MONICIONES PARA LA VIGILIA PASCUAL Monición para el comienzo de la celebración (Lucernario) Sean bienvenidos a la celebración de la fiesta de las fiestas, la solemne Vigilia Pascual que vamos a comenzar, en esta noche gloriosa de la Resurrección del Señor. Nos hemos reunido para participar en la fiesta más solemne de la liturgia cristiana, que celebra la resurrección de Jesucristo y nuestra propia resurrección. En la oscuridad de la noche surge una luz nueva, Cristo Resucitado. Caminando tras él, venceremos nuestras propias tinieblas y seremos iluminados con el resplandor de su resurrección. Asistamos a todos los ritos de esta solemne Vigilia, con un corazón sencillo y dispuesto, en vela, para que, de verdad, podamos vivir intensamente lo que cada uno de estos signos significan. Antes de la inscripción del Cirio (si se hace) La inserción de la cruz y de las letras, Alfa y Omega, nos manifiesta que el Cirio Pascual representa a Cristo, Luz del mundo, Principio y Fin de todo. Las cifras del año en curso, indican que Cristo vive y que suyos son los tiempos y los acontecimientos. Los granos de incienso, nos recuerdan las llagas gloriosas de Cristo. Antes del Pregón Pascual La Iglesia, al verse iluminada por tanta luz, estalla en un jubiloso canto de alabanza, de gratitud y de alegría. Se nos anuncian las maravillas que Dios realizó y va a realizar esta noche. Escuchemos este Pregón Pascual con profunda alegría. MONICIONES PARA LAS LECTURAS Y EL SALMO DE CADA LECTURA BÍBLICA 1. Primera lectura: Gén 1,1-2,2 Escuchemos cómo Dios crea el universo, el mundo y el ser humano, como el primer acto de su amor por nosotros. Creación que esta noche es salvada e iluminada por Cristo Resucitado. Salmo responsorial (103) Cantemos las maravillas del Señor, cuyo Espíritu da vida y recrea la creación salida de sus manos 2. Segunda lectura: Gen 22 Abrahán ofrece a Dios a su hijo amado Isaac. Es figura de Dios mismo, que nos da a su Hijo Jesucristo, el nuevo Isaac, que cargando la cruz, ha muerto por nosotros para salvarnos. Salmo responsorial (15) Cantemos a Dios, que ha resucitado a su Hijo Jesucristo, al que no ha abandonado a la muerte, para que nosotros tampoco nos quedemos en la oscuridad de nuestras muertes. 3. Tercera lectura: Ex 14 La liberación del pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto, es anticipo de la gran liberación que Cristo, muerto y resucitado, ha hecho de nosotros, pasando por el mar de la muerte, como nosotros lo pasamos gracias al bautismo, que nos da la nueva vida de la resurrección. Salmo responsorial (Ex 15) Unamos nuestras voces a Israel, cantando el cántico de los salvados, que Moisés y María su hermana, cantan hoy con nosotros, en esta noche de Pascua. 4. Cuarta lectura: Is 54 Israel es la novia de Dios, su esposa amada, rescatada de la muerte, gracias al amor de su Esposo Dios, que en Cristo, ha venido a desposarse con la Iglesia, con su entrega hasta la muerte. Salmo responsorial (29) Cantemos al Señor, que saca a su pueblo del abismo de la muerte, como ha liberado a su Hijo Jesucristo del poder del sepulcro. 5. Quinta lectura (Is 55) Dios sacia el hambre y sed de su pueblo, que lo único que debe hacer es recibir de su Padre, los bienes de la salvación. Recibamos de Dios gratis lo que gratis nos regala: el don de su Hijo. Salmo responsorial (Is 12) Como Moisés en el desierto, como la Samaritana en el pozo de Jacob, vayamos a saciar nuestra sed de Dios, a beber del agua de su salvación. 6. Sexta lectura (Baruc 3) Dios es la fuente de la sabiduría, que Israel debe buscar en todos los momentos de su vida, para descubrir la ley de su Dios, como camino y vida. Salmo responsorial (18) Como San Pedro, que al encontrarse con el Pan de Vida que es Cristo Eucaristía, exclamaba que sólo el Señor tiene palabras de vida eterna, aclamemos nosotros a quien nos da la Vida. 7. Sétima lectura (Ez 36) Dios quiere purificar al pueblo de sus pecados e infidelidades con agua pura, anticipo del bautismo, por el cual somos liberados del poder del pecado y de la muerte. Salmo responsorial Aclamemos a Dios que por el Bautismo, viene a darnos vida, a hacer de nosotros hombres y mujeres nuevos, a saciar nuestra sed y a crear en nosotros un corazón puro. Para el canto del Himno del Gloria Cantemos con gozo exultante el himno del Gloria, en esta noche del nuevo nacimiento de Cristo a la vida eterna por su resurrección. Alabemos al Padre, que no ha abandonado a su Hijo en la muerte, gracias a la acción del Espíritu. Primera lectura del Nuevo Testamento (Romanos 6) Gracias al bautismo, la vida del Resucitado se nos comunica, salvándonos del pecado y de la muerte. Gracias damos a Dios por