Documento descargado de http://www.revistaneurocirugia.com el 21/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. n e u r o c i r u g i a . 2 0 1 2;2 3(5):216–218 en el caso de las MAV— que desearían un cambio desde el modelo de circuito único de Neurocirugía al modelo de grupo interdisciplinar, mientras que en ningún caso sucede lo contrario. Curiosamente hay también, para ambos tipos de lesiones, un deseo de transvase del modelo de más de un circuito al modelo de circuito único dirigido por Neurocirugía. En la actualidad hay un debate acerca de las bondades de la regionalización o centralización de la patología neuroquirúrgica compleja, y por tanto de la neurovascular, basado en la idea de que existe una relación directa entre el volumen asistencial y los buenos resultados. Aunque esta relación parece robusta, el debate no está totalmente resuelto, ya que existen muchas situaciones particulares1-7 . En todo caso, el resultado de la encuesta constata que el volumen asistencial medio de los Servicios de Neurocirugía de nuestro país para la patología neurovascular puede considerarse bajo. En nuestra opinión esto podría ser consecuencia de una política sanitaria basada en la compartimentación geográfica y administrativa, que ha primado aproximar los cuidados especializados a la población, lo que además de demostrarse ineficiente económicamente puede serlo también en términos de calidad asistencial y de experiencia de los cirujanos. Adicionalmente podría considerarse la arraigada costumbre de la medicina española de no referir pacientes a otros centros o especialistas con mayor experiencia8 . Otro dato preocupante es el escaso interés de los residentes y adjuntos jóvenes en la patología neurovascular, que contrasta con el interés de los responsables de los Servicios para que estos se formen en técnicas endovasculares, en un intento probablemente de recuperar el control del tratamiento de esta patología a base de aumentar la casuística sumando los casos quirúrgicos a los endovasculares. Finalmente, resulta destacable la constatación de que en muchos centros se maneja la patología neurovascular de forma interdisciplinaria, y que este es el modelo deseado mayoritariamente por los Servicios de Neurocirugía. 217 bibliograf í a 1. Berman MF, Salomon RA, Mayer SA, Johnston SC, Yung PP. Impact of hospital-related factors on outcome after treatment of cerebral aneurysms. Stroke. 2003;34:2200–7. 2. Cowan JA, Dimich JB, Wainess RM, Upchurch AR, Thompson BG. Outcomes after cerebral aneurysm clip occlusion in the United States: the need for evidence-based hospital referral. J Neurosurg. 2003;99:947–52. 3. Lawton MT. Effect of the neurosurgeon’s surgical experience on outcomes from intraoperative aneurysmal ruptre. Neurosurgery. 2005;57:9–15. 4. Halm EA, Lee C, Chassin MR. Is volume related to outcome in health care? A systematic review and methodologic critique of the literature. Ann Intern Med. 2002;137:511–20. 5. Hattori N, Katayama Y, Abe T, Japan Neurosurgical Society. Case volume does not correlate with outcome after cerebral aneurysm clipping: a nationwide study in Japan. Neurol Med Chir (Tokyo). 2007;47:95–100. 6. Naso WB, Rhea AH, Poole A. Management and outcomes in a low-volume cerebral aneurysm practice. Neurosurgery. 2001;48:91–100. 7. Solheim O, Cappelen J. Bigger is bigger. Better is better. Acta Neurochir. 2011;153:1237–42. 8. Long DM, Apuzzo MLJ. Sine qua non: the formulation of a theory of Neurosurgery. Neurosurgery. 2001;49:567–74. José Manuel González-Darder Servicio de Neurocirugía, Hospital Clínico Universitario, Valencia, España Correo electrónico: gonzalez jos@gva.es 1130-1473/$ – see front matter © 2012 Sociedad Española de Neurocirugía. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. http://dx.doi.org/10.1016/j.neucir.2012.08.001 Respuesta a «Manejo de la patología neurovascular por los Servicios de Neurocirugía de España» Reply «Management of neurovascular disease in Neurosurgical Departments in Spain» En primer lugar quisiera agradecer al autor su interés en plasmar con su estudio la situación española actual en el manejo de la patología vascular cerebral. Los datos obtenidos a mi juicio no han sido para nada sorprendentes, y deberían ser considerados muy en serio por toda nuestra sociedad, pues recogen una realidad que debe ser cambiada para el bien Véase contenido relacionado en DOI: http://dx.doi.org/10.1016/j.neucir.2012.08.001. del futuro de la neurocirugía en general y de la neurocirugía vascular en particular. El sistema actual está claramente enfermo, enfermo de gravedad, y más teniendo en cuenta el contexto económico en el que se encuentra nuestro país. Parece lógico una necesaria y urgente reestructuración de nuestro modelo sanitario que racionalice los recursos Documento descargado de http://www.revistaneurocirugia.com el 21/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 218 n e u r o c i r u g i a . 2 0 1 2;2 3(5):216–218 concentrando esta patología en pocos centros hospitalarios, de manera que el volumen de enfermos sea el suficiente para permitir ofrecer la máxima excelencia en términos de calidad asistencial. Además, este número de enfermos debería ser también lo suficientemente elevado para que los centros dedicados a atender esta patología pudieran ofrecer además una calidad docente y científica que permitiese potenciar la investigación y la formación de nuestros nuevos especialistas. Es obvio que con el sistema actual, en el que existe un evidente exceso de centros con escaso volumen neuroquirúrgico acreditados para la formación de residentes, pueda aparecer la «desmotivación» y el «poco interés» entre muchos de los jóvenes de nuestra sociedad hacia la patología vascular tal y como apunta el autor. Sin embargo, yo hablaría más de decepción, siendo la desmotivación y el poco interés más propios de los que fueron responsables de la organización de nuestro modelo formativo, puesto que han consentido un sistema deficiente y carente de perspectiva. Así pues, a mi juicio es entendible que un sistema organizativo que promueve una escasa subespecialización, sumado a la progresiva complejidad de los pacientes vasculares candidatos a cirugía debido a la introducción y el avance de las técnicas endovasculares, hace que muchos jóvenes acaben rehusando la neurocirugía vascular. No obstante, a pesar de todos estos factores, el Grupo de Trabajo de Patología Vascular de la Sociedad Española de Neurocirugía puede presumir de ser uno de los grupos más activos de nuestra sociedad, y está constituido fundamentalmente por neurocirujanos jóvenes con gran interés en esta patología. Finalmente, expresar también mi discrepancia con los autores en la creencia que incorporar las técnicas endovasculares en la capacitación de los neurocirujanos vasculares sea un intento de recuperar el control de la patología. Más bien yo creo que debe considerarse esta como un afán por integrarla a la neurocirugía vascular, pues una visión global de un neurocirujano competente en ambas técnicas puede permitir un manejo más óptimo, eficiente y menos sesgado de los pacientes. Fuat Arikan Barcelona, España 1130-1473/$ – see front matter © 2012 Sociedad Española de Neurocirugía. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. http://dx.doi.org/10.1016/j.neucir.2012.09.001