• CATEDRA: Metodología de la investigación • ALUMNOS: Aranguren bretón Sebastián, Barbagelata Eduardo, Castellaro Maximiliano, Vairetti Ignacio. • TEMA: “fuga de cerebros” AÑO: 2007 Fuga de cerebros La llamada "fuga de cerebros" comenzó en 1966, cuando el régimen militar intervino las universidades públicas y persiguió a los investigadores, muchos de los cuales debieron exiliarse. Desde entonces, la ciencia nunca formó parte de los discursos de los políticos, lo que propició un terreno fértil para el continuo drenaje de científicos, que en la mayoría de los casos son formados en las universidades públicas. "Esta es una paradoja, un problema del mundo moderno y del futuro porque la disputa por los cerebros y por la gente más capacitada va a ser cada vez más fuerte debido a que el desarrollo depende del conocimiento. Es un tema que razonablemente debería analizarse en los organismos internacionales". A pesar de los magros recursos económicos, los especialistas coinciden en que Argentina todavía forma buenos profesionales, gracias a la "inercia" del excelente sistema educativo que el país desarrolló durante la primera mitad del siglo XX Argentina, que tuvo a dos premios Nóbel de Medicina, Bernardo Houssay (1947) y César Milstein (1984), y uno de Química, Federico Leloir (1970), posee un alto nivel académico en relación al resto de la región, pero se está quedando atrás respecto a Brasil y Chile. Sin embargo, mientras Argentina destina al presupuesto universitario cerca del 0,5 por ciento del Producto Interior Bruto, Brasil ya superó el 1 por ciento y Chile está llegando a esa cifra. Esta no es una información actualizada pero siempre seguimos igual proporcionalmente. Tenemos la sensación de que no hay muchos directivos a quienes les importe realmente. Creo que hay un presupuesto fijo y con este presupuesto hay que establecer prioridades. Si se continúa priorizando la burocracia, seguiremos igual. Para cambiar una tendencia hay que hacer algo distinto. Es necesario en cada ámbito establecer un programa de formación de recursos humanos pensando en que los que se forman después hay que ofrecerles un salario digno y posibilidades de trabajo. Le sale muy caro al país formar profesionales y lleva mucho tiempo para que luego los investigadores cuando pueden empezar a producir, son tentados por Universidades extranjeras. Es muy frustrante para todos. La regionalización de las acciones puede llegar a ser una solución, básicamente pienso que sino buscamos soluciones por países o por grupos de países despojados de todo otro interés que no sea el especifico al tema en cuestión tampoco va a servir, y por lo tanto seguiremos como ahora. Hay que sentarse y aguantarse ahí sentado hasta que salga algo que mas o menos conforme a todos, para en ese momento ponerse a trabajar en la búsqueda de soluciones que sean practicables y al cual todos aporten y apuntalen sobre todos los políticos. Aunque no podemos dejar de destacar que en el caso de quienes viven en el extranjero, las facilidades incluyen la gestión de un trabajo en el país, además del pago del billete aéreo y la mudanza, lo que ha propiciado la vuelta de unos 50 científicos en los últimos seis meses (31/12/04). Las autoridades celebran el retorno de cada uno de los investigadores porque son conscientes de la importancia del desarrollo científico para el crecimiento del país, aunque el número sea simbólico en relación a los 7.000 que trabajan en el exterior También han triplicado el presupuesto de la Secretaría de Ciencia y Técnica para 2005 de 22 a US$ 65 millones y realizado una inversión en equipamiento de unos US$ 15 millones. "El gobierno está dando señales claras al sector científico y hay una valoración importante de su trabajo. Esto puede frenar el drenaje de cerebros. Plantear revertirlo es todavía muy utópico" En este contexto, los gobiernos de los países pobres deben procurar retener a sus profesionales cualificados ofreciéndoles mejores posibilidades de empleo y de carrera. También deben incentivar la vuelta de los emigrantes a fin de que contribuyan al crecimiento económico y a la mejora de los conocimientos en estos países. En este sentido los gobiernos deben aprovechar el fenómeno de la globalización que hace que los científicos y expertos más capacitados adquieran una mayor movilidad virtual y necesiten, por tanto, menor movilidad física. Efectivamente, ya no es imprescindible que el cerebro se marche a otro país para conseguir un trabajo mejor remunerado. Con el tele trabajo, se puede trabajar para los Estados Unidos o para un país de la Unión Europea desde casa.