este maravilloso don que nos hace en su Hijo Resucitado. Al canto del Aleluya Cantemos con el Aleluya, la acción salvadora de Dios, que arrancó a Cristo del poder de la muerte, pues el brazo del Señor ha hecho la maravilla de las maravillas, resucitando a su Hijo. Evangelio (Marcos 16,1-7) María Magdalena, María, la madre de Santiago el menor y Salomé, que habían asistido al entierro de Jesús, van a visitar el sepulcro del Señor, con el fin de embalsamar su cadáver. Al llegar al sepulcro vacío, reciben el anuncio de la resurrección del Señor y son invitadas a anunciarla. Una tarea que desde esta noche también debemos hacer nosotros con alegría y convicción. Al comenzar la liturgia bautismal (si hay bautizos) En ocasiones solemnes como ésta, la Iglesia de la tierra, reunida de fiesta, implora la intercesión de los santos, que forman la Iglesia del cielo, para pedirles su intercesión por todos los que en esta noche, van a ser bautizados y por nosotros, que nos disponemos a renovar nuestros compromisos bautismales, en esta liturgia bautismal que ahora comienza. Pero, si no hay bautizos, se hace la siguiente monición En esta noche santa, vamos a renovar las promesas del bautismo, con el cual Cristo nos ha injertado en su Pascua. Que el agua que va a ser bendecida y derramada sobre nosotros, nos haga tomar conciencia de la importancia y fuerza, de este gran sacramento pascual. Antes de la bendición del agua Lo mismo que fue bendecido el fuego, para que fuera luz nueva, que nos iluminara en esta noche santa de la Pascua, ahora se bendice el agua (que dará nueva vida a los que van a ser bautizados en ella), que será luego derramada sobre nosotros, en recuerdo de nuestro bautismo. Monición a las Ofrendas Presentemos al Padre las primicias de la tierra, los dones del pan y del vino, para que Cristo Resucitado se haga presente por medio de ellos, como Pan de Vida y bebida de salvación. Prefacio Bendecimos al Padre, porque Cristo Resucitado es el Vencedor de la muerte y el Salvador de los seres humanos. Comunión Acerquémonos a recibir el Cuerpo resucitado de Cristo, para incorporarnos a su resurrección, y que al recibirlo, podamos también resucitar a una vida nueva, gracias a su fuerza y a su gracia que recibimos en esta Eucaristía. Despedida Hemos pasado en vela, en esta noche festiva y única del año, donde celebramos la fiesta de las fiestas, la Pascua de Cristo. Con Cristo hemos cantado las alabanzas de Dios, hemos escuchado con atención su Palabra, para descubrir en ella las maravillas de la obra salvadora del Padre. Hemos celebrado (o renovado) el sacramento del Bautismo y hemos recibido la comida pascual por excelencia, la Eucaristía, sacramento de resurrección y de vida. Definitivamente, ha sido una noche de fiesta, de gozo y de sereno optimismo y confianza, pues sabemos por la fe que el Señor vive para siempre. Ahora al salir, nos podemos felicitar, llenos de alegría, deseándonos felices pascuas de resurrección, deseo que ojalá lo prolonguemos durante los cincuenta días de Pascua que hoy comenzamos. Que la luz de Cristo ilumine nuestras vidas y nos haga participar de su triunfo y de su resurrección. Oración de los fieles (Vigilia Pascual) Celebrante: Oremos a Jesús Resucitado, Vencedor de la muerte, con toda confianza, diciendo: Escucha, Señor, nuestras oraciones. Para que la Iglesia sepa comunicar a los hombres y mujeres, la luz renovadora del Evangelio. Oremos. Para que todos los que, en este Tiempo de Pascua, reciban la gracia de los sacramentos de la iniciación cristiana, para que encuentren en nosotros ejemplo de vida evangélica. Oremos. Para que la vida y el amor, la fe y la esperanza que nos has alcanzado con tu resurrección, Señor Jesús, llegue a todos los habitantes de este mundo. Oremos. (Si hubo bautizos y confirmaciones) Para que los bautizados (y confirmados) en esta noche, experimenten siempre la fuerza de tu vida nueva, Señor Jesús, y vivan como hombres y mujeres nuevos. Oremos. Para que los pobres y todos los que sufren, encuentren en la ayuda y la solidaridad humana, el signo de tu salvación. Oremos. Para que nosotros, y todos los cristianos que como nosotros, celebran con alegría esta Noche Santa, recibamos la abundancia de tu gracia siempre renovada Por nuestros difuntos, en especial, los que estamos recordando en esta noche de Pascua, para que disfruten desde ya, Señor, de tu fuerza poderosa de Resucitado, como primicias de tu vida nueva en todos ellos. Oremos. Celebrante: Señor Jesús, que has compartido nuestra condición humana y nos has introducido en la vida de Dios, escucha esta noche la oración de tu Iglesia. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.