LA MADONNA DE STALINGRADO ELISABETH REINHARDT El nombre de Stalingrado evoca una de las batallas más cruentas de la Segunda Guerra Mundial. Esta ciudad situada a orillas del Volga se llamaba antiguamente Tsaritsyn, luego fue Stalingrado o “ciudad de Stalin” de 1925 a 1961, cuando se cambió a Volgogrado o “ciudad del Volga” durante la época de desestalinización. Nos situamos en noviembre de 1942. Era pleno invierno en la cuenca del Volga. El sexto ejército alemán, en número de unos 220.000 hombres, había avanzado hasta Stalingrado. El plan de tomar la ciudad fracasó al avanzar el Ejército Rojo casi simultáneamente por tres flancos. Las órdenes desde Berlín continuaron inalterables, pues Hitler insistía en lograr la victoria, costara lo que costara. Las temperaturas descendieron de forma implacable, franqueando los veinte bajo cero. A finales de noviembre empezaron a escasear los víveres al quedar bloqueados los suministros, pues la nieve y el hielo impedían el aterrizaje de aviones. Aún estaba abierta una brecha de comunicación en el lado occidental del cerco, un espacio suficiente para emprender la retirada si el Führer lo consentía. El general Friedrich Paulus, que mandaba el sexto ejército, solicitó la orden de retirada, pero la contestación del mando supremo fue negativa. Hitler prometió refuerzo de tropas y suministros aéreos de alimentos. Los combates alemanes se redujeron a débiles esfuerzos por resistir, mientras fue aumentando el número de víctimas mortales y de heridos. En diciembre la ración diaria de alimentos por cabeza se había reducido a 300 gramos de pan, 3 cigarrillos, 15 gramos de margarina y 40 gramos de miel sintética. Se servía una vez al día sopa de agua caliente con reminiscencias de carne de caballo y alguna patata. El 24 de diciembre por la tarde, Kurt Reuber, médico encargado de la unidad de acorazados, regresó a su barracón después de atender a los heridos. “Es Noche Buena”, pensó, noche de luz, de paz y de amor. Era ScrdeM 513 ELISABETH REINHARDT Madonna de Stalingrado. fuerte la tentación de tomarse el trozo de pan duro reservado para ese momento y acurrucarse cerca de la estufa de hierro que funcionaba a media potencia debido a la escasez de combustible. Los demás soldados aún no habían regresado de las trincheras. El Dr. Reuber, además de médico, era pastor luterano y licenciado en teología, y le gustaba pintar. Se acordó de 514 ScrdeM LA MADONNA DE STALINGRADO su esposa y de la comunidad de creyentes que había atendido en un pueblo cerca de Göttingen antes de ser reclutado para el ejército. Por un momento su rostro marcado por el sufrimiento perdió la tensión habitual. También para nosotros es Navidad, pensó. La palabra “nosotros” estimuló su ingenio: quería sorprender a los demás con un dibujo navideño. A falta de papel desdobló el mapa ruso que llevaba en la mochila, y con uno de los carboncillos que conservaba hizo un dibujo. Los trazos negros sobre el mapa, hechos con los dedos entumecidos de frío, fueron construyendo la imagen de la Virgen María, sedente, con el niño en brazos, al que abriga cuidadosamente con su manto. Alrededor del dibujo el Dr. Reuber puso las palabras: “1942 Weihnachten im Kessel. Licht - Leben - Liebe. Festung Stalingrad” (1942 Navidad en el cerco. Luz - Vida - Amor. Fuerte de Stalingrado). Delante de la imagen colocó un cabo de vela. Los soldados que fueron llegando a la barraca experimentaron un ambiente acogedor. Se pusieron en semicírculo ante la imagen y cantaron “Noche de paz”. Uno de ellos sacó de su mochila una armónica que siempre llevaba y empezó a tocar villancicos y melodías de su tierra, la región de la Selva Negra. Fueron recordando Navidades de otros tiempos, cuando eran niños. Sacaron los restos de víveres y cigarrillos que habían guardado para tiempos todavía peores, y en un instante todo era de todos. Cuando se fueron a dormir notaron menos que otras veces el frío que penetraba por las rendijas que no habían logrado cerrar del todo. El día de Navidad de 1942 murieron en Stalingrado 1280 soldados del sexto ejército. El prometido suministro de víveres no pudo llegar por la imposibilidad de aterrizar, y los paquetes tirados desde el aire no siempre alcanzaban su destino. En enero de 1943, el general Paulus solicitó cada vez con más insistencia el permiso para la rendición, pero el Führer se negó. Por fin, el 30 de enero se rindió Paulus, después de recibir la sarcástica noticia de parte de Hitler, de su ascenso a mariscal de campo. Cayeron prisioneros unos 113.000 soldados alemanes, de los que sólo unos miles sobrevivieron la cautividad. El Dr. Reuber cayó prisionero y murió el 21 de enero de 1944 en el campo de Yelabuga, mil kilómetros al este de Moscú. Antes de su cautividad logró enviar la “Madonna de Stalingrado” y una carta a su esposa, a través del cerco. A propósito del dibujo escribió: “Madre e Hijo ScrdeM 515 ELISABETH REINHARDT están inclinados el uno hacia el otro, envueltos en un gran manto, que protege a ambos. Me vinieron a la mente las palabras de san Juan: Luz, Vida, Amor”. Esta imagen de la Virgen, bajo la advocación de “StalingradMadonna”, se encuentra desde 1983 en la iglesia memorial (Kaiser-WilhelmGedächtniskirche) de Berlín, una iglesia luterana bombardeada en 1943 que se reconstruyó sólo en parte, para recordar el terror de la guerra y exhortar a la paz. Elisabeth REINHARDT Facultad de Teología UNIVERSIDAD DE NAVARRA 516 ScrdeM