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Buenos Aires, 12 de diciembre de 2014
Sr. Presidente:
Ref.: Acerca de una reciente
medida del Banco de la Nación
Argentina y el sector agropecuario
De nuestra consideración:
Nos sorprendió y nos generó desasosiego, el enterarnos de que a partir del 1 de
enero del próximo año, el Banco de la Nación Argentina, suspenderá los créditos a los
productores que todavía tenga en su poder grano de soja de la cosecha anterior.
El comunicado de la institución dirigido a sus clientes dice textualmente: “… Se
pone en vuestro conocimiento que este Banco ha dispuesto atender hasta el 31/12/2014
en forma normal según lo pactado para cada uno de los Clientes. Luego de dicha fecha
solo se atenderán a aquellos productores que acrediten no tener existencia de soja,
para lo que deberán presentar acuse de recibo para Existencias informadas al
31/08/2014 y los comprobantes de ventas respectivos que verifiquen no poseen
existencia de dicho grano”.
Esta específica y sorprendente medida en si misma no podría ser normal en una
entidad financiera cualquiera. Pero, en el caso del BNA es mucho más trascendente. La
institución es la que más sucursales tiene, cubre todo el país y abarca un sinnúmero de
actividades. Pueblos y ciudades la tienen como su casa y necesitan de sus servicios.
No sólo los productores agropecuarios dependen de su buen funcionamiento,
sino que su accionar también actúa sobre comerciantes, profesionales, servicios y
municipios. De ahí que pensemos que esta unilateral medida dejará heridas, creará
resentimientos y posiblemente no logré que el gobierno ingrese las divisas que está
necesitando.
Señor Presidente, el CADIA con su permanente actividad institucional en el
sector desde 1906, –y nosotros como productores y/o asesores del mismo– hemos
valorado que el productor guarda su cosecha porque necesita tener una reserva
semilíquida, para enfrentar, tanto los gastos de una nueva campaña agrícola, como para
amortizar –en tiempo y forma– las deudas que contrajo y mantener una reserva
financiera que lo cubra de las innumerables contingencias climáticas y/o de mercado.
Estas son las verdaderas razones por las cuales el productor retuvo, retiene y
retendrá en toda su vida parte de la cosecha lograda, sea esta soja, trigo, avena o
cualquier otro grano u oleaginosa. No importa tanto la oportunidad de los valores del
mercado sino la previsión y seguridad de contar con los fondos que podrá utilizar para
un nuevo ciclo. De ahí que, pese a la importante caída del precio de los cereales no haya
comercializado el 100% de sus cosechas,
//más aun, los nuevos precios del petróleo, ponen en duda la continuidad de más
de un proyecto de biocombustibles, de comenzar a restringirse el empleo de cereales y
oleaginosas, en la producción de estos ancestrales combustibles (recuerde Ud. que, en
sus orígenes, el Ford T funcionó con alcohol de maíz y el motor diesel, con aceites
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vegetales) se volcarían al mercado alimentario, millones de toneladas de cereales y
oleaginosas que derrumbarían drásticamente sus precios y pondrían en un grave aprieto
al ingreso de divisas del país.
Adicionalmente, deseamos señalar que en la página oficial del Banco de la Nación Argentina se
lee: “…El Banco de la Nación Argentina fue fundado en 1891 por iniciativa del presidente Carlos
Pellegrini, como un medio para resolver los embates de una devastadora crisis económica que afectaba,
en especial, al sistema bancario existente en ese momento.
De capital enteramente estatal, en pocos años abarcó en su giro a toda la geografía nacional y se
convirtió en el mayor banco comercial argentino. Su objetivo principal es el de ejecutar la función de
agente financiero del Gobierno Federal y, como tal, recibe depósitos oficiales y realiza pagos por cuenta
y orden de la Nación.
Durante toda la centuria participó activamente en los principales acontecimientos de la vida económica
del país. Tuvo una actitud descollante en la asistencia al sector rural, a tal punto que contribuyó
decisivamente a que la República Argentina se convirtiera en una potencia mundial en el segmento del
agro negocio.
