P. JUSTO SERAFÍN SIMONCELLI ZENDRI (1912 – 2008) Nació en Lizzana, Provincia de Trento, en Italia, el 17 de agosto de 1912. Sus padres fueron Federico y María Teresa, era el mayor de los hermanos. Comenzó a estudiar con los Salesianos en el Aspirantado de Penango, Italia, cuando tenía doce años, de 1924 a 1928. Hizo el Noviciado en Cumiana en 1928 y 1929. Siendo el año de la Beatificación de Don Bosco, muchos inspectores salesianos visitaron Italia y el P. Serafín Santolini, inspector de Venezuela, fue a buscar salesianos que generosamente vinieran a trabajar en nuestro país. Visitó el Noviciado de Cumiana y allí encontró a cuatro jóvenes novicios generosos que consagraron su vida a los jóvenes venezolanos. Su primera profesión fue el 23 de septiembre de 1929. Llegó a Venezuela el 14 de diciembre de ese año. Estudió filosofía en el Seminario Salesiano de La Vega de 1930 a 1933. Este pequeño seminario albergaba a aspirantes, estudiantes de filosofía y estudiantes de teología. El tirocinio lo hizo en las casas: Caracas - La Vega 1931 – 1933 Valencia - Colegio Don Bosco 1933 – 1934 El P. Simoncelli relata, en una entrevista que le hizo el P. Julián Rodríguez en 1992, para el Boletín Salesiano, cómo fueron esos años: “Bastante trabajo: toda la asistencia y full de clases. Yo daba clase en Vº y VIº grados unidos. Tenía veintiséis horas de clases… estaba en todas partes con los muchachos: patios, capilla, dormitorio, paseos…”. De nuevo en el Seminario Salesiano de La Vega estudia Teología, allí pronunció su Profesión perpetua el 18 de agosto de 1933, y compartía el estudio con la asistencia a los aspirantes: “durante tres años de estudios de teología fui asistente de aspirantes. Me las arreglaba como podía”. Terminó sus estudios de teología siendo ordenado Sacerdote el 11 de septiembre de 1938. Su hermano Carmelo es sacerdote salesiano y está en Japón desde 1969. Actualmente es director de una casa salesiana que atiende a los hermanos enfermos de esa Inspectoría. Después de su Ordenación Sacerdotal desarrollo su trabajo de salesiano sacerdote en las siguientes comunidades: 1938 – 1940 1940 – 1941 1941 – 1946 1946 – 1949 1949 – 1956 1956 – 1962 1962 – 1964 1964 – 1968 1968 – 1969 1969 – 1970 Los Teques - Liceo San José Caracas - La Vega Los Teques - Liceo San José Caracas – Sarría Los Teques - Liceo San José Caracas - Bolea - Domingo Savio Los Teques - Colegio Domingo Savio Coro - Colegio Pío XII Caracas – Altamira San Antonio de los Altos Noviciado Maestro Consejero Escolar Catequista Maestro Maestro y Catequista Director Director Director Director Ecónomo 1970 – 1973 1973 – 1981 1981 – 2008 2008 Táriba - Instituto San José Coro - Colegio Pío XII Valera - Escuela Santo Tomás de Aquino Caracas – Altamira Profesor Profesor Profesor Durante sus años de formación manifestó una profunda devoción al Corazón de Jesús y a la Virgen María Auxiliadora, en todas las cartas que dirige sus superiores invoca siempre la ayuda del Sagrado Corazón y el auxilio de las Santísima Virgen. También demuestra una firme decisión de vivir como salesiano hasta la muerte: “Espero, por la misericordia del Sagrado Corazón de Jesús y por la materna bondad de María Santísima Auxiliadora, permanecer fiel a mis deseos y a mis promesas hasta la muerte”; escribe el 10 de agosto de 1932. Los superiores lo perciben como un buen muchacho, piadoso y fiel en la asistencia a los muchachos. Para confirmar su constante buen humor, relata, que en la primera visita que hizo a su pueblo, en Italia, después de estar veinte años en Venezuela, saludó con “alboroto” a todos sus familiares y amigos. El párroco del pueblo