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Rev Esp Patol. 2015;48(2):65
R E V I S TA
E S PA Ñ O L A
D E
Patología
www.elsevier.es/patologia
EDITORIAL
Originales y revisiones
Originals and reviews
El año 1968, que no ha llovido desde la fecha, marcó mucho
para demasiada gente, sobre todo su mes de mayo y la ciudad de París. Nacieron muchas flores aquella primavera,
seguramente muchas se hayan marchitado, pero otras siguen
en su esplendor. El cantautor Ismael Serrano nos recuerda
una y mil veces las fechas mencionadas en su excelente canción Papá cuéntame otra vez, entre cuyas estrofas aparece
«. . . y bajo los adoquines no había arena de playa».
El mismo año, en Madrid, unos cuantos jóvenes y entusiastas patólogos se reunían para dar a luz a Revista Española
de Patología, órgano de expresión de la Sociedad Española de
Anatomía Patológica (SEAP), creada no hacía mucho. Creyeron que podía ser el vehículo prínceps donde los patólogos
expresaran sus opiniones, plasmaran sus conocimientos y
anunciaran sus noticias. Un logro muy importante donde por
48 años ininterrumpidos se han llevado a cabo los objetivos planteados. Un éxito consumado que se debe a muchas
personas a lo largo de los años transcurridos desde su nacimiento. Nuestra revista ha pasado por diversos periplos
con una juventud dubitativa, pero con una serena madurez que emboca a sus próximas bodas de oro. Fecha más
que señalada y que, sin duda alguna, marcará un hito para
la patología española.
La pregunta es muy sencilla: ¿llegaremos? Pues claro que
llegaremos. Hay mucha gente, muchas personas, demasiados patólogos que apoyan a Patología y que la quieren por
larga vida. No solo ha de llegar a cumplir medio siglo, se
ha de ser más ambicioso y llegar, como mínimo, a conseguir el siglo y poderlo celebrar con gran entusiasmo, aunque
muchos de nosotros no lo veamos. Sí lo verán los patólogos
que ahora empiezan y seguro se sentirán orgullosos de los de
antes, de los que han y estamos realizando este proyecto.
Pero no adelantemos acontecimientos. No soñemos despiertos y no hagamos como la lechera. Hay que tener los pies
en el suelo y ser realistas.
Nuestra revista puede ser como un edificio, si se quiere
hacer una similitud. Se pusieron unos cimientos fuertes y
profundos. A lo largo de los años transcurridos se han ido
subiendo unos muros robustos que le han dado la solidez que
demuestra en los tiempos que transcurren. Ahora hay que
perfilar la distribución de los habitáculos y sus ornamentos.
Todo ello le puede dar grandiosidad, esplendor y popularidad. Depende de lo que se plantee en estos tiempos.
Disponemos de abundantes manuscritos para ir edificando
los diversos números que se publican anualmente. Siguiendo
con los edificios, la mayoría de los escritos que se reciben son artículos breves (casos clínicos), bienvenidos sean,
son los que nos dan el poder hacer tabiques. Si queremos
poner ventanas, terrazas o balcones, las salidas al exterior,
necesitamos recibir originales y revisiones. Esto depende de
nosotros, solo de nosotros.
La mayoría de médicos, de investigadores, de patólogos
ponen sus miradas, sus ilusiones en ver publicados sus trabajos en revistas como Nature, Science, Lancet, New England
Journal of Medicine, American Journal of Surgical Pathology, por citar algunas de las más prestigiosas publicaciones
científicas. ¿A quién no le gustaría ver su nombre en una
revista que llega a cualquier rincón del globo terráqueo? El
factor de impacto, el ego personal realizado, la fama, el
clímax de la excelencia. Es natural y es humano.
Podría ser natural y humano, si queremos que Patología
llegue a sus bodas de diamantes (60 años), de brillantes
(75 años), de hueso o centenaria, y si vamos un poco más
allá, a su sesquicentenario, exigir en las oposiciones o bien
en los tribunales para plaza de facultativo especialista el
haber publicado originales y realizado revisiones para Patología, e imprescindible para ser responsable de los servicios o
de las titularidades y cátedras de las facultades de Medicina.
Una medida nada alocada para proteger y potenciar nuestro
órgano científico de ambas sociedades, SEAP-IAP y SEC.
Volviendo al principio, cuando «nuestros hijos científicos», pasados los años, nos pidan «papá cuéntame otra vez»
la historia de las publicaciones en Patología, por la era de los
tiempos de las bodas de titanio (70 años), de roble (80 años)
o bien de granito (90 años), les diremos orgullosos que fue
necesario levantar los adoquines para encontrar arena de
playa y. . . el mar.
Emilio Mayayo
Director de Patología
Correo electrónico: emilio.mayayo@urv.cat
http://dx.doi.org/10.1016/j.patol.2015.03.004
1699-8855/© 2015 SEAP y SEC. Publicado por Elsevier España, S.L.U. Todos los derechos reservados.
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