y aparece claramente después de la limpieza del óxido que cubre las piezas. En unos casos es completamente recta y en otros diagonal o con un trazado más vacilante, suponemos que dependiendo de la pericia del artesano (lám. 1). Podemos afirmar que esta sutura aparece de forma regular en todas las piezas radiografiadas y limpiadas hasta la fecha, independientemente de su tamaño, tipo o cronología, lo cual nos lleva a concluir que esta característica se debe más a una cuestión tecnológica que a un recurso impuesto por la longitud, la tipología de la pieza o a un sistema de enmangue propio de un período de tiempo determinado (lám. 2). No han aparecido, sin embargo, las mencionadas anillas de presión, ni huella de su existencia sobre los cubos de las lanzas ni en los regatones. En cambio, en la lanza procedente de la sepultura 67, nº 67/94, del tipo 2b, variante VIA1 de Quesada, un arma de dimensiones considerables, 55 cm de longitud, con mesas estrechas y silueta muy estilizada, aparece, además de la ya mencionada sutura, una lengüeta o pestaña que sobresale de uno de los bor- 162 des y monta sobre la otra parte, que puede tomarse como un elemento de presión. Esta característica técnica no ha aparecido, hasta ahora, en otras armas de tipo similar estudiadas por nosotros, lo cual descarta que tenga una relación con la longitud o la tipología. (lám. 3) En algunas piezas se aprecian delgadas acanaladuras rellenas con hilo de bronce o plata, o alternando ambos materiales, situadas en la zona próxima al borde del cubo, pero dudamos que su papel vaya más allá del meramente decorativo, a juzgar por la estrechez y poca profundidad que muestran en los casos en que han perdido el material de relleno (lám. 1). Tampoco hemos observado la existencia del capuchón interior de cobre al que alude Quesada (1991: 946-947), aunque sí se han hallado residuos de color verde claramente procedentes de la degradación de una aleación de cobre, que podrían corresponder tanto al capuchón interior como a restos de la degradación de lo que nosotros venimos llamando la “sutura”, en el caso que correspondieran al capuchón , es muy posible que la utilidad de este fuera la reparación del enmangue debido a la holgura producida tanto por el tiempo como por el uso. También los regatones han revelado la soldadura de cobre que cierra la junta de la pieza cónica, así como las acanaladuras, por ejemplo en el regatón de la sep. 50 y en el de la sep. 53.(lám. 4) Desconocemos si estos aspectos han aparecido tras la limpieza de los metales procedentes de otras excavaciones. De no ser así, podría pensarse en peculiaridades propias de un taller en particular, y que en Serreta, las anillas de presión que aseguran que los cubos de enmangue no se abran por la ranura longitudinal, son sustituidas por una sutura de bronce que cierra ésta, con el ocasional añadido de una pestaña de refuerzo en el borde del cubo. El verdadero alcance e interpretación de los datos que aportamos sólo puede ser revelado tras un completo estudio tecnológico de las piezas, pero sirva esta noticia para poner de manifiesto la enorme importancia que reviste, no LOS CUBOS DE ENMANGUE DE LANZAS Y REGATONES IBÉRICOS, ANÁLISIS Y DIAGNÓSTICO Lámina 4: Regatón después de la limpieza. Se aprecia la línea de soldadura. Lámina 3: Detalle del inicio del cubo de enmangue con la pestaña y la línea de soldadura. Sólo se han conservado restos de cobre en el interior. sólo la limpieza de los metales, hecho que nos parece innecesario enfatizar, sino, en su defecto, someterlos a radiografías como paso a priori para la obtención de datos que quedan ocultos bajo la capa de suciedad y descomposición del propio metal. La radiografía como método de diagnóstico (utilidad e interpretación) La gran cantidad de piezas metálicas ingresados en el Museo Arqueológico Municipal, procedentes de las últimas excavaciones en la necrópolis de La Serreta, y el largo tratamiento de desalinización y limpieza de las mismas, nos ha obligado a adoptar un método de diagnóstico rápido y fiable, que pudiera proporcionar la máxima información tanto al arqueólogo excavador como al laboratorio de restauración. El sistema de limpieza seguido para las piezas de hierro ha sido el siguiente: Baño desalinizador para la eliminación de cloruros, consistente en una inmersión de un mes de duración en una solución de sulfito alcalino a 60º C., seguida de neutralización durante una semana en agua destilada. Este ciclo se repite con baños consecutivos de dos y tres meses, finalizando con una neutralización de un mes de duración en agua destilada. Secado y limpieza mecánica con torno de dentista, bisturí, etc. Baño inhibidor con trietanolamina al 1% en alcohol Consolidación con Paraloid B72 al 7% en acetona y protección final con cera microcristalina. Resulta pues evidente, que las piezas no podrán ser utilizadas durante un largo periodo de tiempo, es por ello que incorporamos la radiografía al protocolo de restauración, ya que nos permite tener una visión exacta de la pieza, incluso antes del tratamiento restaurador. Así pues, se eligieron una serie de piezas para su radiografía, trabajo que realizó el doctor Luís A. Andreo Hernández, al cual agradecemos su interés y disposición, utilizando un aparato médico de rayos X Genetrón 650 de la empresa General Eléctric. Los parámetros medios utilizados para las radiografías de lanzas y regatones son los siguientes: Intensidad: 100 mA Voltaje: 65 KV Tiempo: 0,5 seg. Se utilizó film médico el cual se impresionó en una caja con pantalla de plomo de 0,5 mm. de espesor, las pantallas de plomo se utilizan porque eliminan tanto la radiación más floja y dispersa dentro del objeto, como la reflejada por debajo de la pieza, obteniéndose así una imagen mucho más nítida y detallada. 163 JOSEP H. MIRÓ SEGURA-CRISTINA REIG SEGUÍ Estos parámetros son solamente orientativos y dependen tanto del aparato utilizado como de la experiencia del radiólogo. Una vez obtenidas las radiografías procedemos a su interpretación. En una radiografía, las partes claras indican una absorción fuerte de rayos X, mientras que las partes oscuras presentan una absorción débil. Bajo esta simple premisa se pueden averiguar los siguientes datos: – Estructura interna del objeto, si conserva o no núcleo metálico. – Presencia o no de diferentes materiales en su composición: Hierro, plata, cobre etc., ya que los diferentes metales presentan densidades también diferentes al paso de rayos X. – Localización de la superficie original, ya que los diferentes productos de corrosión internos y externos presentan también diferentes densidades. – Alteraciones en la pieza, deformaciones, fisuras, etc. – Técnicas de fabricación, roblonados, soldaduras, etc. – Técnicas decorativas, como el damasquinado, grabado etc. – Extensión de la corrosión. Por contra la densidad de la imagen (clara u oscura), puede también inducirnos a error ya que además de las diferencias de densidad explicadas más arriba, esta también depende del espesor del objeto en sus diferentes partes. 164 Siendo el diagnóstico la etapa esencial del tratamiento a partir del cual nos plantearemos las intervenciones a efectuar, estabilización consolidación, limpieza etc., nos parece que la radiografía es una herramienta muy útil ya que permite determinar antes de cualquier intervención tanto el estado del objeto como sus características. Otra ventaja importante es la rapidez y bajo costo de este sistema. BIBLIOGRAFÍA BERDOCOU, M.C. (1990). La conservatión en arqueologie, De. Masson, París (Francia). CUADRADO DIAZ, E (1989). La panoplia ibérica de “El Cigarralejo” (Mula-Murcia). Murcia. MOUREY, WILLIAM (1987). La conservation des antiquités métalliques, de la fouille au musée, Draguignan (Francia). QUESADA SANZ, F. (1991). El armamento ibérico. Tesis doctoral inédita, Universidad Autónoma de Madrid. RUIZ, A. y MOLINOS, M. (1993). Los iberos. Análisis aequeológico de un proceso histórico. Ed. Crítica. Barcelona.