Aliento de vida

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Denis Edwárds
Aliento de vida
Una teología
del Espíritu creador
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Editorial Verbo Divino
Avenida de Pamplona, 41
31200 Estella (Navarra), España
Teléfono: 948 55 65 ll
Fax:948 55 45 06
www.verbodivino.es
evd@verbodivino.es
Título original: Breatb of Lrf, A Tbeology of tbe Creator Spirit
Traducido del inglés por Anna Maria Ollcr Adam
Diseño dc cubicrta: Chapitel Comunicación
O Denis Edwards O Orbis Books, 2004 O Editorial Verbo Divino, 2008
Fotocomposición: NovaText, Mutilva Baja (Navarra)
Irnprcsión: I. G. Castuera, S. A.
Irnprcso en España - Printed in Spain
[)cprisito lcgal: NA. 1.168-2008
ISITN 97ti ll.1
u
t(,9-802-2
Capítulo
9
Un universo relacional que evoluciona
dentro de la vida relacional de Dios
¿Cuál cs la rncjor manera de pensar acerca de la relación
I)ios-rnundo? Está claro qtte no poden-ros pensar que Dios esr,í literalmente cn el cielo que tenemos sobre nosotros. Con
rgurrl claridad rcsult,r inadecuado pensar al univcrso y a Dios
ct¡mo dos entidades una frente a otra, con un Dios que intcrr,icne dc vez en cuando en cl universo. De acuerdo con otros
varios teólogos, sugeriré que un enfoque de la relación Dios,»undo más útil, si bien aún humanamente limitado, es pensar
cn cl Espíritu de Dios como «dsj¡ndo espacio» dentro dc la vicla relacional divina, para quc el mundo relacional evolucione'.
Ilsto es una forma de p/lnenteísmo trinitario. Panenteísmo es
una palabra procedentc del griego que significa .toclas las cosas
cn f)ios".
En este capítulo esquematizaré una comprensión del universo como er,lgo que evoluciona dentro de la Comunión divina, l:,r
cual trata cle ser fiel a ideas básicas tanto de la ciencia como de la
teología. I-a cier"rcia pone ante nuestros ojos un universo que
es
intcrrelacional, en el que las entidades individuales ticnen su
propia intcgridad, y que es evohltivo y emergente. La teología
contcmporánea ofrece una concepción de Dios como una co-
'Jürgen Moltnrann h:r desarrollado csta icle¿ tle unt kénosis divina cn
la creación quc "deja cs¡racio" para un mundo de creaturas; ver MctLTr,,tANN 1985, pp. 86-93, versiór'r esp., pp. 100-107; tambión 1981, pp. IOB1 1 1 , ve rsión csp., pp. 124- 128. Ver tamt.¡ién Jounscln L992, p. 234; trtd.
csp., p.299.
.!la / l:rltlor,tutto /a tt:ología del Espíritu creador
r)rrrión caracterizada por la unidad
Ic señala como el Futuro absoluto.
[Jn unh)erso relacional que eztolwciona dentro de la oida relacional da Dios
y diversidad relacionales, y
F.n este capítulo propondré que, cuando estas profundas in_
.
tuiciones proccdenres dc la cieniia y de ra teorogíá rn" .á.."1"cionadas una con otra, aparccen tres característicás fundamentales de la rcalidad. PriÁera, las entidades del universo estin
constituidas por relaciones. Segunda, las entidades individuales
tienen su propia identidad difeienciada . Tercera,.l ,r.irr..ro .or.,
todas sus entidadcs tiene un carácter cmcrgenre y sólo evolucio_
na a lo largo del tiempo. cada una de estasiaracierísticas está
íntimamente conectada con las otras dos. por razónd" .ln.idri,
consideraré Lrna á r¡na. Y concluiré estc capíturo con un b."r.'..sumen de mi propio enfoque sobre un panentcísmo trinitario.
il,
9.1. Las entidades están constituidas por relaciones
Es sobradamente obvio que vivimos en una comunidad de
vida interrelacionada cn la Tiárra. Las actuacio"",
genteso c.odiciosas que dañan un bosque o un mar tienen
h;;;;;;;;gii
rmpredecrbles y dcvastadorcs sobre un sinnúmcro de crcaturas,
"f..io,
incluycndo las humanas. Nos hallamos radicarmer," i.rr"..on".l
tados con todo el resto del planeta. Los sistema,
;;"
hay en é1, del que somos una parte, se caracterizr""iri;";;;
p;;;r1;_
lacrones que son coadaptativas, simbióticas y ecológicas.
Las relaciones caracterizan la realidad hasta sus últimas profundidades. Cuando la ciencia contempla una cosa .rrlqr'i".r,
sea un protón, una galaxia, una cólula o el cerebro hu-unt,
qu.
es lo más complejo que conocemos, encuentra sistemas
d. ."in_
clones emergentes. Cada entidad parece estar constituida por un
mínimo de dos grupos fundamentales de relaciones. En p.i*".
lugar, l.as interrelaciones entre los propios componente, .1" I"
entidad. Así, un átomo de carbono ,".ónrtituye a pa.ti. d. pr._
tículas,subatómicas (prorones. ncurroncs y .í..t.án"r¡. E"';;
gr?qo lugar, existc una rclación enrre la
u r,,
"núdrd.n.u"r,ión
ambiente más amplio. De esta manera, un
áromo d" ;r.Á;;á á;
ml cuerpo se constltuye en parte de una molécula, que forma
parte de una célula, que pertenece a un órgano d"
.l".po- i.,
soy parte de una familia, de una sociedaihumana-iy d. ,_r1rn .,r_
munidad de crearuras vivientes interrelacionadas en'la Ti;;.;.1.,,
/
211
comunidad terráquea depende del Sol y está interrelacionada
con é1, con la YíaLáctea y con el universo entero.
Arthur Peacocke nos dice que las ciencias naturales nos presentan el mundo como una jerarquía compleja, con una serie dc
niveles de organización de la materia, dondc cada miembro de
una serie es un todo, constituido por partes que le anteceden en
la misma. Da un ejemplo, expresado (de manera incompleta) en
la frase: .átomo - molécula - macromolécula - orgánulo subcelular - célula - órgano funcional pluricelular - organismo vivo
completo - poblaciones de organismos vivos - ecosistemas - la
biosfera"'. A cada nivel, las cosas están constituidas por componentes de nivel inferior, pero no son reducibles a ellos.
