EL CONFLICTO EN EL ENTORNO ESCOLAR. Yolanda Arrufat Mingorance - 45310903Y El conflicto entendido como confrontación de intereses, ideas, posiciones o necesidades entre dos o más personas, forma parte de la naturaleza humana. Se ha mantenido y se mantendrá presente en el seno de cada cultura, sociedad, grupo e individuo. Es por este motivo por el que ha de tratarse de forma natural y ser aceptado desde un enfoque positivo y orientado al enriquecimiento y superación personal. El conflicto debe pues, ser contemplado como un concepto de naturaleza neutra y no asociado automáticamente a términos como “rivalidad, violencia o problema”, ya que las herramientas utilizadas en la resolución del mismo son las que determinarán un desenlace positivo o negativo de la confrontación, y no el conflicto en sí. El aula, como espacio destinado a la enseñanza, alberga a un grupo de individuos que de forma natural se verán expuestos a diversos conflictos que si son abordados adecuadamente contribuirán al desarrollo de nuestros alumnos. Es por este motivo, por el que un aula sin conflictos se traduce en un aula estancada sin posibilidad de desarrollo y avance, ya que éstos son por sí mismos, generadores de cambio. Con una adecuada mediación, dicho cambio podrá ser favorable para las partes involucradas en el conflicto, sin embargo, un uso no eficaz de herramientas nos conducirá hacia un desenlace no deseado en la confrontación. El absentismo, agresiones, acoso o bullying y vandalismo, son algunas formas recurrentes de conflicto en el ámbito escolar producto de situaciones novedosas como cambios en la estructura familiar, desarrollo personal, interculturalidad, etc. Motivos tan diversos como aulas con un espacio limitado que imposibilitan una normal relación interpersonal, una mala relación en el seno familiar, carencia de motivación del alumnado, o del profesorado pueden ser antecedentes y detonantes de una confrontación. Por este motivo, y para un mejor análisis de los conflictos, adoptaremos un enfoque multicausal, es decir, un enfoque desde el cual agruparemos en bloques las distintas causas generadoras de conflictos tal y como se detalla a continuación. Organización del centro: Aulas con espacio insufuciente, ausencia de consenso en metodología, inexistencia de comunicación entre departamentos, conformismo, etc. Docentes: Carencia de habilidades y recuros didácticos, ausencia de formación en resolución de conflictos, falta de tiempo para impartir el currículo, desmotivación y ausencia de reconocimiento, etc. Alumnado: Carencia de motivación, ausencia de educación en valores, deterioro de las relaciones con otros alumnos, carencia de empatía, ausencia de formación en técnicas de recolución de conflictos, rechazo a la autoridad ,etc. Sociedad y familia: Entorno hostil, falta de dedicación a los menores, interculturalidad, ausencia de compromiso hacia la comunidad educativa, etc. Clasificación de causas de conflictos Una vez realizado este enfoque multicausal que nos conduce hacia el conflicto en sí, es momento de establecer una clasificación en cuanto a la tipología. En la literatura de la psicología social, puede apreciarse la ausencia de consenso en cuanto a la clasificación de conflictos en el aula. Un estudio realizado por Schmuck y Schmuck (1983) distingue cuatro tipos de conflictos escolares: conflictos de procedimiento, conflictos de metas, conflictos conceptuales y por último, conflictos interpersonales. Mientras que esta tipología parece girar en torno a la definición del concepto en cuestión como “proceso que se origina cuando una persona percibe que otra u otras personas han frustrado o están a punto de frustrar sus objetivos o intereses” (Thomas 1976), el modelo propuesto por Defensor (2000) y Martínez Rodríguez y Marchesi (2003) parece estar sujeto a otro criterio totalmente distinto. Estos autores proponen seis tipos de conflictos en el aula: absentismo, disrupción, agresiones al profesorado, agresiones del profesorado a los alumnos, maltrato entre iguales y vandalismo y agresiones de los estudiantes. Un modelo que parece adaptarse con facilidad a nuestra definición y clasificación causal de las confrontaciones es el propuesto por J. M Puig Rovira (2004), en el que distingue tres tipos principales de conflictos que a su vez se dividirán en otros tres: Conflictos interpersonales Conflictos de adaptación escolar Conflictos de sentido de la educación Problemas sociales y psicológicos Problemas psicopedagógicos Distanciamiento entre ambas partes (centro-alumno/a) Concernientes a las técticas de resolución de problemas Errores en las expectativas Problemas sociales y políticos Ausencia de bienestar y armonía entre los individuos Las nuevas corrientes pedagógicas Errores pedagógicos Clasificación de conflictos escolares J. M Rovira (2004) Una vez detectado el conflicto se precisa de mediación. Aunque sí existe una opinión unánime acerca de las cualidades o habilidades que un mediador debe poseer ( la escucha activa, imparcialidad, tolerancia, firmeza, autocontrol, ser