Otra prioridad del Banco ha sido la atención de las pequeñas y medianas empresas, como así también a
las parcelas de la población menos favorecidas que cuentan con sus servicios, inclusive en las localidades
alejadas de los grandes centros y de escasa relevancia económica…”
Queda claro que el capital del BNA es estatal y sirve a la política como agente financiero del
Gobierno Federal. ¿Cómo entendemos esto? Al ser del Estado es de todos los argentinos. Y al estar al
servicio de una política de gobierno, esta debe servir a los fines para los cuales se establece.
Entendemos que con la resolución adoptada, no es este el caso, si cunde el alejamiento de los
ciudadanos del BNA, el perjuicio puede ser enorme y los pueblos se verán perjudicados en todas sus
actividades por falta de recursos.
Si bien el productor agropecuario tiene varias fuentes de financiamiento nacionales, tal como lo
señalan (De Haro, Augusto et al., 2011. INTA, Fundación Argeninta) quienes explicitan como tales al:
Banco de la Nación Argentina, Banco Credicoop, Banco Galicia, BBVA Banco Francés, ICBC, Banco Macro,
Banco Patagonia, Banco Santander Río, CFI, INAES, INTA, INTI, FONARSEC, FONCAP, FONCYT, FONTAR,
FUNDACION ARGENINTA, FUNDACION EXPORTAR, MINAGRI, MINISTERIO DE CIENCIA, TECNOLOGÍA e
INNOVACIÓN PRODUCTIVA, MINISTERIO DE DESARROLLO SOCIAL, MINISTERIO DE ECONOMÍA,
MINISTERIO DE TRABAJO, SECRETARIA DE AMBIENTE, SEPYME. Los autores mencionados también
señalan: “La información procesada corresponde por un lado a las diferentes fuentes de financiamiento
bancario, donde se contemplan bancos nacionales, privados y públicos, que disponen de líneas de crédito
y otros productos financieros orientados al sector. Con relación al financiamiento no bancario, se han
relevado e incorporado en la base, aquellos fondos y programas oficiales nacionales que tienen como
objetivo general prestar algún tipo de servicio de asistencia ya sea financiera o no financiera, a las micro,
//pequeñas y medianas empresas vinculadas al SA. Asimismo se contemplan también algunos
organismos privados no financieros”.
A estas fuentes se les agregan los bancos provinciales y distintos eslabones de la
cadena agropecuaria que pueden actuar como agentes prestatarios. Si bien esto demuestra la
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variedad de opciones que existen para el financiamiento, muchas de ellas están sujetas a
actividades especiales de promoción o a situaciones específicas del productor, tal como puede
ser el tamaño de su explotación, actividad, etc., es decir que no todas ellas son de libre
disponibilidad para el 100% de los productores, de ahí que entendamos que es el productor
quien debe elegir la fuente de financiamiento más conveniente para su situación específica.
Ella no puede ni debe ser consecuencia de una imposición.
Si a partir de enero próximo se llegará a concretar la medida anunciada por el BNA, los
mayores perjudicados van a ser los pequeños y medianos productores. El daño, que esta
resolución podrá ser coyuntural o estructural, pero entendemos que genera una incongruencia
orgánica para una política que declama la inclusión social y una lucha frontal contra los
oligopolios en cualquiera de sus manifestaciones.
Por consiguiente, es que nos dirigimos al Sr. Presidente, para solicitarle que analice la
posibilidad, de rever esta resolución que, a nuestro juicio, contradice el accionar básico del
Banco de la Nación Argentina y que entendemos va a contramano del desarrollo sustentable y
armónico del interior del país.
Sin más, nos despedimos del Señor Presidente, saludándolo con toda consideración
Ing. Agr. César Rebella
Ing. Agr. Sergio M. Waldman
Secretario-CADIA
Presidente-CADIA
Al Sr. Presidente del
Banco de la Nación Argentina
Dr. JUAN IGNACIO FORLÓN
Presente
cc. Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, Ministerio de Economía y Ministerio de
Interior y Transporte
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