El cosmólogo \X7illiam Stoeger dcscribe estas pautas de emergencia que las ciencias naturales desvelan, como .relaciones
constitutiva5r. Y se pregunta: "¿Qué es lo quc hace que una cosa sea 1o que es, dotándola de una unidad definida de estructura
y comportamiento, persistencia y regularidad en su actuación?»
Su respuesta es que sólo las rclaciones constitutivas de una entidad puedcn ser las que la hacen ser 1o que es. Entiende por relaciones constitutivas "aquellas interacciones entre componentes
y con el contexto amplio, que conjuntamentc realtzan la composición de un sistema dado y establecen su característica fun-ional,
dentro de un todo más grande del que forma parte, y de
esc modo 1o capacitan para manifestar las propiedades y comportamiento particulares que manifiesta" r.
Stocger insiste en que un rasgo universal del mundo desvelado por las ciencias naturales y sociales es que las entidades están
conitituidas por relaciones. A cada nivel, desde partículas elcmentales a átomos, moléculas, células y el propio cerebro, un
nivel de realidad sc articula sobre otro. A cada nivel, esta organtzactón nidal se realiza a través de las interrclaciones entre sus
componentes, junto con la relación todo-parte que determina la
distribución y la función colectiva de éstos'. Las relaciones
constitutivas comportan todas esas conexiones e interaccioncs
que lncorporan unos componentes en un todo más complejo, y
' Pr,A<rocrE 1993, p. 38.
' S'foEc¡R 1999, pp. 136-137.
'Ibídem, p. [39.
212
/
(Jn universo relacional que e¡toluciona dentro de la oida relacional de Dios
Explorando la teología del l)spíritu creador
relacionan ese todo compleio dentro de otro nivel de unidad.
Estas relaciones constitutivas pueden ser de carácter físico, bio
lógico o social.
Mientras que la ciencia propone un mundo dc rclacioncs
constitutivas, la teología mira hacia un Dios trinitario de rel¡
ciones mutuas. En el capítulo 2 me referí a la teología de Basili<,,
sobre el ser de Dios como comunión. En la teología oriental,
Dios existe como una comunión de Personas; en la occident,rl,
santo Tomás insistió en que en Dios, relación y csencia son uno
y
1o
mismo'. Las Personas-en-relación son lo que Dios es. Ellas
constituyen lanaturaleza divina. Como dice VilliamJ. Hill: "no
hay ninguna persona absoluta en la Trinidad. Só1o hay Tres rc
lativas". No hay realidad en Dios más allá de las Tres [personas
en comunión, ni naturaleza divina adicional, ni persona absolutan. Ambas teologías de la Trinidad, oricntal y occidental, conducen a una concepción de Dios como radical y csencialmentc
I
relacional.
Recientemente, teólogos trinitarios de formación divcrsa han
argumentado que si el ser de Dios es comunión, ello tiene implicaciones en la comprensión de la realidad como tal. Si el ser dc
Dios es radicalmente relacional, cllo sugicrc que la realidad
cs
esencialmente relacional. Sugiere una ontología relacional , el scr
mismo de las cosas es un ser relacional. Esta intuición teológica
compartida creo que puede ser llevada a un diálogo fructífer<r
con el mundo que nos desvelan las ciencias naturalcs. Por ejemplo, John Zizioulas, afirma: «es la comunión lo que hace "ser"
los seres: nada existc sin ella, ni siquiera Dios"'. Sostiene que nada es concebible como existiendo sólo por sí mismo. No puedc
haber verdadero ser sin comunión'. §[alter Kasper dice que entender la unidad de la naturaleza divina como una "unidad en
amor» sugiere "la superación de una idca dc rcalidad que, marr.r
'TolaÁs, Summa Theologiae,1".28.2 (version esp., BAC 41).
o
Hu.L 1984, p.269. El autor insiste: "no hal ningur.ra cuarta rcalidr.l
"detrás", la cual fucra Padrc, Palabra y Pneumar,. Asevera que cuando pcn
samos en Dios como una única persona absoluta, cstamos hacicndo un,r
abstracción dc la rcalidad de las Tres. Esta abstracción puede convertirsc crr
concreta y real, identificándola con la primcra pcrsona, la fons dioinitatis.
' Ztzrc>vttts 1993, p. 77 ; trad. esp., p. 31.
' Ibídem; ver tambión Ztztout.¡s 1995, pp. 44-60.
/
213
y de la csencia, deja paso al
primado de la persona y de la relación" ". Catherine LaCugna
escribe que: «el ser dc Dios es un ser-en-relación, y el ser-enrclación-con-nosotros de Dios, es lo quc Dios es"'0. Su teología
trinitaria se convierte cn argumento sólido para Io que ella denomina una ontología de la relación. Así, escribe que una ontología
que sea propia del Dios de la economía de salvación "entiende el
ser como ser-en-relación y no como ser-en-sí-mismo" ". Colin
Gunton escribe que "dcbemos afirmar tanto de Dios como del
mundo, que tienen su ser en la relación" ". Elizabeth Johnson
mantiene que "la Trinidad proporciona un diseño simbólico de
vida totalmente compartida en el corazón del universo". Dice
que la Trinidad, como pura relacionalidad, .¡s5ums la mutua
vinculación de todo cuanto cxiste en el univcrso" ''.
cada por la primacía de la sustancia
La profunda intuición teológica de que Dios es Personas-enrelación proporciona la base para una concepción de la realidad
fundamental del universo como relacional. Si la esencia de Dios
cs relacional, si el fundamento mismo de todo ser es relacional, si
todo lo que es surge de las Personas-en-relación, todo nos lleva
a una comprensión de la realidad creada como «ser-en-relación".
La ciencia nos dice que cada creatura existe en una estructura nidal de relaciones constitutivas. La teología señala las relaciones
trinitarias de amor mutuo. Una teología hecha alaluz de la ciencia sugiere una concepción del mundo según la cual el universo
relacional es pensado como emergiendo y evolucionando dentro
de las relaciones de la divina Comunión trinitaria. En la concepción del mundo que yo propongo, la creación continua puede ser
"
K¡.sp¡tt 1983, p. 310; vcrsiór.r esp., p. 351. Ver también p. 290; vcrsión
csp., p. 329.