capaz de fomentar un acuerdo equitativo, etc.), existen diferentes posturas en lo referente al perfil idóneo del mismo. Unas apuestan por un modelo de mediación que recoja tanto a alumnos como a profesores. En este modelo, si el conflicto surge entre el alumnado un alumno actuaría como mediador, en cambio, si el conflicto se produce entre el profesorado y el alumnado actuarían dos mediadores representantes de cada una de las partes. Este perfil de mediador puede proponer actividades en el aula que dote a los alumnos de las herramientas adecuadas para la resolución de conflictos. Además, resulta más cercano para la comunidad educativa, y en ocasiones, la cercanía puede afectar de forma positiva y obtener resultados favorables en la mediación. En cambio, otras posturas apuntan a la necesidad de un mediador externo, profesional e imparcial. Recientemente, el modelo intervención psicosocial en el ámbito educativo ha dejado de ser exclusivamente terapéutico y pasivo para dar prioridad a los principios preventivos de la intervención, es decir, un modelo de intervención que se anticipe al conflicto. Así mismo, cabe destacar, que los programas de intervención en el ámbito educativo están dirigidos a todos y cada uno los componentes de la comunidad escolar: alumnos padres y profesores. Esto supone una ventaja frente a los modelos de mediación expuestos anteriormente, ya que además de una formación profesional y específica, este perfil de mediador es capaz de intervenir aislada o simultáneamente a todas las partes que puedan encontrarse involucradas en un conflicto. Algunos de los programas de intervención psicosocial más empleados en la actualidad son los siguientes: Programas dirigidos a profesores •Programa de formación tutorial. •Programa de prevención de estrés •Integración en el curriculum de programas de prevención. •Programa de dinámica de grupos. Programas dirigidos a alumnos •Programas de comunicación interpersonal. •Programa de habilidades de estudio. •Programa de toma de decisiones. •Programa de educación para la salud. Programas dirigidos a padres •Programa de educación para la salud. •Programas para un entorno que anime al aprendizaje. •Programa de relaciones entre padres e hijos. Programas de intervención escolar En cualquier caso, de una forma u otra, el mediador ayudará a cada una de las partes en conflicto a analizar el problema y contemplar las diferentes opciones para así tomar una decisión beneficiosa para todos los involucrados en la confrontación. Si la mediación se lleva a cabo con éxito, el conflicto que como bien citamos anteriormente era de naturaleza neutra, provocará una serie de consecuencias positivas, como pueden ser: un uso fluido y eficaz de la comunicación, favorecer la integración y participación del alumnado, educación en valores, fomentar en los alumnos la capacidad para tomar decisiones, etc. Sin embargo, una mala gestión en la resolución del conflicto se traducirá en una serie de consecuencias negativas y no deseables tales como: barreras en el proceso comunicativo, falta de empatía, rivalidad, etc. Una vez analizadas las causas, tipología y consecuencias de las confrontaciones, se debe crear una visión global para una adecuada comprensión del proceso y así , poder reafirmar la idea que se expuso al comienzo del artículo acerca de la naturaleza neutra del conflicto. El siguiente mapa conceptual puede servir de ayuda para la creación de dicha visión global: • Organización del centro: espacios limitados, ausencia de consenso en la metodología, etc. • Docentes: carencia de habilidades y recursos didácticos, desmotivación, ect. • Alumnado: ausencia de educación en valores, rechazo a la autoridad, etc. • Sociedad y familia: entorno hostil, falta de dedicación a los menores, etc. Causas Tipos • Conflictos interpersonales: problemas sociales y psicológicos, ausencia de bienestar, etc. • Conflictos de adaptación escolar: problemas psicopedagógicos, errores en las expectativas, etc. • Conflictos de sentido de la educación: distanciamiento entre partes, problemas sociales y políticos, etc. • Positivas: educación en valores, integración, etc. • Negativas: rivalidad, barreras en el proceso comunicativo, etc. Consecuencias Visión global del conflicto La figura del mediador es por tanto esencial en la resolución de un conflicto. Será el que a través de sus conocimientos y habilidades dirija la confrontación y la traduzca en efectos positivos o negativos. Por tanto, la comunidad educativa debe aceptar la existencia natural de conflictos y en consecuencia incluir la figura un mediador que intervenga de forma activa y preventiva, ya que en definitiva su actuación determinará en gran medida el entorno al que se encontrarán expuestos tanto profesores como alumnos y familiares. Bibliografía: GÓMEZ JACIENTO, Luis; ORTIZ CANTO, Jesús M. Psicología social. Pirámide, 2000. Conflictos escolares, de http://www.psicologia-online.com Los conflictos en el aula, de http://www.psicopedagogia.com El conflicto , de http://www.espaciologopedico.com