19 Rez,istn del Centvo d e Lectura Los dias de bullanga, ó que perillava n'hi hagués, se concixia a l carrer hfajor en que'ls argenters deixaqan de posar sobrc'l taulell de la porta'ls apar;idors de las arrecadas. Aquestas eran, segons la moda d'aqiiells temps, geiieralment formadas a b esmeraldas y rubis, y moi~tadas cn or que tenia'ls quilats de Iley L a forma e r a llarga, dc vuyt 6 nou centimetres per dos d'amplária. En los temps A que'rn refereixo, ja sois las pagesas de Reus y las dels poblcs de la rodalia, Priorat y Baix Arag6, usavan arrecadas d'aqueila forma y classe; no obstant se'n venían moltas, pcrque era costúm que'ls promesos en tots los casaments que's projeitavan 6 tractasan en los pobles de la montanya, vii~guessin á comprar Rens las joyas dc la iiuvia. Aixís molt sovint, casi tots los dias, s e vcya al carrcr Major entrar 6 sortir de casa'ls argenters, familias pagesas 6 forasteras, a b los seus trajos caracteristichs que t a i ~ en t aquclls temps se distingian dcls de Reus. L a s innov;icions de la moda y la competeiicia en classc y prcu feta per la gran industria procedent de fora, han aeabat, pot dirse, ah los argenters de Reus. Los pochs que quedan ja no construheixen arrecadas ni joyas dc cap mena. Aisis que de vint anys á aquesta part rio han iiigressat B I'ofici aprenents y'ls tadrins que hi havia ha11 mudat d'ofici 6 han mort. Lo derrer ha estat lo senyor Muró A que m'he referit. Fins als iiltims dias de la scv;r vida ha trcballat en ti11 rec6 de gorfa fent las Jirrecadas llargas tradicionals qiie venia als botigucrs de Casp y d'algún altre poblc del Baix Aragó, ahont encara bi h.i pagesas que las usan. A b Mur6 ha finit lo gremi d'argenters de Reus. tJ. G ü e l t y mercadep. E N V I A N T L I CANSONS Com un esbart d'alegres aurenetas que fugcn de ciutat, sentintse atretas per la grogor suau d'un camp de blat; aixis, donchs. mas cansons van á tú, hermosa. Reblas ben somriseiit y carinyosa y óbralshi lo teu cor de bat B bat. No son els planys d'un' ánima entristida. Son notas que s'escapail d'una vida que bojameiit s'abrassa en els vint anys. Son els esplays d'un cor qu'estima mass a... L'alegria que passa y s'emporta recels y desengaiiys &las cansons no seran may acabadas. Mas cansons brotarán enamoradas mentres tú y jo ocupém lloch en l'espay. T ú ves llegint y més cansons espera, que son flors d'una hermosa primavera que no passará may. Y si algil11cop se para ma complanta. besa mon front y després digam: -¡Canta!Y en rnon cor floririn novas cansons. Jn cantaré cansons vibraiits y y alegres mentres hi hagi caliu en tos i ~ l l snegres y en tos Ilabis petons! R. Surinyaeh .~ .. Cr6nica Científica ~ . .~~~ . , ~ Senties. - FUERZAS PERDIDAS Y APROVECHABLES P A R A L A l N D U S T R I A ESI->ANOLA En la naturaleza hay infinitas fuerzas que el ingcnio humano utiliza para su proveebo, dependiendo en gran parte los adelantos de la industria moderna, del aprovechamiento di: estris fuerzas natur:ilcs. L a nr:iquina de vapor requiere fuerza calorifica,'que se obtiene de la hulla, carbón petreficado ó vegetales fósiles qiic en rcmotísimos tiempos absorbieron calor solar. E l agua que desciende desde cierta altiira, es un motor de primera importancia, que se utiliza constantemente haci6ndola obrar sobre mdquinas conrcriiente mente dispuestas, que se conocen con el nombre de motorcs hidriiulicos; pero e1 agua que desciende, aprovéchese 6 no su fuerza viva, pierde toda su acción desde el momento que llega al m a r , y es ~ r e c i s oque un agente natural la vuelvi~,í elevar B las montaiias, para que, descendiendo por arroyos y rios, sea nuevamente utilizada como fuerza motriz. Estc aparato natural, no es otro que el calor solar, el cual evztpora el agua esparcida por el haz de la tierra, la que, condensada inás tarde, desciende cii forma de lluvia .ialinieiitar los valles y los cauces, beiiericiando antes los campos y los prados, y B veces, no sienipre, 12%utiliza la industria para poner en moviniiento y activickad la maquinaria de las iábricas. E n España se pierden grandisinias caiitidades de cslas fucrzas natiirales y solameiite eii Cataluiia so11 regularmente aprovechadas poi- la iodusti-ia maiiufacturera de las riber;is del Llobregat y del T e r ; en otros paises, cuando liay una corriciitc de agua constaiite y de cierta importancia, s e procura crcni- saltos, cortando con presas la corriente de los rios, <i fin de que se elcve el nivel del liquido para haccrlo pasar. aprovechando la caída, por la miquina motriz que ha de permitir utilizar la fuerza de :iqui.l; sübido es que el trabajo de una fuerza, en un tiempo dado, es el producto de dicha fuerza por el calnino recorrido en este ticrnpo; aquí la fuerza no es el agua, que al fin y al c:ibo cs la materia, pero puede decirse que es el origen de 1 ; ~fuerza, ó mejor el revelador dc csta fuerza, que no es otra que la gravedad, la que obrando sobre las moléculas liquidas, las hace descender con un movimiento acelerado, y el trabajo producido es el que puede aprovechar la