Comer sano es lo recomendable, pero el exceso puede traer consecuencias negativas Ortorexia: enfermos de sanos Carla González C. Poco se sabe acerca de la ortorexia, trastorno alimenticio que se caracteriza por la obsesión de comer sano. Sin embargo, de los casos que hoy se conocen se puede extraer lo suficiente para poner alerta al problema que en una etapa considerada grave, puede causar la muerte por inanición o desnutrición. Todos estamos de acuerdo en que debemos comer más sano. La mala alimentación ha llevado a nuestro país a encabezar listas de obesidad que mantienen trabajando a diario a las autoridades de salud para encontrar planes que contribuyan a la disminución de esta enfermedad que ya es evidente en gran parte de nuestra población. No obstante, existen a su vez trastornos que no son masivos como la obesidad, pero que son igual de importantes de conocer para darnos cuenta que no estamos ajenos a “nuevas” enfermedades de tipo alimenticia, que en el caso de la ortorexia fue recién descrita en el año 1997 por el médico estadounidense Steven Bratman, quien por cierto la comenzó a investigar luego de darse cuenta que estaba padeciendo de ella. Pero, ¿en qué consiste esta enfermedad? Definiciones extraídas desde algunos portales de Internet la clasifican como una patología que tiene que ver con la obsesión por la calidad de los alimentos “al punto de evitar comer si no les parece perfectamente puro e inocuo”, también como una “obsesión perjudicial para la salud con lo que el paciente considera alimentación saludable” y como una “experimentación de sentimientos muy marcados hacia la comida”, entre otros. Para la psiquiatra especializada en obesidad y adicción del Centro de Psiconutrición NUT (www.nut.cl), Patricia Fernández, la ortorexia es una de las últimas enfermedades de tipo alimentaria que se conoce (antes lo fue la vigorexia). La especialista menciona que dentro de lo que se sabe y que ha podido ser recabado gracias a publicaciones extranjeras, está el hecho de que este trastorno se diferencia del resto porque no tiene que ver ni con una distorsión de la imagen corporal ni con la cantidad de lo que se come, sino que con la calidad de los alimentos ingeridos. “Es un rollo que la gente tiene con la comida”, explica la profesional quien agrega que se vuelve una enfermedad cuando se comienza a manifestar una suerte de dominación por parte de los alimentos, donde si el paciente “no llega a encontrar alguno de estos productos, simplemente no come”, afirma. Entre los alimentos mayormente rechazados por quienes padecen de ortorexia están aquellos que contienen grasas, preservantes, los de origen animal y aquellos considerados artificiales. De esta manera, el paciente termina por restringir de tal forma su dieta que se expone a enfermedades que incluso pueden provocarle la muerte. “A estas personas no les interesa ser más delgados como en el caso de los anoréxicos, sino que su intención es comer lo más sano posible, sin intoxicarse con pesticidas, alimentos grasos o carne”, sentencia Fernández. Psiquiátricamente, la doctora comenta que los ortoréxicos durante el desarrollo de la enfermedad, hacen cada vez más rígida la mente en cuanto a las ideas de nutrición saludable que poseen, sean éstas válidas o no. “Si quieren comer lechuga hidropónica de equis lugar y no la encuentran, no comen nada”, asevera. Ortorexia y más Padecer de ortorexia no sólo afecta al paciente que la mantiene viviendo consigo, sino que también a su entorno. “Cuando la comida comienza a manejarte hasta llegar a cierto nivel de obsesión, impide que lleves una vida normal”, advierte la psiquiatra, “ellos no se permiten nada”, agrega. Problemas en las relaciones de pareja, familia y amigos son también consecuencias de la ortorexia. Hay quienes incluso llegan a encerrarse en un mundo individual donde no aceptan invitaciones a comer ni a compartir, pues pueden correr el riesgo de toparse con toxinas en la comida que allí se sirva y miedo, por cierto, a encontrarse con la experiencia de comer alimentos de un origen desconocido para ellos. En esta línea, la profesional de NUT manifiesta que los ortoréxicos con el tiempo van construyendo también una obsesión por todo lo que implica el manejo de los alimentos. Según Fernández esto corresponde a lo que ellos llaman en psiquiatría el TOC (trastornos obsesivos compulsivos), donde si no se lleva a cabo cierta acción, viene un proceso de angustia. Así, la doctora destaca que en ciertos casos podría darse además del trastorno alimenticio, un TOC. “Como la mente de la persona comienza a obsesionarse con el tema de la comida, se angustian y podrían caer en estas otras enfermedades psiquiátricas”, donde ejemplifica, están obsesiones como lavarse las manos reiteradamente, preparar el alimento de manera especial, con cortes precisos y bien estudiados, lo más limpio posible, etcétera. Para la psiquiatra Patricia Fernández, la ortorexia traspasa la frontera de la vida saludable. “Aquí el pensamiento tergiversa la idea ser una persona sana y mantenerte bien físicamente” para llegar a ser un sujeto que está pendiente de cada detalle en forma obsesiva. Frente a la interrogante acerca de qué persona está más propensa a padecer esta patología, la especialista menciona que hay ciertos tipos de personas a las cuales la ortorexia puede ser más fácil de atacar. Se trata de las personalidades alteradas, rígidas e impulsivas y además – en palabras de la doctora - los pacientes “que andan buscando algo que los estructure con algo que les llene la vida de alguna forma”, agrega. En cuanto al tratamiento de la ortorexia, la doctora Patricia Fernández sentencia que uno de los métodos considerados eficaces es la psicoterapia apoyada con equipos multidisciplinarios integrados por nutricionistas, psicólogos y psiquiatras. Estos tratamientos son de largo aliento, “de uno a tres años como mínimo”, manifiesta la especialista, quien explica que el objetivo del proceso es trabajar sobre las ideas del paciente, sus costumbres y formas de proceder, “mecanismos por cierto, difíciles de cambiar”, manifiesta. El test del doctor Bratman A modo de evaluación para pesquisar la posibilidad de una ortorexia, el doctor Steven Bratman ideó un test con diez preguntas. Si la persona las responde todas en forma afirmativa, “significa que tiene una obsesión importante por la alimentación sana”. - ¿Pasa más de tres horas al día pensando en su dieta? - ¿Planea sus comidas con varios días de anticipación? - ¿Considera que el valor nutritivo de una comida es más importante que el placer que le aporta? - ¿Ha disminuido la calidad de su vida a medida que aumentaba la calidad de su dieta? - ¿Se ha vuelto más estricto consigo mismo en este tiempo? - ¿Ha mejorado su autoestima alimentándose de forma sana? - ¿Ha renunciado a comer alimentos que le gustaban para comer alimentos “buenos”? - ¿Su dieta se vuelve un problema a la hora de comer fuera, distanciándolo de su familia y sus amigos? - ¿Se siente culpable cuando se salta su régimen? - ¿Se siente en paz consigo mismo y cree que todo está bajo control cuando come de forma sana? Punto Vital Diciembre 2008 ©