alimentación Ortorexia: obsesión enfermiza por comer sano Mientras que en la anorexia nerviosa el control dietético se centra en la cantidad, en la ortorexia el origen de la restricción alimentaria es la calidad alimentaria cartan las frutas y las verduras si no son ecológicas y frescas. Todo ello puede conllevar una restricción alimentaria tal que supone una reducción energética grave, una situación que a veces puede comprometer el aporte calórico que requiere el cuerpo humano y conllevar déficits nutritivos importantes. Síntomas y consecuencias L a ortorexia es un trastorno del comportamiento alimentario (TCA), recientemente definido por médicos norteamericanos, que se caracteriza por la obsesión por la comida sana. Su nombre proviene del griego ortho, justo o recto, y de orexia, apetencia. Significa “apetito justo o correcto”. Estos trastornos relacionados con la alimentación son entidades patológicas cada vez más prevalentes y estudiadas en las sociedades industrializadas. Los posibles mecanismos por los cuales un TCA puede instaurarse son diversos y no siempre se encuentra una única explicación o motivo por el que se desarrolla en un individuo. Sin embargo, la presión mediática de la sociedad, sumada a la vulnerabilidad individual y a situaciones de 34 estrés psicológico son claves para el desarrollo de un TCA. Lo que se sabe Hoy en día, la ortorexia no está reconocida como un trastorno mental definido. Para diagnosticar a un individuo una alteración mental, los especialistas se ciñen a los manuales médicos que en la actualidad catalogan este tipo de enfermedades y establecen los criterios diagnósticos de cada uno de ellos. El más utilizado es el americano “Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders” (DSM). No obstante, algunos autores opinan que la ortorexia consiste en un trastorno psíquico que podría preceder a la anorexia nerviosa. Y otros especialistas han comprobado que una de las poblaciones en las que más ortorexia se detecta es en la de pacientes anoréxicos ya recuperados. Con todo, según el DSM-5, este tipo de desorden no está tipificado todavía, aunque podría incluirse en el subgrupo de otros trastornos del comportamiento, como un desorden restrictivo de la ingesta alimentaria. En muchas ocasiones, esta preocupación patológica por la comida sana hace que las personas acaben restringiendo de manera importante su alimentación. Evitan alimentos considerados “no sanos”, como embutidos, carnes, grasas, pan blanco o bollería. Otras veces no comen alimentos industriales, con aditivos o conservantes o con algún ingrediente transgénico. Incluso, en casos más extremos, des- Aunque no existe todavía un consenso científico sobre los criterios diagnósticos de este trastorno psiquiátrico, los síntomas que pueden alarmar sobre su aparición son los siguientes: Dedicar un gran número de horas al día (más de tres) a pensar en si su dieta es sana. Preocuparse más por la calidad de los alimentos que por el placer de consumirlos. Disminución de la calidad de vida asociada a los cambios en su alimentación. Sentimiento de culpabilidad si no sigue sus restricciones dietéticas. Planificación excesiva de lo que comerá al día siguiente. Aislamiento social debido a su conducta alimentaria. Así pues, mientras que en la anorexia nerviosa el control dietético se centra en un principio en la cantidad, en la ortorexia el origen de la restricción alimentaria es la calidad alimentaria. No obstante, en ambos trastornos el resultado es un control excesivo de la alimentación que acaba provocando una ingesta insuficiente de nutrientes. De esta manera, las consecuencias de este desorden serán similares a las que se padecen en otros trastornos de la conducta alimentaria en los que hay De la ortorexia a la anorexia La anorexia nerviosa es un TCA caracterizado por un miedo a la ganancia de peso, con rechazo a mantener un peso corporal normal y con una alteración significativa de la percepción del tamaño corporal. Normalmente, las mujeres con anorexia sufren también amenorrea (ausencia de menstruación) debido a la pérdida de peso. La pérdida de peso se consigue normalmente mediante una reducción de la ingesta energética. Quienes sufren este trastorno disminuyen su ingesta alimentaria de alimentos de elevada densidad calórica, restringiéndola a unos pocos productos alimenticios. Otro de los mecanismos por los que consiguen perder peso son las purgas alimentarias (vómitos, laxantes o diuréticos) o un exceso de ejercicio físico. Así pues, la ortorexia está altamente relacionada con la anorexia. De hecho, muchos autores opinan que puede tratarse de un trastorno que preceda a la anorexia o, en otras ocasiones, que permanezca en personas que hayan sufrido una anorexia nerviosa. un componente restrictivo de la dieta y, por tanto, un riesgo de desnutrición con todas sus secuelas asociadas: pérdida de peso, masa grasa y masa muscular, desnutrición, anemia, carencias de vitaminas y minerales, depresión, ansiedad y aislamiento social. Qué hacer en caso de sospecha En caso de sospecha de cualquier tipo de TCA, resulta imprescindible ponerse en manos de un equipo de especialistas. Estos trastornos deben ser tratados desde sus diferentes vertientes (psico-conductual, médica, psiquiátrica, nutricional) y, según la gravedad, pueden requerir el ingreso hospitalario o en centros especializados. No hay que dudar, por tanto, en consultar a un especialista si se cree que alguna persona cercana puede estar sufriendo este trastorno. Las personas con ortorexia evitan los alimentos considerados “no sanos” o incluso dejan de comer alimentos industriales, con aditivos o conservantes. www.consumer.es 35