'' LaCucN,q 1991, p.250. Ver tambión p. 310.
" Ibídem, p. 310.
'' GuNToN (1993, p. 230; trad. esp., p.260) sugiere quc pcricoresis, sustancialidad y rclacionalidad pucdcn ser vistos como lo que él llama."trasccndcntales'abiertos>>, vías por las que la crcación sobrelleva las hucllas de
su construcción (pp.1,29-231; trad. csp., pp.26a-261). Esto viene a relacionarsc con las tres características del universo quc yo esbozo aquí, pcro no
veo razón para scparar pericoresis y rclacionalidad. Y considcro importalte añadir, io-o ie..eri caractcrística, la emergcncia y la evolución dc las
cosas en cl ticmpo.
'' lot tNS{rN 1992, p. 222; trad. esp., p. 284.
21,4
/
Un wniverso relacional que evoluciona dentro de la oida relacional de Dios / 215
Explorand.o la teología del Espíritu creador
entendida como un ser-en-relación creado, que surge de la divina comunión entendida como Personas-en-relación.
Si la realidad es radicalmente relacional, ello tiene aplicaciones a muchos niveles, incluyendo el de la persona humana. En
buena parte del pensamiento posterior a la Ilustración, la persona humana ha sido entendida como un individuo autoconsciente.Zizioulas es uno de los muchos teólogos que, en relación con
la teología de Dios como comunión, argumenta contra todos Ios
conceptos individualistas de la persona, a la que ve como esen-
cialmente orientada hacia la comunión. Estar en relación con
otras se halla en la naturaleza de las personas. Zizioulas insistc
en que la persona humana es a la vez hipostática y extática. Con
bipostática quiere decir que la persona es única, irrepetible y libre. Con extática significa que el ser persona viene determinado
no por los límites de la existencia individual sino por "salir fue¡a,, (gr. ek-stásis) más allá de uno mismo, en la relación con los
demás. Ser persona es estar orientado hacia la comunión. Zizioulas insiste en que la verdadera naturaleza de la realidad "no
es definida señalando a 1o "autoexistente", a un ser tal como es
determinado por sus propios límites, sino a un ser que en su ekstasis atraviesa esos límites hacia fwera en wn mopimiento de co'
mwnión". Esta dimensión extática no disrninuye la unicidad individual sino que la capacita para existir: .la comunión no
ameflaza la particularidad personal; es constitutiva de ellar ".
No sólo las personas humanas sino todas las creaturas quc
forman el universo, desde los átomos a las águilas y a las galaxias
son, por vías muy diferentes, radicalmente interrelacionales y
poseen al mismo tiempo su propia integridad individual. En unrr
teología trinitaria de la creació n, todas las creaturas participan cn
la vida de Comunión trinitariar / sus diferenciadas relaciones
mutuas son ya un reflejo de esa Comunión divina, a la maner,'t
\4
Ztztc:ttJt LS
1,97
5, pp. 408-409. Patricia Fox (2001, p.
5
1
) comenta: "Si
el Dios tri-uno es fundamentalmcntc cntcndido como "personas-en-c()
munión", cntonccs cl concepto de persona es el más caro y precioso bicrr
de la humanidad". Esa concepción clucidada por Zizroulas no sólo abrc
una comprensión vivificantc del potencial de la personalidad humana y l,r
libcrtad que perduran eternamente, sino que tambión revela una conccp
ción dinámica y emocionantc dc Dios. Dios descubierto como «personrs
en-comunión, revela una vida pcrsonal totalmente compartida en el cor,r
zón dcl univcrso.
Iimitada de las creaturas. Cada una de ellas a su manera, ya sea
insecto, árbol o estrella, tan solo existe dentro dc una red dc rclaciones. Vivimos en un universo radicalmentc interrelacionado.
Las ciencias proponen un mundo dc rclaciones constitutivas.
La teología de Dios como Trinidad sugiere una concepción de la
realidacl en que las rclaciones son centrales y donde la identidad
proviene de ser-en-relación. Esta clase de teología concuerda
con lo que experimentamos del mundo a través de las ciencias
naturales. Ambas apuntan hacia una concepción de la realidad
en que las relaciones ocupan un lugar fundamcntal. Ambas sugieren que las cosas están constituidas por relaciones.
9.2. Las entidades individuales tienen
su integridad propia
Las entidades individuales tienen su identidad propia y su propio grado de autodirección, tanto si pensamos en seres humanos
con su experiencia de agentes libres, o en pájaros con su gloriosa
Iibertad para volar. Pero no toda cosa tiene una identidad propia.
Algunas, como el montón de papeles sobre mi mesa, pueden ser
simples acumulaciones de elementos que no forman una nueva
totalidad. Stoeger distingue entre las cosas que son una simple suma o acumulación de componentes, como un montón de troncos,
y aquellas que forman un nuevo todo y tienen unas características esencialmente diferentes de las de sus componentes. El agua
tiene unas características que la difercncian completamente de sus
componentes hidrógeno y oxígeno. Sus funciones y atributos no
pueden ser reducidos a las de sus componentes".
Una entidad individual existe sólo en patrones de relaciones
constitutivas pero tiene su propia identidad, y sus propias ca" SrcrrtGER (1999, pp. 140-143) llama a esto irrcductibilidad "mereológica". En su opinión, sostener que una entidad es mereológicamente irreductible no significa que para explicarla sea necesario nada cxtra, por cncima
y más allá de sus rclacioncs constitutivas. Stoeger distingue la irreductibilidad "mereológica" de la ..causal,,: esta última hace referencia a causas de
nivel más alto, que no son únicamentc dctcrminadas por causas que operan
a nivclcs más básicos. Stoeger sugiere que un buen ejemplo puede ser
"que
cl comportamiento de una molécula de agua, aunque no sea mereológicarnente reductible, es causalmente reductiblg" (p. 141).
216
/ Explorando la teología del Espíritu crcador
racterísticas y funciones. Tiene un nivel de existencia autónomil.
Es relacional y es sustantiva. Son precisamcnte sus relacioncs
constitutivas las que le permiten ser particular y sustantiva. Prl
rcce claro que en 7a naturaleza, los caracteres individual y di.s
tintivo no se oponen al carácter relacional, sino que existen sírlo
dentro dc patrones de relacioncs.
