El abrigo de los chiquiticos

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febrero de 2004
nuestros aliados comunitarios
El abrigo
de los chiquiticos
Lisbeth Rodríguez
lrod27@cantv.com.ve
E
n el patio de atrás, unos niños juegan. Se escuchan risas. En el comedor, una dulce voz repite: “cómanse
todo”. Más arriba, el llanto de un bebé
es seguido por un arrullo. En las paredes, se combinan dibujos infantiles con
normas de convivencia: “las manos son
para construir, no para reprender”, dice
uno de los letreros.
Toda una mezcla de sensaciones y
mensajes se perciben al entrar a una
casa de abrigo de la Fundación
Amigos del Niño que Amerita
Protección, FUNDANA, donde los
niños regalan sonrisas que en un
momento habían olvidado, pero que
ahora han rescatado.
Elsa Levi, presidenta y fundadora de
esta organización, hace 13 años tuvo
la visión de hacer una casa de abrigo
para 40 niños. No se imaginó que
atendería a estas alturas más de 3
mil. “Cuando empezamos muchísima gente nos decía que en un país
de 20 millones, ¿qué hacen con ayudar a sólo 40 niños?. Nosotros contestábamos que para la vida de cada
uno de esos niños es significativo,
porque acá en las casas de abrigo,
son tratados como seres humanos y,
muchos por primera sienten lo valiosos que son”, menciona.
FUNDANA es una asociación civil sin
fines de lucro, fundada en 1991,
cuya razón de ser es brindar atención integral a niños en edades comprendidas entre 0 y 6 años, que se
encuentran privados del medio famiFotos: Lisbeth Rodríguez
FUNDANA brinda atención integral
a niños en edades comprendidas entre 0
y 6 años que se encuentran privados
del medio familiar por maltrato físico
y emocional. Su misión es rescatar
y desarrollar al máximo sus potencialidades
y lograr su reinserción en un medio familiar
armónico. Para ello cuentan con tres casas
de abrigo llamadas “Los Chiquiticos”.
Con atención especializada y amor brindan una oportunidad de crecer.
liar por maltrato físico y emocional,
cuya misión es rescatar y desarrollar
al máximo sus potencialidades y
lograr su reinserción en un medio
familiar armónico. Para ello cuentan
con tres casas de abrigo llamadas
“Los Chiquiticos”.
Elsa Levi y Mónica de Gotz, quien es
la Coordinadora del programa
“Hasta el último Cartucho”, coinciden en que la mayor satisfacción es
sentir cada día que han podido cambiar el destino de un ser humano.
El trabajo que desarrollan tiene que
ver mucho con vocación y deseo de
servicio, para que los niños puedan
creer con la ayuda necesaria, y
desarrollarse como individuos útiles para la sociedad.
Así, día a día brindan junto a más de
80 personas, entre trabajadores y
voluntarios, el respeto, amor y ayuda
necesarios para que estos pequeños
reciban un trato justo y puedan ser
reincorporados en la vida ciudadana.
“Ver cómo llegan y ver cómo salen,
es sentir que el esfuerzo valió la
pena. Yo me atrevería a afirmar que
hemos cambiado los estándares de
este tipo de instituciones, porque
exigimos control y calidad en la atención de los menores, servimos para
modelar un tipo de atención que no
existía en Venezuela. Sin embargo,
no es suficiente porque no nos conformamos y, sobre la base de la experiencia de 13 años estamos trabajando
para mejorar”, afirma Elsa. c
Las Villas
Ahora Fundana está trabajando en
uno de sus más grandes retos: la
construcción de 10 villas para albergar a los niños y replicar un modelo
de familia sustituta, para lo cual trabajan en conjunto con la empresa
privada.
“Con Las Villas garantizamos una
estabilidad en la figura de padres
sustitutos. La idea es que los niños
compartan con dos adultos significativos, y pensamos que va a ser
muy positivo para ellos y nos va a
permitir además que a esas 10 personas le podamos dar un buen salario, beneficios y entrenamiento
eficaz en la atención de los menores.
Creo que este proyecto va a tener un
gran impacto y podrá ser replicado
por otras instituciones”, comenta
Elsa Levi.
Alimentando el cuerpo y el alma.
De esta forma seguirán mejorando
la historia de vida de “los chiquiticos”, trabajando con mística y fortaleza en el logro de su misión, al
brindarle a estos niños la oportunidad de vivir en familia, y prepararse
física, emocional y moralmente para
un futuro visto a través de los ojos
de la esperanza y no desde la óptica
de la tristeza, la rabia y desilusión.
Recarga financiera
Fundana lleva 3 años y
medio con un programa de
autofinanciamiento que les
ha permitido pagar el 15%
de los gastos de la institución. Este lo
coordina Mónica de Gotz y es realizado solamente por 4 personas, que han
logrado colocar a la Fundación como
la primera proveedora de cartuchos
para reciclajes con más de 950 empresas asociadas al plan, recaudando el
80% de cartuchos reciclados en el
país, con un aproximado de 5 mil cartuchos cada mes.
El Programa “Hasta el último cartucho”
consiste en la recolección de cartuchos
de impresoras de cinta, láser y tinta;
que son donados por instituciones
públicas y privadas, para ser vendidas
a empresas de reciclaje y así generar
un ingreso fijo mensual para FUNDANA.
A esta campaña se han sumado empresas grandes y pequeñas.
Por su parte la presidenta de Fundana
se muestra muy orgullosa del programa: “Nacimos dependiendo de donaciones y de la voluntad del tercero pero,
y aún cuando seguimos necesitando
las donaciones, tenemos este programa que nos permite financiar parte de
los gastos de la institución”.
En octubre 2002 se asignó un aporte a
través del Fondo Social Cantv, el cuarto
aporte para esta institución, para
financiar la compra de 2 camionetas de
carga del Programa Hasta el Último
Cartucho y el pago del personal operativo de la Fundación.
Además, ya varios grupos de trabajadores de Cantv han venido colaborando
con esta iniciativa a través del programa Vocación Comunitaria.
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