vio esto con extrañeza y al año siguiente, cuando el P. León D’Agostini, quien era del mismo pueblo, fue también de visita, le preguntó: “Dimmi, caro D’Agostini, ma questo Don Giusto, ha proprio il cervello a posto”. Le encantaba hacer paseos con los muchachos, como método pedagógico señalado por Don Bosco. Esto lo aprendió en el Aspirantado de Penango, “al llegar a Venezuela, el vasto panorama era un incentivo mayor.” Estudió en el Pedagógico de Caracas las materias de Historia y Geografía. Estaba en la comunidad de Sarría y como él mismo dice: “En la mañana daba clase y en la tarde la recibía.” Queriendo tanto a Venezuela se nacionalizó en 1966. Recibió varias condecoraciones, entre ellas la más apreciada fue la Medalla 27 de junio, cuando estaba en el Colegio Pío XII de Coro, en 1967 Amaba su trabajo de educador, apreciaba a los muchachos, se dedicaba a la preparación de las clases y a la corrección de cuadernos y exámenes. Tenía un cuaderno de efemérides, en el cual escribía los episodios más interesantes en su trabajo docente. Amaba a los pobres y desamparados, en la mejor escuela de Don Bosco. Cuando estuvo en la casa de Táriba, el Instituto San José, la gente sencilla y humilde de los alrededores de Táriba venía a buscarlo y preguntaban por el padre de cabeza blanca o por el padre de los pobres. Hacía excursiones con los muchachos pequeños y aprovechaba para visitar a familias humildes y tomaba nota de sus necesidades. Jamás les dio dinero, pero sí pedía dinero para comprar las cosas que la gente necesitaba. Los muchachos del colegio de Táriba lo llamaban el padre “pidemedio”, pues los lunes pasaba por cada salón de clase, recorría las hileras entre los pupitres con las manos extendidas, pidiéndole a cada alumno un medio, nada más un medio para sus pobres. Y los muchachos le daban gustosos un medio y más. El consultaba su lista y compraba comida, camisas, pantalones, medicinas, cotizas como él llamaba las alpargatas, y al sábado siguiente iba de excursión con los muchachos, llevándoles a las familias lo que les había prometido. Cuando el colegio de Táriba se cerró, en 1974, le pidió a los estudiantes internos que le dejaran algo para sus pobres y llenó una habitación de colchones que le regalaron los muchachos. En 1981 fue enviado a la comunidad de Valera, en la cual pasó sus últimos 27 años de vida salesiana. Poco a poco su salud se fue quebrantando, aunque no perdía su buen humor, ¿quién no recuerda su constante clasificación de salesianos del alto clero y del bajo clero, declarándose, él, irrenunciablemente del bajo clero? Recordamos sus visitas a las familias para compartir una taza de café y dejar un buen pensamiento cristiano. “Yo he pasado ratos difíciles, pero sigo contento lo mismo. A veces sufro interiormente porque todos tenemos un poco de orgullo, pero yo no le hago mucho caso…” En los últimos años sufrió los embates de la terrible enfermedad, hasta el día 2 de diciembre de 2008, en que el Señor lo llamó a compartir su reino. Ha sido fiel como lo prometió en sus años jóvenes, ha sembrado el bien, ha sido un obrero constructor del reino de Dios. En esa entrevista de 1992 el P. Julián le preguntó: “¿Algún recuerdo que nunca quisiera olvidar? “Mi ordenación sacerdotal, el ministerio y el trabajo” ¿Cuáles son sus satisfacciones más grandes? “La celebración de la Misa, las confesiones: sentir que soy instrumento de Dios y mensajero de paz. A veces paso por malos momentos, pero transmitir paz, me colma”. Que sigas instruyéndonos a los salesianos con tus enseñanzas de fidelidad y de alegría, y que nos bendigas desde la Casa de Dios. ¡Descansa en paz!