En una tcología relacional es importante no considerar idc¡l
o románticamente las relaciones cn cuanto tales. Las relacioncs
pueden ser de muchas clases. IJn cuerpo humano tiene una rehción con las células que lo constituyen. Un predador la tiene corr
su presa. Un padre abusivo tiene una relación con el niño dcl
que abusa. El amantc tiene una relación con cl amado. Las relaciones puedcn ser competitivas, manipuladoras, abusivas u hos
tiles. Pueden también ser cooperativas, capacitadoras, liberado,
ras y amorosas. El hecho de que las relaciones caractericen y
constituyan la realidad no significa neccsariamente que ésta estó
siempre caractertzada por unas relaciones que los seres humanos
puedan considerar buenas y saludables.
Pensadoras feministas han mostrado de qué modo las relacic'rnes patriarcales en los asuntos humanos perjudican y limitan la vida humana. Nancy Victorin-Vangerud en su teología dcl Espíritu
señala el pcligro de las relaciones ponzoñosas, que puedcn ser dc-
masiado fácilmente tildadas de 1o que ella llama
"pneumatologí:r
ponzoñosa». Insiste en la importancia central de tener una actitud
crítica y liberadora hacia la familia y hacia las otras relacioncs quc
constituyen nuestras vidas't'. Insiste acertadamentc en la enormc
importancia de cuál esla clase de relaciones que los scrcs humanos
tienen con los demás como bebés, niños, adolescentes y adultos ''.
Esta línea de pensamiento advierte contra la aceptación no críticrr
de las relacioncs como automáticamente saludables o buenas.
¿Qué clases de relacionc s caracterizan el mundo aparte de las
humanas? En la naturaleza hallamos asombrosos y maravillosos
patrones de dependencia mutua, cooperación y vida compartida. Pero encontramos también competencia por la supervivencia, deprcdación y muerte. Nuestra experiencia acerca de las rcIaciones que caracterizan al mundo natural es profundamentc
,N
VICTORIN-VANGERUD
2OOO.
'' Ibídem, pp. 109-112 y 117-141.
[Jn universo relacional que croluciona dentro da la r¡ida rclacional de Dios
/
217
ambigua. Yo sostendría que esta ambigüedad no debería scr resuelta por ningún tipo de síntesis simple. Celebrar 1o bello y maravilloso del mundo cvolutivo y de sus creaturas, es una experiencia humana profundamente verdadera. Pero es una verdad
igualmcnte fundamcntal de esa cxperiencia afrontar el dolor, la
violencia y la muerte. Ni una visión romántica de la naturaleza
que vea sólo lo hermoso, ni una visión sombría que pucda apreciar sólo el dolor y la pérdida, se aproximan a la completa verdad de la cxperiencia humana de estar en cl mundo.
Si la natural eza flera la única fuente de nuestro pensamicnto
sobre las relaciones, ya sabríamos quc somos Parte de un universo interrelacional, que estamos intcrconectados con todas las
demás cosas. En esto habría ya mucho dc qué asombrarse. Pero
encontraríamos quc, mientras muchos de los patrones de relación cn la naturaleza son de cooperación, otros lo son de explotación, y deberíamos admitir que la especie más explotadora que
hay sobre la Ticrra es la nuestra. Cualquier intcnto de comprender la ética de la vida humana en términos de selección natural
sólo puede tcrminar en desastre. Una teología de las rclaciones
no puede hallar su fuente y criterio tan sólo en las relaciones que
se encuentran en el mundo natural.
IJna comprensión cristiana de las relaciones surgirá en Parte
dc la naturaleza, pero tiene su criterio fundamental en cl amor
compasivo de Dios revelado en Jesucristo y en la efusión del Espíritu. Su modelo de relación es el modelo trinitario de amor
mutuo e igualitario. Pese a la ambigüedad que encontramos en
la naturaliza, una teología cristiana osa sugerir que la diversidad
en comunión puede ser la naturaleza escatológica final de toda
realidad, increada y creada. Esta teología no resuelve la ambigüedad que hallamos en las relaciones creadas. Nos deja como a
Job frente al misterio. Pero funciona también como una promesa: proclama quc las relaciones últimas que constituyen la base
del universo en expansión y la evolución de la vida en la tierra,
son relacioncs de una clase muy específica. Son relaciones de
amor mutuo e igualitario, de vida dinámicamente compartida.
Con esta clase derelaciones, los individuos prosperan en toda su
irreducible individualidad y alteridad.
Todo ello sugiere una comprcnsión del universo por la que
cada diversa creatura tiene su propia integridad distintiva. Desdc
/
218
Explorando la teología del Espíritu creador
la perspectiva de la ciencia, esta individualidad e integridad estií
por la tomlidad de las relaciones constitutivas que hacen a
la entidad ser 1o que es. Desde la perspectiva de la teología, cad:r
creatura individual ticne su propio valor indcpendiente dentro dc
un universo interrelacionado que surge de sus relaciones con cl
Espíritu creador, activo en é1. Desde dentro de la Comunión divina, el Espíritu produce un universo de creaturas interconectado e interdepcndiente. Pero estas rclaciones creadas llevan consigo las limitaciones de la finitud y la muerte. Aparecen para existir
sólo dentro de las limitaciones tcmporales. Aparecen sólo para
participar en un proceso, un proceso que está incompleto.
dada
9.3. El universo tiene un carácter emergente y
evoluciona en el tiempo
Las entidades del universo se hallan constituidas por relacioy existen con su integridad propia sólo mediante un proceso que es a la vez evolutivo y emergente. En el capítulo 3 des-
nes
cribí que la emergencia se produce cuando alguna cosa es
constituida desde sus componentes de manera que tenga unas
propicdades nuevas, unas propiedades que no son reducibles a
las dc los componentcs.
Ian Barbour señala que a veces estas propiedadcs nuevas pueden ser predichas a partir de 1o que se conoce sobre las propiedades
y organización de las partes componentes. Así, la humedad del
agua (su capacidad de impregnar los cuerpos) puede ser predicha
sobre la base de las leyes de la dinámica molecular, aún no sien-
do una propiedad de jos elementos hidrógeno y oxígeno. Pero,
continúa Barbour, hay situaciones en que las propiedades emergentes no pueden ser predichas. Las cosas son mucho menos predecibles en el desarrollo de un embrión, en el cual actividades de
nivel más alto alteran \a organización estructural de los componentes. El funcionamiento del ADN es extremadamente complc-
jo
e impredecible, porque su información puede ser repetida,
mente rcintroducida para alterar las estructuras existentes't.