Iodustria. E l receptor es generalmente de dos tipos distintos: 6 una rueda vertical, en cuyo caso se llama rueda hidráulica, 6 una'rueda horizontal conocida con el nombre de tzcrbilra. Una de las dificultades que antes existian, para aprovechar la fuerza hidráulica, e r a quc debía montarse el establecimiento industrial cerca de los saltos, y estos %O R e v i s t a del Ccrr, poi- lo general se encuentran alejados de los mercados T. de l:is vias de comunicncióii establecid~s. Aún que este ohst;iculo ha sido vencido en las provincias de Barcelona y Ceroiia, y a qiie la g r a n industria de hilados y tejidos de algodón se ha instalado ;i las orillas del Llobregat, desde sus origeiics eti las faldas del Pir i l i ~ o en , Olbaii, hasta cerca de su desngtic cri el h'lediterr;iiico, constituyendo iiria iiileva pobl;ición industrial, desde Slniiresa ;i Rcrga y con cciitros fabriles de lalita importanci;~como Olesa de 3lontserr;it y Esparraguer a : hasta tal puiito qiic dificilmeirte se podr;i encontrar otro Iiigar nproi-ecliable en el largo camirio de este rio; y con rcspccto 31 T e r , 110 resulta menos aprovechada s u iiicr~a,radicaiidocn sus orillas poblacioiies fabriles, como Oris, Saii Quiuse, Torclld, LIanlleu, Voltregá y Rod:r: pero este aprorech;iniieuto si es notable en la de Barcelona, por lo quc s e refiere :i la totalidad dc la naci¿n, represc~itaiiiia ptrdid:l de mAs de cuatro niillolies de caballos de fiicrx:i, segun c;ilci~los heclio': por la Direcciúii general de Obras públicas. Algunos de los utilizables soii conocidos; por ejemplo, 3.000 en las 1ngun;is de Ruiclera, 1.500 en el trozo del rio Mino compreiidido eiitrc los Peares y la desembocadiira de Ariioya, 100 del río 'rio, en la Peña de los Eiiz~morados, etc. Xuclias reviieltas de niiestros rios esigiriaii tan solo la apertui-a de un tuiiel qne precipit;.ise siis aguas i: ti-;i\-és de la alta y estrecha estribación que ;i veces sep;ira el principio y fin de aquella. Tambi61r stt iitilizan para la indiistrin los pantanos, par a nprovecl~aren periúdos iiitcrniiteritcs la cantidad de agua necesaria cuando es escasa la de los m;~nantiales que la alirnciitari. En casi todos nuestros canales c-xi:ste t;imbién fuerza motriz iitiiizada ú utilizable. Eii el Imperial de Aragóii, se oprovech:in 527 caballos, cii el de 1;i Infanta 400, etc. De eniplear el caballo hidráiiiico ó el caballo de vapor, Iiíly una economía eri fsivor del prinicro de iinsis ochocientas pesetas anuales por t6rmiiio niedio. Véase pues, si es importantísinin la fuerza que se pierde y que podria :iproucchar la iiidustria iiaciontil. Eii el siglo XT"1 iiuesir;~iiidiistria fabril, unida ;i la rural, iubria nuestras nccesid:idcs; hoy dista niuclio de sucedrr esto; iio guarda proporción el trabajo productivo con <:1 coiisunio, y prccisii, para salvar la CI-isis, imitar ;i las iiacioiics m i s adelantadas, aprovechaiido los bicncs de que nos dotó la iiatnralcza, \,aiiéiidoiios de los progresos ciciitificos, trnirsport;indo la fuerza por 1;t electricidad, ),a que c s t i probado qtic cl radio 'le acciúii de uii siilto de ;igiia se prolonga, es decir, puede separarse el motor Iiidriiiilico de las m;iquiii;is de 30 ;i 10 kilóinetros, sin m;is enlace que un simple alambre. Existen numerosas inst;rlaciones <le est;i clase eii Suiza, Francia, Alemania C Italia, y Españct es uiia de las n;ici<>ncsque m;is proi-cclio puede11 snc;ir de este dcscubri;nicnto. Ni una sola gota de agua deberia ir a1 mar, si11p:igar el debido tributo, pues graii pnrte dc lo que debiera constituir niicstra riqueza. se pierde rniscrablemente, acusando nuestra indolencia iQ U A T R E G A T S ' F a b i u11llibrc ne publica hont explica grans vritats; y'l despreci d'algún neci, f:t que'l comprin iqzLntr,e grrts! Si un f a un acte nieritori, no I'acori trobd' ingrats; que, en la vida fementida, agraheisen iqr6ntre gnts! Autors mouhen gran cridoria, cercant gloria á grapats; seiit d'aquestos 103 modestos y'ls que suran i q n n t r e gnts! En 13 vida, un, d I'hora riu y plora sos enibats. Que bf estigari y sols rigan, ;qu;ints se'n contan? jqzrnt~,cgnts! El Teatro atraviesa :tctualmente una época di. marcada decadeiicia. D c los buenos tiempos en que luci;~ con todo el explendor que le proporcioiiaban iiiinortales autores y llorados actores, no queda mas que el recuerdo. Pasó aquell;~generación de Lope dc V e g a , Moratin, Calderó~idc la Barca, Ramón de In Cruz y tantos otros como podrianios citar; pasó, y por desgracia la generación presente nada ha hecho. oo ha imitado en nada los desvelos, los estudios y los sacrificios con que aquellos il~istrcsescritores supieron crear un teatro iiacional, orgullo dc propios y adinirsción de extraños. L a decadencia, I;i p;iralizacióii reinante, no la atribuimos nosotros J que. en la actual generación de escritores no baya hoiiibres que podrian darle dias de gloria y podrian sac:irle del estado en que se encuentra, puesto que estamos coiivencidos de que los hay, pero éstos, iio sabemos por que cxusas, no emprenden tan noble labor: