Película navideña Crónicas de Narnia El león, la bruja y el armario Cuando terminaba ya el día de Navidad, muchos de nosotros recibimos en los móviles uno de esos “sms” reenviados en cadena, que decía: AAviso a la población: el simulacro de paz y amor ha finalizado. Guarden los langostinos, insulten a sus cuñados y disuélvanse@. Era una de esas bromas que, si resulta graciosa, es precisamente porque todos somos conscientes de que encierra una parte de verdad. Para muchas personas, hoy en día, la Navidad no pasa de ser una ancestral costumbre familiar y social, que nos obliga caprichosamente al cumplimiento de un imperativo moral de manifestar por unos días unos sentimientos de paz y amor, todo ello aderezado por un consumismo omnipresente. Se conservan entre nosotros los signos y las tradiciones navideñas, pero vacías de contendido, consecuencia lógica de una profunda crisis de sentido. Tradicionalmente, el cine había aportado su pequeño granito de arena para aminorar la progresiva pérdida de sentido espiritual de la Navidad. En la mayoría de las televisiones se siguen reponiendo por estas fechas algunos títulos magistrales, como A(Qué bello es vivir!@, de Frank Capra, en los cuales se esconde una neta propuesta de sentido cristiano en la vivencia de la Navidad. Por una parte, esta reincidencia en unos títulos tan desgastados demuestra a las claras una demanda y necesidad imperiosas. Sin embargo, la falta de una oferta cinematográfica navideña actualizada trasmite inevitablemente la sospecha de que estamos viviendo de las rentas y de que evocamos algo caduco. Pues bien, aquí tenemos una obra cinematográfica actual que perfectamente podemos catalogar bajo el concepto de cine navideño cristiano: ACrónicas de Narnia, El león, la bruja y el armario@. Su calidad es máxima; no sólo por lo que a sus contenidos se refiere, sino también a su elaboración técnica. La película traslada a la pantalla la novela del mismo nombre del autor irlandés C.S.Lewis (Belfast, 29.XI.1898 - Oxford, 22.XI.1963). Está dirigida por Andrew Adamson (director de Shrek y Sherk 2) y animada con efectos especiales por la factoria Weta, la misma que trabajó para la trilogía de El Señor de los Anillos. C.S. Lewis fue un converso al cristianismo muy conocido en el mundo anglosajón, tanto por niños como por adultos. Escribió siete novelas dentro de la saga de las Crónicas de Narnia, alcanzando una venta superior a 80 millones de ejemplares. (Ojalá que las novelas que siguen a AEl león, la bruja y el armario@ sean también trasladas a la pantalla! )Puede un cuento infantil, una historia de hadas contribuir a entender y vivir mejor la Navidad? Centrémonos en el guión de la película: Los cuatro hermanos protagonistas cuyo padre está combatiendo en el frente en la Segunda Guerra Mundial, son evacuados de Londres y separados de su madre, huyendo de los bombardeos nazis y trasladados a una mansión de Campo. En el desván de esa mansión encuentran un armario desde cuyo interior se accede a un mundo fantástico de brujas, duendes, elfos y animales parlantes. Ante sus ojos se abre una realidad nueva, el mundo de Narnia, que está sometido desde hace cien años a un Afrío invierno sin Navidad@. Una Bruja Blanca que se hace llamar Areina de Narnia@ sin serlo, intenta seducir y acabar con los humanos, en el intento de impedir el cumplimiento de una profecía de liberación de Narnia por los Adescendientes de Adán y Eva@. El personaje central de la fábula es Aslan, un león que evoca claramente a Jesucristo (el león de la Tribu de Judá presentado en Apocalipsis 5, 5), quien entrega su vida en sacrificio, muriendo voluntariamente a manos de la Bruja Blanca (evidente imagen de Satán y del mundo sometido bajo su influjo) , a cambio de rescatar el alma de uno de los niños protagonistas, que había sido tentado y seducido por la Bruja. Pero tras la muerte de Aslan viene su resurrección. Lleno de vida, de fuerza y majestad, el león triunfante resucita con su Aaliento@ a todos aquellos que previamente habían perecido mártires en la lucha contra el mal (imagen de la Iglesia Celestial). Es entonces cuando la gran batalla por la liberación de Narnia se inclina en favor del bien, por la intervención de Aslan y de todos aquellos que habían vuelto a la vida por su aliento. Aslan, el león de Judá, había encomendado al mayor de los cuatro niños protagonistas, Peter, (evocación de Pedro, el príncipe de los apóstoles y primer Papa) la tarea de capitanear las tropas del bien llevando a Narnia la paz y la victoria definitiva sobre el mal. En resumen, un mundo fantástico es el escenario elegido por C.S.Lewis para recrear de manera alegórica las líneas básicas de la Historia de la Salvación. Más allá de la realidad que vivimos (la Segunda Guerra Mundial en el caso de Lewis), encontramos una dimensión más profunda de la existencia, que lejos de ser falsa, encierra la explicación última de lo que a este lado del Aarmario@ sucede. Uno de los grandes valores de la línea argumental de la novela y la película, es hacernos ver cómo los humanos podemos hacernos fácilmente cómplices del mal del que somos víctimas. Los cuatro niños protagonistas de esta película, Ahijos de Adán y Eva@, están llamados a cumplir una profecía en la que son al mismo tiempo “redimidos@ y “corredentores”. (Tan real como nuestra vida misma! La tesis de la película es nítida: Necesitamos de Jesucristo, para que llegue la Navidad al invierno de nuestras vidas. Solo así volverá a florecer la esperanza, como una nueva primavera. La película me parece magnífica, pero mi única duda es si todas estas nociones teológicas disfrazadas de ficción, son percibidas por el espectador. No dudo de que la fábula y la alegoría puedan tener una gran capacidad de evangelización, pero es cierto también que la ignorancia religiosa del momento actual es inmensa y puede incapacitar a no pocos para captar las continuas evocaciones e insinuaciones de la obra de Lewis. Confiamos en que el anhelo de todo hombre por encontrar la clave de comprensión de la Navidad y de la vida misma, agudice el deseo de descubrir y el ingenio para interpretar aquello que se esconde Aal otro lado del armario@.