Áto-os, galaxias, esffellas, planetas, bacterias unicelulares,
eucariotas, organismos pluricelulares, mamíferos y cerebros hu'' B,qRsouR 2a02, p. 6.
Lln unioerso relacional que eooluciona dentro de la vid.a relacional de Dios
/
2L9
manos son fenómenos emergentes. Dependen de algo anterior,
pero representan algo nuevo. Evolucionan durante largos períodos de tiempo. Las ciencias clarifican sobradamente que el tiempo es una dimensión fundamental del modo en que las cosas son
en nuestro unrverso. Como es sabido, Einstein nos enseñó que
el tiempo es relativo. Y de acuerdo con la cosmología cuántica, el
tiempo tal como ahora lo entendemos no sería aplicable al estado cuántico inicial que emerge del big-bang. Pero, en el universo evolutivo, todo depende del tiempo. Las creaturas individuales existen sólo durante un tiempo entre su pasado y un futuro
desconocido. El universo evoluciona durante períodos extraordinariamente largos, y sin el paciente despliegue de las cosas a lo
largo del tiempo, nunca podría suceder nada. Las entidades individuales existen en relación con todas las creaturas que las
precedieron: / con las creaturas desconocidas que las seguirán.
F,sta comprensión de nosotros mismos y de las otras creaturas
vivientes como seres que evolucionan durante enormes períodos
de ticmpo dentro de un universo evolutivo, requiere una concepción de la realidad distinta a cualquiera de las que estaban a
disposición de Platón o Aristóteles, Tomás o Buenaventura, Galileo o Newton.
lir
Como sercs humanos individuales, sólo existimos durante
un instante fugaz. Somos {rágiles, contingentes ¡ desde la perspectiva del universo, tan pasajcros como una mariposa. Pero somos parte del tapiz, estamos intcrconectados con todo lo que
llega a ser en el tiempo. La cosmología ofrece un ejemplo de esta interconexión en el tiempo con lo que se denomina el razonamiento "antrópico" ''. Se refiere a la intuición de que hay una
relación entre la presencia de los seres humanos en el universo y
il
"' Sobre el orazonamicnto antrópico" ver Rl't¡ts 1997, pp. 223-257; trad.
csp. pp. 241-276. Brandon Carter introdujo la discusión moderna del
"principio antrópico" y distinguió entrc sus formas "débil" y "fuerte". Mi
intcrós se centra en la forma débil, que simplemente saca a la luz 1a relación
entre el hecho de la cxistencia de los seres humanos y las condiciones quc
ello imponc a la naturaleza del univcrso. Sólo un univcrso con cicrtas características podría producir creatur¿s colno nosotros. La forma fuerte del
principio sugicrc que el universo está ordenado de la manera en que lo está a fin de que puedan surgir los seres humanos. Para un estudio completo
dcl principio antrópico, ver BAnnoY¡ y Ttnlnn 1986; para un cstudio reciente ver BRRRolt¡ 2002, pp. 141-174.
220
/
Explorando la teología
d.el
EEíritu creador
la clase de universo en que habitan. IJn universo con seres hu
manos es nccesariamcnte un universo que tiene unas ciertas crrracterísticas en lugar de otras. lJn aspecto se refiere a la edad y
al tamaño del universo. Ambas magnitudes pueden dejar abrr-imados a los seres humanos. Pero los cosmólogos nos dicen quc
e_l universo tiene que ser aproximadamente tan viejo y trr. g.ár,de como es, si debe ser un lugar en el que los seres humanoi hayan podido evolucionar. Puesto que estamos formados por átomos de carl¡ono y otros elementos núcleo-sintetizados en las
estrellas, no podríarnos existir si no se hubieran formado galaxias en el univcrso primigenio y las primeras estrellas no hubieran comenzado a convertir hidrógeno en los elementos más pcsados que son nccesarios para las creaturas vivicntes. El universo
debe ser tan viejo como es, para que se formaran las galaxias, sc
inflamaran las estrellas, se sintetizaran elementos corno el carbono, se formara un sistema solar que incorporase ordenadamente estos elcmentos alrededor del Sol y evolucionaralavida
sobre la Tierra. Y, claro está, un universo que se ha venido expandiendo durante 14.OOO millones de años debe ser de un tamaño similar al de nucstro universo. Como dice Martin Rees,
"La escala dc nuestro universo no debe sorprendernos: su gran
tamaño es el necesario para que haya habido tiempo swficiente
para la evolución de la vida en (por lo menos) un iistema solar
de una de sus galaxias"'0.
Los cosmólogos nos dicen que un cambio pequeño, aparentemente insignificante) en una de las constantes que caractcrizan
a las fuerzas y partículas del universo, lo dejaría iin vida. El uni-
verso debe estar sintonizado rrluy finamente, hasta grados
asombrosos, para que se formen las galaxias, se iluminen las esy aparezca en la Ticrra la vida basada en carbono. Tomemos sólo dos ejemplos: sin el nivel exactamente correcro de irre-
trellas
gularidad o aglomeración en el universo primordial, y sin el
equilibrio correcto entre la fuerza expansiva y la gravedad, jamás podrían haberse formado las galaxias. Sin estos delicados
equilibrios, no habría estrellas productoras de carbono ni vida
basada cn é1. Ranas y almejas son tan dependientes de esra osintonización afinada" (fine-twning) como los seres humanos. Estamos interrelacionados con cada una de las dimensiones clcl
'0 Rr:,r:s
1997,
p. 230; trad. csp. p. 248.
[Jn uniz,erso relacional que evoluciona dentro da la oida rclacional de Dios
/
221
universo evolutivo en expansión y sólo en un momento dado dc
su tiempo podemos llegal a la cxistencia. T.os seres humanos 11evamos d"rrt.o de nosotros esa historia del universo de 14.000
millones de años. Cada uno de nosotros es a la vez un producto
del universo y parte de su historia.
es obvio, del modo en que entidadependientes del tiemradicalmente
des co-o las nuestras son
He
indicado antes que la
evolutiva.
po, proviene de la biología
hace unos 3,8 mide
bacteria,
forma
Tierra,
en
la
vida emergió en
más compleias y
formas
en
se
desarrolló
años;
millónes
de
les de
de millones de
miles
largo
de
a
1o
pluricelulares
posteriormentc
,ñot; t. ."prrrüó rápidamcnte en el período Cámbrico hacc
quinientos millones dá años; y evolucionó luego-hacia las. extraordina.iar formas que hoy encontramos, incluida la de los seres
humanos. Considerar el lugar que ocuPa la muerte cn la emergencia de la vida puede ampliar esta reflexión sobre el modo en
[ue cstamos relaiionados con el tiempo' El cambio evolutivo
en los organismos complejos es dependiente de la muerte. Sin
muerte rró hrbrín sucesién de gcneraciones, y sin sucesión de generaciones no habría evolución. Ursula Goodenough indica que
la muerte es parte de la estratcgia evolutiva de los organismos
complejos sexuados, de una manera que no es cierta para una
simplc bacteria. La bacteria no tiene la muerte programada. en su
cicló vital, aunquc pueda ser matada o morir por falta de alimento. Pero la ést.át.gia evolutiva de las creaturas pluricelulares sexuadas implica lj -ue.te. Muy pronto durante la formación de un embiión, algunas células activan unos genes que las
hacen convertirse en .élrrlrt de la línea germina/. Ellas son las
precursoras de los óvulos o los espcrmatozoidds que. ticnen la
misión de transmitir el genoma a la generación siguientc. Las
otras células están destinadas a convcrtirse cn células somáticas
ordinarias, con la tarea de buscarse un nicho evolutivo. Estas células ordinarias están programadas para morir. Y sólo Porque
cstán programadas pari morir existc la posibilidad de un cambio
errol.riirrolápido, que pueda posibilitar el desarrollo de algo tan
intrincado ó-o, po.ij.mplo, un ojo' Precisamente por la recombinaciótr t"*rál y la muerte, existe la variedad de creaturas
cornplejas que encontramos hoy en día en la Tierra. Sin muerte
no habiírn-alas, ni brazos, ni cerebros. Goodenough escribe:
«La muerte es el prccio pagado por tener árboles y almejas, pá-
Un segundo ejemplo, que
222
/
Un unh¡erso relacional que evolwciona dentro de la z,ida relacional de Dios / 223
Explorando la teología del Espíritu oeador
y
saltamontes, y la rnuerte es el precio pagado por tencr
conciencia humanar ''.
jaros
Cuando nos volvemos hacia la teología cristiana de Dios, encontramos que tiene siempre una ineludible orientación hacia cl
futuro. La Comunión divina tiene un carácter escatológico. Vivimos de ella, aunquc no la poseemos. Viene hacia nosotros desde el futuro. La revelación bíblica tiene carácter dc promesa y
csperanza. Las fuentes bíblicas de la teología cristiana nos enscñan a valorar y amar el momento presente como un don de l¡
gracia. Nos enseñan a.mirar hacia el pasa4" y mantenerlo en lir
^
memorla, como un relato de 1o que Dios ha hecho
por nosotros.
Pero de manera única, las Escrituras nos orientan hacia el futuro de Dios para nosotros. Para Israel esto ha tomado la forma dc
promesas divinas, esperanza profética
y
expectativa mesiánic¿r.
En Jesús halló expresión en la predicación y praxis accrca dcl
reino de Dios que viene. Para aquellos que siguen el camino y
viven a laluz de la promesa de la resurrección y de la nueva creación, significa vivir en una expectativa constante de Dios como
futuro escatológico.
Karl Rahner ve al Dios bíblico como el futuro absoluto -cl
futuro no sólo de los seres humanos sino de toda la creación-.
En el capítulo 3, traté de la contribución de Rahner a una teología evolucionista de la creación. Insiste en que para descubrir
que somos parte de un mundo en cvolución se requiere una nucva comprensión de la realidad, una nucva metafísica. Dios debc
ahora ser entendido no sólo como la causa dinámica de la existencia de las crcaturas, sino como el fundamento dinámico dc
que llegue a ser 1o radicalmente nuevo. Rahner denomina estc
proceso «autotrascendencia activa>>22. Como RahneS y con Pannenberg, veo al espíritu de Dios como la potencia de futuro, inmanente a todos los procesos del universo en evolución, capacitándolo para que llegue a ser lo nuevo".
r1
GooDuNCrucH 1998, p. 151. De manera similar, Lynn Margulis nos
dice que la muertc cs el prccio quc pagamos por
"elaborados tejidos y conr
plcjas historias vitales": ManculIs 1998, p. 91;trad. csp., p. 109.
"
"
RAIINER I968; ver versión española.
PANNINeEIIG (1,991,, vol. 2, pp. 101-102; versión esp., vol. 2, pp. l0(.)
110; ver más arriba sección 7.2) escribe acerca del Espíritu Santo cor-no .i1c
tuante en todo acontecimiento... cn cuanto fuerza del futuro, y c()nr() «(l
En su reciente contribución a 7a teología de la evolución,
John Haught argumenta que necesitamos una conccpción de la
realidad que dé sentido al hecho de que la evolución origina
nue'uas formas de ser. EI también ve a Dios como la potencia de
futuro. El universo entero está siendo siempre atraído hacia adelante por "la potencia de un futuro divinamente renovadorr,.
Con Rahner, ve a Dios como el futuro absoluto. En última insfancra, la evolución tiene lugar <<por razón de la "venida de
Dios" hacia el entero universo desde un futuro siempre elusivo,r". Esta venida de Dios no irrumpe coercitiva o violcntamente en la evolución cósmica y biológica, sino que 7a energiza
desde dentro, por vías que son totalmente respetuosas con la
autonomía del mundo.
Al igual que Pannenberg, Ted Peters ve a Dios como Dios
del futuro. Pone el énfasis en la promesa de futuro dada en Cristo. IJn tema central es el de laprolepsis -la cual significa que en
Jesús experimentamos un anticipo del futuro de Dios-. Dios es
el futuro del mundo. Jesucristo es la presencia de este futuro en
anticipación. Este futuro implica no sólo a los seres humanos sino también al universo físico. Escribe: "Lo que les ocurre a las
personas depende de lo que le ocurre al cosmos... Si no hay
transformación cósmica, no hay resurreccióni / si no hay resurrección, la fe cristiana es vana y los creyentes son los más dignos de compasión entre todos los hombres (1 Cor 15,14-1.9)"".
Esta rotunda afirmación, con la que concuerdo plenamente, saca a la luz un tema verdaderamente importante en la discusión
cicncia-teología. ¿Cómo puede este futuro en Dios ser hecho inpoder del futuro que garantizaa las criaturas un presente y u.ra du.aciór-,
propios". Christiaan Mostst¡.T (2002, p.179) rcsume el punto de vista de
Pannenberg: «su argumento es que el Espíritu es el poder dc futuro, que
actúa crcativamente cn todos los acontecimientos, a nivel micro y macrocósmico, como en un campo de fuerzas, y que el carácter contingente de
los acontecimientos actuales no queda compromctido por la aparición de
óstos desde un "campo de posibilidades de acontecimientos futuros"". Lcwis FoRo (1983, p. 337) habla a menudo de Dios como poder de futuro.
" FIAUGII'r 2000b, pp. 81-104.
" PETERS 1992, p.315. En 1993, p.181, argumenta que la ctcrna Trinidad pcricoróti ca abraza e incluye el tiempo y la historia natural y cósmica.
Ve la Trinidad inmanente como <<consumada cscatológicamente, significando que la totalidad de la historia tcmporal sc halla integrada en la vida
interior de Dios".
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224
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Explorando la teología del Espíritu creador
Un unioerso relacional quc eroluciona dentro da la vida relacional dc Dir¡s / 225
teligible, en vista de las extremadamente sombrías predicciont.s
a largo plazo que hace la ciencia acerca del destino de nuestr.,
universo? Hay aquí un importantc punto de discrepancia enrrc
ciencia y teología, que requiere mucha más atención dentro r'lc
la discusión entre ambas. No puedo f.ratar de ocuparmc aquí rlc
este punto, pero sí señalar que h1 comenzado a ser tratado r(.
cientemente, entre otros, por Robert John Russell del Centr,,
parala Teología y las Ciencias Naturales, en Berkeley'u.
1". Un pdnenteísmo que es trinitario. En esta forma de panenteísmo, el universo sc cntiende como creado desde la vida
compartida de la Trinidad y existiendo dentro de ella. La creación es vista como la libre expresión de la fecundidad de ese dinamismo de la vida divina. El universo y todas las creaturas existcn y se despliegan desde dentro de la Comunión de las Tres
[personas divinas]. Todas las cosas son creadas por medio de la
cterna Sabiduría de Dios, la mismísima Sabiduría que se encarnó
El Espíritu de Dios es la potencia de futuro, inmanente en ro
dos los procesos del univcrso evolutivo, que capacita al univcr
so para llcgar a ser algo nucvo. El Espíritu cs el dador-de-vitl,r
inmanentc que está presentc en todas las cosas, y que al pro¡'ri.
tiempo es vínculo de comunión entrc todas ellas y el Dios trini
tario. El Espíritu de Dios actúa como cmergencia evolutiva c,r
davez que ocurre algo nuevo y cadavcz que la naturaleza sc cx
tiende extáticamente más allá de ella misma en el desplegarse clt.l
universo y en el transcurrir dinámico de la vida. La actuación clr.l
cn Jcsús dc Nazarct. Todas las cosas son creadas en el Espíritu de
Dios. El Espíritu es la presencia divina interior que potencia la
Espíritu no suplanta las causas creadas. No es una intervenci«irr
desde el extcrior. El Espíritu es inmanente a todo el proceso v
actúa cooperatiya y audazmente en las lcyes de la naturaleza y ,r
través de ellas, así como en acontecimientos contingentes y a trrl
vés de ellos. El Espíritu crcador es inmanente en un universo li
gado al tiempo y está profundamente implicado en su realiz;t
ción y en la emergencia de lo nuevo. Pero el Espíritu es tambi¿'n
el Espíritu escatológico quc, de una manera aún no comprendi
da en relación con las predicciones científicas dc futuro, arrasrr',r
al universo y a sus creaturas hacia su fururo en la Comunión cli
vlna.
9.4. Una forma particular de panenteísmo
En este capítulo he estado argumentando que cs útil y coh.'.
rente imaginar el universo de las creaturas como emergenrc, irr
terrelacionado y sustantivo, evolucionando dentro de las rcl,r
ciones dinámicas de la Comunión divina. A punto de acabtrr .''l
capítulo, puedc ser útil resumir en algunos puntos la clasc rl..
concepción de panenteísmo -o todas-las-cosas-en-Dios- (lr.r(.
tengo en mente.
'6
RussEll 2002, y 2003, pp. 130-154.
cvolución del universo desde dentro y hace posible la emcrgcncia de estrellas, planetas, bacterias, pájaros y seres humanos.
2". Un panenteísmo que entiende a Dios como totalmente diferente a ks creatwrds y, precisdmente por seilo, como rddica.lmente interior a ellas. La trascendencia y Ia inmanencia divinas
cn la creación son entendidas no como polos opuestos sino, dc
acucrdo con los grandes teólogos del pasado, como presuponiéndose la una a la otra. Algunos críticos dcl teísmo clásico tergiversan el pasado al sugerir que el énfasis en la trascendencia
por parte de los grandes teólogos antiguos, como Agustín y Tornás, hace un Dios muy alejado de la creación. Nada podría estar más lejos de la verdad. Precisamente cuando Dios se enticndc como trasccndente, puede ser pensado como inmanente a las
crcaturas, dc un modo que no es posible para un ser crcado fini-
to. Porque Dios es totalmente diferente, puede ser interir-¡r intirno Tneo -estar .rnás dentro de rní que lo rnás íntimo ntíorr-". En
csta forma de todas-las-cosas-en-Dios, pues, se mantiene la inlinita distinción ontológica entre Dios y las creaturas. Es precisamente esta distinción lo que hace posible que Dios sea entenclido como radicalment e interior a la creación.
3". Un panenteísmo qwe entiende la imagen espacial de totlas-las-cosas-en-Dios como und analogía dpropidda, awnqwe limitada. Los scres humanos encuentran imposible pensar en la
lclación Dios-mundo sin algún tipo de imagen o analogía. La
irnagcn de todo-en-Dios es útil porque parece encajar mcjor con
cicncia y tcología que otras imágenes mentalcs compctidoras,
('()rno aqucllas de un Dios en los cielos o de Dios como un ser
" Ar;trs't'ÍN, Confcssictncs,3.6.l1 (vcrsión
esp., BP 60,
p. 111).
226
/
Un unioerso ralacional r¡ue evoluciona dentro de la z,ida relacir¡nal de Di¡s / 227
Explorando la teología del Espíritu creador
que está fuera de la creación e intervienc cn ella devez en cuarl
do. Dado que la teología cristiana entiende a Dios en la creaci<'rrr
y la redención como implicado en el entero universo espacio
temporal pero también más allá del espacio y del ticmpo, parc
ce apropiado pensar en cl universo como evolucionando dentr,,
de la vida de Dios. Aunque creo que son útiles la imagen y cl
lenguaje de todas-las-cosas-en-Dios, es importante no tomarlos
al pie de la letra. Dios no es un contenedor, en sentido literal. EIr
la posición que se toma aquí, el lenguaje de todas-las-cosas-err.
Dios es una analogía limitada, basada cn la relación creadora y
redentora de Dios con el espacio y el tiempo. Busca respetar l,t
radical trascendencia de Dios frente a todas las nociones finitrrs
de espacio y lugar.
4". (Jn panenteísmo que concibe al Creador capdcitando rt
las creatwras pard que tenga.n la awtonomía e integridad proPids
de ellas. Santo Tomás ve la creación fundamentalmente com,,
una relación continua entre el Creador y la creatura -..una cierta relación de la creaturahacta el Creador, como el principio dc
su ser misms»-2s. Insiste en que esta relación creativa no domi
na ni elimina la acción propia de la creatura, sino que más bicrr
la capacita para ser y actuar con la autonomía propia de ella.
Hay una infinita diferencia entre la creatio continwa de Dios
(causalidad primaria), y todas las conexiones interactuantes y
relaciones causales que se establecen entrc las creaturas (causalidad secundaria) ". En esta concepción, que creo fundamental para la discusión entre ciencia y teología, Dios cs cntcndido comt,,
creador de un mundo de creaturas que interactúan y poseen stl
integridad y su autonomía propia. Dios crea a través de proccsos naturales que capacitan al universo portador-de-vida par.r
evolucionar. A la luz de esta idea, en una teología contemporánea de la creación, es adecuado pensar a Dios como compromc
tido con la integridad de los procesos naturales.
5". (Jn panenteísmo que üe la creación como un acto libre dc
awtolimitación divina. Enfrentados a lo que nos dice la cienci¡
"
Tbeologiae,l'.45.3 (vcrsión esp., BAC 41).
distinción cntre causalidad primaria y secundaria en Tomás
ToiraÁs, Swmma
2' Para la
Aquino,veribídem, l^.1,9.6, 19.7,19.8,22.2,22.3,23.5,23.8,
104.3
y
105.2.
,1,'
1,03.7,104.1,
sobre cl dolor y el conflicto en la larga historia de la vida en la
Tierra, los teólogos han comenzado a repensar el tema del poder
divino. lil como he aclarado cn capítulos precedentes, junto con
otros teólogos pienso en Dios como autolimitándose libremente
por amor ala creación El amor implica dejar espacio al otro, y
Dios puede ser pensado como el amante supremo. EnJesús, I)ios
cs rcvelado no como un poder dominante o tiránico, sino como
un amor indefenso y vulnerable. Ciertamente, este amor es también poderoso. Comporta la prornesa de la vida resucitada y de
la liberación para todos. Pero cl Dios revelado en el acontecimiento de Jesús es Alguien que cstá presente en la historia humana como autolimitantc y amoroso, y que acompaña a los quc
sufren, prometiendo libertad y vida. Esta pauta de amor vulnerable y autolimitante puede entenderse como determinante no sólo de la historia de Jesús, sino tarnbién de la creación continua de
todas las creaturas por f)ios. La crcación puede verse entonces
como una forma de amor divino autolimitante que capacita a las
creaturas y a sus procesos para desplegarse de acuerdo corl sus
propias potencialidades y límitcs. Un Dios comprometido con
los procesos del universo evolutivo puede no ser libre para invalidarlos, pcro sí puede pensarse que su Espíritu está presente en
cada creatura, acompañando a cada una con un amor compasivo,
y guiándola hacia su plenitud en la Comunión divina.
6", (Jn panenteísmo qwe entiende la creación como wna rekción que tiene wn impacto sobre ks credturds y también sobre
Dios. He mcncionado más arriba mi sólido acuerdo con santo Tomás en su comprensión dc la creación como una relación entre ca-
y el Creador como principio de su ser..Pero creo que
importante mantcncr, contra 1o que él dice, quc la relación con
la creación debe ser vista como real por el lado de Dios y no sólo
por el de las creaturas. He aclucido en el capítulo 7 que necesitamos poder pensar en Dios como capaz de sufrir -de una manera
divina- con la creación sufricntc. Desde este punto de vista, Dios
da.creatura
es
puede ser pensado como suma y trascendentemente capaz de sentir con las creaturas finitas. El Dios trinitario puede scr entcndido
como tra.scendentemente capaz de amar a las creaturas, dejándoles espacio, sintiendo con ellas, sufriendo con cllas, y deleitándosc en ellas y llevándolas a su plenitud escatológica.
En cstc capítulo he tratado de dcscribir un universo relacional y evolutivo que es la expresión de un Dios relacional que dc-
228
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Explorando la teología del Espíritu creador
ja espacio a la totalidad y a todas sus partes, abrazándolas. Estt'
universo puede scr entendido como un mundo emergente y ril
dicalmente interrelacional, un mundo en el quc las creaturas irl
dividuales tienen su integridad propia, y un mundo que evolu
ciona en el tiempo a todos los niveles. El Espíritu crcador pucck'
ser pensado como el que deja espacio en el dinamismo de la vi
da compartida de las Tres para que todas las entidades creadirs
sean y se realicen, y el que potencia el proceso de un univers.,
emergente portador de vida.
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